amo al líder & Política

El adios de Zapatero (II): sucesiones

5 Abr, 2011 - - @egocrata

El anuncio de unas primarias en el PSOE ha generado el inevitable coro de suspiros ilusionados y terrores elitistas por Politikon, así como la red en general. Por un lado tenemos los optimistas que creen que este proceso puede forzar al siempre osificado, autista y caprichoso PSOE a empezar a abrirse a la sociedad en serio. Los pesimistas ven los fantasmas de activistas ultrapolitizados forzando al partido hacia posiciones extremas e insostenibles, repitiendo los errores de
partidos laboristas de antaño
.

Mi posición en este sentido es que las primarias realmente no aportarán gran cosa. En vista a como está el patio estos días, realmente no pueden hacer demasiado daño al PSOE (peor no les puede ir), pero a efectos prácticos no aportarán gran cosa.

Empezaremos por lo más básico, que son las preferencias de la militancia. Cives describía el problema, un clásico de la ciencia política (en jerga, la discusión es sobre curvilinear disparity, por cierto), señalando que es posible que las bases de un partido estén muy a la izquierda (o derecha) del electorado y el liderazgo del partido, y que por tanto tiendan a escoger candidatos imposibles (referencia obligatoria a la «nota de suicidio más larga de la historia«). Lo cierto es que la idea suena bien, pero los estudios posteriores han dado resultados un poco más confusos.

¿Cómo son los partidos internamente? La verdad, increíblemente diversos. Hace una temporadita que no repaso la literatura sobre el tema, pero en general la composición ideológica de la militancia varía enormemente de una formación a otra, y depende en gran medida de la historia de los partidos y su organización interna. Los partidos europeos, en general, están perdiendo militantes, pero estos son cada vez más parecidos al electorado en general. En algunos casos extraños, la organización interna de los partidos crea incentivos para que los cuadros intermedios estén más radicalizados que nadie; en otros, el faccionalismo interno tiende a forzar a los líderes a competir activamente para buscar a los militantes más montañeses. En líneas generales, sin embargo, los militantes de los partidos son gente bastante normal, un poco mejor informados que la media. Las bases del PSOE no son una muestra representativa de la población española, pero no son tipos
raros.

Las primarias, por lo tanto, seguramente no van a producir un candidato demasiado extraño. Falta saber si van a tener efectos electorales serios, o si arreglar el problema de otro modo hubiera sido mejor. Sobre esto, repitiré lo que he dicho otras veces: los antecedentes no son demasiado buenos. En Europa no hay ningún partido político mínimamente decente que tenga un sistema de primarias «puro»; el único que tiene algo cercano, los conservadores británicos, restringen las candidaturas de forma considerable, y tradicionalmente les ha funcionado bastante mal. El resto de partidos que han recurrido a este sistema en los últimos tiempos o bien están metidos en problemas internos serios (la izquierda italiana) o son criaturas alegremente disfuncionales (los socialistas franceses) con una alegre tendencia a suicidarse electoralmente. En las democracias parlamentarias, los partidos políticos tienden a evitar las primarias – y no creo que esto sea casual.

¿Por qué? Me temo que voy a decepcionar a Jorge Barraza, pero los votantes parecen desconfiar de los partidos con divisiones internas. No sólo eso: los votantes centristas (los que deciden las elecciones) son los que más castigan a los partidos con problemas internos. La literatura sobre el tema es bastante consistente; es una de las pocas cosas que el saber periodístico no está demasiado equivocado. Las primarias, en este sentido, son una señal muy clara que algo no funciona bien del todo dentro de una partido político. Cierto, es conflicto expresado de forma civilizada, pero sigue siendo dos o tres tipos liándose a tortas. Albert Medran y Geógrafo dicen que esto le dará visibilidad al partido y que contribuirá a poner la agenda del PSOE sobre la mesa, pero creo que sinceramente sobrevalora al electorado. Para el votante medio que sigue la política de forma muy, muy esporádica («¡Solchaga me ha subido los impuestos!») lo único que oirá será que Carme Rubalcaba y Alfredo Chacón se han peleado en los socialistas, y que Zapatero, ese desastre, ni se atreve a participar.

Aún así, no creo que estas primarias tengan un efecto demasiado apreciable, por un par de motivos. Primero, porque creo que el PSOE ha tocado fondo; las cosas van tan mal ahora mismo en las encuestas que por mucho que lo intenten, no van a conseguir ir peor. Segundo, porque Zapatero es tan horrorosamente impopular que podrían tener unas primarias entre Pol Pot y Stalin y aún saldrían ganando. Tercero (no nos engañemos), esto es una coronación para Rubalcaba, no unas primarias;  la cosa (creo) será bastante rápida.

