Ned Lamont, el gobernador de Connecticut, anunció ayer que a partir del cinco de abril todos los residentes del estado van a poder pedir hora para vacunarse contra el coronavirus.

Connecticut está haciendo un buen trabajo vacunando, pero no es excepcional en Estados Unidos. Un 21% del país ha recibido al menos una dosis de la vacuna; un 12% tiene las dos dosis. El país está poniendo casi dos millones y medio de dosis cada día, y el ritmo se está acelerando. La previsión es que a principios de agosto el 90% de la población del país esté inmunizada. Si no se llega a esa cifra, será más por resistencia de muchos republicanos a vacunarse.

La comparación con el sainete que son las vacunaciones en la Unión Europea es desoladora. No sólo la UE ha visto la absurda paralización de las inyecciones de AstraZeneca (porque es absurda – los coágulos “atribuidos” a la vacuna son igual de frecuentes que lo que uno encontraría en el mismo número de personas no vacunadas al azar), sino el letárgico proceso para aprobar medicamentos, la persistente incompetencia en aumentar el volumen de fabricación y la lamentable falta de liderazgo en todo este proceso.

Esto no tiene por qué ser así. De hecho, Estados Unidos estaba en una trayectoria aparentemente tan errática como la Unión Europea hasta enero, con el gobierno federal pasando un poco de todo y dejando que fueran los estados los que se las apañaran con las vacunas. Aunque la administración Trump puso toneladas de dinero en un programa de urgencia para desarrollar la vacuna (aunque vale la pena recordar que no todas las vacunas en producción fueron financiadas por el gobierno federal), no siempre compraron las dosis necesarias.

La administración Biden llega a la Casa Blanca y se encuentra muchas de las herramientas sobre la mesa, y un plan un tanto deficiente para utilizarlas; Trump nunca se tomó gobernar demasiado en serio. Lo que han hecho simplemente es coger su legado, añadir toneladas de experiencia burocrática, y complementarlo con el irreprimible activismo del gobierno federal cuando pone todas sus energías para conseguir un objetivo.

Esto no es voluntarismo, o la clase de liderazgo que ves en las series de televisión en la que basta que un presidente quiera algo muy fuerte para que el país se ponga a trabajar. El gobierno federal es muy incompetente en muchas cosas, pero puede ser una maquinaria muy efectiva para gestionar proyectos complejos. Estados Unidos es un país que no recela, como parece hacer Europa, de las motivaciones de las empresas privadas, sino que busca crear incentivos para que hagan lo correcto y cooperar con ellas. También tiene un gobierno que entiende que ahora es el momento de gastar dinero y no irse con ahorros extraños, porque el retorno de inversión de tener a todo el país vacunado en agosto es enorme. Y por encima de todo, tiene un ejecutivo que está legitimado para improvisar y apretar, porque sus votantes le han dado la autoridad para hacerlo.

Lo más importante de esta comparación, de hecho, no es Joe Biden. La administración Trump quizás hubiera acabado de vacunar en octubre en vez de agosto, pero la trayectoria hubiera sido parecida. Lo importante es ser un gobierno. Quien ha llevado la campaña de vacunaciones no es una especie de ejecutivo burocrático confederal que se pasa la vida intentando no ofender a ninguno de sus estados miembros, sino un gobierno autónomo con legitimidad democrática directa. La UE tiene más PIB y población que Estados Unidos, pero su capacidad de movilizar recursos ha sido menor, porque no ha habido la voluntad política por parte de sus miembros para darle suficiente peso y autoridad para poder hacerlo.

La crisis del coronavirus ha sido, en muchos aspectos, la historia del fracaso de occidente. Ni Estados Unidos ni Europa han respondido a la crisis con algo remotamente cercano a la competencia; aparte de Australia y Nueva Zelanda, nadie parece haber querido aprender las lecciones de los países asiáticos. En la recuperación y respuesta a la crisis, sin embargo, Estados Unidos ha sido capaz de articular un paquete de medidas económicas coherente y ejecutado con la velocidad y energía necesarias, mientras que la UE se felicitaba por un estímulo anémico que no empezará a gastar hasta después de la pandemia. Y a la hora de vacunar, ha apretado el acelerador y actuado con la energía necesaria para hacerlo tan rápido como sea posible.

Sabe Dios que Estados Unidos es un país profundamente imperfecto. Corcho, tengo un boletín dedicado a ello, casi de forma exclusiva. El hecho de que sea un gobierno de escala continental tiene bastante de accidente histórico, pero la efectividad del modelo en emergencias como esta es innegable.

