Internacional & Política

Inmigración: a la vez, mucho y nada

21 Nov, 2014 - - @egocrata

Ayer Obama presentó en un discurso en la Casa Blanca una executive order (algo parecido a un reglamento) una serie de cambios en las normas que rigen el sistema de inmigración americano. De forma un tanto paradójica, el anuncio de Obama es a la vez un cambio relativamente limitado en el funcionamiento de los procedimientos de inmigración, y una maniobra política con un impacto potencial muy considerable, sin que ambas cosas sean contradictorias.

La «reforma» en sí:

Iremos por partes, empezando por la parte substantiva de la orden ejecutiva del presidente. La idea básica es que el ejecutivo a partir de ahora no va a deportar a aquellos inmigrantes indocumentados que  llevan al menos cinco años en Estados Unidos, nunca han cometido un delito y tienen hijos que o son ciudadanos o bien tienen una tarjeta de residencia para vivir en el país. Por añadido, la orden también extiende las protecciones a los llamados dreamers, inmigrantes que llegaron al país como menores de edad, no tienen historial criminal y han acabado el bachillerato. La orden de Obama permitirá a entre cuatro y seis millones de inmigrantes ir a la oficina federal más cercana, pagar una tasa de $465, dar fe que pagan impuestos, someterse a una comprobación de su historial criminal y demostrar que llevan cinco años en el país. Si lo hacen, recibirán una tarjeta de residente temporal que les permitirá conseguir trabajo legalmente en Estados Unidos, y les autorizará a permanecer en el país.

La base legal para este cambio se basa en el principio de prosecutorial discretion, o discrecionalidad en la acusación: dado que el gobierno federal tiene recursos limitados en su tarea de cumplir la ley, el Presidente tiene libertad para decidir dónde va a concentrar sus esfuerzos persiguiendo actos ilegales. Del mismo modo que el FBI dedica más tiempo a perseguir asesinos en serie que a gente que roba chucherías de la gasolineras, ICE (el servicio de inmigración) puede también concentrar sus esfuerzos en deportar traficantes de armas y miembros de mafias internacionales en vez de perseguir a los padres indocumentados de una niña de 12 años nacida en Cleveland, Ohio. Desde el punto de vista constitucional (y por mucho que lloren los republicanos) es muy probable que esta decisión sea plenamente legal, con sentencias del Supremo y decisiones presidenciales anteriores dando una base sólida a esta decisión.

Aunque esto suene como un cambio muy dramático en política migratoria, a efectos prácticos es menos de lo que parece. Aunque si es cierto que ICE, como agencia, es bastante sociópata, la inmensa mayoría de los inmigrantes que van a poder semi-regularizar (que no legalizar) su status en el país realmente no corrían un riesgo demasiado elevado de ser deportados. Los agentes de inmigración no se dedicaban antes a buscar en hospitales niños con pinta hispana para deportar a sus madres de forma sistemática, al fin y al cabo; lo único que esta orden hace es darle un carácter oficial. El procedimiento para darse de alta es, como todo lo relativo a inmigración aquí, caro, lento, kafkiano y confuso, y eso contribuirá a disuadir a muchos. Probablemente veremos menos inmigrantes pidiendo la tarjeta de residente temporal de lo que los republicanos parecen temer, y aunque quienes lo hagan se va van a quitar un enorme peso de encima (el miedo a ser deportado tiene que ser bastante desagradable) y con suerte podrán aspirar un mejor puesto de trabajo (aunque de nuevo, en menos casos de lo que imaginamos), el sistema de inmigración del país no es que vaya a alterarse demasiado. Es decir, seguirá siendo un desastre kafkiano como era hasta ahora.

Los efectos políticos de la reforma:

Si a efectos prácticos esta mini-reforma realmente no es tan fiera como la pintan, ¿por qué es tan importante políticamente? Muy sencillo: leed estos dos tweet:

Dejando de lado el hecho que Ted Cruz es (era) canadiense, creo que os podéis imaginar en qué están pensando todos los aspirantes a la Casa Blanca el 2016: si van a prometer rescindir esta orden de Obama o no. Dado que es una decisión del presidente sobre cómo utilizar recursos federales, el próximo inquilino de la Casa Blanca puede derogarla sólo con chasquear los dedos. Esto quiere decir que en las elecciones del 2016 van a tener que pronunciarse sobre qué harían, les guste o no a los candidatos. En el partido demócrata, esta es una decisión trivial: son el partido pro-inmigración, las minorías les votan en masa y las dos coaliciones ganadoras de Obama se basaban en sacar ventajas demenciales en el voto latino, negro y asiático (la minoría que más rápido crece, por cierto). Hillary Clinton, igual que cualquier otro candidato demócrata, sabe que probablemente no existe un sólo votante blanco que vaya a cambiar su voto a los republicanos que no lo haya hecho ya debido a este tema, y sabe que el electorado demócrata de primarias no les pasará factura.

