Internacional

La fase «Soylent Green» de la pandemia

24 Mar, 2020 - - @egocrata

Soylent Green es una mediocre película de ciencia ficción de 1973 con Charlton Heston. Es el típico futuro disotópico de superpoblación, catástrofe ecológica y demás miserias, sólo recordada por su “sorpresa” final, cuando Heston descubre que el soylent green, la comida artificial con la que se alimenta a las masas desesperadas, está compuesta de restos humanos.

Esta película me venía hoy a la cabeza porque el partido republicano parece haber alcanzado la fase “soylent green” de las medidas para combatir la pandemia de coronavirus, o al menos están desplazándose en esa dirección.

Todo empezó, me temó, con Trump leyendo Twitter. El sábado unos cuantos comentaristas y presentadores de Fox News, que Trump sigue religiosamente, compartían un artículo de un tal Aaron Ginn, un tech bro republicano con cero formación en epidemiología pero una absoluta confianza que, según su interpretación de los datos, el coronavirus es algo inofensivo y lo de cerrar el país es absurdo. Es la clase de basura cuñadil que empieza en Medium y acaba en Zero Hedge, aunque incluso a ellos les ha entrado la vergüenza ajena y una puesto un hilo con comentarios de un experto refutando el artículo como preámbulo.

No estoy seguro que este sea el paciente cero, el inicio de la infección de la estrategia soylent green, pero el domingo a medianoche Trump tuiteaba así todo en mayúsculas esto:

El líder del mundo libre decidiendo que las cuarentenas tienen que durar quince días un domingo cerca de medianoche no es exactamente mi ideal de elaboración de políticas públicas, pero bueno, quizás el lunes se le habría pasado.

No, no se le había pasado. Esta mañana el NYT tenía un artículo explicando que una facción de asesores dentro de la Casa Blanca están convencidos que un montón de médicos cagamandurrias están destruyendo la economía del país y que ya es hora de empezar a levantar las restricciones. Al coro se han añadido algunos titanes de la industria como Lloyd Blankfein (si algo produce Goldman Sachs es psicópatas), así como una variedad de comentaristas conservadores de medio pelo, incluyendo un tipo en National Review al que le parece bien que mueran un millón de personas si eso evita una recesión económica.

Por la tarde, el principal asesor económico de Trump, Larry Kudlow, se hacía eco de la idea, diciendo que “la cura no puede ser peor que la enfermedad” y que bueno, si se mueren unos cuantos más para salvar la economía, pues se hace y listos.

Trump, en una surrealista rueda de prensa donde ha proclamado que lo peor ya ha pasado (ni de coña) y que hemos aprendido mucho (no), ha repetido que de aquí quince días será hora de pensar en reabrir la economía otra vez. Los responsables de salud pública del gobierno federal han corrido despavoridos a decir a todo aquel que quiera escucharles que esta es una idea absurda.

Lo mejor, sin embargo, estaba por llegar: el teniente gobernador de Texas, un “pro-vida” llamado Dan Patrick, ha soltado esto en Fox:

No, vuestro inglés no os está traicionando. Patrick ha dicho literalmente que los abuelos de América estarán dispuestos a hacer sacrificios (morirse) para salvar la economía del país.

Para que os hagáis una idea: Nueva York está, mirando las cifras de propagación, donde estaba España hace un par de semanas. La curva de crecimiento es atroz. Las cifras a nivel nacional no son mucho mejores, y hay muchos estados que han pasado de 1000 casos detectados sin que las cifras tengan visos de mejora. Aunque afortunadamente las autoridades en muchos lugares del país impusieron confinamientos con más rapidez que Italia o Reino Unido, eso no ha sucedido en muchos estados. El país finalmente se ha puesto las pilas en esto de hacer pruebas de la enfermedad, pero es obvio que la cosa irá a peor durante las próximas dos semanas. Con un sistema sanitario que es un anacronismo kafkiano un día bueno, y un horror completo un día malo, y muchos estados con gobernadores que han prestado poca o nula atención al problema, sería inaudito que de aquí dos semanas se pudiera “abrir” la economía de nuevo.

