Economía

¿Qué política fiscal es factible en España?

7 Dic, 2016 - - @manuj_hidalgo

El acuerdo entre PP y C’s sobre materia fiscal que ayude a cumplir los objetivos marcados por la Comisión Europea en materia de déficit ha vuelto a elevar el debate sobre qué tipo de política fiscal es la adecuada.

Según el gobierno, y presionado por C’s, el gasto público no debe tocarse, por lo que no queda más remedio que apretar las tuercas de la recaudación. Sin embargo, algunos siguen afirmando que tal medida es errónea. Para estos, es posible mejorar las cuentas públicas mediante una reducción de los impuestos. Esta aparente paradoja se explica porque según sus promotores la reducción de tipos impositivos incentivaría la actividad y con ello la recaudación. Para otros, la bajada de tipos impositivos sólo reduciría los ingresos fiscales, obligando en este sentido a reducir el gasto, algo a lo que no están dispuestos a aceptar. Por último, existe además una tercera posición, aquella que acepta que una bajada de tipos reduciría la recaudación, pero que debería por lo tanto ir acompañada de una reducción del gasto. Es decir, reducir la presión fiscal adelgazando el papel de las administraciones públicas en la economía.

El debate es indudablemente interesante, pues comporta una derivada académica muy relevante, particularmente entre las dos primeras versiones: la curva de Laffer. La diferente posición entre ambas visiones se reduce a en qué punto de dicha curva se sitúa el sistema fiscal de un país. Me explico.

En primer lugar, no hace falta ser un portento en economía para entender esta criatura que es la Curva de Laffer. Suponga dos escenarios diferentes. En uno de ellos el gobierno tiene tipos impositivos igual a cero por ciento. En otro expropia todas las rentas sin excepción. Es decir, tipos igual a cien. En ambos casos se entiende que la recaudación es cero. En el primer caso es evidente. Para el segundo debemos asumir que una parte importante de la actividad económica se mantiene en manos privadas.

Si la recaudación es cero en ambos extremos impositivos (0 % ó 100 %), es lógico pensar que esta crecerá cuando nos movamos desde tipos bajos hacia tipos más elevados y que caerá cuando nos movamos sobre tipos muy elevados en dirección a la expropiación. Dicho de otro modo, la Curva de Laffer, diagrama que representa este devenir de los ingresos fiscales cuando cambian las tasas impositivas, debe tener forma de U invertida.

La explicación microeconómica de esta aparente forma de U invertida no es difícil de entender. En micro, en los primeros días de curso, se nos enseña que en un mercado de competencia perfecta, es decir, ese que no existe pero viene muy bien para tener una referencia concreta, si gravas un bien con un impuesto, generas ineficiencia, es decir, bienestar perdido. La gente consume menos de lo que haría en dicha competencia y las empresas venden y ganan menos. Sólo la recaudación del estado permite capturar parte de esta eficiencia perdida. Pero aún así, una parte irremediablemente se esfuma. Cuanto mayor sea el impuesto, más ineficiencia crea, hasta tal punto que los incentivos del mercado se paralizan y terminan por reducir tanto el tamaño del mercado, que la recaudación comienza a colapsar. Por esto la Curva de Laffer tiene dicha forma. Cuando los impuestos son bajos la eficiencia perdida es escasa, pero la recaudación crece significativamente. Solo cuando los impuestos crecen lo suficiente, la eficiencia caerá tanto que finalmente también lo hará la recaudación. Por supuesto, ni que decir tiene que este argumento se hace sobre un mercado de competencia perfecta. Se me ocurren muchas excepciones en el caso en el que los mercados no los son. Casos en donde el argumento de la eficiencia quedaría muy, pero que muy matizado.

Pues bien, según algunos, los impuestos son tan altos que en estos momentos estamos en la fase descendente. Solo así se entiende que si bajamos impuestos los ingresos fiscales podrían aumentar. Otros dicen que aunque no fuera así, al bajarlos aumentaría la eficiencia de tal modo que facilitaría un crecimiento a largo plazo más intenso y sostenido. Por lo tanto, con el tiempo se compensaría este movimiento a la baja de los impuestos, y todos felices gracias a las bondades del mercado y su capacidad redistributiva. Bendito Pareto.

