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Nota breve sobre el ERE de El País

9 Oct, 2012 - - @jorgesmiguel

Discutiendo con Jorge Galindo, me ha convencido para poner por escrito una reflexión relativamente banal sobre el ERE de Prisa y El País. Algo que, sin embargo, entiendo que no carece de interés como signo de los tiempos. Un vistazo a cómo han afrontado diversos medios españoles la crisis, en particular si lo comparamos con su línea editorial, sugiere, y esto es ya un tópico, que el análisis puramente ideológico de los medios de comunicación es simplista, incompleto y, en último término, inútil. Los medios -y esta es la parte banal de la reflexión- se comportan exactamente como lo que son: empresas de un sector particularmente castigado; y su línea editorial no tiene valor alguno a la hora de predecir cuál va a ser su política en cuanto empresas.

Pero yendo un poco más allá, creo que este asunto muestra de nuevo cómo los fundamentos de nuestras democracias liberales, si no se tambalean, al menos están en constante movimiento. La sensación es que, en un mundo más fragmentado, donde los grandes cauces de socialización del pasado -los partidos de masas, los sindicatos, las iglesias y confesiones- van perdiendo fuerza y parte de su sentido original, debemos acostumbrarnos a que el papel de los medios de comunicación ha cambiado. La vinculación sentimental, identitaria incluso, con un medio determinado que representa, por así decirlo, una cosmovisión -algo de lo que El País ha sido ejemplo claro desde la Transición- va siendo cosa del pasado. El lector es un consumidor, en muchos casos ocasional, y consume un producto que es en buena medida ideológico y que le gratifica (el irónico «masaje» de McLuhan) en la medida en que refuerza sus prejuicios sobre la realidad -el ejemplo más grosero hoy día sería la prensa deportiva. Eso tiene implicaciones desde el punto del rigor y lo que por aquí hemos llamado en alguna ocasión la «infantilización del discurso público»: no se trata ya tanto de construir, como decía, una cosmovisión más o menos coherente y compartida por amplios sectores sociales, sino de ofrecer rápidamente y con bajo coste fórmulas y marcos interpretativos simples para cuestiones de actualidad. El consumo de esta información low cost con un componente opinativo e ideológico fuerte da lugar a medios de menor coste, menos calidad y una línea más demagógica y sectaria. Todos tenemos ejemplos en mente.

La otra conclusión evidente es que, en la medida en que los medios responden a una lógica de mercado, la sociedad de mercado es finalmente inatacable por este flanco: incluso los medios que aparentan recusarla en su línea editorial han de plegarse a sus mecanismos si quieren ser profesionales y acceder al gran público, y no hacen finalmente sino responder a la demanda del mercado de determinados productos ideológicos y determinadas identidades, fortaleciéndolo. Que esto nos parezca una conclusión sombría o algo natural dependerá de las inclinaciones de cada uno y, quizás, de la simpatía que tengamos por Fukuyama.


19 comentarios

  1. Nicolás dice:

    Breve pero muy interesante. En este contexto que describes de medios «que responden a una lógica de mercado», una posible vía alternativa que nos ayudaría a mantener una cierta independencia y calidad en la información (y ya se está practicando con éxito en EE UU, que yo sepa) podría ser el mecenazgo. No es lógica de mercado ni subvención pública.

    Una fórmula mixta que de facto y «groseramente» ya existe: hay diarios con pérdidas seculares (ej: ABC, La Vanguardia…) que si aguantan es porque sus dueños prefieren mantener abierta esa cabecera por la influencia mediática y política que eso conlleva. En mi modesta opinión sería interesante para los periodistas sondear cada vez más la opción de cobijarse bajo el ala de una o varias fundaciones o asociaciones que recauden fondos para defender la pluralidad política e informativa.

    Sé que proponer esto en plena crisis suena complicado, pero creo que esta financiación «tipo mecenazgo», libre de las tensiones del mercado podría ser una buena forma de asegurar que habrá periodistas investigando y fiscalizando a los poderes y exponiéndolo a la opinión pública.

    Un saludo.

    • Dalek_fan dice:

      Tengo entendido que los de eldiario.es aplican algo parecido a ese mecenazgo ¿no?

    • PaulJBis dice:

      El Guardian, el periódico británico, lleva toda la vida con un modelo así: es una entidad sin ánimo de lucro que se financia gracias a las ganancias de un trust que se dedica a vender entre otras cosas, si no recuerdo mal, guías de viaje.