En el lado republicano… es otro cantar. No sé si recordaréis las primarias del 2012, pero una de las tácticas favoritas de Mitt Romney consistió en atizar a Newt Gingrich y Rick Perry de ser unos blandos en política migratoria. Romney, no lo olvidemos, era el candidato moderado en esas primarias, y el tipo se dedicó a soltarse perlas como esta a Perry, un tipo relativamente razonable en este tema. En los debates Romney acabó incluso soltando la curiosa idea de «auto-deportaciones«, algo que fue repetido en Telemundo y Univisión hasta la extenuación por la campaña de Obama en las generales, y probablemente le costó  un buen montón de votos. En las primarias del 2016 va a ser muy difícil, casi imposible, que un candidato pueda conseguir la nominación sin decir un número equivalente de barbaridades sobre el tema, ya que un sector crucial de las bases del partido se oponen a cualquier cosa parecida a una reforma migratoria razonable (léase: «propuesta por Obama»). Es muy posible que el candidato del GOP a la Casa Blanca se presente a las generales con la promesa solemne, hecha en mil debates, de deportar 4-5 millones de personas, todas ellas con familia y amigos, si llega a la Casa Blanca.  El NYT titulaba hoy, con cierta sorna, que algunos republicanos temen alienar al voto latino con el debate migratorio. La verdad, yo tendría cierto pánico.

Lo divertido entonces es que tenemos una reforma relativamente pequeña, salida de la incapacidad de los republicanos de aprobar una ley de inmigración (hay una salida del Senado con apoyo de los dos partidos, pero Boehner no la sacado a votación en la Cámara de Representantes por miedo que el tea party lo linche),  que puede tener unos efectos electorales considerables, básicamente porque va a forzar a los republicanos a hablar de forma interminable sobre un tema que les hace parecer unos racistas desalmados cada vez que Ted Cruz, Peter King, Rush Limbaugh y compañía abren la boca. Algo que hacen a menudo todo el santo día, por supuesto. Aunque una mayoría del partido, tanto a nivel de élites como de bases, favorece aprobar una reforma, la minoría que se opone es extraordinariamente ruidosa, y es la clase de votantes que acuden a las urnas en las primarias.

¿Qué veremos a partir de ahora?

De forma contraintuitiva, es posible que esta acción unilateral de Obama de hecho acabe por forzar a los republicanos a intentar sacar adelante una reforma migratoria. Esta semana se la pasarán quejándose de la «presidencia imperial» y amenazando con llevar todo a juicio (buena suerte), pero en el fondo son bastante conscientes de esa máxima de Karl Rove que dice que si están hablando sobre las reglas del juego es que estás perdiendo. Obama dice haber actuado porque el Congreso no estaba haciendo su trabajo. Los republicanos controlarán el Congreso a partir de enero, y probablemente lo mejor que pueden hacer a estas alturas es intentar aprobar una ley, la que sea, intentando dar una salida a los once millones de inmigrantes ilegales que viven en Estados Unidos, y sacar el tema de la mesa el 2016. El problema, obviamente, es que eso requiere cooperar con el Presidente de un modo u otro, y a los republicanos eso se les da bastante mal.

Un par de notas finales. La mayoría de evidencia empírica indica que la inmigración no aumenta el paro y favorece el crecimiento económico, con efectos muy limitados o casi imperceptibles sobre los salarios de los trabajadores nativos no cualificados. La política migratoria en Estados Unidos (y en el resto del mundo dicho sea de paso) es algo relativamente reciente. Hasta 1917 Estados Unidos no tenía ningún limite en inmigración, un sistema que no les fue del todo mal. Incluso con las restricciones actuales, Estados Unidos sigue siendo uno de los países del mundo que más inmigrantes recibe (legales e ilegales), y con Canadá, el que mejor los asimila. La política migratoria es una batalla política relativamente extraña, dado que la inmensa mayoría de americanos están a favor de la inmigración. Es uno de estos temas en que una minoría ruidosa es capaz de monopolizar un debate a base de protestar obsesivamente y trollear primarias de forma incansable, no una fractura social clara. Los republicanos, en este caso, tienen la mala suerte de ser el partido que carga con esta minoría histérica ahora mismo, una efecto secundario de ganar elecciones en el sur.


