Cuando recibáis este boletín Joe Biden será ya (o estará a punto de ser) el presidente electo de los Estados Unidos de América.

Escribo estas líneas un poco antes de la medianoche, con todas las miradas en Pensilvania. Todo el mundo sabe que Biden va a ganar el estado; los medios están esperando a que se ponga por delante en la cuenta para declararle oficialmente vencedor. Quedarán otros tres estados por confirmar (Nevada, Arizona, y Georgia) pero importará poco. Pensilvania pondrá a Biden en 273 votos en el colegio electoral, y con ello, en la presidencia.

La cuenta final después de esto importaría poco; Si Biden gana los otros tres estados en disputa acabaría con 306, exactamente los mismo que sacó Trump en el 2016. La diferencia es que Trump hace cuatro años perdió el voto a nivel nacional por dos puntos y casi tres millones de votos, mientras que Biden probablemente se impondrá por cuatro puntos largos y al menos seis millones de papeletas.

Vale la pena poner estas cifras en perspectiva, porque no es una victoria tan ajustada como nos pareció a muchos el martes. La participación ha sido altísima, seguramente la mayor desde 1900. Biden seguramente acabará obteniendo más de un 51% del voto, quizás acercándose a 52. Eso le pondría por encima de Reagan en 1980, y en una constelación similar (aunque un poco por debajo) que Obama en el 2008. El lento recuento y el absurdo, surrealista sistema de colegio electoral hace que estos comicios parecieran ajustados*, pero es una victoria clara.

Al menos en las presidenciales.

La pifia demócrata

Los demócratas se han estrellado en el resto de las elecciones en este ciclo. No tenemos la cifra exacta, porque si cuentan lento en las presidenciales ni os digo en las legislativas, pero es probable que los demócratas pierdan como mínimo cinco escaños en la cámara de representantes, y que no lleguen a controlar el senado. La mayoría en la cámara baja no está en peligro (el GOP estaba a 34 de distancia), pero el gatillazo del senado significa que, aunque controlen la presidencia, la capacidad legislativa de la nueva administración sea cercana a cero.

Si os habéis fijado he dicho “casi”, pero no porque haya elecciones aún por decidir. En Georgia, si un candidato no saca más de un 50% de los votos, se va a una segunda vuelta, y en ninguna de las dos elecciones al senado en ese estado (hay una “especial” fuera de ciclo debido a la dimisión de Johny Isakson el año pasado) nadie ha alcanzado ese umbral. Ahora mismo, tanto demócratas como republicanos tienen 48 senadores. Georgia votará de nuevo el 5 de enero, en lo que serán unas elecciones de infarto que decidirán el control de la cámara alta.

La pifia más cruel, y con mayores consecuencias a largo plazo, es que en un año de censo los demócratas no han conseguido recuperar el control deninguna cámara legislativa a nivel estatal. Cero. Nada. Ni una. Ahora mismo, de hecho, incluso se las han arreglado para perder una (New Hampshire), aunque el legislativo en ese estado es tan gigantesco (la cámara baja tiene 400 escaños en un estado de 1,4 millones de personas) que hacer gerrymandering es casi imposible. Eso quiere decir que los republicanos controlarán el rediseño de los distritos electorales el año que viene, y como vimos en el 2010, básicamente machacarán vivos a los demócratas allá donde puedan.

Lo notable de todo este asunto es que, a todas luces, parece que Donald Trump ha sacado menos votos que muchos de sus compañeros de partido en muchos estados. Biden ha ganado New Hampshire con facilidad, pero los demócratas han patinado espantosamente en elecciones estatales. En muchos distritos, los candidatos al congreso han ganado mientras que Trump ha perdido. El split ticket voting (votar a candidatos de partidos distintos según el nivel de gobierno) llevaba años disminuyendo de una elección a otra, pero en este ciclo parece que la tendencia se ha revertido. A falta de un análisis más detallado, es posible que estos “republicanos desleales” hayan dado a Biden la victoria en algunos estados.

