Internacional

Cuaderno azul desde Estrasburgo

16 Sep, 2016 - - @kanciller

Entre el lunes 12 y miércoles 14 de septiembre he tenido la suerte de poder visitar el Parlamento Europeo y ver en primera línea el Debate sobre el Estado de la Unión. La agenda ha estado cargada de seminarios y reuniones sobre los retos de la Unión, la negociación del Brexit, el TTIP, la multa a Apple…  Reconozco que me divertí tanto como aprendí sobre el funcionamiento de las instituciones europeas (me anoto eso de los «trílogos»). Esto que quiero compartir con vosotros no son más que algunas de las notas que he tomado estos días y que tal vez sirvan para ordenar un poco la cuestión. En todo caso, me vuelvo con la sensación de que la Unión Europea está entrando en una lenta y difícilmente evitable decadencia política, económica y social. Quizá la nota optimista sea que, al menos, están preocupados. Que al menos no me encontré con la orquesta del Titanic.

Una de las mejores charlas del viaje fue la de Paulo Rangel, del PSD portugués y vicepresidente de los populares europeos. Trufada de buen humor y referencias a España, vino a enmarcar los tres ejes de conflicto dentro de la UE. La tomo como punto de partida para hilvanar el contenido de los otros seminarios.

La salida del Reino Unido

El primer asunto tratado fue la gestión del Brexit. Durante su charla Rangel señaló que Alemania siempre ha mirado a Reino Unido por concordancia en las policies (más rigor y liberalismo) mientras que para Francia lo ha sido por politics (contrapeso frente a Alemania). A su entender Francia querría que la negociación de salida fuera rápida y ya busca a Italia como nuevo contrapunto frente a Berlín, pero desde Berlín prefieren que la salida sea lenta para que el polo meridional de Europa no sea tan importante. En todo caso, parece que la cuestión se demorará. Como se nos apuntó en otro seminario Richard Corbett (Laborista), antes de la activación del artículo 50, el de salida de la UE, es necesario hacer un listado de materias a tratar y que Reino Unido tome posición ¿Establecerá Reino Unido agencias nuevas para cada cuestión regida por agencias europeas? ¿Adoptará regulación propia? Las materias a tratar son ingentes y va para largo.

A grandes rasgos los conservadores británicos deben tomar una decisión que no es fácil. Tal como nos señaló Ramón Jáuregui, de los socialistas, si el Reino Unido quiere salirse de la UE pero permanecer en el Mercado Común – una especie de independencia post-moderna – no le queda más remedio que aceptar las cuatro libertades fundamentales: mercancías, servicios, capitales y trabajadores. Como os podéis imaginar, dado el tema de la inmigración, esta última es la más conflictiva de asumir. De no darse el caso, el Reino Unido debería salirse totalmente del Mercado Común, con las consecuentes barreras arancelarias, aunque pudiera haber sectores concretos de acuerdo. La última salida implica mayores pérdidas económicas que la primera, pero también mayor autonomía. Es justamente entre estas dos posturas donde hay discrepancias a ambos lados del campo.

Los conservadores británicos, crecidísimos en los sondeos, están divididos sobre si seguir la línea dura – no aceptar los cuatro puntos anteriores y salirse aunque eso suponga pérdidas económicas – o una más conciliadora – aceptar las condiciones comunitarias. En todo caso, la idea de un nuevo referéndum está olvidada pero no así la de hacer uno sobre el acuerdo final de salida de la UE. Esta es la bala que se guardan algunos. Si el acuerdo final no fuera ratificado, los años de negociaciones se irían al traste pero los británicos seguirían dentro. En el otro campo, los estados de la UE se dividen sobre lo mal que se lo quieren hacer pasar a Reino Unido. Es un juego de señalizar los costes que tiene salirse, sobre todo cuando puede haber una cascada de referéndums en Países Bajos o Francia, ambos con elecciones el año próximo. Un juego que se debe tensar lo justo para no incurrir en pérdidas económicas en la Europa Continental.