29 comentarios

  1. Yann dice:

    El problema de muchos análisis políticos actuales es que si uno parte de la hipótesis de que una maceta es azul, casi siempre llega a la conclusión de esa maceta es azul. Este artículo toma partido en un hecho muy relevante. Habla de «ya que un sector crucial de las bases del partido se oponen a cualquier cosa parecida a una reforma migratoria razonable (léase: “propuesta por Obama”).». Y ahí está realmente el quid de la cuestión.

    La debacle demócrata en la últimas elecciones muestra que el electorado americano no las tiene todas consigo sobre lo razonable de la propuesta. La propuesta de Obama habla básicamente sobre facilitar la inmigración. Y el americano medio puede encontrar varios problemas en ello.

    Por ejemplo, las condiciones de vida han empeorado durante las últimas décadas. Ya no solo a nivel económico, sino social. Las tensiones raciales se incrementan y la sociedad US parece vivir en un estado de conflicto permanente. Muchos americanos parecen preguntarse donde está el beneficio en ello, una pregunta incomoda que los análisis políticos pasan por alto.

    Otra razón por la que se pueden plantear la conveniencia de facilitar la inmigración la da inconscientemente el propio articulista: «El NYT titulaba hoy, con cierta sorna, que algunos republicanos temen alienar al voto latino con el debate migratorio. La verdad, yo tendría cierto pánico». Y este no es un tema menor: en el momento que la inmigración crece lo suficiente para hacer de bisagra en las elecciones, la población americana empieza a tener que pensar en no alienar al voto inmigrante cuando se trata de debatir políticas. Esto implica adaptar la política americana. Si al hecho de no ver claros los beneficios de la inmigración, le añades que al ciudadano americano medio le toca empezar a pensar en adaptarse a quien viene, eso sigue sumando descontento en la visión general de las políticas migratorias de Obama.

    Un par de notas finales. No, la mayoría de los americanos no está a favor de la inmigración, en los términos considerados en este artículo. Solo un 30% aprueba las políticas de Obama. Y de ese 30% restese a los inmigrantes, que ya son un porcentaje considerable, ¿que porcentaje de americanos que no sean inmigrantes aprueba las reformas de Obama, un 10%, un 20%?. Eso no es precisamente una «mayoría».

    En cuanto a los informes sobre los beneficios de la inmigración, el principal dato empírico con el que tienen correlación es la ideología política de quien financia o desarrolla el informe. En el informe linkado en el artículo, se centra en la pérdida de puestos de trabajo de los nativos. Curiosamente, ese es un problema del que no se suele acusar a la inmigración más allá de cuatro trasnochados. Los problemas que se asocian a la inmigración están más relacionados con tensiones sociales, pérdida de estabilidad social (lo que es malo para los negocios a medio-largo plazo), pérdida del caracter meritocrático de la sociedad anglosajona, pérdida de los estandares morales sobre cuestiones como la corrupción (para la cual los anglosajones son mucho más intolerantes que los latinos), fuerte dependencia de muchos inmigrantes del welfare e influencia política de este hecho a nivel de la política general del país, que deviene un sistema mucho más clientelar (acercándose de esta manera al modelo latino). Ninguno de estos elementos es estudiado en el «informe».

    • Roger Senserrich dice:

      1. Hay abundante evidencia en sondeos, hechos tantos por republicanos como por demócratas, que la mayoría del electorado quiere arreglar el sistema migratorio. La ley aprobada por el Senado (y apoyada por Obama) tenía y tiene amplio soporte en la opinión pública.

      http://www.pollingreport.com/immigration.htm

      La acción de Obama es impopular por la forma, no el contenido.

