Las olimpiadas son una especie de paréntesis, una dimensión paralela en las elecciones americanas. Uno de los candidatos está de vacaciones. El país no le presta puñetera atención a los candidatos. La cosa está aburrida… ¿o no?

John McCain está convencido que no. De hecho, el tipo parece estar pasándoselo cañón estos días. Se le ve en los ojos, la verdad. El tipo anda como un chaval al que le dejan cumplir su sueño… o jugar que lo está cumpliendo.

Si hay algo que cualquier político conservador sueña en este mundo, especialmente uno que es un pelín belicoso, es llegar a ser Winston Churchill. No hay nada que haga más feliz a un republicano americano, gaullista francés o popular español que ver una crisis, mirar al horizonte, y decir, con voz sobria, serena, confiada «Munich» y «apaciguamiento». Desde 1945, los conservadores de este mundo han llamado Chamberlain a todo Dios, han descubierto al hijo de Hitler cientos de veces, y han visto eventos que cambiarán la historia de la humanidad en todas las esquinas.

Lo de Georgia es la enésima repetición de esta tendencia, con Georgia ejerciendo de Checoslovaquia (y de Kuwait, las Malvinas), y de Islote de Perejil…) y Rusia ocupando el lugar que Alemanes (e iraquíes, marroquíes, líbios y argentinos) ocuparon en el pasado. Como ha sucedido en el pasado, los gritos de orgulloso heroísmo y doctrina machote se repiten hoy, y como muchas otras veces, parece relativamente claro que todo ese pánico es poco razonable.

Todo esto a McCain parece no importarle demasiado. El tipo anda jugando a ser Churchill con un entusiasmo encomiable, jugando a tener política exterior propia, enviando «emisarios» a la región (Graham y el inefable Lieberman) y básicamente siendo más halcón y más antiruso que el mismo Bush estos días. El tipo parece creer sinceramente (o cínicamente, que esto de ser machote da votos) que Georgia es tan importante que merece ir a las manos con Rusia, o algo peor. La verdad, no estoy seguro que todo esto ayude; más bien lo contrario (en Georgia tiene tele. Cierto)

Sí, Rusia es el malo de la película, esto es relativamente obvio. Lo que me parece absurdo es ir por el mundo que un país tan poco fiable (y con un presidente con una tendencia tan marcada a mear fuera de tiesto) parezca ser para algunos el centro del universo y el rompeolas de occidente.

En fin, McCain supongo que está siguiendo la gastada táctica de Bush y los suyos que reza que la mejor política exterior es ser tan machote como sea posible, al menos de cara a ganar las elecciones. Ignoro si hacer esto funcionará este año; aún menos estos días, en que nadie le está prestando puñetera atención. Contando que la crisis de Georgia no es probable que se alargue demasiado (los Rusos ya han escarmentado a los Georgianos bastante), lo único que creo que conseguirá esto es que cuatro gafosos y algunos periodistas se tomen a McCain un poco menos en serio.

Curiosamente, la administración Bush está actuando con cautela, siguiendo el liderazgo francés y europeo. Obama ha hecho más o menos lo mismo, aunque ayer alguien de su campaña soltara la estupidez que Georgia tiene que entrar en la OTAN. Cuando tu mensaje es más agresivo que Bush, eso tiene que dar que pensar.


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