Internacional

Condenando la violencia

1 Sep, 2020 - - @egocrata

Si hay algo cuanto menos entretenido de la era Trump es que al menos hemos acabado hablando de temas que uno nunca se hubiera esperado tocar en la política de Estados Unidos. Sólo desde que empecé Four Freedoms hemos vivido un gran debate sobre el servicio de correos, cómo desmantelar la policía o el derecho a voto.

De todas las historias de estos últimos días, el ciclo mediático de hoy ha sido el más surrealista en meses.

¿Os acordáis hace unos años cuando todo el debate político en España era sobre ETA y si unos partidos u otros condenaban suficiente fuerte la violencia? Bueno, hoy la cosa en Estados Unidos ha ido un poco en esa dirección. Durante los últimos 2-3 días, los republicanos y sus aliados mediáticos han estado dando la matraca diciendo que los disturbios en Kenosha, Seattle, Chicago, Nueva York, Detroit, Atlanta o cualquier ciudad que les cae mal son culpa de Joe Biden, y más tras la muerte de un activista de derechas en una contraprotesta en Portland este sábado.

La mayoría de los centros urbanos en Estados Unidos están gobernados por el partido demócrata, y Trump y el GOP alegan que la violencia y las protestas son el resultado de años de desgobierno de ese partido. Biden es demócrata y cuando mandaba no hizo nada para reformar esas ciudades, ergo, si gana Biden todo el país será como Kenosha, ergo, todo es culpa del ex-vicepresidente.

Los republicanos también suelen decir a continuación que Joe Biden es una marioneta del ala marxistaanarquistasocialista del partido (y sí, usan esta clase de términos) y que está a favor de que haya disturbios, está animando que sucedan, y que cuando quiera puede mandar que sus aliados marxistas-anarquistas-socialistas paren de quemar cosas.

La culpa de que haya descontento es de Biden y Biden está instigando los disturbios contra alcaldes de su partido, cosa que es tremendamente lógica. O no.

Y no nos vamos a meter ya en el argumento de que Biden es una marioneta de AOC, la extrema izquierda, Kamala Harris y el ala radical del movimiento marxista-anarquista-leninista, porque si seguimos por ahí llegaremos a la conclusión de que o bien Joe Biden es un candidato cuántico, o que hay varios Joe Biden presentándose a las elecciones simultáneamente.

Los republicanos, entonces, llevan varios días preguntándose en voz alta con gesto muy serio por qué Joe Biden no ha condenado la violencia, pedido perdón a las víctimas y entregado las armas. Es uno de esos “ataques consejo” que tanto gustan a los comentaristas de por aquí, diciendo que “los disturbios hacen daño electoralmente a Biden” (no hay evidencia alguna que ese sea el caso por ahora) y que el problema es que “no ha criticado la violencia” y por lo tanto la está “animando”. Los contertulios en CNN, columnistas moderados y equidistantes del Post y NYT y demás gente de bien entonces se pasan las horas analizando si es cierto que Biden no condena la violencia con suficiente ahínco, y ahí tenemos uno de esos ciclos políticos absurdos donde sólo debatimos lo que le apetece debatir a los republicanos.

Valga decirlo, como táctica de comunicación es ingeniosa. Tienen a los medios bien calados.

Este juego retórico, sin embargo, tiene cuatro problemas fundamentales que la hacen menos efectiva.

El primero es que Biden ha condenado repetidamentela violencia, y dio un discurso largo (y bastante celebrado) en junio sobre el tema. Segundo, Biden y los demócratas no están mudos, y pueden dar otro discurso más diciendo exactamente lo mismo dejando esa línea de ataques sin argumentos – que es lo que ha hecho hoy. Tercero, Donald Trump, y el hecho de que además de ser presidente, el tipo es un bocachancla de narices.