      2. Decir que Estados Unidos es una sociedad en conflicto permanente y que la situación es peor que nunca es ignorar la larga historia de conflictos raciales del país y el hecho que las tasas de crimen están en mínimos históricos. La desigualdad ha aumentado mucho, cierto, pero queda por demostrar qué culpa de ello tienen los inmigrantes.

      3. La inmigración ha sido un tema electoral en Estados Unidos desde la Guerra Civil. Como mínimo. Los «malos» entonces eran los irlandeses, judíos e italianos.

      4. He aportado enlaces a estudios. Si la evidencia presentada no te gusta, presenta otra, pero no sueltes una ristra de tópicos sin pies ni cabeza sacados de la web de Rush Limbaugh.

      Los inmigrantes, por cierto, no pueden pedir welfare en absoluto, y fundan empresas a un ratio mucho mayor que los nativos.

      • Yann dice:

        1 – No es lo mismo que los americanos estén a favor de arreglar el sistema inmigratorio, que que estén a favor de arreglarlo de acuerdo a las políticas de Obama. Cuandouna encuesta pasa de generalidades sobre el arreglo del sistema inmigratorio a preguntar en concreto sobre si se está a favor en concreto de las políticas de la administración demócrata, el apoyo disminuye hasta las cifras de las que he hablado.

        http://www.gallup.com/poll/171755/approval-obama-handling-immigration-falls.aspx

        Utilizar sobre las encuestas genéricas sobre los problemas del sistema inmigratorio es cuando menos deshonesto, equivalente a utilizar una encuesta que preguntase en España «¿Hay que arreglar el sistema de tarificación eléctrica?» como un apoyo explícito a los tarifazos de Rajoy.

        2 – Los datos de crimen son mínimos si empezamos a medir en los 80. Iéndonos hacia atrás, hacia los 50 y 60, las cifras actuales están muy lejos de representar mínimos. Si hablamos de conflictividad social y no de crimen las diferencias son aun mayores: en la actualidad las cifras de crimen son mucho menos representativas de la conflictividad a causa de las políticas de tolerancia cero que se han implementado desde los 90, reduciendo el crimen, pero no la inestabilidad social. La conflictividad es mucho mayor hoy en día de lo que era décadas atrás.

        3 – Todos los temas políticos han sido objeto de debate, apoyo u oposición política desde la Guerra Civil, durante la Guerra Civil, y antes de la Guerra Civil. La inmigración, obviamente, no es una excepción.

        4 – Usted ha presentado una serie de encuestas genéricas sobre el hecho de la política inmigratoria ha de arreglarse. Es algo que tiene un amplio apoyo porque, entre otras cosas, los propios republicanos defienden que ha de arreglarse. La cuestión y donde se encuentra la diferencia (no debiera hacer falta decirlo, pero parece que hace falta después de todo) es cuales son las reglas y las directrices que van a guiar este arreglo.

        Si encuentra algún problema en enfrentarse a estos hechos, le recomiendo que siga con los ataques personales. Son más sencillos.

      • Yann dice:

        Todas las encuestas presentadas en ese artículo responden a una pregunta modelo: «¿está usted de acuerdo en que un inmigrante ilegal pueda acceder a la ciudadanía bajo ciertos requerimientos?».

        La respuesta es ampliamente afirmativa. Obviamente, dado que el debate no se encuentra en eso, se encuentra en CUALES son esos requerimientos. Reproducir esos resultados como una muestra de apoyo a las políticas concretas de Obama es, en el mejor de los casos, manipulativo.

        Solo una de las encuestas, sin embargo, cita requerimientos concretos y cerrados. Pero en este caso añade además el hecho de doblar el número de agentes de frontera y y de doblar la cantidad de valla en el borde mejicano, pidiendo el apoyo a ambas medidas en conjunto, todo o nada.

        «The U.S. Senate recently voted to pass legislation reforming the immigration system. The bill would allow illegal immigrants already in the country to become citizens after 13 years if they pay a fine and learn English. The bill would also double the number of border patrol agents, and double the amount of fencing along the Mexican border. In general, do you support or oppose this bill?»

        El artículo linkado refleja más de media docena de encuestas. En ninguna de ellas se puede encontrar la pregunta «¿Apoya las políticas migratorias de Obama?», simple, sencilla, sin manipulaciones ni aditivos.

        Cuando se juegan a las falacias estadísticas, creo que la validez del análisis político que se sustenta en ellas está clara.

