Política

Los liberales y el cepo de hierro

23 Abr, 2013 - - @kanciller

En un post de hace algunos días Jorge San Miguel hablaba sobre cómo en España no fue posible hacer cuajar un partido liberal con opciones serias. Su explicación se basaba en la idea planteada por Luebbert sobre las diferentes alianzas de clase que cuajaron en Europa durante el XIX y el XX. Sin embargo a mi me gustaría cerrar un poco el angular para centrarme en nuestra historia reciente y el inesperado rol que jugó el sistema electoral para configurar la idiosincrasia de nuestro sistema de partidos. Mi argumento es que el sistema electoral y su sesgo conservador se terminó convirtiendo en uno de los elementos que permitió al Partido Popular configurarse como el único gran partido de la derecha. Por lo tanto, esto es lo que explica que no hayamos tenido un partido liberal fuerte aquí. Y es que a la postre termina siendo mejor para los liberales, como decía Mayor Oreja, que  estén dentro escupiendo fuera que fuera escupiendo dentro.

El efecto varianza o preparando el cepo

Comencemos por meter en escena un concepto sobre sistemas electorales que no es tan conocido; el efecto varianza. Esta idea viene acuñada en el artículo clásico de Monroe y Rose “Electoral Systems and Unimagined Consequences: Partisan Effects of Districted Proportional Representation”. Como es conocido, y he insistido en numerosas ocasiones, la proporcionalidad se ve afectada de manera crucial por el número de escaños que se eligen en los distritos. Cuantos más escaños por provincia, más proporcionales serán los resultados finales (y más fragmentación esperada). Sin embargo, lo normal es que en los sistemas proporcionales que no tienen un distrito único (Israel o Países Bajos) la magnitud del distrito varíe según la circunscripción, algo normalmente llevado por la población. Quizá de las pocas excepciones que hay sea Chile, con su sistema binominal. En todo caso, ahí tenemos a Suiza con una variación entre 34 y 1 escaños. O nosotros en España, con una variación de entre el único escaño que elegimos en Ceuta o Melilla y los 36 que se escogen en Madrid.

Dicho esto (parafraseando a los autores), igual que se sabe que los escaños pueden determinar el número de jugadores de la partida, el efecto varianza puede afectar a cuáles son los jugadores que se sientan en la mesa y las cartas que tienen para jugar. La magnitud del distrito en los sistemas proporcionales suele estar muy correlacionada con la urbanización, es decir, la población del distrito. Por lo tanto en la en la que la urbanización se asocie a su vez con determinadas ideologías partidistas, esto se traduce en diferente representación. Un partido que compita bien en las zonas urbanas y no en las rurales tiene que enfrentarse a al menos dos problemas (todo lo demás constante) que su rival fuerte en el medio rural no debe soportar.

Por un lado como la magnitud de distrito es mayor en las zonas urbanas, este partido tiene que competir con muchos más oponentes que su rival rural, donde el efecto mecánico de una magnitud más pequeña lamina a sus adversarios. Pero por otro lado los intereses urbanos necesitan más votos en términos relativos para traducirse en representación total que los rurales. El escaño es relativamente más barato en una provincia pequeña que en una grande. Además, estas dinámicas no solo vienen impulsadas por el componente mecánico del sistema electoral sino que en el medio plazo tiende a reforzarse. Por el lado de la oferta, porque los partidos tienen menos incentivos para presentar candidaturas en los distritos rurales si no son mayoritarios y gastar en campaña en zonas rurales genera menos economías de escala/ rendimientos. Y por el de la demanda, porque los votantes son más propensos al voto estratégico en los distritos rurales – por sus pocos escaños – o a abstenerse ante la falta de alternativas viables.

El CDS: Los liberales del arado

Presentado el efecto varianza, veamos lo que ha ocurrido en España durante las últimas décadas. El sistema de partidos que surge de la transición se basaba en dos partidos centrales de centro izquierda y centro derecha, dos pequeños en los extremos  y toda una plétora de partidos nacionalistas. Sin embargo la implosión de la UCD en 1982 dejó paso a un sistema hegemónico del PSOE y trastocó aquel equilibrio precario. Los centristas o bien pasaron al PSOE o AP, o bien se sumaron a la aventura de Adolfo Suárez en el CDS. Asumamos por un momento que el CDS es un partido liberal o liberal-social, como ellos mismos se denominan en sus estatutos ¿Podía haberse consolidado como un partido liberal español? Pues bien, creo pese a su indudable éxito de entrada el sistema electoral se lo puso difícil simplemente por la distribución territorial de sus apoyos.

