Los ingleses están sorprendidos por la historia de un pianista.
El 7 de abril, un hombre de unos 30 años fue recogido en las calles de Sheerness, Kent, vestido con traje y corbata y totalmente empapado. No decía palabra, y parecía presa de un pánico atroz. La policía decidió llevarlo a una institución donde tratan enfermos mentales; los doctores, sin embargo, no consiguieron que hablara, ni pudieron entender que le sucedía.
Pasaron unos días antes que le dieran papel y lápiz, y descubrieran, sorprendidos, que el silencioso y asustado individuo dibujaba con detalle un gran piano. Los doctores lo llevaron a la capilla del hospital, y sentaron al hombre delante de uno, para descubrir, sorprendidos, que lo abría y se ponía a tocarlo como el mejor de los virtuosos, horas y horas. El hombre también se puso a escribir música, que tocaba con pasión incesante y
frenética.
Tras esto, la policía y el hospital han estado preguntando por orquestas de Europa, y han avisado a los medios. El silencioso pianista, mientras tanto, sigue tocando en la capilla, ajeno al mundo, huyendo de sus demonios.
Por cierto, ya han negado que se trate del señor Acebes.
Por si acaso alguien sospechara.