Hispania. & Política

Hora de hablar de financiación autonómica

18 Ene, 2012 - - @egocrata

Los gravísimos, atroces problemas presupuestarios en Valencia y otras comunidades gobernadas por el PP (ahora gobiernan en casi todas, así que no les ha caído el marrón a ellos) son un recordatorio más que evidente que el sistema de financiación autonómica en España está horriblemente roto y necesita reformas.

Empezaremos por lo obvio: hay regiones que están mal financiadas. No me voy a meter en discusiones sobre expolios fiscales y demás, pero que Valencia, Cataluña y Baleares se hayan metido en este agujero es significativo. Hay comunidades que transfieren muchos más recursos de los que reciben, pero deben seguir pagando con recursos propios la mayor parte de la estructura del estado del bienestar en su región. Ha habido despilfarro y grandes proyectos inútiles, qué duda cabe, y en ocasiones los políticos han aprobado nuevos servicios sociales con la esperanza que en Madrid les dieran un pacto fiscal favorable por ser tan guapos, pero es obvio que el sistema no les favorece en absoluto.

Mirando los datos de Kiko con detalle, sin embargo, no es sólo cuestión de financiación insuficiente. La Comunidad de Madrid tiene una base fiscal con ciertas ventajas indudables, pero también pasa más dinero a la caja central que nadie, y sin embargo sus cuentas están en razonable buena salud. En otros casos comunidades que son receptoras netas como Castilla La Mancha están metidas en berenjenales de impresión. El reparto de dinero es bastante torpe, pero creo que hay algo más detrás de estas cifras.

Cristobal Montoro lo mencionaba hoy de pasada, al hablar de su idea (un poco absurda) de meter en la cárcel a los políticos que gasten demasiado: si un ejecutivo quiere gastar más “que lo haga subiendo los impuestos a los ciudadanos”. Dicho en otras palabras, en los últimos años los políticos autonómicos han gastado tanto como han querido sin demasiado control previo, y han podido cargar todas las facturas en la tarjeta de crédito, o echar la culpa a Madrid y decir que el pacto fiscal lo arreglará todo. Mientras tanto en las autonomías receptoras de transferencias los gobiernos han vivido en el mejor de los mundos posibles, podiendo ofrecer servicios sin tener que pedir dinero a sus votantes.

La reacción natural a estos dos problemas no es liarse a meter políticos en la cárcel, sino intentar racionalizar el sistema.Y esto pasa por crear un sistema de financiación autonómica que por un lado obligue a los políticos que quieren gastar dinero a recaudarlo, y por otro que permita a la autonomías a recaudar los impuestos que quieran, sin repartos arbitrarios marcados por el estado.

Esto seguramente exigirá dos niveles de reformas. Por un lado, es necesario arreglar quién y cómo pagamos el estado de bienestar en España. Dejando de lado pensiones y prestaciones de desempleo, la inmensa mayoría del gasto social está en manos de las autonomías, pero cómo pagamos estos servicios es un misterio. El dinero en teoría sale de los presupuestos de cada comunidad, que recibe transferencias del gobierno central siguiendo una formula incomprensible. El nivel de financiación del servicio en cada región es variopinto, pero no está en manos de ningún político en concreto. El tramo autonómico es decidido localmente, pero no deja de estar a merced de lo que caiga del gobierno central.

Un sistema más racional (y redistributivo igualmente) sería que el gobierno central estableciera un nivel mínimo de servicio para cada programa público, y financiara sólo hasta ese nivel. Siendo un baremo uniforme, las comunidades pobres estarían recibiendo más de lo que pagan por esta transferencia automáticamente, y las ricas un poco menos, pero el gasto sería transparente. Si una comunidad quiere gasto público adicional en algún capítulo (más profesores, o dar clases de tai chi. Lo que sea) son ellos los que tienen que pasar por caja, pidiendo dinero a sus contribuyentes. Si es una región rica, el coste lo pagan ellos integramente; si es pobre, el gobierno central puede financiar un porcentaje del gasto (digamos un 30%, si el nivel de renta es un 70% de la media, por ejemplo) para garantizar la igualdad.