      Claro que a ellos tampoco les debe de ir muy bien, porque recientemente anunciaron un plan para reducir (que no eliminar) pérdidas, afirmando que las cuentas actuales eran insostenibles.

  2. Undry dice:

    Y pregunto yo: el hecho que su director (Cebrián) gane al año 13 millones de € ¿no ayudaría a agravar todos los puntos anteriormente mencionados?

    Saludos

    • MuGaR dice:

      Eso es parte de la lógica que se describe: el periódico, como una empresa más, debe dar pingües retornos a sus dueños.

      Cabría plantearse si con los periódicos (el medio de comunicación de ejemplo) no existe demasiado mito (interesadamente fomentado por ellos mismos): el 4º poder, los vigilantes del poder, etc, etc, que los presuponen una especie de institución cuya finalidad sería moralmente elevada…

      Acaso esa «cosmovisión más o menos coherente y compartida por amplios sectores sociales» no era construida por los medios, sino que estos, miembros de su tiempo inevitablemente, son un reflejo de los cambios sociales, tecnológicos bla,bla… y la actual sensación de ¿degradación? es producto de una crisis (cambio incierto, percibido como negativo en este caso) más general (no me extrañaría que la percepción que se tiene de los medios y la clase política corra pareja y esté relacionada) a lo que habría que sumar la aparición de internet.

      Asimismo, la incorporación de las masas al consumo de información no puede sino llevar a ese low cost que se menciona, pero habría que echar un ojo a los periódicos de hace un siglo dirigidos al público general… más bien da la sensación que el referente utilizado para hablar de la crisis de los medios es bastante reciente (la transición?) y me inclino porque se trata, como se menciona en el párrafo anterior, de un «espíritu de los tiempos» (la «primera prensa libre» probablemente va a dejar un mejor sabor de boca, entre otras cosas porque aún está luchando por «cosas importantes»…).

      Y a la vez, la demanda de una información de «calidad» intuyo que no es menor hoy en día, probablemente sea mayor, pero calidad, las más de las veces, va asociada a especialidad y no puede ser recogida en medios generalistas.

      Para terminar, quisiera lanzar la idea, espero que muy polémica, de que la carrera universitaria de periodismo tiene que ver con la peor calidad de los periodistas (aunque es inevitable porque se hizo necesario tener a muchos más trabajadores), algo que ocurre también, en mi opinión, con los maestros (magisterio hay que cerrarla o rehacerla por completo): cómo se pretenden buenos análisis políticos de periodistas si son difíciles de hacer incluso para gente supuestamente mejor preparada en el tema (politólogos? juristas, economistas,filósofos,sociólogos…)?

      Vaya, que no es para tanto.

  3. sebar dice:

    No lo encuentro extraño, en definitiva El Pais siempre a defendido el sistema capitalista, con paliativos, pero capitalista.

    Otra cosa es si podían haber hecho otra cosa al ser una empresa que ha de dar unos beneficios, si dentro del sistema, llegados a cierto punto se puede escapar a las leyes y exigencias del mismo. Algo así como ser un noble pacifista en la España medieval

  4. MuGaR dice:

    Jorge, no entiendo el último párrafo. Uno responde a quien le paga (le permite mantenerse en la tarea que hace), eso no es lógica de mercado sino lógica de vida (no cambiaría ni con el mecenazgo, ni con el socialismo xD)

    • Jorge San Miguel dice:

      Responder a quien te paga, aunque hoy por hoy parezca algo natural, es una lógica de mercado. Marcel Mauss o Scott Atran te dirían que hay muchas cosas que quedan fuera del mercado, aunque cada vez sean menos 🙂

      • MuGaR dice:

        De ahi mi paréntesis aclaratorio: responder al que te paga (si lo entendemos en el estricto sentido de un bien que se vende), no es más que un modo de actuar manteniendote en los límites que te permiten continuar tal acción: si los recursos los obtienes de vender respondes a los consumidores, pero si los obtienes del mecenas debes respetar sus criterios y si eres un medio estatal te ceñirás a la libertad que se te de… «el que paga manda» no nace con el mercado, quiere decir que manda el que puede.

  5. heathcliff dice:

    MuGar apunta a la masificación del consumo, y creo que la cosa va por ahí.

    Cuando el mercado objetivo al que puedes venderle el periódico se amplía, las exigencias del mercado casi obligan a los editores tratar de captar ese nuevo público. Lo que muy pocos se atreven a decir, y creo que es clave, es que ese nuevo público, absolutamente masivo, exige porquería y rechaza cualquier producto de calidad que se le ofrezca, pues a menudo se siente insultado por los contenidos que están por encima de su altura.

