Candidatos & Retórica

De cursilería e idelismo

26 Ago, 2008 - - @egocrata

Y estoy de canal en canal, pegando berridos a la tele, lamentándome por la profunda estupidez de los comentaristas. Entre otras ocupaciones. Hoy era el día de Michelle Obama, y aparte de dar a los (muy cursis) votantes americanos y a los medios dos toneladas de azucar y sacarina, no es que se pueda decir gran cosa. Es todo vida familiar, Obama es una persona encantadora, americana, cariñosa, americana, entrañable, americana, honesta, americana, humilde, americana, etcétera, no ha habido demasiado más.

Cinismo de mi parte, sí, pero lo cierto es que una de las cosas que diferencian el debate político americano de lo que uno vería en Europa es el nivel de cursileria que resulta aceptable y exigible en estos lares. Comparado con España, un país excepcionalmente cínico cuando habla de política (gracias a Dios), la política americana es muy, muy empalagosa.

Basta con ver el discurso de Ted Kennedy. El senador de Massachusetts, gravemente enfermo, ha dado un -muy bien- discurso hoy, entre la adoración universal de los medios y asistentes. Este es el mismo Kennedy que daría arcadas a medio país (por liberal) y más de un ceño fruncido a la otra mitad (por su gigantesco ego) hace un año, pero que ahora es visto como un viejo león romántico por todos, ya que hace un historia mucho más emotiva.

Eso no quiere decir, sin embargo, que el hecho que la campaña demócrata se haya detenido a hablar de estas cosas no sea importante. De hecho, es necesario, casi obligado. La historia de Obama, un tipo pobre, birracial, que a base de currar como un loco y tener un craneo privilegiado (que diría Max Estrella) ha llegado a las puertas de la Casa Blanca es realmente excepcional. Si uno tiene algún aprecio por Estados Unidos y sus mitos, es la viva imagen de lo que este país pretende ser y sueña conseguir. Se ha acusado a Obama de grandilocuencia, pero es difícil sentarse delante del televisor, escuchar al candidato o a su (brillante) mujer (su discurso hoy ha sido precioso), su retórica, sus discursos de esperanza, y no ver, por un momento, la fuerza, el peso de un mito, de ese ideal que Estados Unidos aspira ser.

Los europeos tienden a tomarse el excepcionalismo americano no algo de sorna, como si fuera una especie de arrogancia ingenua o retórica cínica. Lo es, a veces. Pero lo cierto es que, al contrario que los países de la vieja Europa, Estados Unidos es un país fundado no sobre una nación o cultura, sino sobre unos ideales; el patriotismo americano es realmente sobre ideas, no otra cosa. Obviamente los viejos discursos y principios no son leídos ahora igual que hace 200 años, y no siempre han sido demasiado buenos (o remotamente atinados) en aplicar y seguir esas ideas (basta con ver el actual presidente), pero la pulsión idealista de la política americana está ahí; Obama es una ejemplo claro de ella. McCain también lo es, a su manera;  Andrew Sullivan lo explicaba de forma magnífica.

Estaods Unidos es, realmente, un país distinto. Para bien y para mal.


2 comentarios

  1. Pienso que parte de esa distinción se irá difuminando con el tiempo. Como otros han apuntado parte de ese excepcionalismo se debe a que se fundó como país hace poco, y la experiencia de lo que ocurría en otros países, aparte de la genialidad de los founding fathers, hizo que se fundara de tal manera. A medida que pase el tiempo y se vaya formando como estado en base a nación y cultura, se volverá menos diferente.

  2. No si sigue siendo un país de inmigrantes eternamente, como lo es ahora. Los genes de un país son fuertes, incluso en Europa; mira qué diferentes somos los Españoles entre nosotros, y no somos ni un estado distinto.

Comments are closed.