Paradójicamente, también, la presencia de Trump puede que haya creado la situación ideal para muchos republicanos en estas elecciones: ha motivado a millones de votantes conservadores a ir a las urnas, han expresado su enfado con el presidente votando en su contra o dejando la casilla en blanco, pero han podido votar contra el presidente sin tener que castigar a un legislador propio, como sucedió el 2018.

Esa rueda de prensa

Trump ha hecho otra de esas cosas inexcusables, indignas del jefe de estado de la democracia más poderosa de la tierra.

En una rueda de prensa absolutamente demencial, el presidente ha repetido una y otra vez que los demócratas están ganando las elecciones por culpa de un fraude masivo en el voto por correo, ha acusado a los medios de comunicación, las grandes empresas tecnológicas, funcionarios y sus oponentes electorales de conspirar contra él, y pedido que se detenga el recuento de los votos de inmediato. Dejando de lado de que si eso sucediera Trump perdería las elecciones ahora mismo (Biden va por delante en Arizona y Nevada, y con eso suma 270) y que Dios mío cómo de estúpidos tienen que ser los demócratas para “robar” unas elecciones y perder terreno en todas partes excepto en la presidencia, es difícil de expresar lo peligroso que es que el jefe del ejecutivo en una democracia cuestione abiertamente la legitimidad del sistema electoral de este modo.

No hay ninguna prueba de que exista ninguna clase de fraude. Trump no ha aportado nada más que sus santos cojones y rumores de Twitter para hacer sus alegaciones. Es una mentira, una conspiración, una falsedad total y absoluta.

Pero a Trump le han votado setenta millones de americanos. Muchos de ellos van a creerse lo que Trump dice, en no poca medida porque en Breitbart, Rush Limbaugh, Glenn Beck, Facebook, YouTube y el resto de los cenagales del ecosistema mediático conservador no dirán otra cosa. Esto quiere decir que, para decenas de millones de americanos, Joe Biden será un presidente ilegítimo, cuestionado, sospechoso. En un país donde abundan las milicias de ultraderecha y donde hemos visto ya un puñado de tarados radicalizarse en redes sociales y liarse a tiros, es de una irresponsabilidad que asusta.

La policía de Filadelfia ha detenido hoy mismo un grupo de gente que quería atentar el centro de convenciones donde se está celebrando el recuento.

En un mundo normal, o en una época donde el partido republicano no hubiese sido tomado por un puñado de tarados, los hombres de estado dentro del partido, senadores, congresistas, ex-miembros del gobierno, hubieran dado un paso al frente y pedido al presidente que se fuera a casa. Esta noche, sin embargo, teníamos a Lindsay GrahamNewt Gingrich y Ted Cruz en Fox News repitiendo las consignas del presidente, a Marco Rubio aplaudiendo y la inmensa mayoría del partido callados en un rincón como si no les fuera la cosa.

Fox News, mientras tanto, navegaba en la esquizofrenia. Sus periodistas en el horario diurno, los de informativos, repetían sin cesar que el presidente está mintiendo. Los opinadores en horario de máxima audiencia, Sean Hannity y Tucker Carlson, poco menos que pedían que Trump diera un golpe de estado.

Es muy difícil decir dónde llevará esto. Trump puede intentar llevar los resultados a los tribunales, pero hasta ahora sus abogados no han encontrado ni el más mínimo pretexto para que eso suceda. Es muy posible que el viernes el presidente necesite convencer a jueces en tres o cuatro estados de que ha habido fraude para tener alguna expectativa de ganar, y después que el supremo decida suicidarse políticamente invalidando los resultados en varios estados de forma creativa. De no mediar un acto realmente radical o enloquecido (enviar tropas a Filadelfia o algo peor), no puede ganar. Pero ha dicho, una y otra vez, que no va a aceptar los resultados.

Lo más probable, creo, es que una vez las cadenas hagan oficial que Biden ha ganado, incluyendo Fox News, muchos políticos republicanos empiecen a decir en voz alta que ya basta. Es posible que esto incluya a George W. Bush, alguien que ha estado callado durante toda la campaña, para dejar bien claro que la fiesta se ha acabado. Trump seguirá llorando y litigando, y nunca dará un discurso concediendo su derrota, pero acabará saliendo de la Casa Blanca, derrotado, acusando a todos de traicionarle.