Ante la primera afirmación solo decir una cosa: no es el caso. Según la evidencia empírica, y es extensa, créanme, una bajada de cualquier impuesto (sobre la renta, el capital o el consumo) reduciría los ingresos fiscales. Por ejemplo, en un trabajo de 2011 de Trabandt y Ugligh, sólo algunos países nórdicos de Europa poseen tales niveles impositivos que una reducción de los mismos permitirían elevar la recaudación. El resto, entre ellos España y Estados Unidos, se encuentran en la parte ascendente. Por ejemplo, según estos autores, una caída de los impuestos al capital en Estados Unidos de un 1 % solo permitiría recaudar un 0,54 % más por la ganancia de eficiencia. Es decir, la recaudación total caería un 0,46 %. En Europa, la ganancia en eficiencia recuperaría un 0,79 %, pero se pierde un 0,21 %. En España, sería un 0,68 % y un 0,32 %. Si se reduce el impuesto a la renta, esta pérdida sería de 0,68 %  para los Estados Unidos, 0,46 % para Europa y 0,54 % para España. En este sentido se desmarca los impuestos al consumo, para los cuáles los autores no encuentran fase descendente en su curva de Laffer, lo que implica que una reducción de impuestos como el IVA siempre reduciría su recaudación.

José Luis Torres y Gonzalo Fernández de Córdoba, sí, no me he equivocado de nombre, dos grandes colegas de la Universidad de Málaga y no por ello menos amigos, encuentran similares resultados en un trabajo que amplia el de Trabandt y Ugilgh. Según ambos trabajos, existe una posibilidad incluso de mejorar los ingresos si se lleva a cabo una combinación diferente de tipos impositivos, pero no si se reducen todos a la vez o cada uno por separado.

Dicho esto, reducir ingresos fiscales vía reducción de tipos exigiría una reducción del gasto sí o sí. Que algunos defiendan esta política es absolutamente respetable. Nada que decir. Son opciones políticas e ideológicas. Pero las consecuencias serían las que son, al menos a corto y medio plazo. Los trabajos famosos de Alesina han sido desmantelados académicamente por otros que certifican que en realidad una reducción el gasto nos llevaría a un seguro menor crecimiento en el corto y medio plazo, sin tener muy claro qué efectos tendría en el largo (vía desigualdad al tener que reducir los gastos financiados por dicha impuestos).

Respecto a la mejora a largo plazo del crecimiento económico, poder comprender si esto ocurre y qué efecto puede tener es complejo y difícil de saber. Por ejemplo, y ante el habitual argumento de Irlanda como país de éxito porque ha bajado impuestos, principalmente el de sociedades (IS), existen otros países con similares IS que no han disfrutado de dicho crecimiento. Se puede argumentar que es porque existen otras variables que ayudan a los bajos impuestos. Correcto. Pues entonces introduzcamos esas variables. Incorporémoslas al discurso. No pretendamos que no son importantes. No hacerlo es una cuestión ideológica. Lo mismo, la gran explicación es que Irlanda es un país pequeño, que habla inglés y que está en el Mercado Único. Porque les aseguro que si no lo hubiera estado, otro gallo cantaría en las verdes praderas de la Isla Esmeralda. La cuestión es demostrar, saber, investigar. Lo mismo se puede explicar por las grandes ayudas de la UE en base a los Fondos Estructurales. En ese caso la prescripción de la política económica sería diametralmente la contraria. También podría ser que Irlanda es el país de la UE que más esfuerzos redistribuidos hace.  Las explicaciones posibles, como ven, son muchas. Si un día me demuestran que el 95 % del éxito irlandés es que bajaron el IS, yo mismo lo defenderé vehementemente para el caso español.

En resumen, qué política fiscal decidamos que queremos es importante para la evolución de la economía española a corto, medio y largo plazo. Experiencias recientes y la evidencia empírica nos dice que no es probable que al bajar tipos podamos recaudar más. Nos queda por lo tanto dos opciones para reducir el déficit. O subimos impuestos para cerrar la brecha, o bajamos gasto. Como ven la decisión no es fácil. ¿Que piensa usted?


20 comentarios

  1. juan dice:

    En realidad, aunque se habla poco, el reto sería implantar en fases un verdadero impuesto a las rentas del suelo, el impuesto más justo tanto desde posiciones marxista como «austríacas» y que en diversas modalidad es una fuente principal de ingresos tanto en países tan distintos como Dinamarca o Hongkong y Singapur.

    No solo se trata de recaudar sino de usar la imposición para desincentivar nuevas futuras burbujas inmobiliarias y el ganar dinero «sin hacer nada», esperando la recalificacioncita de turno.

    • Albricias dice:

      Tengo la impresión de que lo que mencionas de impuesto a las rentas del suelo tiene más de política económica que de política fiscal.

      Dicho esto, coincido al cien por cien contigo. Echo de menos que los gobiernos se tomen en serio una propuesta como la tuya (salvo del Gobierno español; su vinculación al ladrillo y las esperanzas que aún hoy tienen en él son verdaderamente sintomáticas).