Sea como sea, está claro que como reconocen tanto Jáuregui como Daniel Hannan, de los conservadores británicos, Europa va inevitablemente a un modelo de diferentes niveles de integración, estando en el núcleo los países de la zona euro. Aunque, sinceramente, me quedo con la impresión de que es un espejismo pensar que dicho núcleo se va a integrar más tras este shock. Los tiros parecen ir más bien por echar el freno.

Soberanismo y refugiados

Una segunda y emergente línea de fractura dentro de la UE es el que se genera a partir de los países de Visegrado, conformado por Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia. Estos países plantean ir a un nuevo soberanismo nacionalista, claramente orientado a resistir la integración y apertura de los países más occidentales de la Unión. De hecho, en algunos casos se plantean directamente conformar democracias iliberales, lo que supone una amenaza de mayor magnitud. Este bloque es el que se ha opuesto de manera más viva a la búsqueda de un acuerdo común en materia de refugiados.

Como nos contó Cecilia Wikström, de los liberales suecos, la Convención de Dublín es el mecanismo de solicitantes de asilo de la UE, pero ha ido fracasando en sus sucesivas versiones. Con la llegada de casi un millón y medio de refugiados los últimos años – de los cuales un millón sólo ha sido acogido en Alemania, algo que merece la pena recordar – la respuesta de los socios ha sido ir suspendiendo la aplicación el tratado ¿Y cómo funciona en esencia Dublín? Las cuotas de refugiados se establecen en base a el PIB y la población de los miembros y se supone que una vez un país llega a una cuota máxima se comienza a distribuir. Un reto logístico monumental y para los países miembros han hecho bastante poco por poner los medios. Además, sin incentivos ni sanciones para que cumplan, era bastante inevitable que así fuera.

Wikström insistió mucho en los valores humanitarios de la Unión Europea y recordó que, al fin y al cabo, la política de asilo – que supondría 30 personas por cada municipio de más de 10.000 habitantes de Europa – es una política ganadora para todos. En especial para las zonas más despobladas de nuestros países cara a mantener servicios públicos. También se mojó y consideró ilegal el tratado con Turquía, e incluso denunció la idea que algunos plantean de hacer algo parecido con el estado fallido libio. Su energía y compromiso con la materia era total y por principio se negó a cerrar el mundo a la movilidad de las personas. Fue extremadamente crítica con el papel del Consejo en toda esta materia.

Sobre esto último me quedo con una queja legítima del eurodiputado Jonás Fernández. Si alguien ha intentado impulsar una política común de asilo ha sido la UE y la Comisión. Si ha fracasado esta política ha sido más bien por el bloqueo de los estados, por una Europa que ha dejado sola a Alemania en esta materia. Por eso dijo que tras el vergonzoso tratado con Turquía los ayuntamientos en España no deberían haber arriado la bandera comunitaria. Lo que deberían es haber arriado la española. Y razón no le falta.

La complicada integración fiscal

La tercera gran línea de conflicto es la que se plantea a propósito de la integración fiscal y la división Norte-Sur. Rangel se encargó de recordar que al fin y al cabo no existe verdadera soberanía monetaria fuera del euro – todas las monedas están ligadas al BCE. Auto-titularse soberano suena muy bien, pero su ejercicio real ya es otra cosa. En cualquier caso, insistió en que los países del norte no se fían de más integración (a pesar del avance de la Unión Bancaria) porque temen que el sur se siga desviando de las reglas. Por su parte, el sur sí pide integrarse más pero relajando los criterios de austeridad. Y mientras, como recordaba el eurodiputado Ernest Urtasun, del grupo Verde, lo que tenemos es una crisis social que está destruyendo los sistemas de partidos europeos, aumentando el euroescepticismo y desgastando la Unión.