    Esto, en principio, podría estar bien, y durante un tiempo ha funcionado. Pero resulta que, percisamente pro su baja calidad, ese público ha huido a otros medios, aún más casposos y low cost que el períodico cutre, con lo que no se pueden amortizar las inversiones, planificadas para ventas masivas, volviendo al público de cierto nivel.

    Y de ahí la quiebra.

    Edité un pequeño periódico durante catorce años, y os aseguro que lo que sucede, en parte, es esto.

  6. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos El ERE de El País. Ideología y dinero politikon.es/2012/10/09/nota-breve-sobre-el-ere-de-el-pais/  por Feindesland hace […]

  7. Capitalismo y globalización dice:

    La verdad es que El País sigue la lógica de mercado al pie de la letra:

    Su ejecutivo principal cada año gana más y obtiene peores resultados. Y mientras sus trabajadores cada año trabajan más y son más pobres.

    Debe ser esa cosa del fin de la historia. Que bueno, el imperio Romano cayó pero la democracia liberal (o sea, el imperialismo anglosajón) no lo hará nunca. Si lo dice fukuyima será verdad.

  8. Manu Oquendo dice:

    La reflexión que hace Jorge tiene muy poco de banal.
    Excelente y para varias lecturas.

  9. Carles Sirera dice:

    Como se comenta en otros post, todo es más simple:
    EL jefe es un inútil que se ha forrado hundiéndole la empresa a los hijos de su antiguo amigo. (Todo un clásico en la historia de las finanzas: ¡levantar un imperio económico siempre es más fácil que educar bien a los hijos!)
    El País funciona económicamente como periódico, a pesar de Cebrián, pero éste macarra no piensa tolerar que nada le sobreviva y tiene el objetivo de exterminarlo a cambio de pasta gansa.
    Si alguien lee los post sobre el tema en internet, comprobará que, en contra de lo que sostiene Jorgue San Miguel, los mecanismo identitarios de afinidad con un medio se mantienen vigentes.
    Además, El País jamás ha atacado la libertad de mercado y la contradicción que aquí se sostiene no se sostiene.
    Por lo demás, mucho tópico que se viene repitiendo desde 1789… ¡eso de la infantilización de la opinión pública es tan viejo! ¿Y, por cierto, quién y cómo ha medido el grado de objetividad de los medios, cosmovisión o información low cost? Todo eso son argumentos apriorísticos fundamentados en impresiones.

    • Jorge dice:

      Carlos:

      La explicación que das sobre la gestión de Cebrián no me parece que excluya nada de lo que planteo. Es perfectamente posible que él haya quebrado la empresa y que se estén dando los fenómenos sobre los que reflexiono y que proporcionan un contexto; contribuyendo a explicar, por ejemplo, por qué es pensable siquiera echar a 150 profesionales del diario más prestigioso de España antes que reducir el coste que suponen sus ejecutivos y directivos (cosa que ya sucedió en Público).

      Por lo demás, El País y Prisa nunca se han situado frontalmente contra el mercado, pero sí, por ejemplo, contra la reforma laboral que ahora aplican tan drásticamente. Incluso alguno de sus consejeros ha sugerido en alguna ocasión que no vivimos en una democracia, fíjate.

      Si tienes datos y argumentos adicionales sobre esta modesta reflexión planteada como tal, te agradezco que los expongas. Mientras tanto, «los posts sobre el tema en internet» no cuentan como referencia seria, como sin duda sabrás dada tu formación y tu background académico.

      • Carles Sirera dice:

        Los posts los tienes aquí y en las noticias relacionadas aparecidas en el mismo medio:

        http://www.eldiario.es/sociedad/Cebrian-Estefania-enfrentan-ERE-Pais_0_56344886.html