      • juan dice:

        Bueno, es que en realidad van unidas. Creo que el futuro pasa por distinguir entre rentas trabajadas y rentas «llovidas» más que por capital vs trabajo y desplazar «la neutralidad fiscal» desde el lado contribuyente al lado administración, es decir no es lo mismo la ganancia obtenida tras producir otros ingresos al estado (IRFPs y cotizaciones sobre empleo e IVA) que la mera ganancia de especular con una compraventa por ejemplo de un activo financiero o inmobiliario. Si el problema es la financiariación de la economía y que cada vez la inversión se aleje más de la economía real la fiscalidad debe ser instrumento de orientar la inversión a lo que permite que el dinero circule permitiendo que todo el mundo pueda vivir.

        • Albricias dice:

          Lo que he querido decir es que no sé hasta qué punto sería un impuesto importante en cuanto a recaudación, pero como política de disuasión seguro que sería muy efectiva.

          Y de nuevo, cien por cien de acuerdo contigo.

      • Dorail dice:

        EL LADRILLO FUE EL DETONANTE, PERO EL DINERO GRANDE ESTA EN OTROS SITIOS.
        MILLONES MENOS EN LA COTIZACIÓN A LA SEGURIDAD SOCIAL
        TRASNACIONALES Y CABILDEROS
        A observar la exportación de capital de Iberdrola ganado en España cobrando en el recibo para generar en Méjico en plantas de ciclo combinado para que la energía sea distribuida por la red nacionalizada.
        Después nos mandaran un recado recomendando que el ultimo que se vaya que apague la luz.

  2. Joaquín Guimbao dice:

    El modelo descrito no tiene en cuenta el volumen del frauda fiscal vía economía sumergida, vía evasión. Es claro que la disminución del volumen del fraude conlleva una mayor recaudación sin necesidad de modificar los tipos.

    • Rodrigo Del Olmo dice:

      Ya esta el bocachanclas de turno dando por sentado que todos los empresarios roban

    • Alatriste dice:

      Aunque eso es innegablemente cierto, también lo es que la lucha contra el fraude no va a producir 5.000 o 10.000 millones de euros para el año que viene… dedicar más esfuerzo a luchar en serio contra el fraude sería muy conveniente (y algo que realmente no espero de Mariano Rajoy ni en sueños) pero los resultados en caso de éxito no serían ni mucho menos tan rápidos.

    • Caloret dice:

      En el sistema de la maximización de beneficios, disminuir los tipos no incentiva a tributar.

  3. Guillem Martí dice:

    ¿Bajamos 1 punto impositivo (devolviéndolo a la sociedad) y además recuperamos un 0,68, de ese punto en recaudación? ¿Donde hay que firmar?

  4. David dice:

    Quizás sea reducir o simplificar demasiado el debate, pero desde mi punto de vista no se ha hecho un esfuerzo suficientemente grande en España de cara a ambas cuestiones (mejorar los ingresos y reducir el gasto). Por un lado, sigue habiendo un porcentaje demasiado alto de economía sumergida (aquí que los expertos lo aclaren; yo he leído cifras que van del 19 al 25%); y por otro, está pendiente una reforma de la administración que racionalice el pecul1iar entramado institucional de este país y que por ende, lo abarate. Tengo dudas respecto a lo que supondría de ahorro eliminar diputaciones provinciales y racinalizar el resto de instituciones, y me genera también algún reparo lo que significaría sacar a la luz todos esos negocios y chanchullos que funcionan al margen del sistema (seguramente habría muchos de ellos inviables si no es en «B»), pero no cabe duda de que mejorarían las cuentas estatales a medio y largo plazo.

  5. Rodrigo Del Olmo dice:

    El artículo me suena un poco dirigido. Un poco en la línea «venga hay que pagar impuestos como buenos samaritanos para tener servicios». La realidad es otra. Sed objetivos

  6. JoséV. dice:

    Una modesta opinión como ciudadano, lego en economía: unificar rentas del trabajo y del capital en una sola tarifa; no reducir gasto, pero priorizarlo en sanidad, educación, y sectores más desfavorecidos; y mayor dotación de medios y personal para la lucha contra el fraude fiscal en todas sus modalidades.

  7. JAVIER dice:

    Pues yo pienso que debe haber una revolución al respecto de los impuestos. Me explico, el Estado Moderno nos hace trabajar entre 4 y 6 meses gratis para mantener una monstruosa superestructura que se retroalimenta.
    esta superestructura es ineficiente en el gasto, lenta y abúlica porque es de mentalidad burocrática y no tiene incentivo, y además es mastodóntica, pero lo más impresionante… además no se les exige cuentas de gestión, porque para eso está la ideología, nube de tinta en la que se esconde el calamar.. como gestores no son los mejores

    ellos manejan mi dinero!!!! y lo hacen con cierta liberalidad… y sin criterio de optimización.. (el dinero no es de nadie) ahí es donde tenemos que poner el foco.
    Si hubiese 100 Arriortuas en el seno de las Administraciones, y se pudiese exigir redención de cuentas a los que llevan mi dinero en el bolsillo, no haría falta tantos impuestos,

    Un mismo hospital se puede hacer con 1000 milloneso con 1.500.000 millones, siendo el mismo hospital…Nadie controla esto de verdad, y ES MI DINERO!!!

