A John McCain le gusta hablar de política exterior y estrategia militar. El hombre habla con confianza sobre el tema, disfrutando del aura de héroe incontestado que le dan los medios. No es que sea la persona con más conocimientos en esto en la política americana (el tipo ha soltado alguna tontería épica, como confundir suníes y chiíes al hablar de Iran), pero la imagen de experiencia y su condición de veterano de guerra le favorecen cuando se hablan de estas cosas.

Lo que está claro es que a McCain no esta demasiado cómodo hablando de economía. Durante las primarias soltó que el de economía no entiende demasiado, sin ir más lejos; no es algo que suene bien en un candidato a la presidencia, y más en un país que está (casi) en recesión. Los medios americanos hasta ahora le han estado dando el beneficio de la duda -si algo hace McCain bien es conseguir que la prensa lo trate con guantes de seda- pero esta semana él y uno de sus asesores se han cubierto de gloria.

Hace dos o tres días McCain contestaba una pregunta sobre el sistema de pensiones americano diciendo que era una «total disgrace«. Sus declaraciones vienen de esa rara obsesión de los conservadores americanos de decir que la seguridad social americana corre peligro de quiebra inminente, cuando incluso las previsiones más pesimistas (cero inmigración, natalidad mínima) admiten que el sistema es perfectamente capaz de cubrir sus obligaciones hasta el año 2042. Un pequeño incremeto de impuestos (que en el capítulo de seguridad social son regresivos y bastante bajos) arregla el problema de forma instantánea.

Hasta aquí, la retórica. El problema es la explicación que daba McCain sobre por qué el sistema es horripilante. Según McCain, el sistema está roto porque las pensiones de los jubilados las pagan los impuestos de los trabajadores que ahora están en activo; algo horrible, porque según McCain en los buenos viejos tiempos tu pensión venía de los impuestos que habías pagado en el pasado, que el gobierno -se supone- ponía en una hucha cerdito. Básicamente, el tipo no entiende o sabe cómo funciona un sistema de pensiones público, ni en Estados Unidos ni en ningún sitio. La seguridad social no es un sistema de ahorro público obligatorio a gran escala, es un un sistema de redistribución intergeneracional de renta puro. Y lo cierto es que en este sentido el sistema ha funcionado extraordinariamente bien.

Como pifia retórica, lo de McCain es relativamente menor. Sí, soliviantará a los cuatro intelectuales gafosos que odian a los políticos que dicen tonterías, pero el público en general no se molestará demasiado. La seguridad social es un programa con una popularidad enorme, pero la lectura de las declaraciones se hará siguiendo líneas de partido.

La tontería económica de la semana, electoralmente hablando, ha sido la de Phil Gramm, co-presidente de la campaña de McCain y principal asesor económico del candidato, diciendo en una entrevista que la economía sólo está en una «recesión mental» y que Estados Unidos está «lleno de lloricas». Sí, un mensaje estupendo para un candidato que se ha pasado la semana hablando de economía.

Unas horas después de que se hiciera pública esta chorrada McCain hablaba de enviar a Gramm como embajador a Bielorrusia. El problema, claro está, es que las declaraciones ya estaban ahí fuera, y el papel de Gramm ya había entrado en el debate. Gramm no es un asesor cualquiera; este ex-senador por Tejas tiene la confianza de McCain sobre este tema desde hace tiempo, y lleva una buena temporadita trabajando para la gran banca y el sector financiero. Sí, ese que ha metido a EUA en esta crisis. Al menos McCain tuvo suerte que esta tontería apareció un jueves, así que sólo estuvo en los medios un par de días; con suerte estará olvidada la semana próxima.

Lo que si parece claro es que incluso después de la última reorganización, la campaña de McCain aún tiene problemas graves para mantener una disciplina de mensaje consistente. Son demasiados errores no forzados en muy pocos días.


7 comentarios

  1. javier dice:

    Siempre he pensado que los políticos de primera fila no eran mas que actores al servicio de la cúpula de tal o cual partido, pero hay que reconocer que ya ni se molestan en formarlos medianamente o buscar a alguien que medio se sepa defender en público, bendito silencio antes que meter la pata, y nos encontramos con tipos que ¨supuestamente¨van a gobernar una gran potencia y resulta que hacen declaraciones bobas a mas no poder, o literalmente estúpidas como los ejemplos de los que dais cuenta en el artículo.

  2. Tio_Sam dice:

    Has odio lo de la portada del New Yorker? Con Obama con turbante y su mujer con una AK-47… Es uno de esos anuncios sacados de contexto que no son denunciables pero que dañan a los candidatos hasta rayar lo inmoral?

    Me he quedado loco, que facilidad para manipular. Aki sacan a zapatero con capucha y el logo de ETA detras y aunuqe sea medio en broma, empapelan a los tios…

  3. Del New Yorker hablo mañana. Es curioso; a mí no me ha ofendido. Pero vamos, el New Yorker me encanta, así que…

    Lo explico mañana; tiene su miga.

  4. javier dice:

    La diferencia entre lo ocurrido con Obama en el NY y lo que ocurre aquí es que todos los norteamericanos tienen clarísimo que es una broma.

    Casi hago un comentario mas largo pero lo cierto es que con esa frase creo que se entiende.

  5. Tio_Sam dice:

    No se, tambien puede que hayan enseñado lo que les ha dado la gana a los medios españoles. Ya sabéis, hay que hacer que la gente vea las noticias en verano…

  6. Javier: no todos los americanos lo han entendido. Empezando por la campaña de Obama, por cierto…

  7. […] es Irak, es la economía, y en esta materia los republicanos se están mostrando excepcionalmente miopes. Lo que me extraña, sin embargo, es que ninguno de los dos candidatos ha hablado demasiado de […]

Comments are closed.