Hablaré más y mejor sobre el discurso de McCain mañana, con más tiempo, pero creo que vale la pena dejar algunas notas. El discurso fue infinitamente mejor que el estridente, rudo y arrogante exabrupto de Palin ayer, creo. Obviamente, eso se traduce en que prácticamente todos los comentaristas en televisión estando diciendo exáctamente lo contrario.

La verdad, es un poco triste. Dejando de lado la obsesión por perforar buscando petróleo en todos lados (que manía, por Dios) y la manía que tiene McCain en recordar a todo el mundo que fue prisionero de guerra cada vez que puede (admirable y tal, pero se hace cansino), el candidato republicano ha hecho un discurso netamente conservador, en el mejor sentido; conservador a la vieja usanza, no una diatriba partidista para adictos al conflicto.

Una pequeña confesión: en el fondo, muy en el fondo, soy un poco conservador. Las viejas bases del partido republicano (y de los tories británicos; no tanto de la derecha española) que hablan de un gobierno que no gasta más de lo necesario, no toma a los votantes por tontos, cree en defender y mantener las reglas del juego, en la igualdad de oportunidades y el libre mercado son ideas que puedo aceptar sin problemas. Estaré en desacuerdo en el nivel de intervención del estado necesario para garantizar estas cosas, qué entendemos por limitado y qué es un buen nivel de gasto; un republicano defenderá menos, yo estaré pidiendo sanidad pública universal todo el día. Pero las ideas básicas, el punto de partida, es relativamente parecido.

El discurso de Palin ayer, y el de los republicanos en las últimas décadas (desde Reagan, de hecho), es bastante distinto que todo esto. Los conservadores americanos no andan ya por principicios e ideas básicas; lo suyo es piedad, religión, valores morales cristianos y una especie de histérico terror a todo lo que huela a impuestos o tener un gobierno competente, sin pararse a preguntar si todo eso tiene sentido. Y por descontado, nada de prudencia o continencia fiscal; Reagan ya demostró que los déficits no importan.

McCain ha hecho un discurso más cercano a un conservador antiguo, de prudencia, servicio y nobleza obliga, que el engendro que es el conservadurismo moderno. Cierto, McCain no es precisamente prudente (joder, tiene a Palin de vicepresidenta) ni tampoco excesivamente humilde o noble (es un ser humano, al fin y al cabo), pero si és en cierto sentido un conservador a la vieja usanza: idealista sin ser dogmático, serio sin ser cerrado, y básicamente un fósil en un partido que lo escogió porque no encontraron a nadie mejor (y Romney, el otro republicano práctico, había vendido su alma a los trolls del partido).

¿Electoralmente? la verdad, no tengo ni idea. McCain ha tratado a los votantes como idiotas durante todo el verano, y ha hecho, de golpe y porrazo, un discurso más o menos inteligente. Si los comentaristas tienen razón, la inmensa mayoría de votante habrá visto un viejete aburrido con una historia admirable haciendo de telonero de Palin. Me gustaría pensar lo contrario.

A todo esto, una nota al margen: Obama tiene, en cierto sentido, algo de conservador en él también. Ambos candidatos creen en las buenas viejas ideas, cada uno a su manera, aunque creen que las soluciones tienen que ser distintas. McCain es probablemente más oportunista (y está equivocado más a menudo) que Obama, pero en el fondo no son dos personas tan distintas.


4 comentarios

  1. citoyen dice:

    «Una pequeña confesión: en el fondo, muy en el fondo, soy un poco conservador.»

    Oh cielos! Un malvado neocón! Ya se te notaba, ya, ahí diciendo que Palin te parecía que estaba muy buena,… cuando te oiga decir algo parecido de magdalena Alvarez o de Trini… (Trinidad, haz el guaraná!)

    «Las viejas bases del partido republicano (y de los tories británicos; no tanto de la derecha española) que hablan de un gobierno que no gasta más de lo necesario, no toma a los votantes por tontos, cree en defender y mantener las reglas del juego, en la igualdad de oportunidades y el libre mercado son ideas que puedo aceptar sin problemas.»

    Ahora más en serio; me dan un pelín de coraje este tipo de afirmaciones. Vamos, que ser eficiente no es de derechas ni de izquierdas (bueno sí, ¡es de izquierdas, pero no está bien decirlo!)

  2. Por cierto, si alguien se pregunta por qué hay tantos blogs haciendo coña del hecho que McCain hiciera la mayoría del discurso delante de una pantalla verde o azul, echadle la culpa a Stephen Colbert.

    McCain hizo un discurso horripilante hará unos meses (era la primera vez que usaba un teleprompter, o eso parecía…) frente una mampara verde. Colbert, que nunca deja pasar una, pidió a sus fieles que hicieran el discurso «más excitante» aprovechando que el fondo verde liso era muy fácil de editar. Echádle un vistazo al «make McCain exciting challenge» en Comedy Central; los resultados fueron hilarantes.

  3. Gulliver dice:

    Parece un reparto de papeles. McCain puede dar discursos que suenen bien a los importantísimos votantes de centro sin riesgo de que los ultraconservadores, hipnotizados por Palin, se amotinen.

  4. Si, eso es el reparto habitual. Lo que es triste es el hecho que McCain haya escogido a Palin para apaciguar al sector teocrático del partido, cada vez más agresivo y delirante y más desconfiado.

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