Hillary Clinton habló hoy en la convención, y la verdad, me sabe mal haber hablado mal de ella estos últimos días. No eran pocos los comentaristas que sospechaban de sus motivos estos días, que temían el legendario rencor de Bill Clinton y una convención con un partido dividido y una Hillary desafiante.

Nada de eso ha sucedido. De hecho, hoy Hillary ha dejado bien claro que es un talento político excepcional. Su discurso ha sido realmente magnífico; una fantástica pieza de orfebrería política, lanzada con una convección admirable. Ha combinado un sólido tributo a sus seguidores, un excepcional llamada a apoyar a Obama, apasionada y llena de fuerza, un grito potente sobre por qué estas elecciones son importantes, y un enorme, magnífico final, insipirador, en la mejor tradición del idealismo quijotesco americano.

Caramba, estoy hoy con los superlativos. El discurso ha sido realmente magnífico; hay muy poco más que añadir. Realmente ha hecho todo lo que se esperaba y más de ella; apasionada, inteligente, leal, luchadora. No un discurso de derrota, sino una llamada a las armas.

La verdad, no me lo esperaba, y lo cierto es que era más por prejuicio que por otra cosa. Hillary sabe que los demócratas, como todos los partidos políticos, aprecian la lealtad encima de todo. Si los Clinton quieren tener un futuro político en su partido, tienen que comerse su ego y aplaudir a Obama con las orejas. El partido nunca les perdonaría una derrota si se hubieran pasado la convención poniendo palos en las ruedas del ganador de las primarias. No dudo que les duele; si Obama gana, Hillary tiene que esperar ocho años antes de volver a presentarse. La política es así de cruel, haciendo que debas apoyar a quien te cierra la puerta.

Y la verdad, más allá de explicaciones cínicas, Hillary es progresista. Como todo político que pretende ser presidente del país más poderoso de la tierra, Hillary tiene el ego del tamaño de Ucrania, pero también tiene las ideas claras, y estas son mucho más cercanas a las de Obama que las de McCain. Por mucho que quiera ser presidente, en el fondo Obama es su candidato.

La verdad, y viendo la recepción del discurso en los medios esta noche, hoy Clinton se ha redimido. Y la verdad, creo el fantasma de la división de los demócratas se ha alejado de forma decisiva.

Aún así, y para que no digan que sólo doy mi opinión, el discurso no ha gustado tanto a todo el mundo. La verdad, creo que Andrew Sullivan está dejando que su pequeña manía anti-Clinton le nuble un poco la vista. De todos modos, ahí queda.


4 comentarios

  1. citoyen dice:

    «Su discurso ha sido realmente magnífico; una fantástica pieza de orfebrería política, lanzada con una convección admirable. Ha combinado un sólido tributo a sus seguidores, un excepcional llamada a apoyar a Obama, apasionada y llena de fuerza, un grito potente sobre por qué estas elecciones son importantes, y un enorme, magnífico final, insipirador, en la mejor tradición del idealismo quijotesco americano.»

    «creo el fantasma de la división de los demócratas se ha alejado de forma decisiva.»

    Se nota épico; has vuelto a pasar la tarde jugando a salvar el mundo en el age of empires? El primer párrafo tenía un aire a pedrojota cuando hablaba del imperio austrohungaro y la última me ha recordado a Rajoy hablando de ETA 😛

  2. No negaré que me he dejado ir. Un poco.

    La verdad, leído hoy, estoy tragándome la publicidad y la épica como el mejor. Parezco un periodista liberal americano medio. Mañana intentaré escribir, antes del discurso de Obama, una pieza un poco menos dramática y un poco más analítica sobre las convención, el infocomercial más caro del mundo.

    A todo esto, hoy Bill Clinton me pareció flojo (Andrew Sullivan, sin embargo, estaba entusiasmado) y Biden me ha encantado, algo que no comporten demasiado los comentaristas. Reconozco, sin embargo, que tengo debilidad por el tipo… Ha mencionado a Amtrak :).

  3. jasev dice:

    Oye Roger, perdona la pregunta pero siento curiosidad: lo de poner «convección» en lugar de «convicción», ¿es deliberado o un semifallo? Porque lo cierto es que resulta tremendamente apropiado.

  4. Es un fallo Freudiano. De hecho suena tan bien que lo dejo :-).

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