Haciendo memoria, recuerdo que conocí Politikon en Essex a través de Luis hace ya unos tres años. Desde entonces he seguido con asiduidad el blog y siempre me he sentido muy identificada con el proyecto. La idea de que pudieran existir foros (físicos o virtuales) en los que lo que se publica en las revistas académicas no sólo sirviera para acreditarse o conseguir sexenios me parece fundamental. Fundamental para huir de las visiones excesivamente simplistas, muchas veces tamizadas por adhesiones partidistas e ideológicas o únicamente basadas evidencia anecdótica.

¿Y por qué estoy ahora escribiendo esto? En realidad el paso se produjo hace unas cuantas semanas cuando algunos de los editores me propusieron informalmente unirme al barco. Desde entonces todo ha sido bastante rápido: al día siguiente recibí un email colectivo con el asunto “Politikon – una propuesta oficial” y este miércoles Pablo me dijo: “el viernes te anunciamos” (sin signos de interrogación). No he podido ni he sabido decir que no.

A modo de presentación me han pedido que cuente por encima mis credenciales educativas. La verdad es que mi resumé es bastante reducido y modesto. En mi tesis, vinculada a un proyecto I+D+i de la UNED, trato de explicar cómo ciertos elementos restringen el valor de mercado de las credenciales educativas. Por ejemplo el hecho de que las titulaciones puedan no estar reflejando competencias o habilidades, que el tamaño de las empresas limite la capacidad de remuneración, o que haya un desajuste prolongado en el tiempo entre las cualificaciones ofertadas y las demandadas. También tengo algunos papeles firmados por el rey y otra gente importante donde pone cosas como “Economía aplicada”, “Investigación Social Aplicada y Análisis”, “Ciencias Políticas y de la Administración” o “Sociología”. En la Universidad de Salamanca es donde empecé mi formación académica y después continué aprendiendo en el CIS, la Universidad de Alcalá, la Universidad de Essex y el Instituto Europeo de Florencia.

No estudié en Yale como Octavio ni tengo la capacidad de Roger de ser al mismo tiempo prolífico y no banal. Los gráficos no me queden tan bien como los de Galindo o Kiko, ni tengo esa aguda capacidad de Pablo para contar las cosas con rigor y claridad. Tampoco tengo las dotes de San Miguel, que lo mismo que organiza un evento que te habla de un libro que te cambia la vida. No soy tan pulcra y eficiente como lo es Juan y por supuesto no sé tanto de la elasticidad de la oferta de trabajo de las mujeres como Luis, que es capaz de citar todos los autores de un paper sin despeinarse. A pesar de todo eso, me esforzaré por intentar aportar algo que pueda resultar de interés. Claro que una cosa es decir “esto es un post” mientras crees que estás arreglando el mundo con tus colegas y otra muy distinta ponerse delante de una hoja en blanco. Espero estar a la altura.