Como se pudo escuchar en diferentes foros, la Comisión Juncker trampea de manera evidente las reglas para dar cierto respiro al sur y, no en vano, eso hace que su presidente esté en el punto de mira de Alemania. Esta legislatura, todos coinciden, está siendo de parálisis y en general no hay muchas expectativas con la cumbre de Bratislava. Aún así, con el caso Apple como telón de fondo, Pablo Zalba, de los populares, veía con buenos ojos la idea de mayor armonización fiscal en la UE dado que en esa cumbre se discutirá una base imponible común para el impuesto de sociedades. Sin embargo, para Paloma López  de Izquierda Unida, es más que probable que se vaya a hablar más de integración en Defensa, un tema menos divisivo. Algo que la entristecía ya que la ventana de oportunidad de opiniones públicas favorables, tanto a ser duros con las empresas que no cumplen como a más unión fiscal, empieza a cerrarse. En esa línea, Jaúregui insistió en le pilar fiscal y la hacienda Europea aunque Ramón Tremosa, de los liberales, rebajó las expectativas de integración, no viendo como algo necesariamente negativo la competencia fiscal dentro de la zona euro.

El lamento fue generalizado por cómo hasta la tasa a las transacciones financieras, que era idea de la UE y le podía haber dotado de ingresos propios, fue secuestrada por los estados para sí. El debate fiscal, que también se complementó con otro del TTIP sobre las ventajas o no de dicho acuerdo, dejaban en el aire dos preguntas sin respuesta. De un lado, la posibilidad o no de buscar regulaciones comunes a la globalización (o la gobernanza de la zona euro) cuando tienes políticas nacionales en colisión. Del otro, si hay compensaciones para los perdedores de una mayor integración (comercial o monetaria) de modo que sea sostenible. No vi respuestas claras a ningún lado del arco político.

¿Algo de margen para el optimismo?

Tras esta experiencia en Estrasburgo vuelvo con la percepción de que la magnitud de los retos hace que sea muy complicado salir del túnel. El calendario electoral además hace que con Matteo Renzi en la cuerda floja y elecciones francesas, alemanas y en Países Bajos el año próximo sea difícil maniobrar. Las opiniones públicas, por razones y por conductos diferentes, están votando repliegue nacional. Este hecho es incontestable, y es por lo tanto muy probable que el proyecto europeo entre en barrena. Por más que sea indudable que no estamos en 2010 y se ha avanzado mucho para evitar caer en los mismos errores que el pasado, las heridas están a flor de piel. La desigualdad dentro de los países es mayor, las divergencias entre ellos también lo es, la unión fiscal es complicada de montar, Reino Unido se va y el Este quiere desandar camino.

Decía Séneca que para un barco que no sabe a qué puerto se dirige ningún viento le será favorable. Eso es exactamente lo que ocurre en la UE aunque con algunos matices. El matiz que supone tener tantas crisis tal vez sea la oportunidad para poder negociar arreglos en diferentes mesas, más espacio para la transacción. Que los límites del soberanismo en la práctica los hemos visto y que no queda mucho más remedio que pensar a fondo cómo meter mano en este entorno global. Que aún con las dificultades, las instituciones tienen gente de muchísimo talento y valía. Que tal vez ahora en la UE se enteren que con un discurso de “valores” no se va a ninguna parte, que aquí hace falta cosas concretas. Tal vez todo eso sean oportunidades para moverse fuera de este equilibrio perverso. Porque tal vez, pese a todo, merezca la pena intentar salvar la Unión Europea, aunque sea de ella misma.


22 comentarios

  1. EB dice:

    Hablaron de muchas cosas pero no del tema común a todos los países miembros y que está marcando la dirección y la velocidad de la UE. Me refiero a la agonía del Estado de Bienestar primero y ante todo por los excesos del pasado (la política ha favorecido que se tomaran compromisos que no se podrán cumplir) y segundo por el bajo o nulo crecimiento económico que puede anticiparse. ¿Cómo renegociar esos compromisos? ¿Cómo crecer? Ni una palabra. No me extraña en una reunión con muchos políticos socialistas, todos «expertos» en promover el modelo andaluz y marear la perdiz.

