Es bastante inusual -según comentan- para los candidatos presidenciales americanos esto de emitir publicidad durante los juegos olímpicos. Las audiencias son muy grandes y jugosas, pero NBC cobra el gusto y las ganas a cualquiera que quiera poner un anuncio estos días; la inmensa mayoría de anuncios son de compañías entre grandes y enormes (Visa, McDonalds, Coca Cola), con muy poquitas excepciones.

Por descontado, estas elecciones son bastante inusuales, así que tenemos a los dos candidatos gastándose una millonada (sobre 5-7 millones de dólares, mínimo) anunciándose durante los juegos. Vamos a darle un vistazo:

¿Vistos? Bueno, estamos de nuevo siguiendo lo que parece la tónica de esta campaña, con McCain lanzando un anuncio negativo, Obama con uno positivo. McCain acusa a Obama de ser famoso (pff) y querer subir los impuestos (cierto en parte; sólo para rentas altas) y subir el gasto público, algo que destruye empleo (afirmación que es una chorrada económica de impresión). Obama ni menciona a su candidato, y habla de energía, nuevas tecnologías y plantar patatas (más o menos).

Los mensajes negativos pueden funcionar o no; los ataques pueden ser efectivos o hacer más daño al pesado que se queja todo el rato que al blanco de las críticas; ya he hablado de esto. Lo que es muy curioso, y que más de un comentarista ha mencionado, es el efecto realmente extraño que un anuncio tan negativo tiene entre tanto anuncio olímpico.

Todos hemos sufrido / disfrutado de las olimpiadas; los anuncios son iguales en todos sitios: superación personal, el reto, banderitas patrióticas (más en EEUU que en España) y mucho espíritu deportivo, nobleza y poses heroícas a cámara lenta. Es la temporada alta en publicidad místico-heróica-tio-bueno-con-músculos, vamos; ni en Navidad hay tan buen rollo al intentar vender cosas. No tenemos el porno blando de los anuncios de colonia, vamos.

Estos días, sin embargo, uno puede estar todo excitado y emocionado con el espíritu de superación del alma humana víctima del último anuncio de Nike (una joyita, en serio), cuando te sale todo de imágenes lúgubres y una voz hablando de desastres futuros si sale elegido Obama. Es un anuncio puramente negativo, totalmente contradictorio con el tono y color del resto de la publicidad en la parrilla. Sí, llama la atención; lo que no estoy seguro es si ser el tipo que se pone a hablar del genocidio en Darfur en una fiesta de cumpleaños es una buena idea desde el punto de vista político.

Como nota curiosa al margen, el anuncio de Obama es en alta definición; el de McCain es en cutrelux estándar. Son candidatos de dos épocas distintas.


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