Ciencia recreativa

El extraño caso de la aritmética complicada de la deuda

18 Sep, 2011 -

Dice Paul Krugman que los que planteamos que uno de los problemas del Euro fue no controlar las finanzas públicas de varios países –empezando por Irlanda y España. Dice Krugman que si uno mira los datos de déficit, esos datos muestran que no había ningún problema durante esos años. Después de haber conocido en las últimas semanas un número no despreciable de gente que no entendía la diferencia entre limitar el déficit y limitar el gasto público, no tengo muy claro si aclarar algo tan sutil como esto tiene sentido, pero allá va.

El déficit y la deuda pública son medidas, esto es, indicadores de algo subyacente que nos interesa. Concretamente, hay dos aspectos a nivel macro que nos interesa mirar con el déficit y la deuda: la sostenibilidad a medio largo plazo, y el signo a corto plazo de la polítical. A corto plazo, la política fiscal puede se expansiva (si hay déficit) o contractiva (cuando hay superávit) y a medio largo plazo una senda fiscal puede ser sostenible (si el estado está en condiciones de hacer frente a todos los pagos previsibles en el futuro) o no. En ambos casos, el déficit y la deuda son indicadores útiles, pero no los únicos.

Centrándome en el tema de la sostenibilidad, lo que nos interesa mirar en la política fiscal de un estado es si éste va a poder hacer frente a todos los pagos que ha contraído con sus ingresos previstos sin que el stock de deuda crezca de forma exponencial. El pago del servicio de la deuda es solo uno entre los muchos pagos que tiene que hacer un estado. Es cierto que se trata de un pago “más” obligatorio que otros, pero un Estado ha contraído muchas obligaciones de pago que, normalmente, no aparecen reflejados en los datos de deuda, están fuera de las cuentas públicas, pero no por eso son menos “deudas”. Es lo que se suele llamar el problema de los “pasivos implícitos”: son pagos más o menos previsibles que, sabemos, el Estado no va a poder dejar de hacer, o incluso es posible que decida hacerlos antes que devolver su deuda. Esto significa que, al contrario de lo que sugiere Krugman, no basta con mirar los datos de deficit y deuda para verlo todo.

¿Qué nos encontramos entre los pasivos implícitos del gobierno? Una categoría bastante obvia es el caso de obligaciones de pago que, por razones contables o de mala gestión pública, no aparecen reflejadas en las cuentas públicas. Esto no es un problema totalmente hipotético: Grecia es un ejemplo claro de esto y el recurso a la contabilidad creativa fue moneda corriente después de que se pusiera en marcha el pacto de estabilidad. Hay muchas formas de maquillar un presupuesto; desde trucos contables “legales” (imputar al año siguiente un gasto de este año usando un criterio distinto o convertir los gastos de un departamento en los de una agencia independiente con presupuesto autónomo) hasta la pura ocultación. En España, hoy, concretamente, hay razones poderosas para pensar que cuando llegue el PP al gobierno destaparan muchos de estos “trucos” contables, aunque solo sea para poder echarle la culpa al gobierno anterior.

Una segunda categoría de pasivos implícitos son aquéllos que no tiene reconocimiento como deuda, pero que aún así se pueden considerar como adquiridos. Pienso especialmente en todos los gastos ligados al envejecimiento de la población. Conforme España vaya teniendo menos gente trabajando y más jubilada y consumiendo sanidad, la tasa de dependencia será mayor y habrá un montón de deudas (pensiones y gastos varios ligados a la tercera edad) que aparecerán sin más. Esto es algo previsible, adquirido, pero no aparece en ningún balance público.

