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El efecto informativo de las campañas electorales

10 Abr, 2019 -

Por Gema García-Albacete, Marta Fraile y Mónica Ferrín.

A unos días de que comience la campaña electoral cabe preguntarse ¿para qué sirven las campañas electorales? Y, como habitualmente se discute ¿merece la pena invertir tantos recursos? De acuerdo a los resultados de nuestra investigación en torno a las Elecciones Generales de 2015 la respuesta es que sí. Ya que, independientemente del efecto que tenga para decidir el voto, las campañas electorales ayudan a que ciudadanos normalmente alejados de la política se familiaricen con los candidatos y las propuestas políticas de los partidos. O dicho de otra forma, las campañas contribuyen a paliar, al menos en parte, las desigualdades de conocimiento político existentes en la sociedad.

Numerosos estudios han mostrado que los ciudadanos varones, con alto nivel educativo, y que declaran interés por el mundo político son los que más saben de política. Y ello por diversos motivos. Por ejemplo, para entender la brecha de género en el conocimiento político, hay que considerar factores tan distintos como las diferencias económicas, la distinta socialización en política de hombres y mujeres, la falta de tiempo debido al desigual reparto del trabajo no remunerado o la forma en la que se mide el conocimiento político a través de las encuestas.

Las campañas electorales, por su parte, constituyen contextos ricos en información donde incluso los ciudadanos menos interesados en la política tendrán problemas para evitar exponerse a noticias sobre partidos, elecciones o propuestas políticas. En la literatura académica se ha discutido de forma extensa si este tipo de contextos favorecen el aprendizaje de política entre los menos interesados mediante la exposición accidental o involuntaria, reduciéndose la brecha de conocimiento entre los ciudadanos. Sin embargo, quizá no todos los ciudadanos se beneficien de la intensidad informativa. Es más, puede ser que sólo aquellos a los que ya les interesa la política presten atención durante la campaña, en cuyo caso la brecha de conocimiento podría hacerse aún mayor.

Estudios anteriores han encontrado dificultades para identificar si las desigualdades de conocimiento se reducen durante la campaña electoral porque los que menos saben aprenden, o porque los más sofisticados políticamente ya conocen la información básica y no pueden aprender más. Al fin y al cabo las campañas no distribuyen información política totalmente nueva, sino que más bien intensifican la información ya disponible. Sin embargo, en las Elecciones Generales de Diciembre de 2015 dos nuevos partidos se presentaban a nivel nacional: Ciudadanos y Podemos, y consiguieron una importante representación. Esto implicó que circulara mucha información nueva sobre ambos partidos y sus candidatos. Es por ello que nuestro test de que la campaña contribuye a disminuir brechas de conocimiento es especialmente oportuno. Si encontramos evidencia de que los más desventajados aprendieron durante la campaña incluso cuando lo más sofisticados también tenían la oportunidad de aprender, los resultados son más robustos.

Para realizar este estudio utilizamos una encuesta panel que nosotras mismas diseñamos, con dos olas: la primera justo antes de que comenzara la campaña electoral y la segunda durante la última semana de la campaña.  En ella incluimos un total de 29 preguntas, que se referían al conocimiento de los ciudadanos sobre el funcionamiento del sistema político, la situación económica, la posición ideológica de los cinco partidos principales, la posición de los partidos en temas específicos y la foto de nueve candidatos/as, que los encuestados debían relacionar con su partido correspondiente.

La Figura 1 resume el porcentaje de respuestas correctas para cada una de las 29 preguntas antes y al final de la campaña. La misma sugiere que el nivel de conocimiento de los ciudadanos varía de forma relevante en función del tema, siendo las preguntas sobre los principales partidos políticos y algunos de sus candidatos los que en mayor medida supieron contestar correctamente los entrevistados.  