La Unión Europea es un pequeño milagro. Lo sabemos porque conocemos la historia de Europa, y sabemos de dónde venimos, pero también porque los eurófilos y burócratas de Bruselas disfrutan repitiéndolo de forma incesante. Quizás va siendo hora de dejar de felicitarse tanto sobre el espíritu europeo y el proyecto común y todas esas historias que nos cuentan, y alguien se plantee qué es lo que queremos conseguir con la Unión.

El siguiente paso es obvio, y sabemos que funciona. La pandemia creo que lo ha dejado bien claro.


6 comentarios

  1. Alatriste dice:

    «El siguiente paso es obvio, y sabemos que funciona».

    Roger, a medida que me voy haciendo viejo son cada vez más los ejemplos que acumulo de cosas a las que se pudo y puede aplicar esa frase, pero el paso no se da porque… bueno, no siempre el porqué es el mismo pero se puede resumir en la ilimitada capacidad humana para analizar un problema fría, objetiva y racionalmente, para llegar a la conclusión de que tenemos razón; es la realidad la que se equivoca pero acabará viendo que estábamos en lo cierto.

    En la Unión Soviética la colectivización de la agricultura fue siempre un desastre evidente y la solución era obvia, pero el paso no se dio. En Estados Unidos el sistema sanitario es una hecatombe visible y la solución es obvia, pero el paso no se da… y en la Unión Europea ocurre lo mismo.

    No es que el desastre sea inevitable, también hay casos en los que, robándole una frase a Churchill, se acaba haciendo lo correcto después de probar todas las alternativas… pero basta con echarle un vistazo a Mark Rutte y su éxito (por poner un solo ejemplo) para entender que el paso obvio no va a ser nada fácil de dar.

  2. Buenaventura Durruti dice:

    Lo siento Roger, no estoy de acuerdo: la Unión Europea ya ha alcanzado su máximo, ahora solo queda retroceder. El euro fue un error y la pandemia/vacunación un fiasco completo. Nadie tiene ganas de ir hacia adelante ni es lo suficientemente valiente como para ir atrás de forma ordenada. Ahora solo quedan por delante años de estancamiento y retroceso.

    • Alatriste dice:

      En eso si que no puedo estar de acuerdo. Al euro se le está echando la culpa de muchas cosas de las que no es responsable, por un lado, y por otro no se le reconocen los méritos que tiene… en parte porque muchos de los que abominan de él no se acuerdan de cómo eran las cosas con la peseta o tienen motivos para no querer acordarse.

      Tiene puntos malos, por supuesto (prácticamente no hay nada que solo tenga puntos buenos, si exceptuamos el caldo de gallina ¡Y eso si no hay veganos en la sala!) pero… bueno, existen buenas razones por las que no solo ningún país ha abandonado el euro sino que después de la crisis de 2008 siguieron uniéndose a él. Sin ir más lejos en los próximos tres años prevén adoptarlo Bulgaria, Croacia y Rumania. Hasta países sin derecho a ello lo han adoptado oficialmente como moneda nacional (Montenegro y Kosovo) a pesar de que eso implica seguir la política monetaria de la UE sin voz ni voto en ella – los beneficios lo justifican.

      Beneficios como seguridad de cambio (con la peseta si subía el dólar subía el precio de todas nuestras importaciones), seguridad contra los especuladores (solo con la inmensa potencia de fuego del BCE se puede decir a los especuladores lo que les dijo Mario Draghi), eliminación de gastos y comisiones por cambio de divisas, etc, etc, etc… son legión.

      Las dos críticas que más me irritan o me hacen reír según el día puede que sean uno, que ha provocado inflación (algo que solo puede defender en serio alguien que no haya prestado la menor atención a las cifras de inflación anteriores al euro – de hecho tendría mucho más sentido acusar al BCE de buscar una inflación demasiado baja) y dos, la de que no nos permite devaluar, algo que solo podría añorar quien nunca ha vivido con qué rapidez se convierte una devaluación en fuertes subidas de precios de literalmente TODO.

  3. Andrés dice:

    Dios te oiga. Qué hartazgo del estado-nación de las narices, de verdad, qué cosa más rancia… pero luego salen los idiotas de las banderitas y arrasan.

  4. Sr.Yo dice:

    Durruti, Alatriste, los dos teneis razón. A la vez. Es parte del problema.