        • Jorge dice:

          Mola que eliminar privilegios a los que tienen el «merito» de haber nacido a un lado determinado de la frontera atente contra la meritocracia de la sociedad anglosajona, en tu opinion.

    • PaulJBis dice:

      Más allá de sacar estadísticas, quisiera llamar la atención sobre una premisa implícita que Yann nos ha colado, no sé si involuntariamente.

      Partamos de una base: cuando hablamos de «voto inmigrante» no estamos hablando de los beneficiarios de esta reforma, puesto que los inmigrantes (legales o ilegales) no pueden votar. En realidad estamos hablando del voto hispano: esto es, de personas que tienen la ciudadanía americana, pagan sus impuestos, han servido en el ejército (en muchos casos)… solo que tienen la piel más morena y se apellidan Rodríguez. Pero en cualquier caso, son ciudadanos americanos…

      …Excepto que Yann habla de ellos de esta forma: « la población americana empieza a tener que pensar en no alienar al voto inmigrante cuando se trata de debatir políticas. (…) …le añades que al ciudadano americano medio le toca empezar a pensar en adaptarse a quien viene»

      En otras palabras, para Yann los votantes hispanos, a pesar de ser ciudadanos americanos con todas las de la ley, parecen estar en una categoría distinta de la de «la población americana». Parece que, según él, hay dos grupos: los americanos de origen hispano inmigrante por un lado, y luego los americanos «de verdad».

      Esto nos lleva a una pregunta: ¿cuál es el concepto de ciudadanía que tiene Yann? ¿Qué es lo que hace falta, según él, para ser legítimamente «ciudadano» de un país? ¿Basta con cumplir las leyes, solicitarlo según plazo, etc., etc… o hace falta «algo» más?

      • Yann dice:

        Le agradecería que no se dedicase a inventar cosas que no he dicho y a asignarmelas. Si siente la necesidad de poner palabras en boca de los demás, quizá un taller de escritura creativa sería más adecuado que una página de debate político.

        • PaulJBis dice:

          Yo no he inventado nada. Simplemente he puesto de forma explícita la premisa implícita que hay en sus palabras. Si le ha traicionado el subconsciente escribiendo, es su problema, no el mío.

        • sergio dice:

          Yann, le han pillado con el carrito de los helados. No niege la evidencia matando al mensajero. Si hace eso y no responde de forma seria me temo que ha quedado completamente desautorizado.

      • Korth dice:

        Si la derecha americana estuviera exigiendo la amnistía para 30 millones de pequeños empresarios ingleses, alemanes, checos y polacos, es decir, para 30 millones de potenciales votantes republicanos, ¿crees que Obama también se la concedería por decreto?

        Esto no va de inmigración, esto va de importar una base de voto para el partido demócrata. Ellos son los primeros que distinguen entre americanos de toda la vida y americanos recién llegados, o de lo contrario no estarían intentando reemplazar a los primeros por los segundos de una forma tan transparente.

        • Yann dice:

          Esa es una teoría popular en el partido republicano. Yo no estoy tan seguro de ello. No por que el argumento carezca de lógica (el voto inmigrante es un voto cautivo demócrata, y los demócratas lo saben), sino por aquella máxima de Napoleón que decía «no achaques a la maldad lo que puede explicarse con la estupidez».

          Este es el último mandato de Obama, y la legalización masiva de inmigrantes es una apuesta personal suya. Si bien los demócrata obtienen rédito electoral de la legalización de inmigrantes, la cuestión es que obtiene de ello Obama (que se jubilirá políticamente una vez deje la Casa Blanca).

          Una de las características más relevantes de Obama es su carácter abiertamente narcisista, y este tipo de perfiles psicológicos no suelen preocuparse demasiado por las personas cercanas. Personalmente, dudo que le preocupe lo más mínimo el futuro eléctoral del partido demócrata una vez el haya dejado la Casa Blanca. En mi opinión (y aquí uno entra en pura especulación) yo creo que está tratando de dejar algún cambio permanente en EEUU como huella personal. Por decirlo de otro modo, quiere dejar un grafiti con su firma en el Monte Rushmore. Dado que su sueño, que era el de ser el presidente que trajo la sanidad pública a EEUU, se ha quedado en agua de borrajas (nadie valora demasiado el sistema del Obamacare y quien sabe cuanto sobrevivirá), tengo la sensación de que está jugando a la ingeniería social. Ha sustituido su antiguo sueño por uno nuevo: ser el presidente que convirtió los EEUU en un país multiracial sin una mayoría blanca.

