Economía

Contra el imperio del monopolio

24 Ago, 2017 - - @egocrata

Uno de los problemas endémicos de la economía española es la concentración empresarial. Por Politikon hemos hablado un poco, pero no demasiado, sobre este problema;  la gente de Nada Es Gratis han tratado este tema con mucha más profundidad.

El punto clave es que en España, en parte por la herencia del franquismo, en parte por mala regulación, en parte por una cierta tendencia de los poderes públicos a conceder privilegios mediante el BOE a amiguetes y empresas bien conectadas, hay muchos sectores de la economía donde el libre mercado apenas existe, y un número muy limitado de compañías se reparten el pastel sin competir. Sabemos que cuando un sector tiene muchas empresas peleándose para captar clientes la productividad sube, los precios bajan y los consumidores salen beneficiados; es algo que vemos de forma rutinaria. Lo que es un poco más complicado es medir el impacto agregado de la ausencia de competencia en una economía cuando aumenta la concentración empresarial.

Jan De Loecker y Jan Eeckhout, en un paper estupendo, intentan evaluar precisamente estos efectos en la economía de Estados Unidos. En los últimos años algunos economistas han atribuido el aumento de las desigualdades, beneficios empresariales y frenazo en los aumentos de productividad a la concentración empresarial. Estados Unidos, tradicionalmente, había sido un país relativamente duro con los monopolios (si no estoy equivocado, fueron pioneros en su regulación), pero a partir de los años ochenta el gobierno federal empezó a ser menos restrictivo. Analizar si este cambio tiene efectos reales en la economía en su conjunto, por lo tanto, tiene cierto interés.

La primera conclusión es que los márgenes empresariales (markups) aumentan considerablemente a partir de 1980, de un 18% sobre el coste marginal a un 67% en la actualidad. Aunque no hay un patrón global claro, los sectores con industrias más grandes tienden a ser mayores, una señal clara de la aparición de oligopolios y el aumento del poder de mercado de las empresas.

La parte interesante son las implicaciones macroecómicas que los autores derivan de su análisis. Primero, el aumento de los márgenes empresariales parece explicar la caída del peso de los salarios en el total de la economía que hemos visto en las cuatro últimas décadas, ya que los oligopolios reducen el poder de negociación de los trabajadores. Segundo, también explica el aumento del peso de los retornos del capital, que siguen al aumento de los márgenes. Mirando el mercado laboral, los autores también concluyen que el aumento de los márgenes ha traído consigo una caída de los salarios de los trabajadores poco cualificados (que son los que menos poder de negociación tienen en un mercado con pocos empleadores), la reducción de la tasa de población activa, disminución de la movilidad laboral, y el número de trabajadores que se muda de una ciudad a otra para encontrar un mejor trabajo.

De forma más relevante, Loecker y Eechout concluyen que el aumento del poder de mercado en manos de una pocas empresas explica gran parte de la disminución en el ritmo de crecimiento del PIB en Estados Unidos. Todos los efectos anteriores, al fin y al cabo, afectan negativamente la productividad, ya que las empresas operan en mercados menos eficientes. Los oligopolios, por tanto, no sólo son malos para los trabajadores del sector que los sufren, sino que acaban por hacer daño al país en su conjunto.

Siempre se dice que nadie odia más el libre mercado que un empresario, ya que siempre ganará más dinero sin competencia que con ella. Los resultados de este estudio indican que preservar el libre mercado rompiendo monopolios y disminuyendo el poder de mercado de las empresas debería ser una prioridad de la izquierda, casi por encima de cualquier otra política económica.

El partido demócrata, en los últimos años, se ha empezado a mover en esta dirección; Obama fue un regulador bastante más duro que sus predecesores bloqueando fusiones empresariales, y Hillary Clinton llevaba en su programa un extenso paquete de medidas para promover la competencia. Dudo mucho que Podemos o el PSOE, sin embargo, estén prestando demasiada atención.


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