Internacional

Elecciones americanas: menuda campaña

7 Jul, 2016 - - @egocrata

Es francamente difícil escribir artículos sobre las elecciones americanas.

Es difícil porque en una campaña electoral normal en un determinado momento los candidatos tienen en el aire una, a lo sumo dos polémicas. El debate gira, en términos generales, en la pugna entre ambos para imponer un tema en la agenda que le favorezca en los medios. Dado el inmenso aprecio de los medios de comunicación americanos por las historias irrelevantes, el debate puede ser excepcionalmente estúpido en ocasiones, pero al menos hay algo parecido a una narrativa, un hilo conductor.

Con Donald Trump esto no sucede. Ya en las primarias quedó claro que estábamos ante un candidato con una personalidad digamos mercurial: el tipo en sus mítines, tweets y ruedas de prensa hablaba sobre lo primero que se le pasaba por la cabeza, sin ningún filtro. Que dijera barbaridades económicas (como proponer impagar la deuda de Estados Unidos) o cosas vagamente racistas al electorado republicano parecía importarle más bien poco; era una señal que era un tipo auténtico, directo y groseramente antiintelectual. Sus hazañas acabaron por darle la nominación.

Muchos republicanos se autoconvencieron (en parte para no tener que apoyar al detestado Ted Cruz) que Trump cambiaría cuando fuera candidato a las generales. En vez de soltar la primera bobada que le viniera a la cabeza, una y otra vez, en cuanto alguien le pusiera un micro delante, el tipo demostraría su inteligencia dando una imagen de moderación y autocontrol presidencial. Trump iba a cambiar, seguro.

Para sorpresa de casi nadie, resulta que un tipo de 70 años con fama de tozudo no puede cambiar su personalidad de la noche a la mañana. Es más, la campaña de las generales ha empeorado su tendencia a perderse en sus propias ensaladas conceptuales, creando un auténtico enjambre de polémicas completamente idiotas que han hecho que primero, siempre tenga que estar a la defensiva, y segundo, que sea virtualmente imposible comentarlas todas. Francamente, me pasaría tres horas al día escribiendo sobre las empanadas mentales que circulan por boca de Trump.

Esta semana, sin ir más lejos, hemos tenido un ejemplo arquetípico del persistente caos del debate presidencial. Todo empezó el sábado, cuando Trump tuiteó esto:

semite

Parece inocente, pero no lo es. Para empezar, la imagen llevaba circulando por la red varios días en círculos supremacistas blancos (white nationalist, en jerga neonazi actual). Esto debería ser una pista que esto de poner una estrella de David con la palabra «corrupta» encima de una pila de dinero es, como mínimo, ligeramente antisemita. No era la primera vez que el candidato había circulado algo salido de círculos neonazis; la imagen generó respuestas indignadas de intelectuales y periodistas judíos, y la campaña de Trump la borró, substituyendo la estrella por un círculo rojo cuando volvió a repetir el tweet. Siendo como era un fin de semana largo (4 de julio), la cosa no hubiera pasado a mayores. Una bobadita más. Otra.

El tema debería haber sido olvidado rápidamente el martes en un mundo normal, cuando el director del FBI, en rueda de prensa, anunció que no iban a llevar a juicio a Hillary Clinton por el caso de los e-mails clasificados (un escándalo al que le estaría prestando atención, en una campaña normal), pero la dejó de vuelta y media al hablar sobre sus torpes prácticas de seguridad. Trump podía y debía atacar a Clinton, una y otra vez en este tema; es algo que realmente pone en entredicho el juicio de la ex-secretaria de estado, y que debería ser el hilo conductor del debate durante toda la semana.

Pero Trump no hizo eso, porque es incapaz de seguir un guión. En vez de criticar a Clinton, en su discurso del martes por la noche primero ignoró sus notas para acusar sin pruebas a la fiscal general de Estados Unidos de aceptar un soborno de Hillary Clinton para no llevarla al banquillo, pasándose horriblemente de frenada. Para acabarlo de rematar, en el mismo discurso, empezó una disquisición sobre política antiterrorista donde acabó alabando a Saddam Hussein sobre el tema, diciendo que él los mataba y listos, sin leerle los derechos ni nada.

Hoy, en vez del escándalo de Clinton, se ha hablado sobre por qué el candidato del partido republicano parece tener como modelo de seguridad nacional un tipo que utilizó armas químicas repetidamente contra su población civil para combatir insurrecciones. Nada menos.

Pero esperad, que la cosa va a peor. ¿Os acordáis del tweet antisemita del sábado? Bueno, primero Trump ha puesto esto en twitter:

Trump

Después, en un mitin ayer por la noche, tras hablar un ratito de los correos electrónicos de Clinton, se lanzó a defender sus comentarios sobre Saddam Hussein y a hablar, largo y tendido, sobre cómo su tweet no era antisemita, los medios le odian y el ama a los judíos más que todas las cosas. Es más, incluso tiene amigos judíos.

Dejemos de lado que Trump, aunque es básicamente racista (ha insultado a casi todos los grupos étnicos del país a estas alturas) seguramente no es antisemita. Tiene la cabeza llena de horribles estereotipos sobre judíos, pero seguramente no les odia. Concentrémonos en el hecho que esta es la semana en que el director del FBI ha llamado, en rueda de prensa, completamente irresponsable a Hillary Clinton. En vez de repetir ese mensaje una y otra vez, Trump está posteando fotos de libros infantiles de Frozen, alabando un dictador totalitario que patrocinó grupos terroristas por medio mundo, insultando a periodistas (Chuck Todd es el director de política de NBC) y comportándose como un tarado en sus intervenciones públicas.

