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Sucesión, monarquía y reformitas constitucionales

26 Sep, 2006 - - @egocrata

Partiendo de que la monarquía no me parece una institución demasiado relevante (un presidente-florero al estilo alemán o irlandés es más o menos lo mismo a efectos prácticos, sin caer en leyes medievalistas), me parece cómica la súbita oleada de preocupación de algunos en el tema hereditario. Sea por alergia a tocar la constitución, sea por temor a que los votantes puedan opinar en nada relativo a la Casa Real, algunos están muy suceptibles estos días.

Mi opinión: no debe cambiarse el orden sucesorio. La monarquía es esencialmente una antigüedad; un legado folklórico- legal de uso ciertamente limitado que sobrevive como oscuro tributo a nuestra historia. Por ese motivo, igual que no le cambiamos el peinado a las meninas para que Velázquez parezca moderno, no cambiamos el orden sucesorio tradicional para que darle una patina igualitaria a una institución que no lo es. Es como ponerle un alerón de F1 a un 600; por muy molón que quede, seguirá sin ser un deportivo.

La verdad, aún con una cierta preferencia republicana, la corona no me molesta demasiado. Lo de tratar de legitimarla dándole retoques populistas, sin embargo, me parece absurdo.

Por cierto, puestos a reclamar, quiero que vuelvan los Habsburgo. Que cojones, que vuelvan los Trastámara. O que me busquen herederos de Wilfredo el Velloso, ya puestos. Ya que estamos historicistas… La verdad, hay otras reformas constitucionales más urgentes.


2 comentarios

  1. Josevi dice:

    Yo no me distingo por ser especialmente monárquico, sin embargo si que considero que el tema de cambiar el criterio del orden de sucesión me parece importante.
    Es un gesto inmprescindible para ir paulatinamente alejándonos del patriarcado machista que (sin hacer ruido) está entorpeciendo el avance de toda la humanidad (tanto económico, como político y como social).
    El rey como figura, como imagen, es un HOMBRE que manda. Todos sabemos que en realidad esto no es así, pero si cambiamos la figura del rey por el de una reina, quizá la sociedad (que como indivíduo es muy lista, pero como masa es muy borrega) pueda convencerse de que el liderazgo llevado por una mujer no sólo es posible, sino que puede ser bueno. Así quizá un día veamos a una presidenta del gobierno, o ministras en ministerios como el de justicia, o fomento, o directoras de banco de españa…

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