  2. Javier dice:

    Muchas gracias por compartir con todos tus impresiones, Pablo.
    Me preocupa que tus sensaciones tras la visita sean tan sombrías. ¿Estamos viendo simplemente como se cumple con crudeza el trilema de la política internacional de Dani Rodrick?

  3. Carlos3 dice:

    La Unión Europea, de tan ridícula que es, sería hasta graciosa de no ser por todo el daño que ha hecho a tantísima gente inocente en nombre de ese estúpido eslogan de «más Europa». Estúpido y mentiroso eslogan, porque Europa será lo que mande la geología; otra cosa es que en realidad con eso quiera decirse «más Unión Europea» (más eurofuncionarios que no saben hacer la o con un canuto, más gastos absurdos, más políticas crueles, más eurodiputados, más asesores de eurodiputados…).

    El euro ha sido el gran fracaso social y económico, en nombre de una discutible idea política. Gran fracaso económico y social que ha dejado una burbuja y millones de parados en España, a Italia absolutamente desindustrializada, a Francia paralizada, y a Grecia destruida. ¿No parece un gran logro, verdad? Y hubo muchos economistas que lo advirtieron y lo advierten, de todas las tendencias ideológicas, desde un Stiglitz hasta un Fernández Villaverde. Y lo mejor del caso es que igual es peor salirse del euro, o eso dicen. ¡Una buena estafa piramidal!

    ¿Y la Unión de la defensa de que se habla en el artículo? ¡Es la guerra! ¿Por qué no se establece un debate previo sobre si a España le interesa o no? No es algo abstracto, es si a los que vamos a pagar (y quizás sufrir) ese engendro nos conviene o no. Personalmente, no veo el más mínimo motivo por el que si Letonia tiene algún problema con Rusia, España deba pintar algo. Y puesto que es un escenario posible, se debería argumentar bien (y antes de que nadie me repique, me vale para la OTAN, también).

    La integración europea no causó mayores problemas mientras pretendió ser simplemente un instrumento para la paz por medio del comercio. Era un objetivo sin duda más modesto que la «unión política» (y crea menos empleos para enteradillos en Bruselas, eso sí), pero se demostró más eficaz, más realista y más beneficioso para las vidas de las gentes de Europa que este caos económico y político en que estamos. Quizás habría que pensar en avanzar hacia un modelo similar ahora. Lo que no puede ser es que tengamos ahora unos Estados que han perdido competencias (y capacidades) para hacer sus tareas básicas (modificar el tipo de cambio, dar ciertas ayudas, proteger las fronteras…) sin que por otro lado eso sea suplido por el «super Estado» que se supone que debería quedar a cargo. Estamos en una tierra de nadie muy peligrosa, y muy nociva.

    ¿Pablo, nadie en Bruselas se plantea estas cuestiones, ni siquiera como hipótesis? Lo único que están consiguiendo a base de obviar la posibilidad de volver a algunas estaciones más atrás en la integración es dejarle el campo abierto a radicales de un lado y de otro (Amanecer Dorado, Izquierda Unida, Frente Nacional, Podemos, Jobbik y similares). Es muy peligroso que la única alternativa bruselense al «más Europa» sea simplemente parar, tomar aire, y seguir. Muy peligroso y muy intelectualmente cerrado. Y ojo, no lo digo por tu artículo, que me ha parecido un relato bien interesante.

    Un saludo.

    • Estilpon dice:

      Es un poco largo, pero desde el momento que culpas al euro de los problemas griegos (y no a las políticas de los griegos), tu argumento cojea. Después he visto por ahí que si «Letonia tiene un problema…». Obviando que Letonia no tiene ningún problema con Rusia, es Rusia quién tiene un problema con conformarse con sus fronteras, eso sí me genera un problema a mí, y sobretodo, no tengo muy claro que tipo de asociación desea si plantea abandonar los socios a su suerte.

