Internacional

El extraño mundo de la nueva izquierda

20 Jul, 2016 - - @egocrata

Ayer Donald Trump conquistó oficialmente la nominación del partido republicano a la presidencia de Estados Unidos. Como prácticamente todos los analistas del país, esta es unas frase que nunca hubiera imaginado que pudiera hacerse realidad; es realmente algo que casi nadie se esperaba hace un año. Hace un par de meses repasé por qué me había equivocado. Hoy, sin embargo, vale la pena añadir otro factor: un cambio tectónico en la composición del voto según nivel educativo.

En contra de la percepción habitual, los votantes americanos siempre han votado  siguiendo líneas de clase social. Los votantes con pocos estudios o sólo con educación secundaria tendían a votar demócrata, los votantes con educación superior republicano. La aparente paradoja que los estados más pobres fueran más conservadores que los más ricos no era fruto de la falsa consciencia de clase de los blancos pobres del sur, sino del hecho que las clases medias y acomodadas del norte y las costas eran comparativamente menos conservadoras.

Esto parece que está cambiando. Pew publicaba hace unos días esta encuesta sobre identificación ideológica según nivel educativo, con resultados francamente curiosos (recordad: liberal en Estados Unidos quiere decir progresista):

College

El nivel educativo (que en Estados Unidos, como en todas partes, está fuertemente correlacionado con nivel de ingresos) tiene ahora una relación inversa con la posición ideológica de los votantes. La gente con más ingresos es más de izquierdas.

Esto, además es nuevo. La inversión ideológica de los votantes según nivel educativo es algo que sucede hace relativamente poco, a principios de sigo, y se refuerza extraordinariamente en la era Obama:

College2

No estoy del todo seguro sobre qué motivos hay detrás de este cambio, aunque los datos en el estudio dan algunas pistas. Para empezar, las diferencias generacionales son considerables; los milenials son bastante más progresistas que la generación X, que a su vez son bastante más progresistas que los baby boomers. Las generaciones recientes tienen de media un nivel educativo más alto, así que las cifras por nivel educativo seguramente esconden franjas de edad. Es posible que las batallas sobre derechos civiles (libertad religiosa, matrimonio gay) hayan alejado al movimiento conservador americano los votantes mejor educados.

Sea cual sea el origen de este cambio en la distribución ideológica, lo cierto es que su mera existencia explica en parte el éxito de Donald Trump en las primarias republicana y abre la puerta a un realineamiento de los dos grandes partidos.  Estos cambios, además, no son algo específicamente americano, sino que los estamos viendo, en mayor o menor medida, en otros lugares.

Empecemos por Trump. Una de las regularidades presentes en todas las encuestas es que el ya candidato republicano saca peores resultados entre licenciados que entre aquellos que no tienen educación superior. Los sondeos indican que puede ser el primer candidato republicano en 60 años en perder entre votantes blancos con título universitario. Los demócratas llevaban décadas perdiendo entre votantes blancos sin educación superior, así que nada nuevo, pero el margen de derrota este año es aún mayor de lo habitual.

Donald Trump, como he comentado alguna vez, no es un candidato conservador al uso; su programa electoral (lo de «programa» es ser generoso) incluye multitud de desviaciones sobre la ortodoxia del GOP en temas como libre comercio, política industrial o cuestiones culturales. Este (relativo) centrismo en algunos temas le ha hecho especialmente atractivo entre votantes sin estudios universitarios, que tienden a ser más centristas los conservadores que sí la tienen, y parecen ser mucho menos receptivos a su mensaje.

¿Por qué Trump va consistentemente por detrás en las encuestas*, entonces? La respuesta es, en este caso, la cuestión racial. Entre un 25 y un 30% del electorado americano no es blanco, y no pueden ver al partido republicano ni en pintura. El mensaje de Trump es un populismo profundamente imbuido en resentimiento racial, apelando de forma incesante a cómo la inmigración y el cosmopolitismo están cambiando el país, y como las élites de Washington han abandonado la clase obrera (blanca). Esta retórica puede ayudar a ganar votos en ciudades postindustriales del medio-oeste donde nunca han visto un inmigrante, pero es absolutamente demoledora cuando te diriges a otros grupos. En un país relativamente homogéneo el echar la culpa a los inmigrantes, la globalización y los burócratas de Bruselas de tus males puede movilizar suficientes votos obreros como para compensar la pérdida de hipsters universitarios internacionalistas. En Estados Unidos los números no cuadran.

