Internacional

Republicanos y el consenso

14 Nov, 2014 - - @egocrata

Si hay una gráfica que sirva para entender la política americana en los últimos seis años es esta, sacada de una encuesta reciente de Pew:

Pew

La primera gráfica refleja los resultados de una pregunta a votantes republicanos o cercanos a los conservadores sobre si los legisladores de su partido deben trabajar con Obama, incluso si eso puede decepcionar a los militantes, o plantar cara al presidente, incluso si eso quiere decir inacción y parálisis en Washington. Las segunda es el reverso para votantes demócratas, preguntando si Obama debe buscar consensos con el GOP, incluso si eso implica decepcionar a las bases, u oponerse a los republicanos y dejar que la política del país siga bloqueada.

Los republicanos, con una pequeña excepción tras la derrota de los presidenciales el 2012, son bastante claros: ni un paso atrás. Las bases del partido (estamos hablando de la gente que vota en las primarias, no votantes de centro) quieren que sus representantes y senadores se enfrenten al socialista islamofacista racista keniata. Los demócratas, mientras tanto, están dispuestos a tolerar acuerdos con los conservadores.

Esto explica, por una lado, por qué los republicanos han sido tan disciplinados oponiéndose a absolutamente todo lo que ofrecía el presidente estos últimos seis años. El GOP perdió la cabeza con la reforma de la sanidad, una ley basada en una propuesta de la Heritage Foundation y puesta en práctica por primera vez, entre sonoros aplausos dentro del partido, por Mitt Romney en Massachusetts, y siguió por ese camino de forma obsesiva hasta el punto de oponerse a bajadas de impuestos si eso es lo que pedía el presidente (este año, con el aumento de las cotizaciones sociales). Los demócratas, mientras tanto, tienen una vocación de pagafantas latente que apenas pueden contener en un día bueno, y que les hace rendirse de forma unilateral como técnica negociadora a poco que estén asustados (es decir, siempre). Véase este ejemplo hoy mismo, pero es una constante.

Antes de las elecciones me quejaba que los demócratas han sido incapaces de vender las buenas cifras macroeconómicas como un activo estos últimos meses. Lo cierto es que a pesar que probablemente el partido tiene una ligera mayoría «natural» a largo plazo en el electorado (por simple evolución demográfica), sus bases son mucho menos cohesivas y coherentes que el GOP. Los votantes están en general más cerca de los demócratas que de los republicanos en cuestiones económicas, pero las bases del partido son mucho más tolerantes con sus élites. Como los votantes moderados probablemente prefieren alguien que tiene las ideas claras y convicciones firmes a un grupo de tipos con la misma motivación  para pelear que el recluta iraquí medio, los demócratas acaban haciendo el ridículo.

Las bases republicanas, por cierto, son de la opinión que el partido no está lo suficiente a la derecha. Las bases demócratas dicen que el partido debe moderarse.

7

 

En fin, no es un país exactamente progresista.

 


4 comentarios

  1. jasev dice:

    Tu conclusión la avisé yo hace años con la aparición del Tea Party: el objetivo no era simplemente ganar elecciones, era mover a la derecha el debate político, y con ello el centro. Ahora el partido demócrata, ese nido de rojos comeniños, debe «moderarse».

  2. dalek_fan dice:

    Pues si los demócratas se moderan todavía mas, acabaran siendo unipartidistas a este paso.

  3. Jose Enrique dice:

    ¿Y a qué se debe este fenómeno, Roger? En nuestro país ocurre al revés de alguna manera ¿no? El votante del PP podría aceptar alguna coalición con el PSOE, pero el votante del Partido Socialista con el Popular.. ¿o es al revés?

Comments are closed.