Otro tiroteo más. El lunes fue en Boulder, Colorado, con diez muertos. La semana pasada hubo otro en Atlanta, Georgia, con ocho fallecidos. Cada día, por todo el país, hay dramas similares. Muchos sólo acaban con múltiples heridas de bala, pero sin defunciones, y no pasan de las noticias locales. Muchos otros tienen uno o dos heridos, uno o dos muertos; con suerte los recoge algún periódico local.

Violencia recurrente

Quiero que os fijéis en esta noticia, porque hay una palabra que aquí es vista como algo normal, pero que estoy bastante seguro de que no la escucharás nunca en otro país desarrollado: “ShotSpotter”.

El “ShotSpotter” es el desarrollo de una tecnología inventada durante la primera guerra mundial para detectar la posición de piezas de artillería. El artilugio literalmente consistía en una serie de micrófonos distribuidos por el campo de batalla que recogían el sonido de los cañones enemigos. Midiendo el retraso del sonido entre uno y otro micrófono, era posible triangular la posición de las baterías con una precisión considerable – y con ello, intentar utilizar tus cañones para silenciarlas.

Muchas, muchísimas ciudades americanas tienen cacharros como este distribuidos en muchos barrios. Bridgeport instaló el suyo hace tres años. Es sorprendentemente efectivo; un estudio del departamento de justicia señala que es capaz de dar con el lugar exacto de un disparo con margen de error de 8-10 metros en un 72% de ocasiones. A los departamentos de policía les encanta, porque les hace sentir importantes y pueden ir a toda mecha con sus sirenas al lugar del crimen.

ShotSpotter sólo tiene un problema: en ciudades con mucho crimen, tenerlo es un poco redundante. Hay tantos incidentes con armas de fuego que de poco sirve que la policía los detecte de inmediato, ya que no pueden responder a todos. Estados Unidos tuvo un incremento descomunal en su tasa de homicidios el año pasado. Muchos departamentos están desbordados. Los motivos son complejos, pero desde luego, la abundancia de armas de fuego no ayuda.

Políticos ante las armas

Ha habido otro tiroteo con una decena de muertes en algún lugar de Estados Unidos. Es la clase de tiroteo que hace que CNN, el NYT, el WP y el resto de los medios nacionales tengan en portada media docena de artículos sobre el crimen, el perpetrador, las víctimas, la reacción de los políticos, y el artículo de opinión enfurecido de los de siempre pidiendo justicia. Invariablemente los fanáticos de uno y otro bando buscarán en las motivaciones del asesino algo para echarle la culpa a otros, y la NRA soltará alguna bestialidad insensible.

Como en todos los tiroteos anteriores, el presidente pedirá regular el uso de armas de fuego (prohibiendo la venta de fusiles de asalto como el AR-15, que es lo que usan todos los chiflados que cometen estos crímenes), la cámara de representantes aprobará una ley, y esta morirá en el senado, víctima de un filibusterismo republicano.

Si el tiroteo sucede en un estado progresista (como tras la matanza de Newtown, en Connecticut), el estado seguramente sacará adelante una regulación que limite el uso de esas armas – que servirá de poco, ya que cualquier chiflado que quiera un AR-15 puede coger el coche y comprarse uno en New Hampshire o Pennsylvania. En Colorado, como casi todos los estados del oeste del país, el lobby de las armas de fuego es enormemente influyente, y quizás ni siquiera lleguen a eso – a pesar de ser un lugar donde han sufrido media docena de masacres similares.

El problema es, como de costumbre, uno de costes concentrados y beneficios dispersos, pero aplicado a las armas de fuego. Prohibir los fusiles de asalto o aumentar los controles y permisos necesarios para adquirir una pistola, revólver, escopeta automática o fusil es algo que beneficia a todo el mundo, pero sólo en los márgenes, ya que la probabilidad de morir en un tiroteo sigue siendo bastante remota (19.223 personas el año pasado, en un país de 331 millones). Mientras tanto, el 5-10% de americanos completamente obsesionados con mantener la segunda enmienda a toda costa van a estar muy, muy soliviantados y te van a declarar enemigo público número uno en las próximas primarias republicanas si se te pasa por la cabeza negociar nada.

Si eres un republicano en el congreso, que un 20% de los votantes de primarias de tu partido esté pidiendo tu cabeza es un problema serio. Y en estados y distritos conservadores (que es donde habitan la mayoría del GOP – ya sabéis), oponerte a regular armas de fuego ni siquiera tiene un coste electoral, así que para qué molestarse en hacer lo correcto.

Tolerando la violencia

Es triste decirlo así, pero es la realidad: Estados Unidos se ha acostumbrado a la violencia con armas de fuego. Como dice el satírico The Onion, que publica exactamente la misma pieza detrás de cada tiroteo: “No way to prevent this, says only nation where this regularly happens” (no hay forma de prevenir esto, dice el único país donde esto sucede a menudo).

Lo más frustrante, de todas maneras, es que, pasado el ruido e indignación de este tiroteo, la mayor parte de muertes violentas volverán a ser como los tres homicidios en Bridgeport esta semana: casi totalmente desapercibidos.

