Hace una temporada me mofaba de California. Estados Unidos es un país enorme, con una variedad inmensa de instituciones y cientos de miles de políticos dispuestos a meter la gamba para mi divertimiento, pero California siempre tiene una capacidad especial para superar las expectativas más pesimistas. El Economist tiene esta semana un largo artículo detallando la apocalíptica lista de pifias y absurdos legales que hacen de ese estado un manicomio ingobernable, así que no me repetiré.

California está de hecho básicamente en bancarrota; tiene un déficit gigantesco. Los legisladores no pueden arreglarlo (merced de una constitución estúpida), los votantes son incapaces de votar nada que lo arregle un poco (o creen en magia negra presupuestaria, no sé) y el estado tiene una obligación constitucional de tener déficit cero.

¿Qué sucede si un estado con 40 millones de habitantes (ellos sólos serían la décima economía del planeta) se va a la bancarrota? Que Estados Unidos tiene, de golpe y porrazo, un problema potencial gigantesco. La confianza en la salud fiscal de los otros 49 estados corre el riesgo de volatilizarse -y con ello, la capacidad de estados y municipios de todo el país de financiar gastos corrientes a tipos de interés remotamente razonables. El coste de toda la administración americana puede irse por las nubes, provocando despidos, cortes de servicios y básicamente un jaleo de cuidado. Y eso sin contar con el potencial apocalípsis en los mercados financieros, claro esta.

Estamos de nuevo en lo de siempre: demasiado grande para una quiebra. Los votantes y políticos de California han hecho el idiota (literalmente) desde que empezaron a legislarse en una camisa de fuerza fiscal imposible a partir de los setenta. Si el estado se estrella, es un tortazo bien merecido; aún con normas constitucionales diciendo que no podían tener déficit, se las han apañado para quebrar. Sin embargo, si el gobierno federal deja que se hundan pueden (potencialmente) llevarse por delante un montón de víctimas inocentes en otros estados. No que algunos no merezcan un correctivo (Connecticut hace que Marbella pareza Suiza algunas veces), pero no es cuestión de hacer pagar justos por pecadores y hacer una recesión dura algo aún peor.

La situación sería ciertamente surrealista: el gobierno federal del país más poderoso de la tierra aplicando un plan de rescate y reforma estructural a uno de sus estados. Esencialmente, haciendo el papel del FMI en casa. Del mismo modo que Méjico o Rusia fueron rescatados en los noventa a cambio de sufrir un «agradable» plan de reformas estructurales, veríamos al Congreso dando dinero supongo a cambio de un cambio en profundidad sobre cómo California se gobierna a sí misma.

Suena descabellado, y la verdad, espero que lo sea… en Estados Unidos. No me extrañaría ver alguna cosa parecida (vía FMI, BCE o UE) con algún país europeo, especialmente con alguno de los fracados más espectaculares en Europa del este. No, no mencionaré a España, aunque al paso que vamos, a saber.


7 comentarios

  1. RATKO dice:

    Hablando de rescates, en este caso a familias, ¿conoces esta idea de Trias de Bes?, y si la conoces ¿que te parece?.

    http://triasdebes.net/artalejo/

  2. Edgar Rovira dice:

    Del presupuesto que se sometió a votación sólo se aprobó la medida que tiene que ver con la congelación salarial de los cargos electos.

    Todo lo que tenía que ver con recorte del gasto público y aumento de impuestos, se ha quedado en nada. ¡Ja! A ver si se creen que son tontos estos californianos.

    Y ahora, claro, el problema está en que cuánto más tarden en aplicarlo peor será.

    En fin, que sí, que vaya percal que tiene Terminator.

  3. Tvrtko dice:

    Hablando de Estados bananeros: ¿te has enterado de las modificaciones en materia contable que se están llevando a cabo en la legiuslacipón española? ¿Y la posibilidad concedida a los bancos de adaptar al precio actual de la vivienda los avales ladrillescos de sus hipotecados?

  4. Roger dice:

    Ratko: parece una subvención cara a gente que ha comprado lo que no debía. No sé si los embargos son un problema tan grave como para justificar eso.

    Tvrko: no, no lo he seguido. La contabilidad me pierde. 🙂

  5. […] de Laffer han creado un electorado que no parece querer aceptar la realidad. No es sólo cosa de California;  el debate político americano lleva siendo absurdo desde hace […]

  6. […] de Laffer han creado un electorado que no parece querer aceptar la realidad. No es sólo cosa de California;  el debate político americano lleva siendo absurdo desde hace […]

  7. Rody dice:

    En Argentina tenemos experiencia acerca de los pagarés, en 2001. Nosotros fuimos más sofisticados, y les dimos nombre: «Patacones».
    Finalmente, esta pseudo-moneda tendió a devaluarse, dada la pérdida de confianza creciente en el pagador. Empezaron a circular Patacones en la Provincia de Buenos Aires (administración deudora), como una momneda más. Sin embargo, pronto se pedían más Patacones que su contravalor en pesos.
    Como se ve, ningun país está exento de malos administradores. En Europa no se dicen las cosas lo suficientemente claras y sin pelos, principalmente en países como España, que tienen una de las deudas públicas más escandalosas…, pero sin embargo, siguen gastando. Parece que no se aprende de las desgracias ajenas.
    Saludos.

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