      • Carlos3 dice:

        Hay asociaciones de muchos tipos. Ser miembro de la Unión Postal Internacional no conlleva prestar asistencia militar a otro socio en caso de que sufra una agresión :p Pienso que no es razonable que dos países que no comparten nada, como ocurre con España o Letonia (lo puse de ejemplo, me vale igual para Suecia, Chipre y demás), deban comprometerse mutuamente hasta ese punto. Por eso la Unión Europea debería prescindir de cuestiones políticas de ese nivel.

  4. Lluís dice:

    Como eurófilo desencantado, me gusta el artículo, y quisiera añadir algunas cosas.

    Soy eurófilo, no sólo porque la idea de la UE haya podido aportar paz, sino también porque creo que los estados nación europeos, especialmente los grandes, tienen un tamaño poco adecuado para el mundo que ellos mismos ayudaron a crear durante los últimos siglos. Fueron instrumentos útiles en su tiempo, pero hoy en día son demasiado pequeños para ejercer soberanía efectiva y demasiado grandes para gestionar muchas cosas (de ellos, sólo Alemania con su amplio federalismo se escapa un poco en lo último).

    Lamentablemente, debo admitir que el proyecto de la UE, que en última instancia debería llevar a la construcción de unos Estados Unidos de Europa, lo veo cada vez más complicado de realizar; no sólo porque se haya hecho mal en muchos aspectos (que también), sino porque no existe un Demos europeo fuerte, mientras que las viejas naciones se resisten a morir.

    Entre otras cosas, la multiplicidad de lenguas en Europa es un impedimento a tener un mercado laboral unificado eficiente; y esto es una diferencia con los EEUU que no podemos ignorar: la creación de un estado similar en Europa, implicaría que siempre habría más ineficiencias en el mercado laboral. Lo digo pensando en el euro, uno de cuyos requerimientos para funcionar correctamente sería la movilidad de trabajadores en función del ciclo económico. Más allá que los países no quieran libertad de movimientos de trabajadores de la UE como el Reino Unido, es que mucha gente no va aprender sueco, polaco o alemán en 3 meses aunque quiera.

    Finalmente, se han hecho los tratados de forma que retroceder sea extremadamente complejo, supongo que para evitar tentaciones en este sentido (como el artículo 50 que el Reino Unido tiene que invocar). Asimismo, el euro por su naturaleza es muy complicado de abandonar sin desastres de por medio. Temo que estas dificultades de deconstrucción no provoquen que este proceso se impida, sino que se acabe haciendo de forma radical, desordenada y potencialmente catastrófica.

    Al final, y probablemente sea una solución subóbtima, creo que se va a volver a los viejos estados nación. Algunos de ellos optarán por políticas más o menos abiertas, al menos en mercados de bienes y servicios (pienso en Islas Británicas, Benelux, Escandinavia, Alemania, parte del antiguo bloque comunista).

    Otros fácilmente pueden convertirse en campeones del proteccionismo (Francia), algo que España sufriría en forma de aislamiento, lo quiera o no. Si al final fuera así, ya pueden los agricultores del corredor mediterráneo espabilarse en buscar alternativas, porque Le Pen no dejaría pasar ni un camión de fruta y verdura. Y otros como los bálticos, pues lo tendrían realmente mal, porque quedarían a merced de Rusia.

    • M. Oquendo dice:

      Me parece excelente su comentario y, dentro de él, una raramente planteada cuestión: La falta de un «demos» europeo. Evidente: No demos, no Europa.

      Desde la postguerra se han invertido todos los dineros que hizo falta en construir neolenguas –caso del Eusquera Batua y del Gallego hoy conocido como «castrapo»–cuya función real ha sido fragmentar demos nacionales y revitalizar lenguas desfallecidas minoritarias.

      Se utilizó para ello todo tipo de recursos, de coacciones y de presiones. Una masiva operación de Ingeniería social que ha degradado a muchísimos alumnos obligados a perder la autoestima de sus raíces. En España y en otros lugares.