Si uno mira dónde obtenía el CDS sus mejores resultados en las elecciones generales verá que existe una correlación inversa entre la magnitud del distrito y los resultados de este partido (-0.26 en 1982, -0.17 en 1986 y -0.11 en 1989, significativas las dos primeras sin Ávila, Madrid y Barcelona). Esto apunta a que el CDS, paradójicamente para un partido liberal, tenía una base rural pero casi siempre a la zaga de Alianza Popular (Solo en Ávila consiguió superarla en 1986). Esto es problemático porque al haber magnitudes de distrito pequeñas solo puede quedar un genuino campeón de la derecha. Por una parte existen fuertes incentivos para el voto estratégico hacia los dos partidos mayoritarios. Pero por la otra a nivel de las elites ocurre algo semejante. En la medida en que los conflictos internos empezaron a mellar el CDS los notables locales tuvieron incentivos para irse con el grande más competitivo (básicamente al PP). Sí, su descomposición fue contingente a decisiones políticas – y su política errática en algunas comunidades autónomas – pero el sistema electoral era un cepo preparado para activarse.

Parece por lo tanto que el cleavage rural urbano jugó un papel importante en la consolidación de un partido fuerte a la derecha en la medida en que cualquier competidor que le disputara sus espacios en el medio rural lo tendría más complicado. ¿Y qué ocurre mientras en el campo de la izquierda en los 80? Por entonces el PSOE y el PCE/IU todavía son fuertes en los grandes distritos y nada parece amenazar la hegemonía electoral del primero. Mientras, los votantes de PCE/ IU siguen concentrando el voto en el medio rural en la opción “menos mala” para sustento del PSOE. España durante este periodo es lo opuesto que Portugal, donde la izquierda compite mejor en el campo (como Alentejo) que la ciudad. Y también a diferencia de aquel país la volatilización del CDS, una opción intermedia entre los dos mayoritarios, abrió el camino al bipartidismo imperfecto que se inaugura en los 90.

En precario equilibrio ¿Hay espacio para un partido liberal?

Un partido liberal, por definición, se esperaría que sea capaz de beber de las zonas urbanas, de la población joven o de las clases medias y profesiones liberales. El CDS fue una rara avis, y aunque hubo un intento abortado con la “Operación Roca” este proyecto terminó en una mera anécdota. Sin embargo, hoy el contexto ha cambiado de manera importante. Por ejemplo, no creo que esté claro hoy día la asociación entre rural-conservador y urbano-progresista como podía ser más claro en el pasado. El PP domina la mayoría de las capitales de provincia desde los noventa mientras que el PSOE lo hace en las ciudades medias y distritos rurales del sur. La variación en la magnitud del distrito sigue introduciendo una ventaja a los intereses rurales pero parece que no hay líneas partidistas tan claras como en la década pasada, al menos entre los dos mayoritarios.

Pero además la urbanización – o las magnitudes de distrito grande – también se asocian con elementos relevantes para la competición como puede ser una estructura demográfica más joven o un impacto más fuerte de las crisis económicas. Estos elementos favorecen el surgimiento de partidos en entornos urbanos, donde además el sistema electoral es menos gravoso para obtener escaños. No en vano todos luchan por entrar por Madrid, Barcelona o Valencia. Sin embargo, no se puede dejar de lado el momento en el que se crea el partido. Por ejemplo, UPyD no se explica sin la activación del cleavage centro-periferia o su fuerte liderazgo personalista. Liberales incrementalistas, pequeños partidos que busquen un espacio electoral, lo tienen complicado para meter cuña sabiéndose que superar el sistema electoral les obligará a tomar mucha carrerilla. Y eso que ni siquiera hemos metido en escena a partidos nacionalistas, lo que hacen variar la competición según la provincia.

Hay quien defiende que UPyD es hoy ese partido liberal que no cuajó la pasada década aunque es cierto que en el eje ideológico le falta la etiqueta (“Ni de izquierdas, ni de derechas”). La pregunta es si morirá de éxito. Sí, sabemos que el bipartidismo evoluciona a la baja y que la volatilidad podría ir en aumento. En muchas comunidades este partido será – o es – el cobijo de sectores que se auto-denominan liberales en Madrid o Valencia. Ahora bien… ¿Qué ocurrirá cuando en 2015 tenga la llave de muchos gobiernos autonómicos, tal y como le pasó al CDS en 1987? Es indudable que sus bases electorales son muy diferentes de aquel – más urbanas, en zonas pobladas y jóvenes – pero el sistema electoral sigue siendo un cepo de hierro esperando los traspiés incautos. A unos años vista veremos dónde está el equilibrio en la oferta partidista. Ya se sabe lo de Marx y la historia que se repite. Pero mientras se espera a ver que ocurre ahí tenemos al Partido Popular, apretando fuerte los dientes con la esperanza de conservar el mayor legado político de Manuel Fraga (y del efecto varianza): una gran derecha en España.


14 comentarios

  1. Alucinado dice:

    En primer lugar, si de verdad consideras que UPyD, y sobre todo el CDS, son partidos liberales está claro que hablamos idiomas completamente diferentes, en los que la palabra liberal tiene un significado bastante diferente.