Por último, hay gastos que sabemos que el sector público no va a poder dejar de hacer y a la inversa ingresos que son esencialmente temporales, no permanentes. Aquí estoy pensando en el efecto que tiene un burbuja sobre las cuentas públicas. Ligada a la burbuja inmobiliaria en España hubo un montón de ingresos que se creían permanentes, pero que resultaron ser temporales. Este es un problema especialmente agudo a nivel autonómico y municipal que es donde se gestionan las competencias de urbanismo y se recaudan impuestos ligados a ello. Asimismo, hoy día los bancos tienen en sus balances una cantidad considerable de activos de valor incierto, es decir, de hipotecas que no sabemos si la gente va a ser capaz de pagar o no a medio plazo, en parte porque no sabemos como va a recuperarse nuestra economía y nuestro empleo, en parte porque simplemente no quieren sacarlas a la luz para no asumir las pérdidas. Si el sistema financiero español se fuera a la mierda más de lo que está, sabemos –y la gente que compra
nuestra deuda lo sabe- que el Estado no podrá dejar de rescatar a esos bancos. En el momento actual, las cuentas públicas y las de los bancos están, de facto, fusionadas y pensar en las primeras sin pensar en las segundas es una estupidez.

¿Cómo se relaciona todo esto con el pacto de estabilidad? La misión del pacto de estabilidad era asegurar que las finanzas públicas de los estados siguieran una senda sostenible de forma que si uno de ellos dejaba de pagar, no arrastrara al resto. A los ojos salta que el invento no funcionó muy bien, fundamentalmente por dos razones: aunque se cambió después para enfocar el problema de la sostenibilidad, al principio solo se perseguía una objetivo de 3% de déficit y por otro lado porque era muy difícil hacer cumplir el pacto. Pero eso no significa, como da a entender Krugman, que el pacto fuera menos necesario: si el pacto de estabilidad hubiera funcionado bien, habría permitido entender que las sendas fiscales irlandesas y españolas eran insostenibles

Como tampoco es cierto que las políticas fiscales de Irlanda y España fueran prístinas. El hecho de que España vivía dentro de una burbuja inmobiliaria era conocido bastante antes de que esta estallara. Al margen de que no pensáramos que podíamos caer tan al fondo del hoyo como ha resultado ser el caso, habernos construido un colchón a base de superávits para hacer frente a la caída de ingresos en lugar de aumentar los gastos y bajar impuestos habría sido lo razonable. Como también habría sido razonable el haber usado una política fiscal más contractiva para intentar paliar el recalentamiento que sufría nuestra economía que ahora deberemos desinflar (reduciendo precios y salarios) con sangre sudor y lágrimas durante unos cuantos años. Aunque es cierto que el exceso de endeudamiento en España ha venido del sector privado, es simplemente absurdo pretender que éste era independiente de las políticas públicas: en España el sistema fiscal invitaba a la gente a endeudarse (comprarse casas) y tener un política
fiscal que no hacía que la economía se enfriara ayudaba a mantener el ciclo.

¿Por qué se mantuvo una política fiscal expansiva? Una de las razones es que el desempleo es algo políticamente muy costoso y en España nuestro mercado de trabaja tiene unas instituciones que hacen que nuestra tasa de paro sea estructuralmente alta y muy procíclica. A pesar de estar en plena expansión, nuestro paro seguía siendo alarmantemente alto (como el de nuestros vecinos durante la crisis) y los chicos del ministerio sabían con total seguridad que si la economía se ralentizaba volveríamos a tasas del 15 o 20%, algo que era políticamente inaceptable. Arreglar esto suponía hacerle frente a unos sindicatos extremadamente conservadores, que obviamente no entendían (o al menos hacen como si no entendieran) ni la mitad del problema y que además ya estaban suficientemente contra la espada y la pared manteniendo los salarios bajos para que la ola de mano de obra extranjera que estábamos acogiendo se integrara en el mercado de trabajo.


