Tras sufrir el festival Eurovisivo incluso aquí (soy tan masoca que lo vi por internet), hay varias bitácoras ahí fuera reflexionando sobre el tema. Yo, como soy más pedante que ellos, no me quedaré en el análisis, si no que demostraré que los académicos tenemos a veces una capacidad de perder el tiempo ilimitada.

Enlazo, pues, unos cuantos artículos. El primero, en una bitácora de académicos (Crooked Timber), que hace un divertido análisis aplicando metodología de redes sociales a los patrones de voto. Muy interesante. El segundo es todavía mejor: un artículo escrito por un grupo de físicos (¿!) analizando el evento desde una perspectiva de redes neuronales, o algo así de obtruso.

Lo más significativo, aparte de la victoria de Grecia (que horror de
canción), fue el espectacular resultado de los países de Europa Occidental. Alemania, Francia, Reino Unido y España, en el vagón de cola. Un patetismo bastante serio. Esto de votar a los vecinos balcánicos / escandinavos / bálticos es un rollo. O balcanizamos España, o consolidamos Europa del este de nuevo, que aquí no hay quien juegue.


Sin comentarios

  1. Manu dice:

    No coincidimos en gustos musicales…

    Por cierto, ¿también opinas que la canción española hubiera quedado mucho mejor sin el rapero ese que salía asustando?

  2. Egocrata dice:

    El rapero era lo único que me gustó :-). La canción era un desastre espantoso, se mire por donde se mire.

  3. Manu dice:

    «El rapero era lo único que me gustó»

    Definitivamente no coincidimoso en gustos musicales.

    «La canción era un desastre espantoso, se mire por donde se mire.»

    No me gustó pero era mucho mejor que lo que llevamos los cuatro últimos años.

  4. Julián dice:

    Que diablos pasa con Grecia que está ganando todo ultimamente?

Comments are closed.