Estrategia obtusa & Tonterías mediáticas

Matando al mensajero: los medios americanos (II)

27 Jun, 2008 - - @egocrata

El otro día hablaba con cierto detalle sobre dónde reciben la mayoría de americanos sus noticias de contenido político. La lista me parece que sorprendió a algunos porque no incluía muchos de los grandes nombres de los medios americanos, caso del New York Times, las cadenas de noticias por cable o otras luminarias del panorama periodístico americano.

Bueno, lo cierto es que, recuperando el tema del artículo anterior, Estados Unidos es muy grande. Eso significa que incluso los medios de más difusión llegan a muy poca gente (los telediarios nacionales apenas los ven 25 millones de persona); la inmensa mayoría de periódicos, radios e informativos son regionales y relativamente pequeños. Con tantas voces, eso hace que sea a veces más relevante marcar sobre qué hablan otros que ser leído directamente. Los medios más conocidos cumplen precisamente este papel, marcando la agenda de lo que otros hablarán al día siguiente.

El ejemplo más claro de este efecto es el New York Times. La tirada diaria de este periódico está sobre el 1.2 millones de ejemplares, con una distribución más bien escasa fuera del área de influencia de Nueva York (como comparación, El País saca 425.000 copias al día).  El Washington Post ni siquiera se reparte fuera de DC y su área metropolitana, y tiene una tirada por debajo de los 700.000 ejemplares. Sin embargo, ambos periódicos tienen una influencia enorme sobre el debate político americano, en gran parte por que las redacciones de informativos de televisión de todo el país tienen tendencia a seguir la agenda que ellos marcan.

Si el Times o el Post hablan de algo, la gente de Fox News intentará contestar lo que dicen, partiendo de la idea que esos liberales están equivocados. En CNN se preguntarán si lo que dicen esos periódicos es correcto, probablemente enviando a Anderson Cooper a África para que cubra como les afecta el problema. La tropa de MSNBC, mientras tanto, verá el artículo como un magnífico ejemplo de análisis y echará la culpa a Bush tarde o temprano. Es una caricatura, pero tiene bastante de cierta; las cadenas de noticias de cable a menudo actúan según lo que ha publicado la prensa.

Este efecto se extiende en mayor o menor medida al resto de informativos americanos, en una pauta que resulta bastante sorprendente. NBC aprovechará los contenidos de MSNBC, las otras dos cadenas buscarán sus expertos, y las cadenas locales tirarán de lo que saque Associated Press sobre el tema.

Por descontado, los dos periódicos de referencia americanos no son el oráculo infalible de la agenda política. Con tanto medios sueltos, hay una barbaridad de gente que es capaz de sacar un tema y meterlo en el debate de vez en cuando, con una probabilidad que la noticia entre en la agenda inversamente proporcional a la relevancia de esta, y directamente proporcional al tamaño de la chorrada que alguien haya pronunciado. Eso sucede básicamente porque por «debate» muchas veces se entiende «CNN, MSNBC, Fox News», y la verdad esta gente están en esto por el morbo, no por la calidad informativa un poco demasiado a menudo.

¿Quiénes son estas fuentes de sabiduría capaces de poner al país a hablar sobre algo? Sin seguir un orden demasiado marcado, ahí va una lista.

1. Meet the Press y las tertulias de los domingos por la mañana:

Hablé de ellos cuando murió el gran pope del ramo, Tim Russert, hará unos días. Lo ven cinco o seis personas, pero todos deben ser periodistas. Si alguien dice una burrada, está en todas las cadenas el lunes.

2. Las cadenas de noticias de cable, con especial atención a Fox News:

de las tres cadenas de cable, Fox News es de lejos la que tiene una mayor audiencia. Su programa más visto (Bill O´Reilly) tiene dos millones de espectadores diarios. A pesar que la audiencia de Fox tiende a ser más veterana que la de sus competidoras (y menos apetecible para los anunciantes) el tono vociferante y el poco disimulado conservadurismo de la cadena da buenos resultados. Las cadenas de cable tienden a actuar más cómo caja de resonancia que como punto de origen de noticias, pero de vez en cuando ponen algo nuevo sobre la mesa.