      La UE mantiene incluso un proceso de Auditoría para validar que esas lenguas –que nos debilitan y fragmentan como europeos– reciben toda la atención posible so pretexto de «diversidad». ¿Una lacra bíblica transformada en virtud?

      Mientras tanto se han ido destrozando leguas como el Latín que la generación de Doctores y Bachilleres de estado, europeos, dominaban como lengua franca. Sus tesis de doctorado eran en latín en muchos países de Europa. Hasta finales de los 50 cuando se comienzan a cambiar y debilitar los planes de estudio.

      Las autoridades educativas (y la Iglesia) lo han ido paulatinamente mandando el Latín y el Griego «al carajo de la historia». Es decir: dos lenguas demostradamente vivas se eliminan.

      ¿Cómo va a haber un «Demos europeo» si la ciudadanía de Europa, de punta a punta, no puede entenderse ni habla una lengua común? ¿Hemos perdido el juicio?

      Con esta Dirigencia ¿Quién necesita enemigos?

      La propia UE ha ido asegurándose de que Nunca Podría Haber un Demos Europeo.

      Piénsenlo: Para Fragmentarnos políticamente no se ha escatimado dinero.
      Mientras tanto se ha destrozado lo que podía unir –y de hecho unía–.

      Europa nace muerta porque en realidad es una Colonia y de tener una lengua le toca la del Imperio.

      ¿Es esto Diseño o es Azar?

      Pues si se leen la introducción del Libro de Brzezinski…………… «The Grand Chessboard» comprobarán que ha sido…………. diseño.

      Saludos

  5. M. Oquendo dice:

    Muchas gracias al Sr. Simón
    El resumen que hace de Rangel me parece representativo de «lo que circula».
    También me parece muy acertado lo que comenta EB: Ni una palabra de los problemas de verdad y mucho discurso accesorio. Refugiados, empleo (¿sin hablar de industria, ni de independencia del imperio?), etc

    Hoy he comido con una diputada de Estrasburgo. Tras la comida revisamos la posición de su grupo político, unas 20 páginas, y, de nuevo, la misma sensación.
    Una indudable cerrazón en no revisar errores clarísimos. Como si no existieran y el interés de funcionarios y parlamentarios fuese mantener sus intereses.
    La gente, no contamos ni para las encuestas. El sistema da por sentado que somos un problema manejable y no muy importante.

    Sobre los refugiados todos los partidos saben que los hemos creado nosotros y en primer lugar los citados países del Este, Los Nórdicos, Inglaterra y Francia que con su política ciegamente Pro-USA en estas guerras primero las montan y luego se escabullen de sus consecuencias.
    Creo, con el autor, que esto, antes de enderezarse (ojalá) va a empeorar un montón y a lo mejor todos estaremos mejor de «Países Asociados». Como se espera que pase con UK y Turquía.
    Saludos

  6. Emilio dice:

    Y mientras en este país tantos mirándose su ombligo, sea este madrileño, catalán, andaluz o de cualquier otra comunidad. La política a ras de suelo.

  7. EB dice:

    Recién leo esta columna

    http://www.the-american-interest.com/2016/09/14/the-dangerous-idiocy-of-global-leadership/

    que no se refiere directamente a la UE pero sí ayuda, y mucho, a entender el gran fracaso de la UE. No debió haber nacido en el siglo 20 porque ya era previsible lo que ha pasado –si salió adelante fue por la ambición personal de algunos «líderes» europeos en un momento en que no había resistencia organizada a la concentración de poder a que espiraban esos hipócritas. Y en el siglo 21 se destruye porque va en contra de todo lo que las grandes mayorías de los países miembros quieren de la política, esto es, «líderes» de lo que esas mayorías perciben como sus comunidades y que a lo sumo incluye la totalidad del territorio del estado-nación (en algunos casos, como España, sus comunidades son dos o más). Hoy los intereses creados alrededor de la UE con sus órganos políticos y su gran burocracia hacen difícil su rápida eliminación pero son prueba clara de por qué no debería existir.

