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Por qué los sindicatos ahora sí negocian

19 Ene, 2011 - - @jorgegalindo

(Recuperada de aquí).

Durante esta semana parece que los sindicatos han comenzado a transigir a la negociación, cambiando su estrategia de «no» directo al Gobierno, especialmente en la reforma de las pensiones, pero también en otras áreas. ¿A qué se debe este cambio? La explicación de la situación anterior está, bajo mi punto de vista, muy bien expuesta por Citoyen aquí. Considero que los factores del cambio son los siguientes:

1. El Gobierno realmente quiere «pasar reformas» de una vez y está dispuesto a hacer concesiones y a ajustar puntos relevantes, como la edad de jubilación, para no tocar o cambiar las «líneas rojas» de los sindicatos. A esto ayuda que Valeriano Gómez sea el nuevo Ministro. El interlocutor (tanto el Ministro como su equipo) es importante en un proceso de negociación, y con éste los sindicatos perciben que tienen a alguien que, si bien no es de los suyos, sí les entiende mejor y pueden compartir códigos de comunicación.

2. Los sindicatos se han dado cuenta de que no pueden convocar otra huelga general sin hacer que el instrumento pierda efectividad: una nueva huelga tendría, seguro, mucho menos seguimiento, y este es un instrumento que, como un arma nuclear, se desgasta con su uso porque su principal fuerza está en la amenaza.

3. La lucha entre argumentos económicos y jurídicos dentro de los sindicatos a la que hace referencia Citoyen en el artículo enlazado está resolviéndose por los económicos, porque son los que están continuamente sobre la mesa de la opinión pública (e imagino que privada, por contagio, también).

4. A medida que el paro se mantiene y los argumentos externos crecen, la disonancia cognitiva que hace identificar los argumentos convenientes individualmente con la razón de Estado menguan. Y esto va tanto por los sindicatos (trabajadores indefinidos) como por el Gobierno (réditos electorales), quien además ve, como decíamos en el punto 1, que es hora de dejarse de tonterías y pasar reformas. Una especie de mezcla entre time discounting y anticipación de consecuencias que modifica las actitudes actuales. Por parte de los sindicatos, además, ven cómo su imagen pública se deteriora a marchas forzadas, lo cual genera un incentivo para negociar.

En definitiva, yo diría que el paso del tiempo, la presión externa y mediática, y la actual situación de ambos agentes (Gobierno y sindicatos) hace que los incentivos se realineen favoreciendo más la cooperación que la no cooperación. Si no hay ningún susto (que no es descartable aún), la cosa, creo, seguirá por fructífero camino. Y, de paso, dejará al PP aún más en evidencia ante su falta de argumentos concretos. Lo que, la verdad, sigue sin ser suficiente como argumento electoral contra un 20% de paro.


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