22 comentarios

  1. Kartoffel dice:

    Con la política monetaria pasa algo parecido: mucha gente simplemente asume que la cifra absoluta del tipo nominal es un indicador suficiente del carácter expansivo o contractivo de la política monetaria, de modo que «intereses bajos son expansivos» e «intereses altos son contractivos», a pesar de que, sin contexto, esta variable no nos indica nada (y, de hecho, es trivial encontrar contraejemplos históricos a ambas preposiciones)

  2. Gulliver dice:

    Krugman tiene más razón que un santo. El pecado de España e Irlanda antes de la crisis no era de falta de sostenibilidad fiscal, sino más bien de deuda privada, excesivo riesgo de los bancos y malas inversiones en construcción.

    Con los datos del 2007 en la mano, la situación fiscal de España e Irlanda, sino óptima, era por lo menos correcta. Seguramente había quien prefiriese mayores superávits, pero que yo sepa NADIE decía que España llevase en el 2007 una senda fiscal insostenible. ¿Sabes tú de alguien que lo dijese?

    Me extrañaría, porque aunque había algunos escogidos que vaticinaban que en España la burbuja pincharía y que nos llevaría a una recesión, nadie se esperaba una crisis financiera de tamaño superlativo. Tampoco esperaba nadie que las diversas crisis de la Europa periférica, produjesen una reacción en cadena de crisis fiscales.

    Nadie lo esperaba porque llevamos poco tiempo dentro de la unión monetaria y todavía no conocíamos algunas de sus maravillosas consecuencias, pero ahora lo estamos aprendiendo dolorosamente en nuestras propias carnes.

    Antes del euro era bien conocido que ningún país industrializado tenía crisis fiscales.
    Las crisis fiscales eran cosas de países en desarrollo con parte sustancial de su deuda pública en moneda extranjera.

    Ahora nuestra deuda está emitida en moneda de la que no tenemos control. Nos hemos hecho socios de un club al que pertenecen Argentina, Rusia o México, el club de los países que pueden tener crisis fiscales.

    ¿Cómo es posible? Krugman y De Grauwe lo explican comparando los casos de España y UK. Tanto en endeudamiento público como privado la situación de de UK es peor, y sin embargo tienen barra libre en los mercados de deuda, mientras que a nosotros nos cuestan mucho más caros los préstamos. Los motivos son claros: UK puede monetizar su deuda; obtener liquidez ilimitada de su banco central o devaluar la deuda mediante inflación. Además ha devaluado la libra, aumentando su competitividad, mientras que nosotros no podemos hacer lo mismo.

    Ya no somos UK, ahora somos Argentina.

    Ahora sabemos que somos más vulnerables que antes a las crisis fiscales, y por tanto sabemos que el colchón de superávit que necesitamos es mayor que antes. Lo que antes parecía fiscalmente sostenible, ahora ya no lo es. Además tendremos que vigilar con mucho más cuidado el déficit por cuenta corriente, las burbujas, sean inmobiliarias o de bolsa, los riesgos bancarios y la deuda privada. El pacto de estabilidad ya no sirve, necesitamos algo más riguroso y a la vez flexible.

    Cuando preguntas “¿Por qué se mantuvo una política fiscal expansiva? “. La respuesta no es solo que nadie quería ser el aguafiestas que se llevase el alcohol y la música en medio de la fiesta, sino que nadie podía anticipar que las sustancias que estabamos ingiriendo en la fiesta iban a tener efectos tan perniciosos.

  3. Gulliver dice:

    Cuando decía que nadie anticipaba que España llevase en el 2007 una senda fiscal insostenible, me refiero a insostenible en el sentido de no poder atender a nuestras obligaciones a medio plazo, que es lo que nos reclaman ahora los mercados. Las consecuencias del envejecimiento de la población, en las pensiones y la sanidad, requieren atención y si no se atienden pueden ser insostenibles, pero de serlo lo serían a muy largo plazo.

  4. […] El extraño caso de la aritmética complicada de la deuda politikon.es/materiasgrises/2011/09/18/el-extrano-caso-de…  por Sigerico_Redivivo hace nada […]

  5. Ignacio Paredero Huerta dice:

    Tengo la sensacion de que todo este post es un elaborado intento de justificar desde la racionalidad algo que, en teoria, no deberia suceder si los «mercados» actuasen de manera racional, economica, objetiva.