Lo más cabreante, sin embargo, es la oportunidad perdida que representa para el PSOE dejar a Zapatero como Presidente del Gobierno en vez de Rubalcaba hasta las elecciones. De nuevo, me remito a experiencias en otros partidos europeos en situaciones parecidas. Cuando un jefe de gobierno dice que no repetirá en el cargo (a menudo de forma «voluntaria», estilo Julio César en el Senado), lo habitual es que dimita a media legislatura y ceda el cargo al nuevo candidato. La sesión de investidura es una excelente presentación en sociedad de cualquier candidato, y ocupar la presidencia le permite marcar la agenda y demostrar que es muy distinto a su antecesor con hechos, no palabras. Electoralmente funciona, y por eso se hace en otros sitios – no estaría mal tomar notas. Aparte, desde un punto de vista formal, es lo más
correcto
; si el partido ha perdido la confianza en Zapatero (y está escogiendo otro jefe) lo lógico es que el grupo parlamentario actue en consecuencia.

Queda por ver si el PSOE hará cambios internos, y aprovechará para abrir el partido a la sociedad. Esto es más complicado – y va bastante más allá de las primarias. Es algo que deben hacer, pero no sé si este proceso es el más adecuado. Pero de eso hablamos otro día.


Sin comentarios

  1. cives dice:

    «Electoralmente funciona, y por eso se hace en otros sitios – no estaría mal tomar notas.»

    A modo de ilustración -si, el plural de anécdotas no son datos, etc…-, me has recordado la carreras hacia las últimas presidenciales en Francia, con Sarkozy haciendo oposición a Chirac y Villepin desde el ministerio de Interior. Al tipo lo de distanciarse sin tener que pringarse le fue bien. Pero bueno, es esa alegre casa de locos que son los partidos franceses

  2. Bercebus dice:

    En la primera frase del penúltimo párrafo, supongo que te refieres a tener a Rubalcaba como Presidente del Gobierno, no a Zapatero, que ya lo es.

  3. Alatriste dice:

    Buf, no sé que decirte… pero si que se me ocurren un par de comentarios.

    Uno es que lo de cambiar de presidente del gobierno a mitad de legislatura no me parece que sea tan frecuente, ni tan deseable. El ejemplo más cercano, el pacto de Blair y Gordon Brown, que no era público aunque tampoco puede decirse que fuera secreto, me pareció al menos en parte un engaño a los electores, aunque como en Gran Bretaña se vota a una persona por circunscripción la cosa es más presentable de lo que sería con otro sistema. Y no puede decirse que funcionara demasiado bien…

    Lo segundo es que por algún motivo olvidas (tú y muchos otros) que la valoración de Rajoy es aún más baja que la de Zapatero. Impopulares son los dos, hay una desconfianza general hacia los dos grandes partidos, y no creo que vaya a ser Izquierda Unida la que se aproveche (demasiado a la izquierda, y demasiado poco realista en tantos temas) sino UPyD. Personalmente Rosa Díez me cae como una patada y creo que además se está pasando de lista optando por la indefinición y el oportunismo, pero aún así creo que va a ser la sorpresa de estas elecciones y que seguramente será bueno para la democracia (salvo que se emborrachen de éxito y se hundan en 2016).

  4. CL dice:

    Yo creo que la cuestión es lo de «y demostrar que es muy distinto a su antecesor con hechos, no palabras. »

    Lo cierto es que Rubalcaba no podría hacer eso, o dudo mucho que lo hiciese porque lleva metido en el gobierno 5 años y no podría de la noche a la mañana dar un golpe de timón considerable.
    Luego, lo de las primarias, creo que se infravaloran porque estoy seguro de que en el PSOE hay gente que vale y que podrían hacer un gran papel. El problema es que en las primarias lo mismo tenemos a candidatos de dos facciones/familias dentro del partido y al final se vota a una u otra camarilla en vez de traer sangre nueva al aparato.
    PD: Es curioso que el vocabulario para describir el funcionamiento interno de los partidos bien salga de palabras mafiosas (familia) o militares….

  5. […] en picado. Los especialistas consideran que la salida del presidente de gobierno puede frenar la caída de los votos. Además, la opinión pública puede ser direccionada para preocuparse por el posible […]

  6. Alatriste dice:

    CL, tienes razón pero ¿No ocurre lo mismo en las empresas, en el deporte, etc.? Hablamos de campañas, de estrategias y tácticas, reservas, líderes, ataques, de que un equipo se fortifica en su área… hasta «trofeo» tiene un origen militar.

  7. CL dice:

    Sí que ocurre lo mismo en otros sectores y el vocabulario militar… lo cual es bastante indicativo del mindset de muchas empresas y crecientemente de nuestra sociedad.

  8. […] intención de voto es señal que los votantes aún asocian PSOE con Zapatero. Cosa que me lleva a insistir de forma quijotesca que lo mejor que puede hacer el partido después de las primarias es cambiar de […]

  9. […] de evitar hacer las cosas aún más imposibles a su propio candidato (insisto: sin investidura, mala idea).  Eso nos deja con al menos un año de dudas, cuando las cosas están para empezar a gritar de […]

  10. […] tanto de militantes como de simpatizantes que se registraran para esta votación. Aunque sigo siendo bastante escéptico sobre la bondad de las primarias en general (soy un aguafiestas), creo que los socialistas tienen […]

  11. […] Los habituales de por aquí sabrán que mi entusiasmo por este método de selección de candidatos es más bien escaso, pero el partido se comprometió en hacer algo antes de las protestas, y no estaría nada mal que […]

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