En la mayoría de los casos, el nivel «básico» de servicio sería de hecho bastante parecido al actual. Sanidad universal gratuita (o casi gratuita – no soy alérgico al copago), educación universal primaria y secundaria gratuita (no superior), una ley de dependencia (cuando haya recursos) bien financiada. Dado que las comunidades van a tener un límite duro (y necesario – ya hemos visto qué hacen cuando no miramos) a su nivel de endeudamiento, es natural que como compensación la mayor parte de la factura sea a cargo de la administración central.  La gestión sería totalmente autonómica, así que cada gobierno tendría mucha libertad en decidir cómo implementan el servicio. Y por supuesto, sin hay algo que quieren hacer y no les llega con el dinero que viene de Madrid, los impuestos los recaudan ellos.

La segunda parte de las reformas, en este caso, sería dar completa autoridad recaudatoria a las autonomías, y separar claramente los impuestos de ambos niveles de gobierno. Hay un impuesto «federal» sobre renta, otro de sociedades y demás, y hay otro impuesto sobre el mismo tema autonómico. Para simplificar papeleo toda la recaudación se haría en una sola agencia, pero las autonomías podrían diseñar el sistema tributario que quisieran al lado del sistema del gobierno central. El resultado probable sería que veríamos comunidades con impuestos y nivel de servicios altos, y comunidades con sólo los servicios básicos e impuestos bajos. Y la verdad, sería perfectamente aceptable y normal. No todo el mundo quiere vivir en Suecia, al fin y al cabo.

Hasta que no arreglemos este desaguisado aclarando quién paga qué y cómo, sin embargo, esta clase de problemas permanecerán. Las comunidades ricas, en vista que nunca reciben dinero suficiente, tendrán que vivir en una frugalidad forzosa, mientras que las pobres disfrutarán de un estado de bienestar pagado siempre por otros, ya que reciben muchos recursos sin tener que recaudarlos.  Arreglar el sistema de forma práctica pasa necesariamente por aclarar el papel de los gobiernos regionales y darles más poder de decisión, no menos.


16 comentarios

  1. lupercio dice:

    Parece bastante razonable reformar el sistema de financiación autonómica y muy exigible que un gobierno con esta mayoría disponga toda su sesera (la que hubiere para bien) para llevarla a cabo alejado del hilo musical de sirenas de todo pelaje. Lo que me resulta paradójico es que siendo la autonomía quien gestiona las partidas más importantes, el ciudadano reclama siempre al gobierno central cuando dichas gobernanzas hacen más aguas que el Concordia. Supongo que muchas veces el ministro de Sanidad y el de Educación y el de Trabajo se encogerán de hombros diciendo: «Pero chicos, si el juguete es vuestro, y ahora venís a pedirme más monedas porque se acabó el tiempo en el tiovivo». ¿Cómo actualizamos eso del «café para todos»?
    Y respecto a lo absurdo de querer enchironar a los manirrotos, España suele sancionar con gusto cierta ley de la estaca para reducir «riesgos morales».

  2. A finales de 2009 aprobamos un nuevo sistema de financiación a caballo del Estatut (Bilateralidad y tal) y en aquel momento todo era risión y demás.

    Del programa de 2008 de UPyD

    «Las desigualdades afloran también entre las Comunidades Autónomas de régimen
    común. El sistema de financiación debe corregirse para asegurar una cierta igualdad en la disponibilidad de recursos por habitante —considerando factores correctores como la edad de la población, su dispersión geográfica, la insularidad y otros elementos— para la atención de los servicios públicos esenciales —en los que debe haber igualdad de prestaciones—, a la vez que un incentivo a la corresponsabilidad fiscal de los Gobiernos autonómicos. Las modificaciones del sistema de financiación deben negociarse multilateralmente entre el Estado y el conjunto de las Comunidades
    Autónomas, excluyéndose cualquier tratamiento bilateral del asunto. »

    Y la propuesta en la página 48

    «Las Comunidades Autónomas deben disponer de los mismos recursos
    por unidad de necesidad —es decir, teniendo en cuenta, la población existente y
    sus características demográficas, así como su dinámica de crecimiento o de
    reducción, contando con los procesos migratorios— para atender un catálogo
    común de prestaciones en educación, sanidad, cultura y servicios sociales…» y sigue con una propuesta detallada para un sistema de financiación que podría haber solucionado los problema de falta de corresponsabilidad que señalas.

    http://www.upyd.es/fckupload/file/Programa%20electoral%202008/Programa%20Electoral%202008.pdf

  3. Javier dice:

    Boom! And there goes the spanish job market.

