Política

Políticos perdiendo cargos

27 Jun, 2013 - - @egocrata

Una nota rápida sobre el gobierno de Australia, que está viviendo cambios importantes. El partido laborista ha decidido cambiar de líder substituyendo a Julia Gillard, actual primera ministra, por Kevin Rudd, su antecesor en el cargo como jefe de gobierno y del partido. En Australia, siendo como es una democracia parlamentaria, el líder del ejecutivo debe mantener la confianza del parlamento, incluyendo los diputados de su propio partido. Rudd perdió el cargo el 2010 cuando Gillard convenció a los suyos que era necesario cambiarlo; el liderazgo algo errático de Gillard ha hecho que el poder vuelva a manos de Rudd. Las expectativas electorales del partido eran muy malas con Gillard, así que los laboristas han reaccionado para intentar salir del pozo.

Aunque tener dos cambios de líder en tres años estando el partido en el gobierno es un tanto inusual, el tener presidentes del gobierno o primeros ministros en democracias parlamentarias no perdiendo el poder en las urnas es mucho más normal de lo que parece. Aproximadamente la mitad de jefes de ejecutivo sin limitación de mandatos salen del cargo «gracias» a las acciones de sus compañeros de partido, socios de coalición o retiradas «voluntarias» de la política activa. Los partidos políticos son instituciones representativas, y como tal pueden reaccionar a líderes impopulares, incompetentes o polémicos del mismo modo que hacen los votantes, echándoles por la borda con más o menos disimulo. Estos cambios de liderazgo de emergencia acostumbran a suceder con el partido o el país en situaciones desesperadas, así que no siempre salen bien en cuanto a reelección. A veces funcionan, sin embargo, dejando el partido o el país mejor de lo que estaban antes.

No sé si algún partido español en el gobierno u oposición debería darse por aludido, pero yo comento en voz alta.


8 comentarios

  1. Batistuta dice:

    De hecho así es como el Thatcherismo llegó a su fin en el Reino Unido, ¿no?

    En cualquier caso, no me quiero ni imaginar los saltos que daría la prima de riesgo si el PP empujase a Rajoy por el barranco. Wow!

  2. Carlos Jerez dice:

    Roger, después de lo del contrato único esto es en lo que más insistes (y no digo que no tengas razón). Ahora la cuestión es saber quienes van a mejorar lo presente y analizar las posibilidades. Podríais empezar por el PSOE donde ya se están calentando motores, con Griñán, López, Madina y Chacón como alternativas a un Rubalcaba que a veces parece tan masoca como para volver a presentarse a unas elecciones.

    En el PP no veo a nadie, estoy seguro que lo habrá aunque bien escondido. Bueno, a Aznar le gusta postularse (o tocar las pelotas a Rajoy) pero no parece fácil.

  3. Arròs a banda dice:

    En palabras de Andreotti: «En la vida hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido

  4. Alatriste dice:

    ¿En qué se diferencia la Boda Roja de un congreso del partido? En que durante la Boda Roja solo uno de los bandos tenía pensado acabar con el otro…

  5. AmalricNem dice:

    Roger en modo gila «Aqui hay alguien que deberia dimitir…, aqui hay alguien que tiene un pie en la calle…..»

  6. Luís Pérez dice:

    Lo que no suele ser habitual al plantear la sustitución de un líder político es seleccionar al siguiente pensando en que algún día puede llegar a gobernar el país. Desde este punto de vista, habría que plantearse qué preparación tienen nuestros políticos para gobernar un país. Si para dirigir una gran empresa hace falta una formación potente, ¿qué será necesario para dirigir bien un país, que es mucho más complicado que una empresa? Habría que revisar qué papel juegan los partidos no solo en la selección de sus dirigentes sino también en su formación. Y seleccionarlos pensando que, en el caso de España, tendrán que discutir con la Merkel de igual a igual. Este artículo lo explica bien: http://www.otraspoliticas.com/politica/%c2%bfque-politicos-para-el-2030

  7. Tulio dice:

    Con la organización actual de los partidos españoles, férreas organizaciones leninistas organizads verticalmente, eso sería impensable. Aquí el que se mueve no sale en la lista y en la lista sale quien le interesa al que asegura votos en los congresos.
    Desde luego, abomino de la democracia asamblearia, pero la partitocracia que sufrimos en «estepaís» es igualmente abominable. Y es que nos falta ese sentido anglosajón de respeto al votante, a tus ideas y en última instancia al país.

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