Una nota breve para dar un punto de referencia cuando escuchéis o leáis comentarios sobre el historial de gobierno sobre Sarah Palin como gobernadora de Alaska: digan lo que digan sobre el tema, no es gran cosa.

El motivo básico es que Alaska es, posiblemente, uno de los lugares más fáciles de gobernar del mundo. Con la posible excepción de Noruega, no creo que haya demasiados territorios en el mundo desarrollado que tengan la condición de ser un petroestado, la verdad. Más del 80% de la recaudación fiscal de Alaska en los 20 meses escasos en lo que Palin ha sido gobernadora vienen de una única fuente, el petroleo. El gobierno de Alaska nada en dinero; tienen un superávit de 5.000 millones de dólares, así que la gobernadora se ha permitido dar una paga extra a los residentes de $1.200 por cabeza, por el mero hecho de existir. Esto se suma a los $2.000 que ya cobraban antes, por cierto; así cualquiera cae bien a sus votantes.

Más allá de esto, Alaska depende muchísimo para cuadrar sus cuentas (cof, cof) de las subvenciones del gobierno federal. Si hablamos de dinero por cápita, el gran estado del norte recibe más dinero que casi cualquier otro sitio (ver balanzas fiscales), en parte por estar en el quinto pino, en parte por el descomunal aprecio de los políticos locales por por pedir dinero a espuertas a Washington. Sarah Palin, por mucho que diga lo contrario, ha practicado esa costumbre con un entusiasmo encomiable, ya desde sus tiempos de alcaldesa en Wasilla.

No hace falta decir que no hay nada más adorable para un político que poder gastar sin tener que recaudar dinero; Palin era capz de hacerlo a dos bandas, nadando de petróleo a subvención. Sí, es una gobernadora muy popular; pero en un sistema político como ese, así cualquiera.

Palin tiene virtudes (es carismática, tiene un ojo político asesino bien desarrollado y… no sé, ¿es buena persona) pero la capacidad de gobierno, de momento, es supuesta. No ha demostrado nada. De hecho, hoy ha cagado estupendamente un comentario sobre Fannie Mae y Freddie Mac que incluso vuestro humilde comentarista es capaz de decir que era estúpido.

A todo esto, ignorad las encuestas. Lo decía ayer, lo repito hoy. Hasta el jueves o viernes la cosa no se habrá estabilizado, y empezaremos a tener información relevante en las encuestas. Lo que vemos ahora es las opiniones de finales de la semana pasada, justo después de tres días de publicidad contínua republicana (esto es, la convención); algo parecido al artificio de tener a Obama a siete puntos el martes pasado. Espero que este fin de semana tengamos las encuestas con Obama +2, como dicen por aquí.


5 comentarios

  1. Mario dice:

    Una pregunta: dado lo peculiar del sistema electoral americano (voto mayoritario), ¿cabe pensar en la posibilidad de una victoria en voto popular de un candidato mientras que gane en voto electoral (y por tanto las elecciones) y el otro? Y bueno… otra más: De caber la posibilidad de darse, ¿quién tiene más posibilidades de que la carambola se resuelva a su favor?

  2. Roger Senserrich dice:

    Échale un vistazo a FiveThirtyEight; tienen un análisis estadístico muy bueno sobre ello. El link está a la derecha en el Blogroll.

    Poder suceder, puede suceder. Ya pasó en el 2000, con Gore sacando medio millón de votos de más en el país y perdiendo en el colegio electoral.

  3. […] haciendo el ridículo), es difícil entender como alguien que ha sido gobernadora de un petroestado durante dos años medio y dimite cuando aún le quedan dieciocho meses de mandato puede justificar […]

  4. […] haciendo el ridículo), es difícil entender como alguien que ha sido gobernadora de un petroestado durante dos años medio y dimite cuando aún le quedan dieciocho meses de mandato puede justificar […]

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