    Ante lo que sucede, que un pais solido y estable con deuda muy baja, ve como su deuda se devalua, hay dos maneras de enfrentar la realidad. La primera, es asumir que, en efecto, los mercados no siempre actuan de manera racional. No siempre evaluan los criterios objetivos, sino que en muchas ocaciones se comportan de manera irracional, con panicos, rumores, miedos o, incluso, a traves de la especulacion deliberada. La segunda opcion, mas tranquilizadora, es seguir pensando que los mercados actuan de manera objetiva y racional. Pero para justificarlo, tenemos que sacarnos de la manga unos cuantos indicadores nuevos. O nos los inventamos.

    Hay que tener en cuenta que la racionalidad, al ser un hecho interno, una caja negra, permite afirmar cosas tan peregrinas como que los mercados estan evaluando «pasivos implicitos como «el envejecimiento de la poblacion» o supuestos falseamientos contables que nadie ha verificado, de igual forma que yo podria afirmar que estan evaluando (racionalmente) el precio de los polos de fresa (en tasas de frigodedos/Pib, mayormente). O dicho de otra manera: podemos decir que el comportamiento es racional por que siempre podemos esgrimir excusas o argumentos ad hoc que justifiquen la racionalidad. Con el desagradabe efecto secundario, eso si, de que la culpa del problema es del estado, pues los mercados se toman como una fuerza de la naturaleza incuestionada, como son avatares desencadenados de la racionalidad economica. Si los bonos caen, dentro del paradigma de los mercados puramente racionales, es por que el estado algo ha hecho mal.

    Pero las cosas, para mi, son mucho mas sencillas. España tenia una deuda muy baja, del 39% para se exactos. Hasta el 2008, nunca incumplió el pacto de estabilidad, como si hicieron Francia y Alemania. Y de repente, su deuda deja de ser atractiva, sin mas argumento que el problema griego, metiendonos en el saco de los PIGS, ante una coyuntura que la propia especulacion sobre la deuda es lo que hace que sea inviable pagarla. Si no es un efecto de profecia autocumplida, basada en un fallo de diseño del euro y un prejuicio cultural, no se lo que es.

    No es la racionalidad economica pura lo que explica las acciones de los mercados. Ese paradigma ya lo cuestiono Keynes hace mucho tiempo, pero parece que vivimos mas comodos y seguros, intelectualmente, pensando que todo se puede entender desde ahi.

    Hay otros factores, culturales, personales, irracionales, emocionales. Si los bonos españoles bajan no es por que no valgan (es lo que afirmas), es por que hay miedo irracional, es por que hay prejuicios culturales, es por que hay fallas estructurales de diseño monetario (ese BCE, esa falta de tesoro comun) que permiten la especulación sobre ellos. Seguir empeñados en la racionalidad economica objetiva como explicacion para todo no es racional, es suicida.

  6. Pescador dice:

    Un par de preguntas:

    Gulliver, dices que UK puede monetizar su deuda, pero ¿De que le sirve si le conceden los prestamos en dolares ó en euros? ¿Un inversor internacional invierte en bonos que un pais puede devaluar en caso de necesidad , dandole a la máqui na de imprimir ó lo hace en monedas «fuertes»?
    Cives ¿Es un designio divino que nos vayamos a comer la deuda privada si ó si ó es una elección impuesta por los acreedores para seguir dandonos vida por el momento? ¿No se cumple aqui aquello de que si debes un millón tienes un problema pero si debes mil lo tiene tu acreedor?

  7. Gulliver dice:

    Pescador,

    “dices que UK puede monetizar su deuda, pero ¿De que le sirve si le conceden los prestamos en dólares ó en euros?”

