Política

¿Cómo son los votantes de AfD?

19 Jul, 2017 - - @pabloarnaldos

A pesar de encontrarnos en pleno parón veraniego, la apretada lista de citas electorales que hemos seguido en el último año no se ha completado aún. En apenas dos meses tendrán lugar las elecciones federales alemanas, un evento clave para la política europea en el que, con toda probabilidad, irrumpirá un nuevo actor político que difícilmente pasará inadvertido.

Hasta hace apenas tres años, había en la política alemana una regla no escrita que no contemplaba excepciones, esta es, que los partidos de extrema derecha no lograban afianzarse en el país. Desde la segunda mitad del siglo XX, diversas formaciones habían intentado hacerse con los votantes de esta parte del espectro ideológico, pero todas se toparon con una suerte de vacuna latente en la sociedad alemana tras la trágica experiencia del nazismo. Sin embargo, esta regla tiene todos los visos de ir a romperse en las próximas elecciones federales -si es que no puede darse ya por rota- debido a la consolidación de Alternativa para Alemania (AfD, del alemán Alternative für Deutschland), un partido a la derecha de la CDU con un discurso nacionalista y xenófobo que ya ha logrado tener presencia en trece de los dieciséis parlamentos regionales alemanes.

No obstante su mensaje racista actual, el propósito de AfD en su fundación en el año 2013 era la salida de Alemania de la moneda común. Fueron el estallido de la crisis de los refugiados y el surgimiento del movimiento anti-inmigración PEGIDA los que, unidos a unos resultados muy positivos en las elecciones de los estados federados del este, marcaron el viraje del partido desde el euroescepticismo inicial hacia posiciones xenófobas. Este cambio en el discurso no estuvo exento de luchas internas entre las distintas corrientes en el seno de la formación, pugnas que se saldaron en el congreso de 2015 con la salida de Bernd Lucke, fundador del partido y representante de las posiciones euroescépticas, y la victoria de Frauke Petry, exponente del ala más xenófoba y nacionalista de la formación.

Asignar etiquetas ideológicas a los partidos políticos suele ser objeto de polémica. En este caso, la clasificación de AfD ha supuesto desde sus inicios un tema de debate entre los académicos, si bien existe consenso en que se encuentra a la derecha de la CDU de Merkel y en que utiliza el populismo para cohesionar los distintos elementos de su mensaje, apelando a una mayoría silenciosa y denunciando las supuestas carencias democráticas del sistema representativo (Decker 2016). En consecuencia, es posible afirmar que actualmente AfD es un partido de derecha populista, especialmente tras su progresiva radicalización en los últimos meses.

¿Cómo son los votantes de AfD?

En los comicios de nivel regional a los que ha concurrido, AfD ha robado apoyos a prácticamente todos los demás partidos, pero sobre todo ha movilizado a nuevos votantes que antes se quedaban en la abstención. El tramo de edad más susceptible de votar a AfD* está entre los 35 y los 55 años, mientras que las probabilidades decrecen entre los jóvenes y, especialmente, entre los más mayores. Esto puede deberse a que el mensaje nacionalista y radical de AfD no cale entre los jóvenes, al tiempo que las personas de edad avanzada tienen una identidad partidista sólida y difícilmente cambian su voto.

De forma similar a otros partidos de extrema-derecha europeos, su electorado está sensiblemente masculinizado, siendo significativamente más probable votar a AfD si se es hombre.


En cuanto a la educación, tanto tener niveles educativos más bajos como haber dedicado menos años a formarse aumentan las probabilidades de votar a AfD. Sin embargo, a pesar de que la educación suele ser un importante predictor de voto –más aún en el caso de partidos de extrema derecha- los resultados no son estadísticamente significativos al 95% de intervalo de confianza.


En lo referente a las actitudes hacia la Europa, aquellas personas que se sienten menos conectadas a la Unión Europea tienen sensiblemente más probabilidades de votar a AfD, siendo este un poderoso predictor a pesar de que el partido ha relegado el euroescepticismo a un segundo plano.


Por otra parte, la práctica totalidad de las preguntas de la encuesta que hemos utilizado que pueden funcionar como un proxy de rechazo o miedo a la inmigración revelan que, a mayor intolerancia hacia los inmigrantes, más probabilidad hay de votar a AfD.


En conjunto, encontramos un perfil de varón de mediana edad con un nivel de educación que no tiene por qué ser necesariamente bajo y que, en muchos casos, es intensamente euroescéptico y alérgico a la inmigración.

Conclusión

A pesar de haber perdido algo de fuelle en las encuestas desde enero, es prácticamente seguro que AfD logrará representación en el Bundestag el próximo mes de septiembre. A día de hoy, el principal interrogante es de qué magnitud será el apoyo a la formación y, especialmente, qué actitud mostrarán el resto de partidos una vez configurado el nuevo parlamento: ¿habrá cordón sanitario al estilo de los Países Bajos con Wilders o, por el contrario, llegarán a integrar al nuevo partido en el gobierno como sucedió en Finlandia con los Verdaderos Finlandeses?

 

*Nota metodológica: en el artículo empleo la expresión “ir a votar” por una cuestión de estilo, pero a la hora del análisis de datos la variable utilizada ha sido de intención de voto. La encuesta es la ALLBUS de 2016, realizada por el Leibniz Insitute for the Social Sciences.

 

Referencias:

Decker, Frank (2016). “The ‘Alternative for Germany:’ Factors Behind its Emergence and Profile of a New Right-Wing Populist Party”, German Politics and Society, 34:2, 1:16.

 


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