Estos «nuevos» temas normalmente vienen de tres fuentes: O´Reilly gritando a algún invitado, Sean Hannity «descubriendo» alguna muestra del comunismo y antiamericanismo de Obama y los demócratas, o Keith Olbermann (en MSNBC) lanzando una de sus -estupendas- diatribas contra alguien.

Por cierto, si alguien tiene curiosidad, Fox tiene de media en prime time un poco menos de dos millones de espectadores, CNN 1.2 millones, y MSNBC 0.9 millones. La tendencia en los últimos meses es Fox a la baja, CNN a la baja (con algunas excepciones, como Anderson Cooper) y MSNBC al alza (con Olbermann mejorando lento pero seguro contra su némesis Bill O´Reilly).  Sí, son audiencias pequeñitas.

3. El Comité de payasos: SNL, Colbert, Daily Show.

Parece mentira que sean influyentes. Lo son, y mucho. Un ejemplo muy claro durante las primarias fue Saturday Night Live, cuando hicieron una parodía de los debates demócratas riéndose de lo bien que los medios trataban a Obama. La cobertura de los medios la semana siguiente cambió de forma radical; si mal no recuerdo, es cuando Hannity finalmente fue capaz de convertir a Jeremiah Wright en una estrella mediática. Los programas de humor cuentan, y mucho.

Mención aparte merecen el Daily Show y Colbert Report, dos programas que emite Comedy Central de lunes a jueves de once a doce de la noche. Tienen una audiencia pequeña (sobre un millón) y la verdad, no son demasiado potentes marcando la agenda. Su papel en el circo es algo distinto: se mofan de los temas estúpidos. No son pocas las líneas argumentales que han acabado muriendo a manos del sarcasmo de estos programas, especialmente de brillante capacidad de Jon Stewart de encontrar videos de todo el mundo defendiendo una cosa y su contraria. Stephen Colbert ha sido especialmente brillante, mientras tanto, poniendo nombres humorísticos a tácticas políticas especialmente irritantes, como el impagable truthiness (palabra que ha entrado en los diccionarios americanos ya) o wikiality.

4. El colectivo troll en internet:

Sí, Internet saca cosas de vez en cuando. Hacer un mapa de la blogosfera americana es complicado (aquí hay un intento), pero las dos fuentes de debate por excelencia son el Drudge Report (por la derecha; la página más fea del mundo) y el Huffington Post (por la izquierda). Ambos son la criatura de dos periodistas con un particular aprecio por el hacha como herramienta de hacer política, así que las «exclusivas» suelen ser bastante crudas y con cierta tendencia al escándalo irrelevante. La verdad, son una lacra.

Lo que es una lástima, porque hay cientos de excelentes bitácoras y páginas sobre política americana. Politico.com es una de las más activas últimamente, aunque es de esos sitios donde disfrutan más hablando de táctica que de políticas concretas. Como en todo, las cosas entran y salen un poco al azar en la agenda, así que es difícil ser más detallado.

Un detalle curioso, por cierto: la página más visitada de las tres cadenas de noticias (y la mejor de lejos, todo sea dicho) es la de MSNBC. Durante mucho tiempo la broma es que CNN y Fox eran canales de noticias con un página en internet, y MSNBC era una página web con un canal de noticias.

5. Los trolls de la radio:

Aquí es donde entran Rush Limbaugh, Don Imus, Sean Hannity (sí, está en todas partes), Bill O´Reilly (otro) y Glenn Beck (en palabras de Stephen King, el primo imbécil de Satán-Bill O´Reilly). Esta gente tienen audiencias importantes (Rush está por encima de los 12-14 millones, si mal no recuerdo) y voces muy claras y decididas; todas ellas del palo conservador. Por algún motivo extraño -o porque NPR cubre ese espacio, no sé- no hay programas de radio progresistas en Estados Unidos con grandes audiencias; el último intento de ello (Air America Radio) ha fracasado estrepitosamente. Con algunas excepciones (Rachel Maddow), no hay voces de izquierda en la radio en la mayoría de mercados.