    Por si no fueran suficientes las diferencias lingüísticas, las diferentes regulaciones y el hecho de que casi todo el mundo está atado a un domicilio en propiedad. Ahora para irnos a trabajar de zaragoza a madrid o barcelona además tendremos que hacer una declaración de la renta distinta, pagar distintos impuestos indirectos, recibir servicios marcadamente distintos y tener que trasladar los pagos que hiciéramos de una seguridad social a otra (porque la caja única de la ss también se va a la porra, es de ahi de donde se paga casi todo).

    Todo tan ágil y fácil como mudarse a alemania. Y no hablemos de los mercados de bienes y servicios. Hará milagros por la economía.

  4. Aniwarm dice:

    ¿Y cuál sería entonces la penalización a los manirrotos? ¿Que abonen de su propio bolsillo?

  5. Roger S. dice:

    Javier:

    1. Esta clase de cambios ya suceden ahora en países como Estados Unidos. No les va mal.

    2. La seguridad social seguiría siendo estatal. No la toco. Desempleo igual.

    3. Ahora mismo los servicios e impuestos de una comunidad a otra ya son distintos, por cierto.

  6. Epicureo dice:

    En cuanto a la sanidad, la mejor solución sería devolver las transferencias y volver a un sistema centralizado (menos las comunidades forales y Cataluña si se empeña). La fragmentación no ha traído más que duplicidades, barreras absurdas, discriminaciones e ineficiencias, en suma, más gasto y peor servicio.

    Para lo demás, incluyendo la educación, me gusta tu sistema. Pero no veo yo a ningún gobierno autónomo subiendo mucho los impuestos. Es más fácil quejarse de lo malo que es el Estado central, sobre todo cuando es de otro partido.

  7. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos Hora de hablar de financiación autonómica politikon.es/materiasgrises/2012/01/18/hora-de-hablar-de-…  por Sigerico_Redivivo hace […]

  8. […] » noticia original Esta entrada fue publicada en Noticias de España. Guarda el enlace permanente. ← El Cojo Manteca España en 2046 según Interechonomía → […]

  9. Alatriste dice:

    @Pedro Herrero

    En primer lugar, resulta como poco «original» que en lugar del programa electoral de 2011 nos remitas al de 2008… y en segundo, te juro que soy incapaz de encontrar esa «propuesta detallada para un sistema de financiación» que se supone que sigue.

    De hecho, el apartado 3.D, titulado «La financiación de las comunidades autónomas» solo va de la página 47 a la 49. No es mucho, pero encima la mitad del espacio se va en atacar la forma de calcular el cupo en Navarra y el País Vasco. En la página y pico que queda, el tema es mayormente cómo conseguir que con el sistema actual todas las comunidades ofrezcan exactamente los mismos servicios y cómo conseguir que el estado mantenga y aún amplie su control del sistema impositivo.

    Y en UPyD tenéis perfecto derecho a defender esas ideas, pero eso no es lo que dice Roger, en mi opinión se parece bastante más a ser un sistema diametralmente opuesto a lo que él defiende (que no me parece que sea resolver un supuesto problema de falta de corresponsabilidad). Y le cito «crear un sistema de financiación autonómica que por un lado obligue a los políticos que quieren gastar dinero a recaudarlo, y por otro que permita a la autonomías a recaudar los impuestos que quieran, sin repartos arbitrarios marcados por el estado».

    Personalmente, opino que el problema de fondo viene de la redacción de la Constitución, en dos sabores. Uno, me parece evidente que existía una profunda desconfianza, casi diría que instintiva, ante la idea de que las autonomías fueran realmente autónomas en el aspecto fiscal (y seguimos ahí, dicho sea de paso, con mucha gente obsesionada con la idea de que los impuestos solo debe recaudarlos el estado y que los servicios deben ser LOS MISMOS en todas partes, piensen lo que piensen los votantes) lo que llevó paradojicamente a que despilfarraran con alegría por ser en más de un sentido parásitas del estado. Y el otro sabor sería el mantenimiento de dos sistemas distintos, el de conciertos y el general… y ahí si que no estoy dispuesto a cambiar de idea: si los conciertos pueden funcionar en toda España, entonces todas las autonomías deberían usar ese sistema. Si solo pueden funcionar en caso de que se limiten a unos pocos territorios, entonces el sistema debería ser radicalmente abolido. Serán una tradición ancestral, pero también lo era quemar herejes y que los hidalgos estuvieran exentos de impuestos…

  10. De acuerdo en casi todo… salvo en el empleo que haces de la palabra «gratuita» al hablar de Sanidad o Educación. Que a eso sólo se puede contestar una cosa: gratuita, mis cojones.