          • Epicureo dice:

            ¡Vaya, Yann! Encima de sociólogo es usted psicólogo, y con poderes para psicoanalizar a distancia. Cuánto talento en un simple comentario.

            • Yann dice:

              Reciente comentario de Obama, que no había leido, sobre el tema de la acción ejecutiva en inmigración:

              “I heard you and this is what I’m saying, this is the first step. It’s not the only step.”

              Es decir, parece que tengo razón, que convertir EEUU en la nueva Meca multiracial es su nuevo objetivo. Usted escribió su comentario intentando que fuese sarcástico… y va a resultar que al final no lo es.

              • Epicureo dice:

                Vaya, Yann, ha demostrado usted otro de sus poderes: sacar una frase de contexto y hacer que signifique lo que le de la gana. La cita más completa es esta:

                “That’s right, not everyone will qualify under this provision, that’s the truth, that’s the truth. That’s why we are still going to have to pass a bill. I heard you and this is what I’m saying, this is the first step. It’s not the only step.”

                Esto ocurrió en una conferencia que Obama dio en un instituto de secundaria, respondiendo a la crítica de una persona del público (en los EEUU los presidentes hacen esas cosas, unbelievable). Y lo único que dice es que la acción ejecutiva sólo va a permitir que se regularicen una pequeña parte de los millones de inmigrantes que llevan mucho tiempo en los EEUU sin papeles. Y que va a intentar pasar una ley para que la regularización sea más amplia.

                Nada de mecas, ni de proyectos, ni de narcisismos, ni de paranoias. Sólo el deseo de hacer lo que permita la situación política para cumplir un punto de su programa que beneficiaría a varios millones de personas sin perjudicar a nadie. Espantoso, vamos.

        • Tito el Elfo dice:

          Para empezar, el votante medio inglés, alemán, checo y polaco está a la izquierda del partido republicano, de lejos. Aún si no lo estuviera, Obama no está concediendo el voto a nadie por decreto; no has entendido una mierda de lo que está sucediendo.

          Sobre tu concepto que la gente que llegó primero tiene moralmente más derechos que los que llegaron más tarde, me parece que es una visión curiosa sobre lo que es la ciudadanía. Y ligeramente… hmmm… contra la gente marrón.

        • PaulJBis dice:

          Oooh, un partido político haciendo políticas a favor de un grupo que tiene tendencia a votarles. Qué escándalo, no sé dónde se habrá visto eso antes. Ni que fuera el PP recortando en todo menos en las pensiones, oiga.

          Aparte de eso, un par de cosas:

          1) Nótese de nuevo la premisa implícita. Los empresarios son solo blancos y de origen europeo del norte. Los hispanos, ya se sabe, sólo saben robar y vivir de los subsidios.

          2) Eso de que los hispanos vayan a ser un voto natural para el partido demócrata no está tan claro… o no lo estaba hace unos años. El propio Karl Rove era partidario de «abrir» el partido republicano a los hispanos, bajo la idea de que éstos, al ser más religiosos y más socialmente conservadores, podían simpatizar de forma natural con los valores del GOP (y le recuerdo que George W. Bush, tan radical en otras cosas, siempre mantuvo políticas cercanas a la minoría hispana durante su mandato como gobernador de Texas). Por supuesto, desde que el ala racista del GOP se ha hecho con los mandos en los últimos años, esa idea ha quedado enterrada.

          En otra palabras: si los hispanos van a ser una base de votos para los demócratas, se debe solamente a la estupidez de los republicanos, que les echaron a patadas de su partido cuando podían habérselos ganado.

      • wellerpellings dice:

        Lo cierto es que da igual que Yann considere o no a los latinos verdaderos americanos. Sigue teniendo razón en que la inmigración hispana, asiática, africana… (que deviene eventualmente en ciudadanía) obliga a a modificar la agenda política de formas que podrían no ser del agrado de otros estadounidenses.

  2. Moisés dice:

    Citando a Sgt. Kabukiman, otro comentarista del blog: «Ya no sorprenden ni el argumentario, ni las conclusiones, ni la lógica empleadas. Mas de lo mismo. Aburrimiento.»