Esto es algo que debería parecer obvio, pero que al GOP parece que se le escapa: Trump es presidente de los Estados Unidos. Si el país va mal, hay crisis, hay descontento, y hay disturbios, el que está en la Casa Blanca es quien está gobernando, y la responsabilidad es suya. No puedes decir que “si gana Joe Biden, todo Estados Unidos arderá como está ardiendo ahora” porque si el país está ardiendo ahora la culpa es tuya, no de Joe Biden.

Trump, además, puede decir bien poco sobre “fomentar la violencia”, ya que su marca electoral es precisamente su agresividad verbal, a veces rayana a la incitación, contra sus oponentes. Biden, en el discurso de hoy, lo ha recordado, mientras condenaba sin ambages ni ambigüedad alguna cualquier violencia en las calles.

El presidente, por supuesto, no ha podido evitar responder, y lo ha hecho poco menos que dándole la razón a Biden.

Hace unos días en las protestas de Kenosha, Wisconsin, Kyle Rittenhouse, un chaval de 17 años de Illinois cogió su fusil de asalto y se fue con unos colegas milicianos de ultraderecha a “mantener el orden”. En los disturbios, acabó matando dos manifestantes e hiriendo a un tercero. Hoy un periodista le ha preguntado si condenaba a Rittenhouse y la violencia de varios grupos de extrema derecha estas semanas. Trump se ha negado, diciendo que el chico actuó en defensa propia, y alabando a otros manifestantes que le apoyan, mientras que insistía (mintiendo otra vez) que Biden no condena a Antifa.

Biden, por supuesto, ha respondido con una declaración exigiendo al presidente que condene toda la violencia, porque cuando te dejan las cosas así en bandeja, qué menos.

Porque Biden, en el fondo, es el cuarto factor que hace que este ataque sea un tanto cuestionable. La frase más memorable de su discurso hoy es una que vulnera media docena de principios de comunicación política, pero que es muy efectiva en su boca:

“Ask yourself: Do I look like a radical socialist with a soft spot for rioters?. Really? I want a safe America. Safe from Covid, safe from crime and looting, safe from racially motivated violence, safe from bad cops. Let me be crystal clear: safe from four more years of Donald Trump.”

Si algo tiene Biden es que no es que sea visto como un moderado, es que ha sido centrista en todos sus 47 años de carrera política. Es muy difícil acusar a alguien que fue atacado durante todas las primarias de ser demasiado pro-policia y demasiado duro con el crimen y que ha escogido a una ex-fiscal como candidata a VP de ser un anarquista disfrazado. La izquierda del partido lleva toda la campaña atacando a Biden en estos temas. Trump puede intentarlo, pero es difícil construir una narrativa de que tu oponente es un radical anti- policía cuando los radicales anti- policía insisten en criticar a Biden por ser un facha.

Esto debería bastar para que cualquier político medio sensato viera meterse en esta clase de debates como algo arriesgado y potencialmente dañino, y más cuando los peores momentos en los sondeos vinieron justamente cuando Trump se metió a “solucionar” las protestas hace un par de meses.

Pero claro, hablamos de Trump. Hoy martes va a viajar a Kenosha, Wisconsin, a ver los daños provocados por los disturbios y reunirse con las fuerzas del orden. La familia de Jacob Blake, el hombre negro que fue tiroteado por la policía en el incidente que desencadenó los disturbios, ha dicho que no quiere verle ni en pintura, igual que el alcalde de la ciudad y el gobernador del estado. Trump, de hecho, no ha nombrado a Blake en público, y ni siquiera ha telefoneado a sus familiares.

Qué puede salir mal.

Bolas extra:

  • Portland, Oregón, es una ciudad donde esta clase de choques se veían venir. La ciudad (que es de mayoría blanca) tiene una larga tradición de izquierda radical y anarquista (porque son una hipsters; es muy Barcelona), y llevan meses manifestándose cada noche, con grupitos de radicales quemando cosas de vez en cuando.
    Desde hace un par de semanas, grupos de ultraderecha de fuera de la ciudad están montando contra protestas y flirteando con acabar a tortas o tiros. Hace un par de semanas ya hubo un par de disparos que no alcanzaron a nadie, y la semana pasada choques y forcejeos, con la policía pasando un poco de todo. Este sábado varios grupos ultra organizaron una caravana de coches pro-Trump y se pasearon por la ciudad, disparando balas de pintura a los manifestantes de izquierdas. La cosa fue a mayores, y acabó con un muerto a tiros, aún en circunstancias poco claras.
  • Sí, esta clase de choques-violentos-entre-civiles-ante-la-pasividad-policial no es lo que quieres leer o escuchar nunca en una democracia en teoría desarrollada, pero aquí estamos.