    El Reino Unido emite toda su deuda en libras esterlinas. Todos los países que pueden emiten su deuda en moneda que controlan porque es mucho más estable macroeconómicamente, pero los que no son de fiar puede que no tengan más remedio que emitirla en dólares para encontrar compradores. Tampoco la controlan los países en una unión monetaria. Los países de la eurozona la emiten en euros, moneda que esos países no controlan.

    “¿Un inversor internacional invierte en bonos que un país puede devaluar en caso de necesidad, dándole a la máquina de imprimir ó lo hace en monedas “fuertes”?”

    Un inversor invertirá en cualquier bono que le resulte rentable. Para ello evaluará el riesgo y pedirá un tipo de interés acorde con ese riesgo. Si en las subastas de bonos los inversores consideran que el riesgo de devaluación de la moneda (en el caso de los inversores internacionales) o de inflación (en el caso de los nacionales) o de impago (en ambos) es alto, pedirán un tipo de interés alto para comprar esos bonos.

  8. Pescador dice:

    Ya, pero si como comentas, tiene una deuda publica alta y una deuda privada alta, más la posibilidad de darle a la máquina de los billetes, no se cumplen las condiciones teóricas para que un inversor exterior, pueda invertir en deuda,( si no entendemos invertir por apostar) y más con los tipos con los que se está inviertiendo ¿no?.
    Otro misterio es que se le deje actuar como corsario financiero en la UE…

  9. Gulliver dice:

    El futuro de las pensiones tiene mucha importancia a 20 o 30 años vista, pero difícilmente pueden afectar demasiado al tipo de interés de un bono a diez años.

    El paper de De Grauwe explica estupendamente el mecanismo que hay detrás de la prima de riesgo de España e Irlanda, que no tiene que ver ni con una insostenibilidad fiscal previa a la crisis ni con hacer frente a los pagos de las futuras pensiones:

    «Una unión monetaria es más que una moneda única y un banco central único. Los países que forman una unión monetaria pierden más que un instrumento de política económica (tipo de interés o tasa de cambio). Al entrar en una unión monetaria, pierden la capacidad para emitir deuda en una moneda sobre la que tienen control. En consecuencia, una pérdida de confianza por por parte de los inversores puede, a modo de profecía autocumplida, llevar al país a un impago. No ocurre lo mismo con los países capaces de emitir deuda en su propia moneda. En esos países el banco central siempre puede proporcionar liquidez a la deuda soberana para evitar el impago. Esto puede producir inflación en el futuro, pero protege a la deuda soberana de un impago forzado por el mercado.

    Así, los países miembros de una unión monetaria se vuelven más vulnerables. Los cambios en las percepciones de los mercados pueden producir «paradas repentinas» de la financiación de la deuda del gobierno, poniendo en marcha una interacción diabólica entre las crisis de liquidez y de solvencia. Una importante implicación adicional de esta mayor vulnerabilidad es que los países miembros de una unión monetaria pierden mucha de su capacidad para aplicar politicas fiscales contracíclicas. Cuando crece el déficit fiscal durante una recesión, existe el riesgo de crear una pérdida de confianza de los inversores en la capacidad de servir la deuda soberana, con el efecto de aumentar el tipo de interés, empeorar la recesión y conducir a un todavía mayor déficit fiscal. Como resultado, los países de una unión monetaria pueden ser arrastrados a un mal equilibrio, caracterizado por deflación, altos tipos de interés, alto déficit fiscal y crisis bancarias.»

  10. Pescador dice:

    «This is certainly not unrelated to the fact
    that since the start of the financial crisis the pound has depreciated by approximately 25% against the euro.»

    Ahora, corrigeme si me equivoco ¿Esto no quiere decir que alguien que haya invertido un millón de Euros – no dice como ha ido el asunto en relación al Dolar – en deuda en libras en el 2008 está en posición de perder 250.000 Euros para el momento de cobrar ( si es ahora ya ha perdido ese dinero)el total y está perdiendo un 25% en el rendimiento de sus intereses? Si el gobierno britanico recurre a la inflación y a la devaluación de la Libra ¿No se come el posible beneficio de los que usan Euros, Yenes ó Dolares…( cualquier moneda que gane valor frente a la Libra) para comprar deuda en libras? ¿Y no pasa nada? ¿ Confían – una palabra que se repite y repite en el documento que enlazas- en que la Libra recupere posiciones cara al vencimiento?