        De hecho, a mí me ha sorprendido el vínculo emocional que mucha gente expresaba con su cabecera de toda la vida. El sistema de análisis de las fuentes no es perfecto, pero similar al que usaba Lüdtke en «Eigen Sinn».
        Sobre la reforma laboral también se ha manifestado CC.OO y la está aplicando. Eso me parece que supera cualquier record de incoherencia que pueda registrar El País, especialmente después de mis traumáticas experiencias con esos representantes de la clase trabajadora que no dejan de hablar ni un segundo en nombre de toda la humanidad (se supone que tengo que darles las gracias porque me ampliaron la jornada laboral un 50% sin aumento de sueldo: ¡maldito capitalista que estoy hecho!).
        Asimismo, tampoco es exagerado manifestar que no vivimos en una democracia, porque vivimos en un régimen liberal parlamentario que de «democrático» sólo tiene lo del sufragio universal. La tradición democrática (republicanismo cívico) poco peso ha tenido en la construcción de nuestro sistema político.
        Finalmente, me sorprende que mantengáis lo de la «infantilización de la opinión pública», porque creasteis este blog con la idea de subir el nivel, no os va mal del todo y el nivel está subiendo, cosa que agradecemos los que pasamos por aquí, aunque seamos críticos. Sinceramente, lo único bueno de la crisis es que la opinión pública y el interés por saber se expande.

        PD: Mi nombre es Carles, no Carlos.

        • Jorge San Miguel dice:

          Disculpa, te había «españolizado» a la Wert…

          Sobre la relación problemática entre los elementos «democráticos» y «liberales» de nuestro régimen político, precisamente vamos a escribir Pablo Simón y yo en breve (aunque aún no puedo decir cuándo va a salir ni en qué formato…), y también ha publicado cosas Cives. Podemos debatir hasta hartarnos, pero tanto como decir que no vivimos en una democracia, tal como entendemos convencionalmente el término hoy, y sin explicarnos como es una democracia «real»… Queda un poco raro cuando hablamos de un señor consejero de una multinacional que, por así decirlo, no vive precisamente en un monasterio budista del Himalaya. Da igual, la incoherencia personal, o de los representantes de Prisa como colectivo, no era el asunto principal del post, sino una nota marginal dentro de un contexto en el que, creo, chocan a la vista de todos las líneas editoriales de los medios y su comportamiento como organizaciones que operan en la sociedad.

          Sobre la «infantilización», yo creo que la idea es válida en cuanto, como sugiero en el post, parece que los discursos o metarrelatos articulados alrededor de las grandes ideologías de los últimos 150 años (liberalismo, tradicionalismo, socialismo, socialdemocracia/democracia cristiana, etc) se han sustituido por narrativas más fragmentarias y breves que se consumen de manera más inmediata e individual. Puede que sea el término en sí lo que moleste y podamos hallar uno mejor, no sé. Pero, en cualquier caso, esto no es una tesis doctoral, sino un post breve escrito a vuelapluma y que pretendía suscitar un debate sobre ciertas ideas -y por ello quizás está escrito de manera más polémica que en otras ocasiones. En Politikon tratamos de separar las opiniones y especulaciones de lo que entendemos como hechos establecidos. Son cosas que creo que también nos dan valor, pero que debéis tomaros como lo que son.

          • Carles Sirera dice:

            Mi discrepancia proviene de asumir que «los discursos o metarrelatos articulados alrededor de las grandes ideologías de los últimos 150 años (liberalismo, tradicionalismo, socialismo, socialdemocracia/democracia cristiana, etc) se han sustituido por narrativas más fragmentarias y breves que se consumen de manera más inmediata e individual.» Es ese supuesto cambio «postmoderno de la sociedad» como paradigma de algo nuevo y líquido el que no comparto. La diferencia proviene de asumir las tesis de la historia social clásica como válidas y comprobar que ahora no lo son y, por lo tanto, inferir un cambio. Cuando el problema es que la historia social clásica no es válida porque no describía correctamente qué ocurría antes y parte de mi trabajo académico consiste en demostrar que no hemos cambiado tanto en los últimos 200 años y que está sociedad no es una versión 2.0 de lo anterior.
            Bueno, el debate es largo y ya lo he mantenido en parte con Cives e incumbe a un ámbito plenamente académico, supongo, que por aquí será cansino. Sea como sea, hay un peso muy fuerte de los paradigmas clásicos en historia social en muchos de vuestros escritos y posts que me sorprende, ya que, al mismo tiempo, estáis formados en teoría de juegos, decisión racional y decisión pública… ámbitos de las Ciencias Políticas o la Economía. Es una mezcla rara de individualismo metodológico con estructuralismo marxista… supongo que a medida que vayáis terminando las tesis doctorales la amalgama tomará mejor forma.

            PD: No me preocupa tanto que me españolicen el nombre como perder la ventaja comparativa de ser tocayo de Carles Francino. He comprobado que la mayoría de castellano hablantes asocian inmediatamente mi nombre al suyo y eso me da un +1 en Charm.

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