  3. Korth dice:

    Muy riguroso eso de coger cuatro papers seleccionados por apoyar tus conclusiones en vez de citar alguna review de la abundante literatura que existe en ese campo.

    Porque vamos, todas las que he leído coinciden en lo mismo. El efecto negativo sobre el salario de los trabajadores no cualificados existe, lo que se discute es su magnitud.

    • Roger Senserrich dice:

      Enlaces o no existen. 🙂

      • Korth dice:

        20 minutos haciendo google-fu:

        El más citado dice que el efecto de la inmigración sobre los salarios no puede conocerse porque a la vez han ocurrido otras muchas cosas (disolución sindical y globalización). Fair point.
        http://ftp.zew.de/pub/zew-docs/div/IKT04/Paper_Autor.pdf

        Otro de los más citados estima que un 10% de aumento de la oferta laboral deprime los salarios entre un 3 y un 4%
        http://www.nber.org/papers/w9755

        Este otro coincide con Yann en eso de que lo más llamativo de la literatura es el sesgo de las publicaciones. También concluye que el efecto negativo sobre los salarios existe, pero afecta sobre todo a otros inmigrantes y es más pronunciado en la UE que en EEUU: http://papers.tinbergen.nl/04134.pdf

        Misma conclusión que el anterior, enfatizando que el efecto es pequeño: http://link.springer.com/article/10.1007/s10109-010-0111-y

        Aquí dicen que la inmigración extranjera altera los patrones de movilidad interna, por lo que los efectos sobre el salario y el bienestar no pueden ser triviales.
        http://www.nber.org/chapters/c6911.pdf

        Puedes acusar a los republicanos de exagerar la gravedad del asunto para sacar rédito electoral, y te daré la razón, pero no puedes desestimar a los críticos de la inmigración como una panda de trolls sin fundamentos cuando la fuente de tus datos son organizaciones que se autodescriben así:
        http://immigrationpolicy.org/ipc-mission
        http://www.americanimmigrationcouncil.org/mission

        • Tito el Elfo dice:

          Es interesante ver como al GOP le importa un comino la desigualdad hasta que toca hablar de mejicanos.

          El artículo en New Republic, por cierto, cita un montón de evidencia en dirección contraria.

          • Korth dice:

            El artículo en new republic cita a americanprogress.org y al Economic Policy Institute, que es más o menos igual de serio que citar a la FAES y a la Heritage Foundation en un artículo sobre política fiscal.

            También citan a los papers académicos sueltos que les dan la razón ignorando las conclusiones del conjunto de la literatura. Pero todo el mundo sabe que eso del sesgo de confirmación solo afecta a los que ven Fox News, así que no pasa nada.

            • Tito el Elfo dice:

              Lo que citas tú ignora la literatura que no te da la razón. No hay consenso en este punto. Decir que lo hay es falaz.

  4. Miguel dice:

    Buf, Roger, has despertado a Cthulhu

  5. heathcliff dice:

    Yo no ando con enlaces, y voy a lo obvio: un aumento de oferta en cualquier insumo, supone una tensión bajista en su precio.

    Y la mano de obra no es una excepción.

    Por supuesto que la inmigración baja los salarios. Lo que no sabemos es en qué media y por cuánto tiempo (podría ser un efecto pasajero)

    • Epicureo dice:

      Es un poco simplista, ¿no crees? La realidad no es tan lineal, ni la media es el mensaje.

      Ejemplo sin ninguna pretensión de ser realista: pongamos que un albañil autónomo gana 2000 euros al mes. «Contrata» a un inmigrante ilegal por 500 euros al mes, y su volumen de negocio aumenta a 3000 euros al mes. El ingreso medio por persona baja de 2000 a 1500 euros al mes… ¡pero los todos han aumentado sus ingresos, uno de 0 a 500 y el otro de 2000 a 2500!

      • heathcliff dice:

        Eso sería correcto si no hubiese ningún español en paro demandando ese puesto, pero como lo hay, resulta que el español ha visto mermada su expectativa de recibir un sueldo mayor al entrar en el mercado un agente dispuesto a trabajar por 500 €.

        De hecho, has ofrecido el típico caso de dumping social que utilizan como ejemplo los contrarios a la inmigración, ¿no?

        El inmigrante de tu ejemplo expulsa del mercado a un trabajador legal que exigiría al menos los derechos legales.

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