Cuando se habla de economía en EUA, hay dos palabras que provocan inmediatamente una reacción de pánico: «socializar» y «nacionalizar». La primera se usa de vez en cuando al hablar de sanidad, y produce un profundo repelús a una cantidad ingente del público y crítica (no importa que la sanidad pública sea más eficiente). El segundo es un palabro tabú entre economistas del mundo entero; el equivalente económico al botón rojo detrás de un cristal que dice «sólo utilizar en caso de emergencia».

Tras el espantoso, aterrador espectaculo que Fannie Mae y Freddie Mac han estado dando estos días (y el hecho que el Congreso ha autorizado al tesoro a extenderles una línea de crédito ilimitada), hay ya bastantes voces que
andan por aquí utilizando la palabra que empieza por «N» como solución / exorcismo a los tremendos problemas de riesgo moral que este seguro de vida público crea en dos compañías privadas. El último es Larry Summers, ex-secretario del Tesoro con Clinton y ex-presidente de Harvard; en otras palabras, un economista solvente nada sospechoso de criptocomunismo.

En contra de lo que dicen algunos, esto no triplicaría el déficit o aumentaría la deuda del gobierno federal en términos reales: como bien dice Summers, las deudas y obligaciones de Fannie Mae y Freddie Mac son ya ahora responsabilidad de los contribuyentes americanos en última instancia, por mucho que estén fuera de los libros merced de un
artificio contable.

No que esta nacionalización vaya a arreglar las cosas ella solita, sin embargo. En LD citan un artículo horrendamente catastrofista de Nouriel Roubini que da bastante (muchísimo) miedo. Uno tendría tendencia a descartarlo (viene de LD, al fin y al cabo) pero Roubini es un economista conocido, con prestigio, y una irritante tendencia a acertar en sus predicciones en los últimos años; de hecho es uno de los poco que olfateó la crisis (y anticipó la caida del dólar). El desastre regulatorio del sistema financiero americano estos años recuerda un poco demasiado al desbarajuste de finales de los años veinte, salvando las distancias. A pesar que ahora los bancos centrales y ministros entienden mejor los mercados que entonces (y los gobiernos son menos alérgico a actuar), esto no ha terminado, ni
mucho menos.


5 comentarios

  1. Egocrata dice:

    Buf, densa entrevista. No estoy de acuerdo con todo (hacer paralelos entre el s.XVI y el XXI es peligroso), pero hay un montón de datos y comentarios interesantes.

    La tengo que leer con más calma, pero es interesante.

  2. […] que es muy triste pedir pero es más triste parir pirámides financieras, un servidor mencionó la palabra que empieza por N. No fui el primero; Larry Summers, sin ir más lejos, estaba diciendo esas cosas antes que […]

  3. […] que es muy triste pedir pero es más triste parir pirámides financieras, un servidor mencionó la palabra que empieza por N. No fui el primero; Larry Summers, sin ir más lejos, estaba diciendo esas cosas antes que […]

Comments are closed.