    La solución de que quien quiera gastar que lo recaude es cojonuda.

  11. Frost dice:

    El problema es el de siempre, que no nos decidimos entre centralismo y federalismo y por ello nos quedamos con el «café para todos» descafeinado y a gusto de nadie. Me explico.

    Las opciones son básicamente dos: si nos decidimos por un sistema más centralista, entonces el Estado recauda el dinero para todos y lo reparte conforme a un criterio que puede ser el que propone Roger (y me parecería bien que así fuese). Si nos decidimos por un sistema más descentralizado, cada comunidad recauda lo que necesite y se autogestiona. Ni siquiera tendría que haber diferencias fundamentales en los servicios, si se define claramente los estándares de calidad de los servicios públicos. Un problema grave del estado del bienestar es que esto no está claramente definido, al contrario que en muchos otros países por ahí fuera donde a pesar de tener múltiples sistemas impositivos, las condiciones en que debe ser prestado el servicio público sí son estándares para todo el Estado (caso de Alemania o Austria, por ejemplo).

  12. Vellana dice:

    Sólo un matiz, ya que lo que propones, en principio, no me parece nada mal. Yo no creo que el problema actual sea de financiación, sino de gasto. Y por tanto, la solución no viene por modificar la financiación, sino limitar el gasto, que es lo que propone Montoro.

    Es decir, lo que ha pasado en algunas CCAA es que, al faltarles según sus dirigentes financiación han recurrido a endeudarse. Eso no va a cambiar porque las comunidades tengan capacidad recaudadora, ya que el político decidirá una vez más perjudicar a los futuros votantes (endeudándose, como han hecho ahora) y obtener el favor de los actuales (no subiendo impuestos si se les diera capacidad recaudatoria o, como han hecho hasta la fecha, dando más servicios de los que podían dar con su nivel de financiación).

    Como dije al principio, con esto no quiero decir que el sistema de financiación de las CCAA actual sea el mejor posible y que no vea como algo positivo aumentar la capacidad recaudatoria de las CCAA.

    Un saludo.

  13. Miguel dice:

    ¿Perdon? Soy Valenciano, y pensar el Camps o Zaplana (sí, ya se que no están) recaudando aún más y mejor para pagar sus faraonadas delirantes, mientras siguen endeudándonos porque aún así se quedan cortos… me corto las venas. Yo prefiero a papá Estado central, tenga barba, ceja o bigote. ¡Por favor, no nos dejéis solos con esta cuadrilla de salteadores!

  14. manu dice:

    Respecto a lo de la responsabilidad penal para los gestores de dinero público, creo que no lo han explicado demasiado bien. Yo lo que entendí, no es que vayan a meter en la carcel al que gaste más de lo que ingresa, sino que debería de tener un trato penal la situación en la que un gestor asume compromisos de pago sin respaldo presupuestario. Eso ha pasado en muchas comunidades, y ayuntamientos y entiendo que si que es algo que si que debería de estar penado. Una cosa es tener un presupuesto con partidas de gasto de 1000, y unos ingresos previstos de 1010. El gestor ejecuta el presupuesto, gasta 1000, pero debido a una caída en la actividad se recauda solo 800. Incurriría en déficit, pero yo creo que esto no debería de ser tratado penalmente. LO que creo que se pretendía perseguir es el de aquel gestor que teniendo presupuestado 1000 en partidas de gasto, asume compromisos por 1200, ya que está comprometiendo dinero público sin respaldo presupuestario, y probablemente esté manipulando con retrasos en la contabilización de las facturas la situación real de las cuentas. Eso a mi modo de ver, si que debería de tener responsabilidad penal. Si por el motivo que sea, surgen necesidades de gasto no contempladas, deberían de exisitir los mecanismos necesarios para que se pase de nuevo por el proceso de control presupuestario y se apruebe (o no) la ampliación presupuestaria

  15. […] paga realmente la fiesta? El modelo de financiación importa, y mucho. Si la transferencia de gasto a los entes regionales es mayor que la fiscal se puede  […]

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