Un final patético para una presidencia lamentable, pero un final.

Bolas extra:

  • * Y la verdad, medio puntito en el voto podría haber hecho que Trump ganara, porque el estado que será decisivo (Wisconsin, casi seguro) está cuatro puntos a la derecha del resultado nacional. Lo del colegio electoral es de locos.
  • ¿Por qué los republicanos siguen siendo tan reticentes de criticar a Trump? Porque, como ha sucedido durante todo su mandato, le temen. Incluso sin la presidencia, Trump puede triturarles apoyando a su oponente en unas primarias. Y por supuesto, el tipo va a flirtear con presentarse de nuevo el 2024, sólo para seguir teniendo ese altavoz.
  • Estados Unidos tuvo ayer el peor día de la pandemia, con 121.000 casos detectados.


12 comentarios

  1. Alnair dice:

    Pero todo teníamos el culo encogido hasta hoy. 😀

  2. Sr.Yo dice:

    Pues los señores de Trafalgar no iban tan desencaminados. Habrá que mirar muchas cosas con calma, pero está claro que una vez más han sobrevalorado el voto demócrata y han infravalorado el republicano no, el trumpista. Lo que está más allá de toda duda, es que nadie ha votado por Biden, o han votado por Trump o contra Trump. Harris no ha ayudado, todo lo contrario: el voto pro Trump ha descendido entre «the deplorables» (casi diez puntos, algo perfectamente predecible por una batería muy completita de motivos), pero chez Trump lo ha compensado con creces con Latinos, Afroamericanos, y vaya usted a saber si LGBTs, porque las cifras son de flipar. Los dos contendientes han recibido cifras récord en toda la.historia dr EEUU. Montañas de Latinos se han debido de tragar que Joe Gagá Biden es un peligroso Chavista bolivariano, porque o son estúpidos o son subnormales. La Kamala es todo un espectáculo en sí misma. Dicen en la secta Trump que a Joe Gagá lo van a sacar del medio para poner a la caníbal sedienta de sangre blanca Kamala en el despacho, yo creo que podemos decir ya, demencial, de la Casa Blanca, en mis modestas aptitudes mentales más bien tiendo a pensar que a doña Harris se la van a sacar pudorosamente del medio.

    Con esta gente no se puede andar de coña. Y es cierto que esta vez no se lo han tomado de coña, pero como dijo la Alexandria, vamos a dejarlo en que hay un enorme margen para currárselo mejor.

    Ya no hace tanta gracia que Trump diga que quiere volver en 2024, ¿eh? Y me imagino que en el GOP tampoco se ríen, a pesar de que les ha ido, en general, de puta madre.

    Les hace aguas el chiringo por todas partes. Recién están dándose cuenta de que acabará llegando a primera clase, eso de que sólo se ahoguen los deplorables casi que no va a ser así. Esto aún están en estado de estupefacción, pero evidentemente acabará calando, tan evidentemente como que Trump hará el traspaso de poderes diciendo que le han robado las elecciones. Dicho sea de paso, toda aquella discusión del perdón presidencial, esta montaña de ruído, habitual cortina de humo de Yo-Yo-Yo-Yo-Yo y después Yo (a.k.a. The Donald) muy bien puede dar paso a algo perfectamente legal e inatacable: Trump se indispone 24 horas, Pence asume constitucionalmente el puesto de presidente, o definitivamente incluso hasta el traspaso, y le firma él el perdón presidencial mandando a la papelera el alud de investigaciones que tiene abiertas en no se cuántos estados y a nivel federal por decenas de tropelías pendientes desde antes de llegar a la Casa Blanca, porque se presentó precisamente para eso, para huir de lo que le venía encima.

    Con pleno éxito, como hemos visto.

    Pues nada, que se lo sigan tomando de coña.

    • Ludwig dice:

      ¿De dónde ha sacado que el voto pro Trump de los “the deplorables” ha bajado diez puntos? Si me pudiera dar un enlace o referencia se lo agradecería.