Si queréis haceros una idea del nivel político de estos programas, basta con escuchar la Cope por la mañana. FJL no ha inventado nada nuevo; Sean Hannity y Rush, de hecho, hacen un programa casi clónico al suyo, con las mismas líneas argumentales y retórica libertaria-religiosa-anticomunista-arribaespañista de siempre. Son programas muy, muy agresivos, que viven de criticar como los «mainstream media» (todo el mundo menos ellos) no dicen la verdad sobre el radicalismo y comunismo de todos los demócratas, etcétera. Dado que hacen horas extra en Fox News, a veces meten temas en el debate. El efecto habitual, sin embargo, es el de los opinadores hablando de política a los ya convencidos.

Hay pocas cosas más patéticas, por cierto, que el segmento de llamadas de los oyentes a estos programas. A Sean Hannity le encanta «debatir» a base de alaridos a los incautos progresistas que le llaman de vez en cuando, usando argumentos que darían vergüenza ajena al más aguerrido columnista del ABC. Cuando llama alguien con cerebro que le rebate bien, el sistema es más sencillo; cuelga el teléfono y pasa a otra llamada, que él no está para hablar con la antiamérica.

6. Los documentales: Newshour, Nightline, 60 minutes

Una especie en peligro de extinción. Antaño habían hablado de política; ahora se pasan la vida hablando historias de interés humano, salud, moda o la tonteria que debe asustarnos del día (¡juguetes asesinos! ¡su portátil puede explotar! ¡nos atacan los robots!). Muy de vez en cuando hablan de política y sacan algo que da que hablar (como Dan Rather hablando del «servicio» militar de Bush), aunque la verdad, no siempre funcione bien (Dan Rather hablando de dicho servicio usando documentos falsos). Muy triste.

Creo que esto es todo respecto a medios, de momento. Si hay alguna pregunta, la contesto encantado. Ahora tocará hablar de cosas más concretas, para variar un poco. Que esto parece un medio generalista.


7 comentarios

  1. Creu dice:

    ¿Y Oprah? ¿Donde queda la influencia de Oprah Winfrey?. ¿O es que ella necesita capitulo aparte?

  2. citoyen dice:

    Hola

    Pregunta, ya que te ofrecías a responderlas;

    Me sorprende lo que decías en el artículo anterior de que el Espacio público estaba bastante fragmentado et EUA. El tema me interesa en buena medida en relación con la UE. ¿Por qué en EUA existe una agenda y un debate político más o menos única mientras que en la UE no?

    Mi explicación hasta ahora era en términos de información y costes de monitorizar http://www.lorem-ipsum.es/blogs/federalista/?p=7; los votantes están acostumbrados a participar gracias a una serie de instituciones- formales e informales; la lengua, los medios de comunicación, el imaginario colectivo, la estructura institucional,…- que configuran su «cultura política»; en la medida en que en la UE tenemos 27 «culturas políticas distintas» los votantes perciben la UE como demasiado complicada; eso hace que los ciudadanos prefieran participar a través de sus representantes intergubernamentales que a través de un debate común. Si a eso añadimos que las competencias son más bien reducidas, tenemos casi toda la explicación.

  3. Me parece que la respuesta es más sencilla:

    1. Nadie habla 21 idiomas.
    2. La mayoría de europeos no está por la labor de leer un periódico en inglés o francés por gusto en sus ratos libres.

    Y la verdad, el «debate político americano» es menos general de lo que parece; lo que se discute en Connecticut no tiene nada que ver con lo que se habla en Kansas o Maine. Los candidatos a menudo emiten anuncios completamente distintos.

  4. Ah, y sobre Oprah: es Dios. Pero no sé, es difícil de decir si marca mucho la agenda o no. Es una hora muy marujil de ver la tele; no sé qué peso tendrá. Lo investigo.

  5. […] su carrera como “corresponsal” en el Daily Show, y tenía (tiene) un programa llamado The Colbert Report, una parodia de los “informativos” conservadores entre histéricos y sobreexcitados en […]

  6. […] a McCain directamente que el acuerdo haya fracasado esta tarde. Sí, el Times es liberal, pero marca la agenda con muchísima fuerza; aunque sea para criticarlo, mañana todo el mundo estará hablando […]

  7. […] El resultado es que el panorama informativo español se ha fragmentado. Pensé esto mientras releía, a propósito de la crisis en la Blogosfera, dos entradas de Egócrata en las que hablaba de la terrible fragmentación de los medios de comunicación estadounidenses (I y II). […]

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