    Por partes, como decía Jack D. Ripper.

    Primero, la UE ya no tiene un PIB mayor que el de EEUU. La salida del RU la deja en el segundo mercado del mundo, detrás de EEUU. Segundo, EEUU funcionará de puta pena, que así es, pero el incompetente gobierno federal puso gente en la Luna, literalmente cagaron (y mearon) allí. Si sobrevive la especie humana, no tengo la más mínima duda de que EEUU será recordado principalmente por esto, y oh, sopresa, ni por su revolución, ni por su imperio, ni sus genocidios, ni su vamos a llamarle cultura por llamarle algo. El mismo gobierno federal que declara guerras y arrasa países. Sí, ir a Luna es una forma más de folklore, pero resulta que nadie más (por ahora, China lo hará con seguridad antes de 2030 si no tenemos una guerra nuclear antes) lo ha hecho, en cambio revoluciones, sacrificios humanos, coros y danzas, y las obras completas de Shakespeare desbordan las baldas del supermercado.

    El incompetente gobierno federal. Que lo es.

    Tercero, el principal problema de la UE es venderse como lo que no es. NO es ninguna federación, ni nada remotamente parecido, es una especie de OTAN geopolítica pero capada precisamente de lo militar, es lo que es, una organización internacional exactamente igual que la Cruz Roja, las Naciones Unidas o la WWF. Se han pasado de rosca vendiendo lo que no son ni es posible que lleguen a ser por este camino, y esto es con diferencia lo que más daño les hace. De hecho, todo lo que se avanza es precisamente conculcando sus propias reglas y tratados, lo que indica el cambalache que es. Es totalmente inestable, y en una de estas curvas se hace un URSS. España colabora muchísimo en su inestabilidad, yo diría que somos los indiscutibles número 2 detrás de la Majadería Hecha Estado (Federal), Alemania, que indudablemente tiene su mérito, y en todos los frentes, económico, social, político, judicial y hasta militar. Somos la puta envidia de los británicos.

    Sobre el euro a estas alturas hay poco que decir ya. Tanto lo que realmente es, como lo que está corroyendo este continente.

    Y pese a todo, si este monumental desastre no existiera, la situación sería peor. O muchísimo peor. Si los estados así asociados, a lo Corleone, tienen un margen de maniobra casi nulo (e Hispanistán, en la mejor tradición, no franquista, sino intemporal, arrancándose pedazos de ella misma Como Debe Ser), no acabo de ver de qué manera estarían en mejores condiciones cada uno a su putísima bola siendo triturados en el disco de acreción de ese agujero negro llamado imperio otánico. Creo que basta con ver a América Latina o a África para entender esto.

    A medio plazo, es China quien va a sentar sus normas en Europa, así que esta amalgama de estados medievo-renacentistas italianos que es este lamentable continente, puede entretenerse en peleas estúpidas, pero si hubo paz desde 1945 fue porque estuvo ocupado, por dos potencias, tan pronto falló una a Yugoslavia la reventaron sin piedad. Con CEE y con UE.

    El principal desastre es la falta siquiera no ya de política exterior, que a fin de cuentas EEUU es otro lupanar, sino de geopolítica elemental. Nunca trazaron en los 90 las líneas rojas con Rusia, primero porque siempre los han despreciado, y segundo porque son un Tratado de Incompetencia dedicado a salvaguardar la verdad de la doctrina (neoliberal), y así han dejado esa tontería de tema en manos de las repúblicas de pandereta, la casa de los cilicios polaca y la mafia de Stoltenberg (ese señor que cuando fue primer ministro de su país tuvo lugar la masacre más sangrienta de su historia desde su independencia, ocupación nazi incluida), de esos lodos, estos tsunamis.

    Idem de lienzo con Libia, Siria, etc.

    Quizá lo primero que hay que hacer es llamar a las cosas por su nombre y no engañarse. Pero ya vemos en Hispanistán como la Fe Europea mueve montañas. Entre la plebe, claro. Pedrito y su astrólogo, en vez de mandar al inútil de Borrell debía haber propuesto a Pepiño Blanco. Se te reune en una gasolinera con Lukachenko lo mismo que te militariza las vacunas. Si talento hay, hombre.

  5. Atlas dice:

    Yo la única duda que tengo tras leer esto es por qué comparas un gobierno federal con algo que *no* es un gobierno federal ni tiene las atribuciones ni poderes de uno.

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