Bolas extra:

  • Florida ha sido el gran objeto de polémica durante toda la pandemia, con los conservadores poniéndolo como un ejemplo de abrir la economía de forma responsable, y los progresistas como un ejemplo de incompetencia y COVID fuera de control. En realidad, su respuesta ha sido mediocre; está justo en la mitad de la tabla en muertes per cápita, tasa de paro, y crecimiento económico.
  • El estado estrella en respuesta a la pandemia: Vermont.
  • Biden está proponiendo un gran plan de infraestructuras y transición energética (cuatro billones de dólares) para combatir el cambio climático. Quiere pagarlo subiendo impuestos – y la respuesta del GOP ha sido previsible.
  • El paquete de medidas es, otra vez, increíblemente popular. Los demócratas se han tomado muy en serio eso de hacer cosas que gusten y no meterse en charcos.
  • Los republicanos se opusieron al plan de estímulo de forma unánime, una ley que también era tremendamente popular. Tanto, de hecho, que un 31% de votantes republicanos creen que su partido voto a favor de la ley. Sí, es incomprensible.
  • El tema que está obsesionando a los medios es la crisis migratoria en la frontera con México. La situación es la misma que el año pasado (es más, la tasa de nuevas entradas apenas ha variado), pero Fox lleva semanas llorando sobre el tema y el resto de los medios les han acabado por dar coba. Escribiré más sobre ello en otro boletín.
  • La lucha de los trabajadores de un almacén de Amazon en Bessemer, Alabama, para sindicarse. De obligada lectura – un ejemplo tremendo de las tácticas que usan las grandes empresas para combatir cualquier intento de sindicación.


3 comentarios

  1. nop dice:

    Una preguta; dado que es improbable que se limite el uso de rifles de asalto , ¿cuáles serían otras medidas que podrían reducir los muertos por armas de fuego a niveles de paises desarrollados que también tienen una alta tasa de armas por habitante, cómo Canada, Suiza o Finlandia?

  2. Sr.Yo dice:

    Abordar los problemas siempre requiere separar la señal del ruído. EEUU, como el resto de países occidentales, ha sido siempre extremadamente violento, obviamente en épocas bastante pretéritas las clases elevadas vivían más o menos en un apartheid social, así que les importaba una mierda. Cuando digo violento hablo de guerras carlistas, violencia del estado exacerbada y gratuita, sicarios pagados por empresaurios y cosas del estilo. Esto era tan normal en EEUU como en el imperio alemán o hasta en el ruso. En España, una hora más, por supuesto. Cagancho en Almagro.

    EEUU siempre tuvo la ventaja del aislamiento geopolítico. Puede llevar sus guerras a ultramar y eso colabora mucho (por cierto, el número de crímenes de este estilo cometidos hoy en día por ex-militares que han estado en activo, es decir, en combate o en zonas de combate, presenta un exceso estadístico más que significativo). Eso en Europa no era posible, salvo en Gran Bretaña (excluyendo su momento procès con Irlanda), y pollos a punta pala. Siempre me ha hecho gracia el concepto ese de pax romana, y los desvaríos seudoacadémicos de Kissinger, p.ej. esos 50 años de paz del Congreso de Viena ya me dirán dónde están, desde los cien mil de San Luis y toda clase de intervenciones zafias y burdas que dejan tsunamis de cadáveres hasta la traca final de 1848. Pero todo esto no fue nada comparado con las Guerras Mundiales, no ya a efectos de masacre demográfica, sino de justificación político-moral.

    En Europa se produjo una bajada considerable de violencia, por el mero hecho de que como resultado de la última contienda bélica a escala continental, quedó ocupada por dos de las potencias vencedoras, de hecho, uno de los países que objetivamente no estaba ocupado, Francia, tiene un historial de masacres atroces (Vietnam, Argelia, África, hasta ponerle bombas a los barcos de Greenpeace) que los actos terroristas de la red Gladio en Italia o los paseos soviéticos en su patio delantero son de coña en comparación. Y eso que ha habido focos de violencia bastante abrasiva (Ulster, por ejemplo), pero esto no es nada comparado con la violencia social rampante en el XIX. Por cierto, la literatura española que desde el XIX cultiva con pasión el género de la truculencia, sobre todo de provincias, éxito de ventas imbatible, sabe mucho de estas cosas, desde el Cura Galeote de Pérez Galdós hasta Pascual Duarte, y demás barbaridades del género.

    Nada raro. Para la sociedad que tenemos. Lo raro es ser distintos de EEUU.

    EEUU tuvo una guerra de Secesión brutal, nada que envidiar al franquismo en el 36 (ellos la llaman civil, no acabo de entender ese tabú). Eso marcó digamos el techo de violencia desatada, pero pogromos contra minorías (sobre todo afroamericanos), asaltos de la policía contra sindicalistas y demás por el estilo, hasta bien entrado la mitad del siglo XX. Con otras palabras, para los antecedentes, sociales sobre todo, aunque la delincuencia pura y dura es social igualmente (ese icono cultural, la Mafia), como dice Roger es un riesgo estadísticamente muy bajo.

    Cada sociedad humana tiene sus dioses. Los adora, los sirve. Son una jerarquía, politeísta, no es necesario adorar a todos, basta con rendir pleitesía al panteón como generalidad. Decían los de Durruti que ni dios ni amo, de lo segundo lo dejamos para otro día, pero de lo primero, es mucho más difícil de lo que parece, si es que es posible en absoluto. Pero ojo, no es lo mismo un dios que otro.

  3. Buenaventura Durruti dice:

    Es muy curioso que en EEUU sea ilegal comprar cocaína pero que te puedas comprar un AR15… Y eso que están legalizando la maría en muchos estados.
    Bueno, es un poco de justicia divina: si legalizaran las drogas e ilegalizaran las armas con qué excusas iban a morirse?

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