Política

Encuestas jugando a la Contra

14 Ago, 2013 - - @kanciller

El pasado día 13 La Vanguardia sacó una estimación de escaños empleando los datos del último sondeo del CIS (artículo disponible vía “El Mundo en Cifras”). Según la proyección que realizaba el diario catalán el PSOE ganaría las elecciones con 126 escaños, seguido del Partido Popular con 122. Lo más llamativo es la subida de IU, UPyD y ERC, llegando los primeros a quedar como primera fuerza en Asturias. Desde luego, estos sorprendentes resultados recuerdan un poco a aquella simulación que hizo Metroscopia a mediados de mayo. Sin embargo, como en aquel caso, tiene una validez extremadamente limitada. Algunas cuestiones para clarificar el asunto.

Cuando se intenta estimar los escaños que obtendría un partido en unas elecciones hay que ser extremadamente cuidadoso. Una primera razón se liga con el tamaño de las muestras. El barómetro del CIS en el que se basa la estimación de La Vanguardia tiene 2.500 entrevistas para 46 provincias, con muestreo estratificado según género, edad y tamaño del municipio. Si uno hace una estimación de cuantos individuos corresponden a las provincias en función de la población, nos encontramos con que la submuestra es extremadamente pequeña para la mayoría de ellas. Así, los resultados en las provincias de Ávila son predichos con 10 individuos, 11 en Cuenca, 12 en Huesca, 17 en La Rioja, 28 en Ciudad Real… Como os podéis imaginar el margen de error es enorme.

Esto no significa que no se pueda hacer bien. Por ejemplo, la pre-electoral del CIS en 2011 tenía unas muestras lo suficientemente grandes para estimar con confianza los escaños que podían cambiar de manos. Sin embargo, con un barómetro presente el cálculo es pura imaginación. Me comentaba Jordi Muñoz ayer que la asunción detrás de este tipo de estimaciones es que los “swing”, los cambios electorales predichos a nivel general, son homogéneos en todo el país. Esto es lo que muchos expertos llaman la “nacionalización dinámica”, o que el país se comporte en sus cambios electorales de manera congruente en todo su territorio. Como os podéis figurar, para dicha simulación, esta es una asunción fuerte.

Por ejemplo, miremos los datos del PSOE en 2008-2011. En promedio este partido perdió 15 puntos por provincia, pero con una desviación típica de casi 5, la cual no es irrelevante en términos de escaños. En La Rioja, provincia “en disputa” las pasadas elecciones, se reparten 4 escaños, tradicionalmente asignados a pares entre PP y PSOE. Que el PP adelante al PSOE en 15 puntos, por fórmula d´Hondt, no afecta dicho empate. Sin embargo, superado el umbral de los 19 puntos, el tercer escaño cae del lado del vencedor. Y así fue, cuando el PP aumentó su diferencia con el PSOE a 23 puntos frente a los apenas seis de la anterior. Cambios que marcan la diferencia para ganar.

Por razones opuestas, las estimaciones de escaños tampoco son fables donde las magnitudes de distrito grandes. Es verdad que en este caso las muestras son mayores pero variaciones marginales en voto pueden hacer cambiar los escaños de manos. Esto es especialmente así en entornos multipartidistas, donde los restos para signar escaños pueden ser muy pequeños. Esas diferencias cruciales, de hecho, terminan estando siempre dentro del margen de error. Por eso creo que cuando se lee una encuesta lo más seguro es centrarse en la intención de voto para no dar pasos en falso.

Un último apunte que ha sido pasado por alto es que, de acuerdo con esta simulación nos encontraríamos ante un escenario que podría darse gracias a nuestro sistema electoral: El Partido Popular ganaría las elecciones en  votos pero la perdería en escaños. Esta situación no se ha dado nunca hasta ahora en unas Generales pero una distribución del voto que primara distritos rurales sobre urbanos lo hace posible (ya pasó en Cataluña). No quiero ni imaginar la – todavía más – crisis de legitimidad que implicaría este escenario. Pero bueno, de momento esto lo dejamos para la ciencia ficción.

Entiendo que hay que llenar páginas de periódico en agosto, algo ligerito para que entre con el calor. Sin embargo, simulaciones de este tipo no deberían tomarse demasiado en serio a la hora de saber por dónde pueden ir los tiros en unas Elecciones Generales. Están más cerca de La Contra que de la sección de política.


13 comentarios

  1. Ferrim dice:

    Magnífico post, pero una aclaración. El escenario que planteas de victoria para el PSOE en escaños pese a perder en votos no es así. Lo que ha ocurrido es que han extrapolado a partir de la intención de voto directa, sin cocina, y ahí aparecía por delante el PSOE en la encuesta.