Figura 1. Porcentaje de respuestas correctas en t1 y t2 (ordenadas por t2) y porcentaje de aprendizaje entre t1 y t2 (diferencia)

Fuente: Ferrín, Fraile y García-Albacete, 2019 (pág. 10)

Medimos el aprendizaje como la diferencia en el porcentaje de respuestas correctas entre t2 y t1 y para cada pregunta. Se trata de las barras negras en la Figura 1 y sugieren que, por término medio, los entrevistados aprendieron sobre todos los ítems menos uno. La magnitud del aumento en el porcentaje de respuestas correctas varía mucho según el tema. Por ejemplo, hasta un 8,2 por ciento de los entrevistados fueron capaces de identificar al líder Garzón y su partido (IU), mientras que los entrevistados no consiguieron aprender durante la campaña quien era Isabel García Tejerina, candidata del PP. En cambio, aprendieron en mayor medida sobre los temas más controvertidos y que más atención mediática tuvieron durante la campaña, los relacionados con la situación económica: el desempleo y la inflación.  

¿Quiénes fueron los ciudadanos que aprendieron a lo largo de la campaña? Para averiguarlo, comparamos  entre aquellos que ya sabían en la primera ola de la encuesta, los que aprendieron durante la campaña, y los que ni sabían ni aprendieron. Comparar los perfiles nos permite observar que los que la probabilidad de encontrarse en el grupo de los que aprendieron (frente a los que ya sabían) es mayor para las mujeres, aquellos con poco interés por los asuntos políticos y los que no tienen estudios superiores. Estos resultados indican que efectivamente, las campañas pueden compensar parte de las desigualdades en el conocimiento político.

Sin embargo, ninguna de estas características permiten diferenciar a los que aprendieron de los que no. ¿Qué lleva a ciudadanos poco interesados a aprender? En este estudio proponemos que la exposición accidental o involuntaria a información política durante la campaña aumenta las probabilidades de aprender. Además, creemos que la exposición a programas de televisión que combinan la información con el entretenimiento (infotainment), juega un papel importante. Para acercarnos a esta cuestión incluimos en la encuesta una batería de preguntas sobre la exposición a varios tipos de medios (televisión, radio, periódicos) y numerosos programas que combinan información política y entretenimiento. La lista de programas es muy variada y va de programas que se centran en temas políticos como el Intermedio a programas como el Hormiguero que no tratan temas políticos pero durante la campaña invitaron a diversos candidatos, incluso si hablaron de temas no relacionados con la campaña.

En general, encontramos que los tres grupos de encuestados declaran ver las noticias en televisión en la misma medida. Nuestros resultados también muestran la conocida asociación entre el tipo de medios que se consume y el conocimiento político. Por ejemplo, los que sabían al inicio de la campaña declararon leer periódicos y ver programas de televisión infotainment con mayor frecuencia que los que no sabían. En cuanto a la comparación que más nos interesa, entre los que aprenden durante la campaña y los que no, lo que les distingue en cuanto a su consumo de medios es, como esperábamos, su exposición a infotainment. Tal y como muestra la Figura 2, aquellos que declararon ver programas de este tipo con mayor frecuencia fueron los que con mayor probabilidad aprendieron durante la campaña de Diciembre 2015. Además, como se discute en el artículo, la probabilidad de aprender aumenta con la exposición a infotaiment cuando se trata de preguntas relacionadas con entonces nuevos partidos, Ciudadanos y Podemos. Dado que esto partidos fueron más dados a utilizar la participación en programas de televisión para darse a conocer, este resultado refuerza la idea de que la exposición a programas de televisión juega un papel en el aprendizaje.

Figura 2. Probabilidades predichas de formar parte del grupo que aprendió durante la campaña frente al grupo que no aprendió por tipo de exposición a medios

Fuente: Ferrín, Fraile y García-Albacete, 2019 (pág. 14)

En definitiva, este estudio ofrece tres conclusiones relevantes para el estudio de los efectos informativos de las campañas electorales. Las excepcionales características de las Elecciones Generales de 2015 en España permiten mostrar que, incluso cuando existe información nueva, la campaña electoral contribuye a reducir las desigualdades en el conocimiento político. En comparación con los que ya sabían, los ciudadanos que más aprenden son mujeres, ciudadanos con menor nivel educativo y menor interés en la política. En segundo lugar, la exposición a programas de entretenimiento que incluyen información política parece ser la fuente que genera aprendizaje, ya que permite distinguir a los que aprenden de los que no. En cuanto al mecanismo, a falta de un diseño de investigación que permita identificar causalidad con rigurosidad, parece que la exposición accidental o no intencionada por parte de los ciudadanos a la información política que contienen este tipo de programas podría explicar el efecto informativo de la campaña electoral de 2015.


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