Lo más absurdo de todo este sainete es que Trump en el fondo poco puede hacer para “reabrir” la economía, hoy o de aquí dos semanas. Ahora mismo hay 158 millones de americanos que viven en estados con confinamientos (la mayoría de ellos, por cierto, mucho menos estrictos que el que tenemos en España). La decisión de imponer estas restricciones ha sido de los gobernadores, no del gobierno federal. Sería inconcebible que un presidente interviniera un gobierno estatal para levantar esas restricciones.

Algunos dicen que Trump está preparándose para echarle la culpa a los gobiernos estatales cuando la economía del país se estrelle este trimestre, pero la verdad, dudo que sea así de refinado. El hombre parece creer sinceramente incluso ahora que esto es la gripe común y que todos estamos exagerando.

Supongo que no hace falta que explique, por cierto, que el dilema entre crecimiento económico y cuarentenas no es tal. En un escenario alternativo donde dejamos que el coronavirus campe a sus anchas y mate entre dos y once millones de americanos, destruyendo por completo el sistema de salud y sembrando el pánico en todo el país, la recesión sería igual de o peor de lo que nos vamos a tragar ahora. Incluso un escenario “relajado” donde “sólo” muere medio millón de personas haría un daño atroz a la economía y causaría un trauma social profundísimo. Que el partido republicano esté diciendo en voz alta que a lo mejor debemos dejar que muera el abuelo para mantener la economía funcionando es delirante. No hay por donde cogerlo.

Bolas extra:

  • Primarias: las sigue habiendo. Bernie da una charla cada noche. A veces da conciertos. Los Bernie Bros en Twitter siguen poniendo a parir a todo el mundo que le critica. No sé a qué espera Sanders para retirarse, pero bueno.
  • Rand Paul: el senador por Kentucky estuvo en contacto con dos hombres de negocios en su estado que fueron diagnosticados con coronavirus. El tipo, tras recibir la noticia, volvió a Washington y se pasó la semana trabajando, reuniéndose con colegas, haciendo ejercicio en el gimnasio del Capitolio. El domingo se hizo público que Paul ha dado positivo de coronavirus. El tipo no le había contado a nadie que podía estar infectado. El senado está lleno de septuagenarios con problemas de salud. Paul es un sociópata.
  • Estímulo fiscal, segundo volumen: está en discusión en el senado. Los detalles de la negociación son complicados; miraré de explicarlos mañana o pasado cuando haya acuerdo.
  • Esa cultura que es Wesport, Connecticut, el foco local de propagación de la epidemia. Es uno de los municipios más ricos del país, y este artículo sobre la fiesta donde empezó todo es de los que te da ganas de empezar ya mismo la lucha de clases.


2 comentarios

  1. jasev dice:

    Bueno, supongo que su lógica es que como la mayoría no tiene seguro médico ni va a ir al hospital, que se mueran tampoco será un problema para ellos. Menos gente pidiendo benefits, menos pensiones, menos gasto en Medicare cuando pase la avalancha, menos cupones de comida. En su lógica psicopática, esto es como la guerra, y cuando haya pasado los supervivientes podrán seguir ganando aún más dinero. Y como ellos sí tienen acceso a la mejor sanidad del mundo (cuando puedes pagarla), están dispuestos a correr el riesgo.

    Esta semana, aprovechando el confinamiento, me he visto esa horrible serie de Amazon Prime (con buenos actores, eso sí) que es «Hunters». La conspiración de los nazis para asesinar a unas cuantas decenas de millones de pobres y débiles por todo el país se parecería bastante a esto.

  2. Recuerdo que, de pequeño, vi la película de Soylent Green (Hasta que el destino nos alcance) y me angustió bastante. Y la verdad es que me alegro de vivir en Europa, viendo como funciona la sanidad en Estados Unidos.

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