John McCain, ese senador que prometió hacer una campaña educada y respetuosa (es decir, lo mismo que prometen todos) parece que ha decidido enviar a la mierda la buena educación y concentrarse en lanzar ataques personales a su rival. El último anuncio televisivo que ha lanzado es francamente extraño, diciendo que Obama es el una «celebridad», un «famosillo», del mismo nivel que Britney Spears o Paris Hilton.

Errr… pues bueno. Como anuncio de campaña,  es una pieza excepcionalmente torpe. Primero, utiliza imágenes francamente espectaculares al hablar de Obama; no importa qué opinión le merezcan a uno las ideas del senador de Illinois, un tipo que es capaz de reunir 200.000 personas a 7.000 Km de su casa cuando da un mitin es cualquier cosa menos vulgar. Segundo, un insulto directo a tu rival, llamándole piltrafilla de este modo tan burdo, es francamente poco educado. Y tercero, la segunda mitad del mensaje, la que habla de temas concretos, pierde cualquier clase de energía cuando va precedida de una estupidez semejante.

No es que las acusaciones lanzadas tengan demasiado sentido, de todos modos. Los republicanos andan obsesionados con buscar petroleo en todos sitios estos días, algo que apenas afectará el precio de la energía a corto o medio plazo. Es una medida que es a la vez muy popular en las encuestas y profundamente estúpida en el mundo real; no aumentaría la producción mundial más de un 1% anual (en el mejor de los casos), en un mundo en que la demanda crece un 3% al año. La otra acusación (subida sobre impuestos de electricidad) es bastante absurda y más o menos cierta. No que sea mala idea, la verdad.

¿Qué podemos esperar cuando una campaña electoral se vuelve negativa? Cuando un candidato se pone a tirar mierda con un ventilador, lo que sucede habitualmente es que ambos candidatos quedan pringados. Un anuncio negativo empeora la imagen del receptor, pero también del que lo lanza; el riesgo para el atacante es que su imagen sea la que quede más dañada. McCain lleva una temporadita flirteando con ejercer de troll político sin que la gente se queje demasiado; parece que este anuncio, sin embargo, está empezando poner a no pocos comentaristas en su contra.

Lo cierto es que es una táctica peligrosa, pero que en el fondo tiene cierto sentido. La gente de McCain vio a Hillary Clinton fracasar cuando intentó ser un candidato más histórico, inspirador y maravilloso que Obama, y vio como Hillary ganaba terreno cuando se dedicó a atacar a Obama en serio. McCain quiere echar a Obama de su pedestal y hacer de él un político más, un terreno en que él se mueve más a gusto.

El problema, claro está, es que el electorado de las primarias (y la cobertura de los medios) no es lo mismo en las primarias que en unas generales. Hillary podía vender que no estaba siendo agresiva, sino «poniendo a prueba» a su rival, a ver si puede sobrevivir a los trolls republicanos en las generales. McCain no tiene esa excusa; si la cosa le sale bien, Obama será visto como un tipo arrogante sediento de gloria, pero si se pasa de frenada (y me temo que va de camino) quedará como un viejo cascarrabias que no sabe perder.

Veremos cómo reaccionan los medios; de momento, he visto bastantes críticas a McCain, y algunos comentarios dispersos sobre cómo Obama puede parecer arrogante. Lo que está claro es que esta semana se hablará poco de economía; la campaña de Obama no creo que pueda cambiar de tema.


3 comentarios

  1. Ignacio dice:

    Me sorprende la reacción de algunos pro-Obama ofendiéndose de un supuesto subtexto racista del anuncio. En Huffington Post dicen que en realidad se trata de poner a un negro guaperas y con labia junto a dos zorrones blancos, y dejar que la palabra mandingo flote por los subconscientes. ¡Ese negro se va a follar a tus hijas!

    A mí me parece una respuesta paranoide y disparatada, ¿tú cómo lo ves?

  2. Es ligeramente paranoide, sí, pero así es la política americana. No está del todo fuera de lugar, sin embargo, ya que los republicanos hicieron algo parecido con otro candidato afroamericano, Harold Ford, en el 2006, aunque ese anuncio era muchísimo más descarado.

  3. […] con la realidad. Ya he contado su curiosa tendencia a inventarse polémicas absurdas, como eso que Obama es Britney Spears, o la horrible, escandalosa revelación que los demócratas llamaron “cerda” a Sarah […]

Comments are closed.