Política

Breve guía para adelantos electorales

19 Sep, 2018 - - @kanciller

1. Gestionar el calendario electoral en un sistema parlamentario tiene su miga. La tentación de manipular el ciclo electoral para convocarlas en el momento más favorable para el gobierno, grande. En todo caso, la convocatoria tiene algo de apuesta. Una convocatoria electoral antes del plazo puede buscar minimizar las pérdidas (si se sabe que vas a perder) o maximizar los beneficios (si se piensa que vas a ganar). Zapatero en 2011 es el primer caso, Tsipras en 2015 el segundo. En este último caso la repetición electoral conectó con anticiparse a un potencial desgaste posterior así que puntúa doble.

2. Algunas regularidades empíricas. Es más frecuente el adelanto electoral el tercer o cuarto año de una legislatura. También es común que se realicen cuando el gobierno es monocolor y está en minoría en la cámara baja. Esto tiene pleno sentido. De un lado, un gobierno mayoritario tiene asegurada su supervivencia de manera autónoma, así que puede jugar con el calendario como quiera sin miedo a caer. Del otro, un gobierno de coalición suele operar en un entorno fragmentado (lo que les obliga a pactar en la ronda siguiente) así que no basta con que las elecciones le compensen al partido del primer ministro. La fecha la deben acordar los socios y esto restringe jugar con el calendario.

3. Más cuestiones que se suelen asociar al adelanto en perspectiva comparada. En general cuando la economía marcha (la economía crece y la inflación es baja) el adelanto se hace más probable porque, como se puede imaginar el lector, facilita cobrar dividendos de la gestión. Cuando la distancia en los sondeos entre oposición y gobierno es importante o bien la oposición está dividida se tienden a convocar elecciones anticipadas con más frecuencia. Básicamente da menos miedo ir a las urnas. Obviamente, los dos elementos están asociados entre sí, pero no siempre.

4. Para echar la piedra a rodar hay que buscar un buen argumento. Es decir, la percepción de oportunismo en la convocatoria puede ser leída de manera negativa por el conjunto de la opinión pública. Además, hay una complicación adicional. Entre la convocatoria y el día de las elecciones pasan cosas y se puede perder el control de la narrativa, lo que puede terminar volviéndose como un boomerang contra el convocante.

5. Artur Mas en 2012 adelantó las elecciones pese a que los sondeos le daban un crecimiento. El resultado fue dejarse 12 diputados por el camino: la percepción de intentar patrimonializar el independentismo no tuvo éxito. Algo parecido le ha pasado a Theresa May cuando convocó elecciones. Pese a la distancia con los laboristas, fue perdiendo el relato durante la campaña y muchos votaron menos por el brexit y mucho más por cuestiones sociales. Aunque puedan romper el ciclo, hacen bien en la Comunitat Valenciana en no querer rentabilizar que el Pacte del Botanic va bien en las encuestas – sería visto como oportunista (el pacto querría reeditarse seguro) e incluso daría a la oposición un refuerzo a su crítica sobre inestabilidad. Juzguen ustedes si el caso para las andaluzas les convence.

6. Andalucía en 2015, aunque el PSOE volviera a perder votos, estuvo mejor jugado (se adelanta la formación de estructura de los partidos nuevos y quedó primera fuerza) como lo estuvo en 2012 (para que Griñan y el PSOE-A no asumiera el desgaste de Zapatero sino el de Rajoy). Tsipras en 2015 anticipando el desgaste o incluso Harper en Canadá para ensanchar su mayoría en 2011 (gracias al desastre de la oposición liberal) son casos canónicos. Como se ve, en estos casos ha habido un crecimiento gracias a un cálculo inter-temporal.

7. Viendo esto así, como una apuesta, la gran duda es cuando vamos a ver las Elecciones Generales. Sabemos que el gobierno está en minoría y es monocolor, así que de entrada es contexto propicio. Si la economía empieza a deteriorarse, los incentivos son para no esperar demasiado. Si la distancia entre PSOE y rivales se mantiene o aumenta en octubre, los incentivos serán claros (atentos al CIS que viene). Si no, el cálculo puede ser de intentar remontar (si el desgaste no es muy acusado). La pregunta es el casus belli. Si la convocatoria hubiera sido inmediata (sin decir que se quiere alargar hasta 2020), hubiera sido fácil para ellos ir con viento de cola. Eso ya pasó, así que sólo el bloqueo de los presupuestos puede darle una excusa razonable al gobierno, pero ojo, que mayo está por medio y es un reto ¿Antes y que la negociación contamine las elecciones? ¿Cinco urnas? ¿A la vuelta del verano? Hagan sus apuestas.


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