Si alguna virtud tiene el hecho que McCain haya escogido, de forma un tanto surrealista, a Sarah Palin como potencial vicepresidente, es que se está hablando relativamente poco del discurso de Obama de ayer. La mayoría de comentaristas están siendo relativamente cautos, sin atreverse a decir en público que lo de McCain es la verdad un poco rarillo, mientras dejan de lado el rico, lleno de matices discurso de ayer.

No que tenga demasiada importancia, de todos modos; de hecho, teniendo en cuenta que la audiencia del discurso de ayer fue mayor que la de cualquier día de las olimpiadas (inaguración incluida). Un numero nada irrelevante de votantes vieron el discurso en primera persona (unos 40 millones; no está nada mal), así que lo que los cuatro o cinco millones escasos de espectadores de CNN, Fox y MSNBC verán hoy es poco importante.

Sobre el discurso en sí, fue muy bueno, en general, y excelente si tenemos en cuenta la cantidad de cosas que intentaba hacer de una tacada. En contra de lo comentaban algunos ayer, la mayoría de comentaristas (incluso en Fox) coinciden que el hecho de hacer el discurso en un estadio lleno a rebosar (85.000 personas) funcionó bien; más que grandilocuente, la imagen fue de entusiasmo desmedido. La campaña de Obama se la jugó, y por los números de aundiencia parece que la cosa salió como esperaban.

El problema para Obama en el discurso, más que el estadio, era la cantidad de cosas que tenía que decir. Obama, tras un mes de agosto bastante malo, tenía que inspirar al público, recordar a Martin Luther King, contestar críticas, poner a parir a McCain, explicar quién era y dar propuestas concretas para demostrar que no es sólo oratoria. Los mejores discursos acostumbran a tener un hilo conductor, una narrativa;  Obama tenía una lista de la compra. Lo que hizo ayer fue básicamente recitar una lista de la compra con un estilo y una convicción impresionantes; cuatro discursos de una tacada en 45 minutos. La música era buena, pero la simfonía no acabó de cuajar del todo.

Aunque el discurso no era la cosa más coherente del mundo, mi sensación fue que funcionó bien. En contra de otros candidatos demócratas anteriores, Obama apostó por dar una imagen de fortaleza, contestando con fuerza las críticas, lanzando acusaciones, y diciendo que está para debatir ideas grandes y no encallarse en tonterías en este debate. El candidato demócrata habló de muchas cosas, puso sobre la mesa muchas propuestas, y se concentró en atacar las ideas de McCain con fuerza. Gane o pierda (y si McCain sigue tomando decisiones tan raras como la de Palin, no sé qué esperar ya) Obama no hará una campaña anémica y blandengue como Gore o Kerry; si hay que repartir ostias, lo hará encantado.

Por añadido, Obama ha podido explicarse, y dar a conocer de donde viene y quién con claridad. Lo hizo de forma excelente. Si a eso le sumamos el hecho que a pesar de los pesares el discurso fue ciertamente inspirador (en la tradición excepcionalista-América-es- la- leche- del país)

La verdad, la campaña de verdad empieza ahora. Los dos candidatos tienen vicepresidentes; las convenciones están en marcha; la mayoría de los votantes están ya prestando atención. A partir de finales de la semana que viene (una vez pasada la convención republicana) las encuestas empezarán a tener sentido de veras.

Obama ha empezado la carrera sorteando con muy buena nota una semana peligrosa. Tiene un buen vicepresidente, la convención salió rodada, los Clinton se han portado bien, y se ha dado a conocer con estilo y talento. McCain ha empezado con una decisión -como mínimo- extraña, y la verdad, bastante confusa. Veremos como acaba la semana.


2 comentarios

  1. Ignacio dice:

    Lo único verdaderamente equivocado del discurso e, a mi entender, la estúpida e injusta frase sobre McCain ofreciendo ir a por Bin Laden hasta el infierno pero no queriendo ir a su cueva a buscarlo.

    Y la decepción puede venir de constatar que el cambio prometido es más hacia un gobierno de orientación demócrata que hacia una manera totalmente nueva de gobernar. Pero qué carajo, es un candidato demócrata contra el peor gobierno republicano en siglos. Como cambio no está mal.

  2. Barcepundit dice:

    Querido, yo lo dije *antes* del discurso; no puedes ponerme en el mismo saco que quienes comentaron *después* cómo fue. Además, ¿ahora resulta que para ti los comentaristas de Fox News nunca se equivocan? 😀

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