Brexit. El ‘No’ en Colombia. La ausencia de sorpasso. El mundo político ha encadenado una pequeña pero consistente serie de eventos improbables. Y ahora llegan las elecciones estadounidenses. Pese a que la mayoría de encuestas, opiniones de expertos, y modelos (algunos basados en ambos) asignan una probabilidad mayor a la victoria de Clinton, hay un creciente número de voces que hacen la predicción contraria. Sin embargo, me resulta difícil justificar tal postura, y las argumentaciones que he visto me parecen relativamente endebles* o basadas en una selección muy parcial de fuentes. Lo cual me ha llevado a preguntarme: ¿por qué lo hacen?
Gonzalo Rivero decía hoy en Twitter algo que llevo tiempo pensando:
Anunciar que ganará Trump te consagra como gurú y, si fallas, nadie se acordará. La memoria es muy selectiva para estas cosas.
En este caso, los incentivos para lanzar una predicción arriesgada aunque no creas en ella son altos. Primero, encaja bien con la narrativa que se desprende de los eventos improbables anteriores. Segundo, entra en la noción anti-establishment: como los expertos son parte del mismo, es imposible que vean claramente lo que va a suceder. Yo, analista maverick, sí puedo porque estoy libre de sesgo. Tercero, y más importante: esto no es como la fábula de Pedro y el lobo. En la historia, cuando Pedro alerta varias veces de algo que luego no sucede consigue que después, cuando de verdad viene el lobo, nadie le crea. En su libro El juicio político de los expertos, Philip Tetlock llama a esto «falsa alarma», y la contrapone a un «tiro fallido»: el tranquilos, que lo más probable es que nada suceda. Y es que normalmente lo más probable es que nada suceda. Los no eventos también son eventos. No andamos todo el día preocupados por el estallido inmediato de una guerra nuclear, la conquista de Japón por parte de China, o un golpe de Estado en Suecia. Pero la atención pública hacia los no eventos es, lógicamente, inexistente. Tampoco tendría sentido pensar todo el rato en lo que no sucede. Así, en contraste con la retahíla de hechos improbables, lo que sobresale son los tiros fallidos. Y la tolerancia a las falsas alarmas se vuelve mucho mayor: como dice Gonzalo, si fallas, nadie se acordará.
Todo esto lleva a la difícil pregunta de cómo evaluar la capacidad predictiva de una voz o de una herramienta determinada. Es lo mismo que sucedió con las encuestas el 26J. Por un lado, no comparamos con un mundo sin encuestas, en el que ni sabríamos que el PP iba a ganar y C’s quedaría cuarto. Solo nos fijamos en el tiro fallido del sorpasso. Por otro, y quizás más importante, aunque sea justo demandar a esos instrumentos que predigan mejor aquello que es más crucial o donde hay más incertidumbre (porque con escasa información disponible todos sabemos que en Suecia no va a haber un golpe de estado mañana), al final no vamos a ser justos ni ecuánimes evaluando porque vamos a asignar un peso mucho mayor a quien sea capaz de anticipar uno de estos eventos improbables olvidándonos de sus fallos. Y, por tanto, no prestando atención a si el proceso que han seguido para llegar a dicha predicción es consistente y replicable.
Vivimos en un mundo en el que Pedro será el héroe aunque el lobo solo llegue de cuando en cuando.
*Gonzalo Rivero y yo estamos ‘cocinando’ para mañana un artículo comentando precisamente los puntos débiles de la posición mainstream, pero una cosa es señalar esos flancos y otra muy distinta es cambiar mi estimación aproximada de lo que puede suceder. Las probabilidades son eso, probabilidades, y nos sirven para no emitir juicios absolutos.
Yo soy de los que piensa que Trump va a dar la sorpresa (por desgracia). Espero equivocarme pero viendo las tendencias de los sondeos que hubo con el Brexit y lo de Colombia, pues…
Esperando ese artículo de mañana.
Muy de acuerdo con este post.
Los libros de Tetlock son una pasada, se los recomiendo a todo el mundo.
Voy a permitirme corregir la nota que hay en este artículo:
«Las probabilidades son eso, probabilidades, y nos sirven para no emitir juicios absolutos. Y, si lo hacemos bien, para acertar más de lo que fallamos».
Por cierto que cuando se habla de Tetlock y la predicción con probabilidades te toman por aguafiestas
Resultan siempre muy divertidos estos artículos-excusa en los que los Expertos en la Ciencia Demoscópica, Sociológica y Politológica justifican sus continuas meteduras de pata.
¡Que no decaiga!
Seria fácil evaluar la calidad de un experto con alguna especie de ranking. Por cada acierto, sumas puntos; por los fallos pierdes. Considerando fallos lo que salga del intervalo de confianza con 95 o 90 % o alguna medida testable. En las elecciones espanyolas, la mayoria de medios acertó PP, PSOE y Cs pero no Pod.