Llego tarde, pero tengo que decirlo: la dimisión de Sarah Palin como gobernadora de Alaska confirma de forma oficial que esta mujer es imbécil. De hecho, creo que es el peor tipo de imbécil; una persona que es básicamente estúpida pero que está totalmente convencida que es una persona genial e imprescindible.
¿Por qué dimite? La verdad, es difícil decirlo; la rueda de prensa fue una diatriba confusa e incoherente. Una frase: «sólo los peces muertos siguen la corriente»
No sé qué pretende. La teoría más extendida es que la mujer quiere presentarse como candidata en el 2012 para la nominación republicana, algo que desde esa especie de exilio siberiano que es Alaska su «mensaje» no llegaba al resto del país con fuerza. Dejando de lado el hecho que Palin sale en las noticias constantemente (normalmente haciendo el ridículo), es difícil entender como alguien que ha sido gobernadora de un petroestado durante dos años medio y dimite cuando aún le quedan dieciocho meses de mandato puede justificar ser presidente.
Esta mujer tiene un ego descomunal y es tonta de solemnidad al mismo tiempo. Nada de excusas; no le doy ya el beneficio de la duda, y menos con este historial. Es ambiciosa, se cree la salvadora del partido republicano, y no sería capaz de hacer la «o» con un canuto – o reconocer una «o» o un canuto sin la ayuda de su pelotón de cultistas descerebrados que forman parte del ala «muera la inteligencia» del partido republicano.
El hecho que estuviera en una hipotética línea de sucesión a la presidencia es absolutamente increíble.
Esta mujer forma parte de esa insigne cofradía de políticos enamorados de sí mismos, de los cuales, aún recuerdo con alborozo a nuestro campeón nacional, recordáis al incalificable y genial califa Hernández Mancha?, salido de esta nuestra alejada tierra andaluza para inundar de sabiduría la galaxia y más allá. Gente así, le hacen a uno tener buen humor por las mañanas jajajjaj
La rueda de prensa es increible, alucinante como mínimo. Es una mezcla de clichés soltados sin piedad y sin nexos aparentes. Dios, es doloroso escucharla.
Me lo ha parecido a mi o ha dicho que basaba su decisión en lo que le dijeron sus hijos de «salvar el país fuera del gobierno de Alaska»? No sé si intenta ser fustradamente demagógica o realmente se lo cree.
La metáfora con el basket ha sido fantástica. Por alguna razón, he pensado en Ana Botella con lo de las peras y las manzanas
Yo la encuadro dentro del fenómeno que llamo «extrema derecha salida».
[…] tras darle demasiado al orujo (no hay otra explicación), y que desde entonces no ha dejado de confirmarse como el mayor imbécil a tiro del control absoluto de una superpotencia desde el día que Breznev […]