  8. Minded dice:

    Sólo hay que ver la diferencia entre lo que opina la eurodiputada Cecilia Wikström sobre los refugiados, y lo que opina la inmensa mayoría de los eurociudadanos sobre los refugiados, para darse cuenta del abismo que separa a los gobernantes de los gobernados.

    Y para darse cuenta del futuro de la Unión, claro.

    • heathcliff dice:

      Los eurodiputados están ahí para salir guapos en las fotos, y hablar mal de lso refugiados hace feo.

      Si tanto nos gusta la democracia, hagamos un referéndum sobre el tema de lso refugiados y veréis qué risas nos echamos.

      • Minded dice:

        Sería un referéndum iliberal, y el resultado sería iliberal al cuadrado populista doblemásnobueno, así que no interesa a doña Cecilia y sus congéneres

        • Carlos Jerez dice:

          Pues a lo mejor os llevabais una sorpresa.

          Me encanta vuestra solidaridad. ¿Os imagináis en una situación parecida a la de los refugiados? Anda que no tenéis guasa.

          • Minded dice:

            ¿A cuántos refugiados has acogido en tu casa? En la tuya, no en la del albergue de tu barrio.

            A ver esa guasa que no se puede aguantar…

          • alvaro dice:

            El 90% de los refugiados son hombres. Un inmensa mayoría jovenes. Yo no me imagino una guerra en España y los españoles buscando refugio en catar dejando en la guerra a sus mujeres e hijos….

  9. Minded dice:

    En cuanto a la «democracia iliberal» que menciona Pablo Simón, hay que destacar una vez más que, para los progres, la democracia es maravillosa y un faro de libertad y sabiduría si, y sólo si, el pueblo hace lo que dicen dichos progres.

    En el momento en que el pueblo no sigue el dictado de los progres, la democracia se convierte en demagogia, y entonces es una mierda a la que no hay que hacer el menor caso.

  10. EB dice:

    Días atrás, Nassim Taleb publicó esta columna en Medium

    https://medium.com/@nntaleb/the-intellectual-yet-idiot-13211e2d0577#.xx8qgkfrw

    que ayuda a entender a quienes hoy insisten en rescatar a la UE.

    Por poco más de un mes Taleb ha estado publicando columnas en Medium y se pueden acceder vía

    https://medium.com/@nntaleb

    • M. Oquendo dice:

      Muchas gracias, EB. También por el enlace a «The American Interest». Finalmente todo lo comentado contra marea mediática de la ortodoxia durante los últimos años, censurado en tanto medio sistémico, comienza a ser asumido.
      Un saludo

  11. Minded dice:

    Y mientras, Merkel acaba de recibir otro tremendo bofetón en favor de la ultraderecha: esta vez en Berlín, donde acaba de caer al nivel de un PSOE cualquiera.

    Eso sí: la Gran Canciller se ha apresurado a repetir que no piensa cambiar de política. Cuando los votantes la echen y destruyan su partido, siempre podrá irse a tomar un café con Cecilia Wikström, y discutir sobre la maldad de esa gente que no las comprende.

  12. Juanmari dice:

    Creo que este párrafo no es correcto
    «En todo caso, la idea de un nuevo referéndum está olvidada pero no así la de hacer uno sobre el acuerdo final de salida de la UE. Esta es la bala que se guardan algunos. Si el acuerdo final no fuera ratificado, los años de negociaciones se irían al traste pero los británicos seguirían dentro»
    Me parece que una vez activado el artículo 50 hay un límite temporal de dos años para negociar salvo que la Comisión decida ampliar el plazo. Luego los tratados dejarían de aplicarse en el Reino Unido. Y se ha dicho, por activa y por pasiva, que no se negociará nada antes de la presentación formal de la activación.

  13. Gerion dice:

    «Estado fallido libio»… Igual alguien decide informarse sobre lo que era la Libia de Gadaffi, y lo que es ahora gracias a la intervención democrática de Occidente.

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