  11. Gulliver dice:

    «¿Esto no quiere decir que alguien … está perdiendo un 25% en el rendimiento de sus intereses?»

    Básicamente sí. Comprar bonos en moneda extranjera es un riesgo. Se puede perder bastante pasta si la moneda se devalúa y ganar un extra si remonta.

    “¿No se come el posible beneficio de los que usan Euros, Yenes ó Dolares… para comprar deuda en libras?”

    Pues sí.

    “¿Y no pasa nada?”

    Pasa que si recurres muy a menudo a la devaluación pierdes tu reputación y te cobran un ojo de la cara por prestarte dinero como le ocurría a Argentina y Brasil en sus buenos tiempos. Si no recurres a menudo a este truco y tienes buena reputación como le pasa al Reino Unido puedes recurrir a la devaluación cuando realmente te hace falta sin perder del todo la buena reputación.

    “¿ Confían … en que la Libra recupere posiciones cara al vencimiento?”

    No, no creo que esperen que recupere posiciones. Para los que compraron bonos que han perdido valor seguramente ya no tiene mucho remedio. Han perdido dinero.

  12. Pescador dice:

    O sea, la objetividad esta fuera de la ecuación.
    Ser creadores de opinión económica es una ventaja a la hora de generar «confianza».

  13. Alatriste dice:

    Cives, me parece que estás muy equivocado cuando escribes esto: «pero eso no significa, como da a entender Krugman, que el pacto fuera menos necesario».

    Leo y releo el texto enlazado y no veo por ninguna parte dónde dice que el pacto no fuera necesario. Lo que dice, lo que Krugman dice siempre, es que están intentando colarnos una narrativa en la que la causa de la crisis a nivel mundial fue el excesivo gasto público en los países desarrollados. Y coincido con Krugman en que esa historia no se sostiene lo mires por donde lo mires.

    Pasando al caso específico español, me parece muy difícil sostener que hubiera hecho falta un superávit mucho mayor y una deuda todavía más baja. No sólo hubiera sido politicamente muy difícil de defender, tanto para el gobierno de Aznar como para el de Zapatero, es que en un contexto de tipos de interés real muy bajos hubiera sido dificilmente justificable. Y francamente, no veo cómo una deuda de digamos que solo el 25% del PIB (que creo que hubiera sido, de lejos, la más baja de toda la OCDE) hubiera cambiado nada cuando estalló la crisis.

    Y también tengo que decir que la forma en la que «los mercados» descubrieron de repente que Italia tenía una deuda muy alta, serios problemas estructurales, un programa de ajuste burdo e insuficiente, y un gobierno de opereta, debería bastar para convencer a cualquier observador objetivo de que los mercados son cualquier cosa menos racionales. Uno casi diría que es un ejemplo muy claro de ataque especulativo, pero ya se sabe que los especuladores no existen ¿Verdad?

  14. cives dice:

    En una unión monetaria, la política fiscal durante una expansión debe hacer dos cosas:

    a) Mantener la inflación baja corriendo superávits, en parte porque es algo deseable en sí mismo, en parte porque uno no puede devaluar su moneda y una inflación alta se traduce en una pérdida de competitividad.
    b) Acumular margen de maniobra con superavits estructurales para cuando lleguen los malos tiempos y que las finanzas públicas sean sostenibles a medio plazo.

    El pacto de estabilidad tenía por objetivo obligar a los estados a hacer esto y gestionar la coordinación de políticas fiscales.