    Dado nuestro sistema electoral, es muy difícil que una ventaja de cinco puntos a nivel nacional como la que otorga el último CIS al PP resulte en un menor número de escaños. De hecho, en 11 elecciones nunca se ha producido, aunque también es cierto que sólo hemos tenido una elección realmente ajustada entre los dos primeros partidos (la de 1996). Haría falta una distribución muy sesgada del voto hacia el partido perdedor en las provincias menos pobladas para que pudiéramos ver algo así.

    En este caso, al tratarse de una extrapolación que parte de los resultados reales de 2011, que no fueron ni con mucho tan sesgados como para producir un resultado semejante, no es posible que aparezca ese efecto. Pero sí es un peligro real, como comentas, en la medida en que no reformemos nuestro sistema electoral y en que las elecciones reñidas se vuelvan más frecuentes.

  2. Lluís dice:

    Las proyecciones para elecciones generales siempre he pensado que dejan bastante a desear, y se me ocurren varias razones:

    -Hay dos comunidades autónomas con dinámicas políticas autónomas por naturaleza (valga la redundancia, y creo que no hace falta decir cuales son). Los tamaños de muestra que tratan hacen dificil de predecirlas (probablemente requerirían submuestras específicas); no son las únicas, pero en otros casos estamos hablando de que las fuerzas locales logran 1 ó 2 escaños, lo que no altera excesivamente el resultado final.

    -Como ha dicho Pablo, los cambios (y a partir de ahora me referiré sobre todo a los dos grandes partidos) no son uniformes: hay dinámicas propias en toda España que hacen que estos no sean uniformes. Con un sistema más proporcional y sin «malaportionment», no tendría importancia, pero siendo como es, no tiene el mismo impacto que los avances/retrocesos de un partido los haga en la Comunidad de Madrid que en Castilla y León (los dos casos extremos).

    -Por otro lado, el malaportionment existente da cierta ventaja (y de momento no veo que vaya a dejar de ser así) al PP respecto al PSOE: es más probable una victoria ajustada en votos del PSOE y perder por un puñado de escaños que el escenario inverso (Pablo podrá estimarlo mejor que yo, pero intuiría que en caso de empate en votos el PP partiría con unos 10 ó 12 escaños de ventaja, y que el PSOE para empatar al PP en escaños necesitaría ganar de unos 2 puntos). Es una reducción muy significativa respecto a la transición en la que la UCD tenía una ventaja muy notable respecto al PSOE (la dicotomía voto urbano-provincias grandes/voto rural-provincias pequeñas era muy grande), pero sigue estando ahí (ahora más bien se diría que el PP coge ventaja en las más pequeñas -ahí pesan mucho las Castillas-, el PSOE en las medias -ahí pesa Andalucía- y que las mayores quedan repartidas); pero en conjunto no llega a estar equilibrado. Por cierto, relacionado con esto, el hecho que UPyD e IU tengan patrones (relativamente) similares a PP y PSOE respectivamente potencialmente podría provocar el efecto opuesto: UPyD desperdiciando votos en provincias de 3-5 escaños mientras que IU rompiera el bipartidismo en muchas de 6-9 escaños. En global, esto beneficiaría ligeramente al PP (adicionalmente), porque las provincias donde es más fuerte no se vería amenazado por una tercera fuerza mientras que el PSOE sí.

    -Finalmente, en general a lo largo de los últimos 30 años, el partido incumbente solía aguantar mejor en las provincias menos pobladas, y el que emergía solía hacer mayores crecimientos en las más pobladas; supongo que habrá efectos de votante rural-más edad-mejor malo conocido contra votante urbano-más joven-mayores ganas de cambios. Eso a priori también le daría cierta ventaja al PP (por lo primero, no creo que el PSOE esté en condiciones de aprovecharse mucho de lo segundo).

    Aún así, no quiero imaginarme un escenario de un partido ganando en votos y el otro en escaños…

    • Ignacio Paredero dice:

      Muy bien analizado.

    • Alatriste dice:

      Aunque tenéis razón en que crearía inestabilidad y crispación que un partido ganara en votos pero no en escaños (sobre todo si fuera el PP, pero vamos a decirlo con todas las letras, el PP solo necesita estar en la oposición para sentirse robado) hay que hacer dos puntualizaciones

      – Una, que ahora mismo el PP tiene en sus manos cambiar la ley electoral. Si no lo hace, difícilmente puede quejarse luego de los resultados… aunque en la vida real no creo que ese detalle lo detuviera.

      – Que no sería lo mismo ese escenario si los dos partidos sumasen más de 300 escaños y el ganador rozara la mayoría absoluta que si andaran en torno a 250 o poco más y el ganador anduviera por los 130-140. En ese caso hasta sería difícil formar gobierno solo con una coalición de dos (salvo que fuera PP-PSOE) y el tema perdería mucha importancia.