    En todo caso, la definición de liberal puede ser subjetiva y discutible, pero lo que creo que es un hecho es que el fracaso de los partidos autodeclarados liberales (Operación Roca, el partido liberal que intentó ir por libre tras romperse Coalición Popular, los de Garrigues Walker) no tuvo nada que ver con varianzas ni distritos electorales, sino con el hecho de no los votó ni Dios, ni en el campo ni en la ciudad, y eso no hay reforma electoral que lo arregle.

    Y en cuanto al CDS, subió al principio a base de la personalidad de su líder y un programa brumoso con algunas medidas muy populares como gancho y lo demás lo bastante difuso como para satisfacer a todo el mundo; pero cuando empezó a gobernar en coaliciones y tuvo que mojarse, acabó como la UCD desgajado por luchas internas y abandonado por los votantes, cuando muchos de los de dentro y de los de fuera iban descubriendo que eso no era lo que ellos pensaban.

  2. Epicureo dice:

    Es cierto; el sistema electoral español favorece a una derecha unida. Porque «regala» muchos escaños al partido ganador en las provincias castellanas más rurales y más envejecidas, escaños que «roba» descaradamente a los terceros partidos.

  3. David Donaire dice:

    ¿UPyD liberal? Si, como Alucinado, creo que si nombras a esos partidos como liberales hablamos idiomas diferentes. En España si no hay partido liberal es porque hay pocos liberales, y muchos, se conforman con la derecha de aquí. Con la encuesta de la fundación BBVA si no me equivoco llegaron a la conclusiones de que el 80% de la población no quiero economía de mercado, bueno, con este dato sobre la mesa es normal, y más que normal, que no pueda cuajar un partido liberal.

    No obstante, otra cosa es el histórico; pero normalmente la población española viene siempre tendiendo a la izquierda, sobre todo en la abstención.

  4. heathcliff dice:

    Si liberal significa partidario de la libertad, en España hay cuatro gatos.

    Y menos aún si hablamos de la libertad de los demás…

    🙂

    • JLPC dice:

      «Mis bases caben en un taxi.»

      (Joaquín Garrigues Walker, circa 1977)

    • Roald dice:

      El Partido de la Libertad Individual tiene 18.000 seguidores fieles en Facebook. Con el hundimiento del PP en politicas ultra corporativistas y ultra colectivistas, muchos buscarán una alternativa netamente liberal.

  5. Quevedin dice:

    Hombre, UPyD no se define como liberal, sino más bien como Jacobino o Radical. En Asturias tienen representación, y tenéis buena info sobre si las perspectivas son buenas.

  6. Teresa Cabarrush dice:

    Creo que el gran problema español, es nuestra mentalidad, siempre etiquetada, encasillada, nunca tenemos la valentía de cambiar las cosas o al menos de intentarlo, las personas si ven que algo esta mal durante años o que lo hacen mal, siguen pensando en estar atascadas en lo mismo y con las mismas personas…así nos va, tristemente. Se supone que hay que elegir lo que pueda favorecer mejor a un país, al fin y al cabo es beneficios para los ciudadanos, pues nada, que si soy azul, que si soy marrón, que si lo llevan mal pero no me bajo del burro…ya lo decía Albéniz…mi ingrata morena ( por España), ya lo pensaba Larra, Espronceda…un País que no avanza mentalmente…o no queremos avanzar.

  7. anxo_caído dice:

    Con relación a estos artículos sobre la impotencia de generar un Partido Liberal en España voy a preguntar algo que tengo en la cabeza desde hace algún tiempo. Por qué España fue incapaz de generar un Partido Agrario (decente)¿? tengo más clara la respuesta una vez que empezamos la transición, pero y antes de la Guerra Civil qué¿?

    Y perdonar el desvío del tema central.

    • Theodore dice:

      Intuitivamente, diría que la estructura de la propiedad de la tierra (que no es nada homogénea en toda España) tiene algo o bastante que ver. Si el campo está dividido entre minifundistas y latifundistas, entiendo, es mucho más dificil formar un eje de confrontación campo ciudad (porque el campo no tiene intereses bien organizados).

    • JLPC dice:

      En la CEDA estaban integrados multitud de partidos agrarios de ámbito provincial.

      • Quevedin dice:

        Claro! Si Gil Robles era Diputado por la unión Agraria o Algo Así, si no me falla la memora por Santander (entonces se decía por las capitales, creo recordar)

  8. Ecosinalma dice:

    Un interesante post con ensoñantes* hipótesis. Con intensidad te felicito.

    *ensoñantes -> adj. Neologismo. Referido a «de ensueño».

  9. Lupus dice:

    Hay un partido liberal en España y es el Partido de la Libertad Individual. Es el único partido español admitido en la Internacional Liberal. Y es un partido que está haciendo precisamente lo contrario a lo que hicieron todos esos proyectos «liberales» que habéis nombrado. Está creciendo solidamente, paso a paso. http://www.p-lib.es

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