    España claramente no hizo esto, en buena medida porque el pacto estaba mal diseñado y daba malos incentivos, pero el objetivo seguía siendo bueno. En un contexto dónde cada año sale más gente de la fuerza de trabajo de la que entra y dónde hay un montón de ingresos y gastos que dependen de una burbuja, nuestro saldo estructuralmente ajustado era probablemente deficitario y nuestra política fiscal expansiva.

    Esta es toda la historia de la insostenibilidad de nuestras finanzas públicas. No vamos a crecer durante tiempo porque tenemos que meternos en una desinflación competitiva que solo vamos a poder gestionar a golpe a de contracción fiscal ya que los sindicatos no están por la labor de entender lo que está ocurriendo y nadie parece entender que esto de liberalizar es una buena idea. Luego decir que no se trata de un problema fiscal sino de crecimiento es básicamente una chorrada: nuestro problema de crecimiento tiene su origen, entre otros sitios, en una mala política fiscal.

    Luego, De Grauwe tiene razón en que esto es un problema porque no tenemos nuestra propia moneda porque no podemos monetizar. Fair enough. Pero eso es olvidarse de que para esto precisamente teníamos un pacto de estabilidad: porque queríamos evitar tener que monetizar la deuda de nadie en una unión monetaria. Es legítimo decir que el problema es el Euro o la política del BCE, pero eso es ver el problema desde otra óptica y olvidarse de que lo que ha fallado en el mecanismo ha sido el pacto de estabilidad; el BCE está cumpliendo su mandato y en el Euro nos metimos conscientemente de dónde entrábamos.

  15. Gulliver dice:

    “Luego decir que no se trata de un problema fiscal sino de crecimiento es básicamente una chorrada: nuestro problema de crecimiento tiene su origen, entre otros sitios, en una mala política fiscal.”

    Aquí se confunden dos cosas. Una es la sostenibilidad de la deuda pública. La otra es si la política fiscal es procíclica o contracíclica.

    ¿Teníamos una política fiscal procíclica? Si

    ¿Teníamos antes de la crisis una deuda pública y unos compromisos futuros de pago insostenibles? No.
    Lo que teníamos es un problema de insostenibilidad de la deuda privada.

    Es cierto que a muy largo plazo el envejecimiento de la población hace que tengamos que ir cambiando el chip, pero todavía estamos muy a tiempo de hacer las reformas pertinentes.

    La política fiscal procíclica puede que haya acabado por afectar a la sostenibilidad de la deuda pública, pero ha sido a través de un mecanismo muy indirecto. La política fiscal procíclica ha sido uno de los posibles factores que ha llevado a la insostenibilidad de la deuda privada, y esta a su vez la de la deuda pública.

    Tenemos una economía con un sector privado tan endeudado, y como bien dices una respuesta tan deprimente de gobernantes y agentes sociales, que no vamos a poder salir del agujero en muchos años. Los estabilizadores automáticos de nuestro estado del bienestar hacen que cuando el sector privado se retrae y empieza a ahorrar como un poseso, el sector público sale a la palestra y se endeuda para sostener la economía. Pero este sostén público puede venirse abajo por dos motivos:
    – Si la economía tarda mucho tiempo en recuperarse, la deuda se acumula y eventualmente si se hace demasiado grande se vuelve peligrosa y los mercados de deuda se ponen nerviosos. Con una deuda del 60% en 2010 no se puede decir que hayamos llegado ni de cerca a ese punto.
    – El problema es el círculo vicioso de inestabilidad fiscal que señala De Grauwe. Aunque la deuda sea limitada, los agentes de los mercados pueden volverse racionalmente paranoicos y pensar en que si los agentes se ponen de acuerdo en que un impago de España es posible, los tipos de interés suben de acuerdo con la probabilidad asignada a ese escenario, el déficit aumenta al subir los tipos de interés y las posibilidades de pagar la deuda disminuyen, convirtiéndose en una profecía autocumplida.

    ¿Podríamos haber evitado estos problemas con una política fiscal contracíclica? Posiblemente sí.