      • Sr.Yo dice:

        De varios sitios. Todos «exit polls» o análisis provisionales, porque nadie puede aún dar otra cosa sin los resultados definitivos (no es que los resultados definitivos lleven escrito el componente racial, social, económico, etc, pero al estar desglosados territorialmente es posible cotejar y verificar si las tendencias grupales detectadas por sondeos se ajustan a los resultados reales o no).

        Compilando varios, la caída en voto blanco a favor de Trump (que es la forma correcta de definirlo) la he visto dada por doquier, que tampoco es tan difícil buscar sondeos, entre cinco y diez puntos, y esto son términos relativos, obviamente, no absolutos, en los demás grupos raciales la ventaja Demócrata se ha recortado. Para apuntar una tendencia, que en estos momentos es lo máximo que se puede hacer, llega y sobra.

        Acabo de leer hoy también que varios recuentos (solicitados por Trump) lo que han hecho es *ampliar* la ventaja de Biden, siquiera anecdóticamente.

    • Furibundo Terencio dice:

      Primero hay que contar todos los votos. Es muy posible que bastantee estados (Ohio, por ejemplo) no acaben tan lejos de las predicciones de las encuestas. Y en todo caso, se ha infravalorado el voto de Trump en el Medio Oeste, sobre todo en Wisconsin. Pero no en otros estados, como Arizona o Georgia. No se pueden elegir los resultados mejores (que no buenos) de Trafalgar y compañía sin tener en cuenta también los peores.

      Y como dice Roger, lo del Colegio Electoral es una locura. En muchos estados muy republicanos Biden ha mejorado mucho respecto al 2016, pero no sirve para nada.

      • Sr.Yo dice:

        Sí, evidentemente. Pero si no me equivoco van por el 95% del escrutinio en el momento de escribir esto, *oficial*, se entiende, y más o menos ya se pueden ir sacando ideas generales, que por supuesto pueden estar perfectamente equivocadas a la espera de datos definitivos.

  3. Alatriste dice:

    Es difícil describir la sensación de alivio ante la perspectiva de que Estados Unidos vuelva a ser – más o menos – normal. Por poner solo un ejemplo bajo cualquier otro presidente desde Woodrow Wilson hasta ahora los Estados Unidos habrían liderado la lucha contra la pandemia, organizando la respuesta mundial en todos los frentes y muy especialmente en el económico ¿Bajo Donald Trump? No ha organizado nada, ni siquiera en los mismísimos Estados Unidos; lo que ha hecho podría describirse mucho mejor como sembrar caos y discordia (lo de comprar cargamentos de material ya vendidos a otros cuando estaban dentro del avión y lo de intentar adquirir empresas farmacéuticas para monopolizar la vacuna resultará alucinante en los libros de historia)

    Vamos, era lo predecible en un presidente que parece haber aplicado durante todo su mandato la misma receta, WWND «What would Nero do?», pero resulta tremendo verlo en la práctica.

    Y esto no se ha acabado ni muchísimo menos. Trump es el segundo candidato a la presidencia más votado de la historia, y es el más votado entre los blancos, aunque sea por un margen muy escaso. La rabia que lo llevó a la Casa Blanca no solo sigue ahí sino que ha aumentado… así que a la nueva administración le esperan tiempos muy complicados y decisiones difíciles empezando por la pandemia y por el brexit, un tema que no va a esperar al traspaso de poderes pero en el que lo que diga Biden va a pesar desde ya.

    Y hablando del traspaso de poderes, Trump aún tiene a su disposición casi tres meses. Las apuestas varían entre quienes piensan que se encerrará en el campo de golf dejando el país esencialmente sin gobierno, quienes piensan que se dedicará con entusiasmo y dedicación a la importante tarea de quemar Roma, y quienes piensan que dimitirá con o sin excusa plausible para que sea Mike Pence quien quien se encargue del trabajo sucio, probablemente incluyendo un perdón presidencial para el Donald.

    Personalmente no me atrevo a apostar, pero encuentro extremadamente difícil creer que Trump vaya a estar presente en la toma de posesión de Joe Biden; estará en Florida, o en Moscú, o destrozando el despacho oval con un bate de beisbol.