En todo caso, el realineamiento que vemos en los datos de Pew dejan a la izquierda en una posición curiosa. El partido demócrata, del 2008 en adelante, es cada vez más una coalición entre clases medias y medias altas blancas que abrazan el cosmopolitismo, secularismo, derechos civiles la diversidad y los productos orgánicos y minorías hispanas, negras y asiáticas que más que cosmopolitas detestan el etnocentrismo del GOP. El programa económico demócrata sigue siendo bastante más redistributivo que el republicano, pero la coalición que lo sostiene incluye grupos que no se ven beneficiados por ella. Es una combinación que ha funcionado bien al menos desde el 2008, pero no estoy seguro que sea del todo estable.

Por fortuna para los demócratas, la coalición republicana a la que se enfrentaban resultó ser aún más contradictoria, y el partido ha acabado siendo nominado por un populista que rechaza el cosmopolitismo. Eso no quiere decir, sin embargo, que la izquierda americana no tenga que empezar a plantearse qué aspecto va a tener el programa electoral del partido en el futuro, y afronte su creciente incapacidad para representar un segmento considerable de los votantes con menos ingresos.

Fuera de Estados Unidos, empiezo a sospechar que estos cambios ideológicos los estamos viendo en otros lugares, especialmente en Reino Unido y Francia.  En España quizás acabemos dos ejes, cosmopolita-proteccionista y derecha-izquierda, aunque la inmigración, por motivos que se me escapan, nunca ha acabado de emerger como tema político urgente.

Lo que me parece claro es que las viejas coaliciones políticas están cambiando. Falta saber cómo acabaremos definiéndolas.

*Los sondeos son básicamente irrelevantes hasta pasadas las dos convenciones. Hasta mediados de agosto no les hagáis caso. En vista del amateurismo galopante de la convención republicana hasta ahora es difícil decir si va a ser de demasiada ayuda.


18 comentarios

  1. Carlos Jerez dice:

    Roger, yo si que recuerdo la inmigracion como un punto importante del debate politico en España durante la epoca del boom. Aunque no tanto como lo es ahora en Europa y EEUU.

    En cuanto al proteccionismo comercial y politicas industriales como ejemplos de politicas de izquierda me parecen parcialmente erroneos. Sin duda parte de la izquierda las defienden pero sus efectos suelen ser contrarios a los objetivos de la izquierda. Es algo asi como decir que la dualidad laboral es de izquierdas.

    Todo esto acaba por dar la sensacion de que Hillary y Trump tienen posiciones ideologicas no muy diferentes, cuando en realidad estan muy alejadas.

  2. Borrado dice:

    Ad hominems al autor.

  3. Deus ex Machina dice:

    ¿Cómo no van a dejar de votar al GOP los ciudadanos con estudios superiores? Desde hace años los republicanos han tenido una deriva antihechos, antirealidad, anticiencia, antitodo que una persona con unos mínimos estudios no puede dejar de ver como absurdos.

    • Carlos Jerez dice:

      Toda la razón. Por supuesto es una simplificación, hay de todo en ambos partidos, pero el rechazo a la ciencia y el fact-checking ha llegado a cotas increíblemente altas en el GOP. Krugman se refirió a esto afirmando que el centro-izquierda es el que más cerca stá de los hechos, algo que tampoco gustó a los fans de Sanders.

      • EB dice:

        Carlos, por favor PK gusta manipular teorías y evidencia para satisfacer a los editores del NYT. Ya hace tiempo que PK dejó la academia y cualquier pretensión de seriedad (lo que por supuesto no implica que no siga cobrando un gran sueldo de una universidad).

        Si usted quiere evidencia de que la izquierda siempre y en todo lugar ha ignorado lo que contradice sus creencias le invito a revisar lo que ha estado pasando en Chile desde que asumió la Sra. Bachelet en marzo 2014. Todas y cada una de sus reformas ignoran la fuerte evidencia en su contra.

        Además, le invito a revisar la discusión sobre los aumentos de los salarios mínimos en EEUU a 15 dólares por hora. Verá usted quiénes niegan la teoría económica que han estado enseñando por décadas y quiénes la reafirman tanto por su lógica como por la abundante evidencia.

  4. Alex N. dice:

    Estoy con el «cosmopolitismo» el libre comercio, y contra el proteccionismo. Pero que están dejando por el camino a millones de seres humanos. Como con los que también quedaron por el camino cuando se inició la famosa Revolución Industrial y cuyos sufrimientos inspiraron a los socialistas decimonónicos. ¿Pero recién ahora nos damos cuenta de la existencia de esa gente? «Abrazada a su Biblia y su fusil» como ya hace 8 años dijo más o menos Barak Obama. Porque si bien el índice de desocupación americano es más o menos del 5%, el porcentaje de los que ha renunciado a buscar trabajo y por ende no aparece censados anda alrededor del 15%!
    ¿Porqué ganó el Brexit? ¿No fue acaso porque las antiguas zonas industriales que votaban a los laboristas lo acompañaron? Pero bueno nos preocupamos del matrimonio homosexual, los derechos de los LGBT y de la inmigración y nos olvidamos del resto (ojo, no estoy en contra) pero creo que tratar de resolver la situación de los que están quedando por el camino es de la máxima prioridad. Después no se quejen de Le Pen, Pegida y otras malas yerbas.
    Otra anotación: El mal llamado voto latino está concentrado en 3 o 4 estados ya definidos, no es decisivo para la votación (no es necesario sacar mayoría de votos para ser presidente en USA). La situación general de la minoría afro en USA ha retrocedido en estos últimos 8 años, por eso la actual ebullición.
    P.S.: No me salgan pidiendo las fuentes de mis aseveraciones, es una breve intervención, no una tesis académica, de alguien que ve venir la tormenta y le da fastidio que nadie reaccione