    ¿Teníamos un nivel de deuda o de déficit fiscal estructural imprudentes?
    No creo. En 2007 la deuda era de menos del 36%, el superávit del 1,9%. Ninguno de los dos valores parece de una imprudencia temeraria. No sé calcular cual era el déficit público estructural de España en esos momentos, pero no creo que sea exagerado. No hay ninguna regla de oro además que diga que el balance fiscal estructural haya de ser cero o positivo. Como tú bien has dicho en otro sitio depende de los compromisos futuros de pago o de la parte de inversiones públicas que se quiera pagar más adelante.

  16. Gulliver dice:

    “en el Euro nos metimos conscientemente de dónde entrábamos.”

    Nadie nos ha obligado a meternos en el euro, pero de ahí a decir que éramos conscientes de lo que hacíamos ;-D.

    Sabíamos que podía haber shocks asimétricos y que la política monetaria del BCE seguramente no podía ser buena para todo el mundo a la vez. Pero también pensábamos que aunque habíamos perdido la política monetaria siempre nos quedaría la política fiscal. Ahora sabemos que también podemos perder la política fiscal, porque en cuanto tiras de déficit los mercados se empiezan a poner nerviosos por el mecanismo de la profecía autocumplida y el contagio en cadena de unos países a otros. Sin mencionar las penosas interacciones entre la sostenibilidad de la política fiscal y la sostenibilidad del sistema bancario que también es una novedad del euro.

    Si los países de la eurozona hubiesen sabido el lío en el que nos estamos metiendo dudo mucho que hubiese nacido el euro. Ahora sabemos que para tener una unión monetaria en condiciones necesitamos una unión económica y fiscal, pero eso es ir mucho más allá de lo que muchos países de la eurozona estaban dispuestos a aceptar.

  17. cives dice:

    «¿Podríamos haber evitado estos problemas con una política fiscal contracíclica? Posiblemente sí.

    ¿Teníamos un nivel de deuda o de déficit fiscal estructural imprudentes?
    No creo. »

    Estas dos afirmaciones son algo contradictorias si uno admite que en tiempos de expansión tiene que acumular margen de maniobra.

    «¿Teníamos antes de la crisis una deuda pública y unos compromisos futuros de pago insostenibles? No.
    Lo que teníamos es un problema de insostenibilidad de la deuda privada.»

    El problema es que eso es una división arbitraria por dos razones que detallo en el post. Primero, porque la actitud de endeudarse de los agente no es independiente de la política fiscal, sino que dependía de tener una economía excesivamente estimulada y, segundo, por el tema de los pasivos implícitos: una buena parte de la deuda del sector privado está de facto garantizada por el sector público.

  18. Cives dice:

    Por cierto, no quiero que parece que estoy fustigando gratuitamente a nuestros gobernantes.

    Yo creo que, dado lo que sabíamos, nuestra política fiscal algo laxa, pero razonable. Pero ahora sabemos mucho más y en particular que hay que ser especialmente prudentes para cuando lleguen los malos tiempos. Es decir, que en retrospectiva el pacto de estabilidad -o algún mecanismo que gobierne las finanzas públicas y la tendencia al endeudamiento- no es menos, sino mucho más necesario.

  19. Gulliver dice:

    Es importante la diferencia entre política procíclica y deuda insostenible porque la lectura política a nivel europeo puede ser muy diferente.

    Si hubiésemos tenido una deuda insostenible, como en el caso griego, es razonable que los alemanes digan que nos está bien merecido y que ellos no quieren pagar nuestra deuda.

    Es más fácil empatizar con nosotros por haber hecho por error una política procíclica que nos ha llevado a una crisis. Sobre todo teniendo en cuenta que no estaríamos pidiendo que nos paguen parte de la deuda, sino que nos den liquidez para burlar el círculo vicioso de desconfianza de los mercados y salir del paso sin que a los alemanes o al BCE les tenga por qué costar dinero.

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