    • Sr.Yo dice:

      Hay algo que agradecerle a Trump: su descaro. La lista de agravios, insultos, literalmente malos tratos, grosería, zafiedad, racismo, sexismo, absoluto egoísmo y nula empatía por nadie en absoluto (ni su propio hermano), una lista inacabable, vamos, que por cierto es compartida, ya que hablamos de la categoría presidentes de EEUU, por numerosos colegas de cargo suyos, yo lo veo un clon total de Nixon, igual de agresivo, arrogante, faltón, mentiroso, etc., pero como digo con algo que, no voy a decir que lo perdona, porque el tipo es 250% imperdonable, pero que al menos le da una agaderra de humanidad.

      Su descaro, su desvergüenza, su osadía. Sólo miente para manipular a los suyos, cosa que es ubicua en todo el espectro, pero no lo hace para nada más. Incluso cuando miente es totalmente transparente, está claro por qué lo hace. Es lo más parecido a un niño pequeño que ha pasado por un cargo de tal importancia, esto no es ni remotamente comparable con Nerón, hijoputa profesional y manipulador. El tipo suelta sus ocurrencias a bocajarro, le importa una mierda certificada las consecuencias (para algo es POTUS, ¿no?), además como digo autolegitima sus mentiras en parte por su infantilismo político, en parte por su descaro de tahúr de poca monta.

      No nos engañemos, este infantilismo político le gusta a mucha gente. A 70 y tantos millones de personas, y es bastante posible que no les disguste a muchísimos de los otros 70 y tantos. Es natural, biológicamente estamos dispuestos a tratar de otra manera a una persona infantil o infantilizada, no es lo mismo que un adulto.

      Por supuesto todo esto es una pose, en parte porque los mejores actores hacen de sí mismos, pero desde luego no soy capaz de identificar nada reciente en la historia contemporánea. BoJo intenta copiarle, pero ni de lejos se le acerca. Le falta bastante ordinariez y toda la naturalidad que este… personaje trae de serie.

      Está hecho como un guante para la política americana. Ni un replicante diseñado adrede sería remotamente tan eficiente. Esto, señoras y señores (saludo inclusivo de género, de toda la vida), se llama Evolución. El más apto se abre camino, que como el propio Darwin dijo, en sus mismísimas palabras literales, jamás es el más fuerte, ni siquiera el más inteligente. Como nuestras sociedades con escenarios evolutivos artificiales, seguimos sin reflexionar adecuadamente sobre el hecho que el más apto suele ser el más hijueputa. No, no en la naturaleza no lo es. Ni siquiera existe tal categoría.

      Va quedando claro que mucho voto blanco ha vuelto por donde había venido, se han vuelto con Biden, lo que por un lado demuestra irrefutablemente la repulsa que producía la Clinton, porque en el resto de electorados no blancos, Trump ha mejorado en todos. De hecho, si hubiera retenido ese voto blanco, sería ahora presidente reelecto.

      Esto no lo planificaron, ni el imbécil de Jared-K, que le ha salido el tiro por la culata, ni me temo que los demócratas, a la opinión de Alexandria me remito.

      Respecto a la administración Biden, salvo ventosidades gruesas (cambio climático, etc), vamos a comprobar que en política exterior se va a diferenciar poco o muy poco de Trump. En el estilo el día y la noche, por supuesto, ya lo ha dicho él, quiere que EEUU vuelva a ser respetado, no dudo que lo va a intentar, dudo que lo pueda conseguir. Tengo esperanzas que Biden, personalmente, no sea tan belicista como el demócrata promedio y se atenga a lo que deja el Impresentable, su vice con Obama apuntó a intentar evitar los errores gravísimos de éste (se lo tenía más creído que Trump, Trump al menos es consciente de que es un garrulo), sería por ejemplo muy mal rollo si pone al frente del tinglado favorito de Eisenhower a la puta loca de la Flournoy, otra del Club Hillary.

      En política interior espero, por el bien de todos, que sí sean como el día y la noche. Porque ha sido el neoliberalismo religioso como dogma de todo el espectro político occidental el que nos ha traído hasta aquí, y del cual el monstruo es su continuidad previsible.