    • Paco dice:

      Disculpa. No entiendo qué tiene que ver el que se respete y proteja a las peronas con otra horientaciones sexuales con lo que tu llamas «el resto».

      Esa distinción es lamentable… Los gays pueden ser universitarios o no tener estudios. Pueden ser de una zona industrial dreprimida o no.

      Háztelo mirar.

  5. durruti77 dice:

    Por fin la evidencia científica lo demuestra: ser de derechas se cura estudiando, aleluya!!
    Lo del PP en España debe ser por la mala calidad de la educación, sin duda…

  6. M. Oquendo dice:

    Me parece un buen artículo de Roger. Otro más.

    1. Refleja lo advertido por Westen, Drew, en «The Political Brain» hace unos ocho años: el voto en gran medida sigue lineamientos de pertenencia grupal puramente instintivos/reflejos/emocionales. Pavlov vive y se expande. La Democracia de Masas es su caldo de cultivo perfecto.

    2. Los ejes Izquierda/Derecha siguen actuando emocionalmente y por ello perviven con independencia de la situación material objetivable.

    3. Las élites de la economía global de servicios son winners o aspirantes a serlo. Por tanto votan por quien les ofrezca dicho horizonte. Sigue fuerte la burbuja de Student Credit. Multiplicada por 2.5 en menos de 10 añitos. Nunca podrán pagarla.

    4. La mano de obra subvencionada para servicios subprime (mano de obra local e importada) se asimila al sistema clientelar de la vieja izquierda a las órdenes y el servicio de la élite que vive de la globalización. Pork barrel politics, as usual.

    Por esta razón en todo Occidente vemos a la vieja izquierda a partir un piñón con las élites globalizadoras y forzando políticas fuertes de inmigración. El horizonte real es el mismo: Elysium y un Lumpen subvencionado por Sí mismo.

    Da igual si el Elysium es Leninista, Maoísta o de la síntesis Rockefeller-Rand. El efecto neto es el mismo.

    Mientras tanto, la vieja derecha se va haciendo consciente de que en ese mundo que viene no tiene sitio. Entonces se chuta otra vez y se vuelve a amodorrar hasta que le llegue la sedación terminal.

    De vez en cuando viene un Trump a despertarlos del sopor y se anima la cosa un rato.

    Tranquilos, todo sigue su curso.

  7. Perroviejo dice:

    Efectivamente la mezcla de votantes del Partido Demócrata es inestable.
    En Israel se dio una situación parecida en la que los barrios ricos de TelAviv votaban laborista y las zonas deprimidas a derechas, religiosos y populistas.
    De repente, en muy poco tiempo cambió todo.
    Y eso puede suceder en cualquier otro lugar.

  8. JLPC dice:

    «Es posible que las batallas sobre derechos civiles (libertad religiosa, matrimonio gay) hayan alejado al movimiento conservador americano [de] los votantes mejor educados.»

    De los datos aportados no se deduce eso. Para empezar, habría que postular explícitamente que «mejor educados» es lo mismo que «más escolarizados».

    Señor Senserrich y compañeros comentaristas: la trampa de la «smugness» es muy peligrosa.

    • Paco dice:

      Claro. Estar mejor educados es pedir las cosas por favor y luego decir gracias.

      Suerte haciendo esa estadística tan relevante.

  9. juan dice:

    yo creo que hay algo más, estamos en una fase donde el capitalismo ha mutado de lo productivo de bienes y servicios a lo especulador o meramente financiero. Esto básicamente deja en situación peor tanto a los trabajadores como a mucho emprendedor/empresario de negocios que crean empleo y beneficios a la comunidad.

    Un señor conservador lo explica muy bien aquí, el porqué votaría a Sanders:

    https://medium.com/@broke_ass_stuart/i-m-a-conservative-who-supports-bernie-sanders-here-s-why-b1798e36c2ea#.e2znisu5s

    Digamos que puede haber una alianza temporal de los antiguos polos para volver a un status quo donde ambos recuperen protagonismo y a partir de ahí volver a disputarse las rentas, que hoy monopolizan otros actores meramente especuladores.

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