4 comentarios

  1. Alatriste dice:

    Bueno, es que 2020 es así, «we aren’t in Kansas anymore» y están pasando en todo el mundo cosas impensables hace… bueno, hace seis meses: desde ultras alemanes intentando asaltar el Reichstag con banderas de 1918 y exigiendo la restauración del imperio porque la república es ilegal, a un presidente de los USA diciendo que está muy bien que un menor que va por la calle armado ilegalmente mate a dos personas (y nótese que como es blanco era una milicia; si fuera negro o hispano sería una banda, cosas totalmente distintas, claro) pasando por Pablo Casado exigiendo que el gobierno socialcomunista amigo de etarras y jihadistas utilice el procedimiento de urgencia para una ley especial que le faculte para recortar derechos fundamentales sin cortapisas judiciales o parlamentarias…

    Cada vez pienso con mas frecuencia que estamos viendo el final de un mundo, el esbozado en 1918 y creado definitivamente en 1945. Y la verdad, aunque tenía numerosos y serios defectos de momento no le veo nada mejor al nuevo.

  2. Xoan Bóveda dice:

    Bueno, no es tan impensable. Ya tuvimos hace cinco años a ultras españoles de izquierda intentando asaltar el Concurso con banderas de 1931 y exigiendo la restauración de la república porque la Transición fue ilegal.

    En el fondo, todos los extremistas se parecen, tanto los de un lado como los del otro. Pero no sería justo fijarnos sólo en los de un lado, ¿verdad?

    • Alatriste dice:

      Se parecen, pero no se parecen. Porque una cosa es defender una república española, que es en mi opinión una tontería, pero una tontería mas bien inofensiva (a menos que cuando se dice «república» se quiera decir «revolución» y entonces la cosa es aún más estúpida pero se volvería peligrosa si alguien se la tomara en serio) y otra muy diferente es sostener que aún existe el Reich y que las fronteras de 1945 son ilegales, como hacen los Reichsbürgers; una solo nos involucra a nosotros los españoles, la otra pone en cuestión las fronteras de media Europa y la misma existencia de Polonia. Uno no juega con las fronteras de países que tienen la historia de Alemania y Polonia… al menos no sin poner Wagner a todo volumen antes.

      Aparte, en 2013 (que no en 2015) hubo una iniciativa llamada «RODEAR el Congreso» (iniciativa que por si hace falta decirlo considero una sandez propia de iletrados con un monumental empacho de «Los Miserables») que muy probablemente incluyera a muchos radicales de izquierdas de Madrid y no pocos de los de derechas. Pero por más que miro no encuentro nada en lo que nadie hable ni de restaurar la II República ni mucho menos de que la Transición fuera ilegal… cosa que por otra parte jamás haría un republicano porque hubo demasiados republicanos implicados en ella, desde La Pasionaria a Líster pasando por Carrillo; lo que ellos considerarían ilegal sería la DICTADURA del general Franco.

  3. Sr.Yo dice:

    Es que el cuántico es Trump, no Biden. Puede decir una cosa y su contraria, es el político de Schrödinger, y mientras no se abra la caja ambas coexisten, según la interpretación de Copenhague.

    Ya sabemos que esto va de parroquias. Trump tiene que movilizar a los suyos y desmovilizar a la izquierda de Biden. Puede hacerlo. Es Biden el que tiene que movilizar a los suyos, y van a tener que esforzarse más porque ya conocemos a la Señora Entropía, otro dramatis de la Física: es más fácil destruir que construir.

    Infinitamente más.

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