    • Molari dice:

      Y sin embargo la realidad dice que la sanidad pública es bastante más eficiente que la sanidad privada para conseguir los mismos niveles globales de salud de una sociedad.

      Obviamente hay derroche y corrupción en el sistema público, y a eso deberíamos enfocar nuestros esfuerzos y no a reducir el sector público como dogma.

  8. jorvine dice:

    En lo que a mi respecta lo tengo claro clarísimo, bajar gastos. Y si se puede bajar también impuestos, o sea, bajar todavía más los gastos. Mis motivos son aplastantes, el dinero es mio y no del corrupto de turno que se lo va a quedar. Siento ser tan egoista pero prefiero ser egoista que tonto.
    Y de paso resolvemos varios problemas de un solo tiro, yo contento, cada uno de los españoles al disponer de más dinero ayuda a incentivar la economía individualmente, menos corruptos al haber menos dinero en la caja de las administraciones públicas, y no solo eso, esos corruptos tendrán que trabajar si quieren aumentar su nivel económico.

  9. Miguel Angel dice:

    Me encanta ver la fé que demuestran los acolitos del individualismo. Son muy grandes (Si están en su derecho de mirar por la rendija y ver solo los defectos del modelo público) loando las virtudes del «privatizacionismo» desde la posición de seguridad que les ofrece un modelo que les cubre las espaldas gracias a que otros carecemos de tanta fé.
    Y sí tenemos memoría, sobre los grandes chascos que los modelos privados provocan y que dificilmente la justicia resuelve, al menos en tiempo y forma.
    Dan ganas de hacerles un pais propio (con medios públicos) y ver su gran exito desde la imperfeción del modelo «expropiador». ¿Que país conocen estos, que pueda funcionar sin presión fiscal que no sea un Paraiso que vive de lo que los demas perdemos por el agujero de la evasión?
    Hoy y aquí, es evidente que no nos llega con lo recaudado para el gasto que existe. Y como recortar el gasto «importante» es socialmente inaceptable (Solo hay que ver las propuestas de la mayoría de partidos con representación) solo queda recaudar más. Y lo que no falla es subir impuestos. El resto de alternativas (Todas deseables, reducir fraude, minimizar gasto superfluo, racionalizar la administración-incluyendo ampliar gasto judicial- pero todas de medio y largo plazo) son lo que esperamos se convierta en acuerdos y pactos de los legisladores que no son nunca para mañana….y esperemos que sí, para pasado mañana.

  10. Ricardolb dice:

    Creo que el debate sobre el tamaño óptimo del sector público está desfasado, la cuestión es más bien la eficiencia del sector público. No olvidemos que la recaudación son recursos económicos que se drenan de la economía privada, entonces ¿Qué parte de estos recursos vuelve al flujo económico?

    Yo creo que el problema en España es que buena parte de la recaudación no regresa a la economía privada, por ejemplo; los intereses de la deuda pública en manos extranjeras, la obra pública inútil, la corrupción… Eso son recursos que no vuelven al flujo económico. El éxito de los países escandinavos no es su sistema fiscal o tamaño público, si no su eficiencia. Se retraen muchos recursos, pero estos vuelven a la economía.

    • Miguel Angel dice:

      Sin duda Ricardo, pero permiteme un matíz. Algunos recursos no pueden revertir puesto que se destinan a servicios sin retorno económico. En casos como la salud, es cierto que mucho de lo que algunos denominan gasto, es inversión en recuperar la disponibilidad física y mental de «un recurso». Pero también es cierto que en ciertos casos es evidente que el retorno no existe como: Cuidados paliativos, atención a Mayores, ofrecer tratamientos sin garantias curativas a enfermos graves….O en educación que, mucha de la inversión (de nuevo no gasto) se dedica a capacitar al individuo para ser útil y productivo. Pero también para su desarrollo personal, que en muchas facetas no tendrá un retorno económico.
      No todo en el «gasto» es inversión…y por supuesto entre la inversión también existe la social (Sin retorno monetario, almenos directo)
      Pero Sí, sin duda la eficiencia (Pública y Privada) es lo que distingue los modelos de exito de los de…. supervivencia.

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