  4. Rosie dice:

    Por curiosidad he mirado la evolución «larga» de los resultados de las presidenciales americanas. Lo que veo es que verdaderas «olas» de victoria, donde el perdedor se quedava con menos de 100 (100!) grandes electores eran mas que posibles (verhttps://en.wikipedia.org/wiki/United_States_presidential_election#Popular_vote_results). Pero des de los 90 aprox, que los resultados tienden a ser mucho mas ajustados. Y pasa lo mismo con el voto popular (https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_presidential_election#/media/File:Popularvote_uspresidentialelections.png),en lugar de grandes oscilaciones en la preferencia de voto, las lineas se juntan. ¿Que esta pasando? ¿es la «tribalización»/polarización?

    • Sr.Yo dice:

      No sé cómo se puede hacer esa interpretación. Resultados ajustados los hubo toda la vida. Para empezar, no se pueden comparar los resultados de sufragios censitarios con los de sufragio universal, y en EEUU el sufragio universal es tardío, el cuasi universal (voto femenino en toda la Unión), es de la 19ª enmienda, de 1920 (!). Creo que concordaremos que no tiene sentido comparar resultados con datos donde la mitad o más del cuerpo electoral, tal como lo entendemos ahora, no podía votar. De hecho, formalmente, el sufragio universal por derecho es de 1965 (!!!), cuando la 24ª enmienda procede a abolir las Poll taxes y las leyes federales sobre Derechos civiles y Derechos de voto (1964-65), Roger ha hablado mucho y muy bien hace poco sobre cómo hoy en día se impide votar a numerosos grupos sociales.

      De hecho, a raíz de los últimos cambios citados, es cuando el partido Demócrata comenzó a escorarse a la izquierda (es un decir), y análogamente el Republicano a la derecha, antes de eso eran partidos magma llamados «Big Tent», algo así como gran paraguas, donde cabía literalmente de todo y el eje izquierda-derecha no estaba tan claro, de hecho en tiempos de Roosevelt el partido Demócrata daba cobijo a los segregacionistas del Sur, estados donde arrasaba, literalmente. Hay mucho debate de cómo han ido derivando ideológicamente ambos partidos desde los años 60, el partido Demócrata hoy en Europa sería algo así como centroizquierda, con grupos de izquierda neta en su interior, pero mucho más hacia el centro que partidos europeos históricos en su momento como el SPD alemán, p.ej. (que hoy viene a estar en el mismo sitio que el PD USA), el Republicano se ha movido a la extrema derecha salvo contados personajes que podrían pasar por ultraconservadores. Y es que el centro es una entelequia, como la media aritmética: no es un lugar real, ni mucho menos ese sitio mágico donde se ganan elecciones, es el marcador que te indica lo escorados que están los partidos respecto a la media social real, que hoy en día y en USA sobre todo es un desfase brutal, de ahí todo lo que estamos viendo. Me explico: si 0 es un nazi y 10 un estalinista, si la sociedad promedia 5, significa que no está escorada respecto a esas construcciones culturales tomadas como delimitaciones, pero si las posiciones reales de los partidos (los que realmente salen elegidos y tienen opciones de legislar) se promedian por decir algo a 3,5 (o a 6,5, da igual), tienes problemas con certeza. Con otras palabras, de los más de 150 millones de personas que han votado dudo que ni 20 realmente estén contentos con las propuestas (que ambos dicen «de consenso»), el resto vota útil y mal menor. Y esto crea tensiones enormes. Por eso siempre es más estable un sistema con muchos partidos, aunque parezca paradójico (la pluriporquería de Fidel Castro), siempre que exista una representación fiel.

      Respecto a lo que dices de poco margen, tampoco no lo veo por ninguna parte. En la propia página que citas, Kennedy derrotó a Nixon en 1960 por una *décima* porcentual (menos de 110.000 votos en *todo* EEUU), en el 68 Nixon venció a Humphrey por siete décimas porcentuales, Carter a Ford (!!!) por 2,1 unidades porcentuales, Bush salió elegido perdiendo por cinco décimas frente a Gore, en medio de estos casos victorias holgadas. No se aprecia ningún patrón cíclico ni ninguna tendencia secular. Ni podría, porque la sociedad americana de 1945, 1960, 1975, 1990, 2005 y 2020 presenta unas diferencias enormes, de todo tipo, y es el material que responde a las presiones del sistema, si el material cambia de propiedades en el tiempo no es posible buscar ese tipo de agarraderas. Es como la evolución, los dinosaurios enfrentaron unas presiones, Opabinia otras, los mamíferos gigantes otras y así sucesivamente.