    • Pablo Simón dice:

      Estupendo comentario. No quería entrar en tana profundidad en el tema, pero todos los apuntes son pertienentes:

      a) El sistema electoral español tiene un sesgo conservador (via malapportionment, efeto varianza y baja magnitud de distrito). Las esitmaciones son que para sacar absoluta el PSOE requiere de media unos cuatro puntos más que el PP. En todo caso, Penadès me ha dicho alguna vez que ya no está tan claro que el voto rual sea totalmente PP, que se ha tendido a equilibrar por el sur y eso podría afectar en el medio plazo (si se hace re-apporcionamiento). Sobre ventaja comparativa de UCD, más aquí http://politikon.es/2011/12/01/hola-mundo/

      b) Sobre lo del efecto varianza y sus efectos sobre los diferentes partidos, aquí con más detalle sus efectos partidistas. http://politikon.es/2013/04/23/los-liberales-y-el-cepo-de-hierro/

      c) Creo que el mensaje es que las estimaciones en escaños son poco fiables, en genera,l para nuestros sistema electoral. Ni que decir que el ejercicio de LV es poco más que fantasioso. De todas maneras, sí, es más probable que el PP gane en escaños y no en votos que viceversa (como dice Ferrim, especialmente en contextos competidos). Quien sabe.

      d) No, no hay cambio alguno en el sistema electoral nacional a la vista.

  3. Alberto dice:

    Otra vez más se han olvidado de mencionar a EQUO

  4. Jaime dice:

    Recomiendo al autor del post que se lea el artículo original, y no el resumen. Así, quizá, para la próxima, evite cometer ciertos errores a la hora de jugar al fact-checking.

    http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVE05/PUB/2013/08/11/LVG201308110181LB.pdf

    http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVE05/PUB/2013/08/11/LVG201308110191LB.pdf

    Estimando válidas las aportaciones sobre los márgenes de error o distribución por provincias, este tipo de proyecciones son comunes en La Vanguardia, no sólo en los calores de agosto. Un par de ejemplos:

    http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVE05/PUB/2013/05/12/LVG201305120221LB.pdf

    http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVE05/PUB/2013/03/04/LVG201303040181LB.pdf

    Un saludo.

    • Pablo Simón dice:

      Estimado Jaime;

      No hay duda de que he sido injusto con el conjunto del artículo, que se trata de un repaso exhaustivo del barómetro del CIS correspondiente. En todo caso, absolutamente nada de lo comentado arriba cambia… Las estimaciones en los escaños sobre un barómetro adolece de los mismos problemas de infrarepresentación de las muestras procinciales y márgenes de error. En cualquier temporada del año, eso sí.

      Saludos

      • Jaime dice:

        Querido Pablo,

        En el comentario anterior decía que tus comentarios sobre los márgenes de error y las muestras son muy pertinentes.

        Pero en tu artículo dices (o al menos sugieres) que el autor se basa en la estimación de voto, y no es así: las proyecciones que hace son en base a la intención de voto más simpatía. No entro a valorar si en términos demoscópicos es mejor o peor, sólo en que ahí cometes un error. Si es que no lo he entendido mal.

        Y tampoco termino de entender por qué dices que el PP ganaría en votos, pero no en escaños. La proyección da casi medio millón de votos más al PSOE. Se hace según el concepto intención de voto más simpatía, repito.

        Y sé que el autor de la información hace el reparto de escaños por provincias por medio de un sistema que ha elaborado él mismo. No sé qué variables tiene en cuenta, eso sí.

        Creo que tu aportación es válida, pero es conveniente cubrirse las espaldas a la hora de hacer ciertos comentarios.

        Un saludo.

        • Pablo Simón dice:

          Hola Jaime;

          Veamos, quizá no he sido claro en el artículo. Yo entro principalmente en el tema del muestreo y el reparto de escaños,no entro para nada sobre la proyección. De hecho, solo conocía el dato de los escaños, justamente el que me ha servido para alertar contra esas proyecciones.

          La cocina del barómetro del CIS (que considera intención + simpatía) da como ganador al Partido Popular. LV ha hecho una cocina alternativa que da como ganador al PSOE. Sin embargo, una proyección de escaños con cualquiera de las dos tendría exactamente el mismo problema que he expuesto arriba.

          Es verdad que, de acuerdo con LV el PSOE sí ganaría las elecciones, por eso mi último párrafo es impreciso. Sin embargo, no es algo demasiado grave porque es un escenario que con nuestro sistema electoral puede ocurrir; que uno gane en votos y otro en escaños (más al PP que al PSOE, dcho sea). Justamente ahí lo interesante del tema; unas elecciones reñidas lo hacen posible.

          En resumen, que yo alerto contra las proyecciones de escaños. Lo que hagan en la cocina, que cada cual se lo coma

          Gracias por los comentarios 🙂

          • Jaime dice:

            Sin ánimo de ser pesado…

            Al asunto del muestreo y demás, amén. Escribí el comentario por lo que te puse en el anterior comentario, nada más.

            Saludos.

  5. claudio dice:

    De mis estudios de estadística, que datan de hace unos cuarenta años, creo recordar que la fiabilidad depende del tamaño de la muestra y no de la proporción de ésta respecto al universo a analizar.

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