      Panta rei.

      • Rosie dice:

        No. lo he mirado con los resultados segun votos electorales a partir de precisamente 1920. Ya hay voto femenino, el «electoral college» es estable y el sistema bipartidista es el actual.
        Pues bien en votos del electoral college.
        -El perdedor se queda por debajo de 100: 1928, 1932, 1936, 1940, 1944, 1952, 1956, 1964, 1972, 1980, 1984
        -El perdedor queda entre 100-199: 1920, 1924, 1948, 1968, 1988, 1992, 1996, 2008
        -El perdedor pasa de 200: 1960, 1976, 2000, 2004, 2012, 2016, 2020
        Ver: https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_presidential_election#Electoral_college_results
        Es evidente que las elecciones mas recientes tienden a ser ajustadas. La última vez que el perdedor se quedo a menos de 100 votos del «electoral college» es 1984. No ha vuelto a suceder.
        El primer caso de eleccion muy ajustada es 1960 (Kennedy), y se convierte prácticamente en la norma despues del 2000, con la excepción de 2008.
        Lo mismo pasa con el voto popular: https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_presidential_election#/media/File:Popularvote_uspresidentialelections.png. Lo normal en el siglo XX han sido grandes oscilaciones. Para encontrar una situación como la actual hay que irse precisamente a finales del XIX.
        Esto no es una critica a uno u otro partido. Simplemente que parece que los «bandos» políticos son mucho mas estables y «tribales». No hay una gran cantidad de votantes no definidos que puedan canviar de voto facilmente…

        • Sr.Yo dice:

          El colegio electoral distorsiona, y no sirve de mucho. Ni siquiera para crear tendencia de voto útil. No tengo ahora datos, el gerrymandering en general es como todo, algo de toda la vida en todas partes (es lo técnicamente hace un papa al nombrar cardenales, de la cuerda de los suyos, naturalmente), pero incluso entre 1920 y 1965 los votos en Dixieland podrías contarlos como de dictadura bananera, tal cual. No creo que analizar sobre colegio electoral sirva de nada, además no entiendo tampoco por qué dices que es estable desde 1920, el número de electores se recalcula con cada censo y no, no es estable. De hecho, en 1920 había 48 estados, desde 1950 50. Puede parecer un tema menor, pero no lo es.

          Además en muchas elecciones hubo un tercer candidato que obtuvo cifras muy significativas, el último de ellos Ross Perot, que en la práctica juegan a favor de uno de los dos candidatos. Yo pienso que estos efectos y muchos otros no le dan valor a los datos del colegio electoral. De hecho, si movemos los resultados tres puntos más hacia Biden el resultado sería de escándalo. En muchos de esos resultados que citas hubo un tercer candidato en estas circunstancias, por tanto habría que ver si qué hubiera salido si ese candidato no estuviera para poder cotejar esos datos en igualdad de condiciones.

          Entiendo que quieres decir que el colegio electoral refleja algo, yo entiendo que difícilmente porque viene siendo la punta de un iceberg, y tiene un fuerte componente aleatorio, de hecho, se podría decir que ganó Biden un poco de chorra, igual que Trump ganó de más chorra hace cuatro años. Eso no quiere decir que no la busquen, eso quiere decir que el resultado no está en sus manos.

          Es una distorsión que nunca apunta en el mismo sentido. La única tendencia secular, que no es del colegio electoral, es la progresiva identificación desde los años 60 del Partido Demócrata con la «izquierda» y del GOP con la «derecha», en el sentido de real o no, esto es siempre más divisivo y tiende a estar más igualado que dos supermercados que pescan en todas las aguas, pero tampoco le veo relación con el colegio electoral, simplemente pienso que es un artefacto, además aparente.

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