La cuestión es que esta clase de polémicas acumuladas, contradictorias y estúpidas llevan apilándose, una detrás de otra, desde que Hillary Clinton ganó las primarias. Es un milagro que Trump esté «sólo« a seis puntos por detrás en las encuestas (esto en presidenciales americanas es un mundo – Obama ganó por siete puntos el 2008, en medio de una catástrofe económica), en gran parte porque los americanos no le empiezan a prestar atención de veras a la campaña hasta después de la convenciones (finales de julio) o labor day (principios de septiembre).

En cierto sentido, la buena noticia para Trump es que tiene tiempo aún para corregir fallos y pulir su mensaje. La mala noticia es que el tipo hasta ahora ha sido incapaz de controlarse.

Al menos nos queda el estupendo tweet de respuesta de la campaña de Clinton.

 


20 comentarios

  1. […] Elecciones americanas: menuda campaña […]

  2. Gerion dice:

    Entiendo que el artículo está escrito desde la ironía, de modo que me parece muy divertido y ameno.
    Cada vez tengo más claro, si lo que se dice en él es verdad, que Trump será un magnífico déspota ilustrado.

    • Durruti77 dice:

      Entiendo que el comentario está escrito desde la ironía, no?

    • Alatriste dice:

      Lo de déspota pase, pero con toda franqueza ni en un alarde desaforado de imaginación creativa puedo imaginarme a Donald Trump en los ratos libres que le dejara el gobierno leyendo filosofía francesa en francés, tocando la flauta traversera, componiendo conciertos de cámara, y carteándose con Voltaire y Rousseau. Es más fácil imaginárselo con peluca (mucho más fácil) pero eso no basta para hacer un ilustrado.

    • Argos dice:

      Y un despota ilustrado, exactamente, ¿por qué?, ¿por lo ocurrido en este caso?

      Resumamos lo que ha pasado:

      1. Trump pone un twett criticando la corrupción de Clinton.

      2. Los demócratas llevan el grito al cielo afirmando que usar una estrella de seis puntas roja como sticker es antisemita.

      3. Trump parodia la reacción demócrata poniendo un twett de Disney donde aparece una estrella de seis puntas roja (idéntica a la del poster que el tuiteó sobre Clinton) y pregunta donde está la indignación con Disney llamándoles antisemitas.

      4. Los demócratas llevan el grito al cielo afirmando que pretender que se critique a alguien por usar una estrella de seis puntas como sticker es antisemita.

      Compárese el punto 2 y el 4. Si hubiera una prensa medianamente imparcial estarían haciendo coñas con la indignación Demócrata sobre la estrella de seis puntas de aquí a las elecciones.

      • Trampu dice:

        Se te olvida el pequeño detalle de que el creador de la imagen tiene otros grandes éxitos como esvásticas hechas con cabezas de Hillary, o photosoppear la cara de una periodista judía para ponerle una nariz grotesca.

        Pero vamos, que seguro que una estrella de seis puntas encima de una pila de dinero no tiene nada de antisemita. Pero yo tendría más cuidado con la gente de la que saco contenidos 😀

        • Argos dice:

          Si echas un vistazo al artículo de la CNN que referencia en otro comentario más abajo verás que todo el tema «circulando por medios neonazis» en realidad significa que alguien posteó la imagen en 8chan.

          Y la gracia de 8chan es que la casi totalidad de los comentarios (incluido el que nos ocupa) son anónimos y van marcados como «Anonymous», sin nick ni cuenta de usuario, con lo cual no sabes quien es el autor del comentario ni que otros comentarios ha hecho o dejado de hacer.

          Lo cual lleva a una pregunta interesante: ¿es una imagen posteada de forma anónima y sin embargo han llegado a la conclusión de que quien lo posteó es autor de esos otros «grandes éxitos»?. ¿Cómo lo han sabido? ¿porque otra cuenta anónima ha puesto esas otras imágenes?.

          Me estoy imaginando al equipo de investigación periodística en su misión de investigación al mejor estilo de El Jovencito Frankestein: «Jefe, ¡hemos encontrado al autor de la foto!, es un tal A.Nónimo, y fíjese que otras cosas ha posteado en internet».

      • jetkom dice:

        A lo mejor es porque soy hijo de un alemán y vivo desde hace casi seis años en Berlin pero si un político cuelga una imagen que lleva circulando un tiempo en círculos Neonazis (algo que convenientemente ignoras) y contiene una estrella idéntica sobre un fondo de billetes… yo me alarmaría bastante.

        • Argos dice:

          Ya. El problema es que si haces una mínima búsqueda en google sobre el tema de la imagen y el término nazi, aquí encuentras un buen resumen de como fue el tema:

          http://www.politifact.com/truth-o-meter/article/2016/jul/05/donald-trumps-star-david-tweet-recap/

          Pues resulta que lo de «lleva circulando un tiempo en círculos Neonazis» es una conclusión del «Equipo de Hinvestigazión» de la CNN, y se basa en que alguien posteó la imagen en 8chan (el sitio de troleo políticamente incorrecto por excelencia en internet junto con 4chan).

          Según la CNN era un mensaje en un foro «jam-packed with anti-Semitic conspiracy theories, white supremacist ideology and neo-Nazi propaganda», aunque la captura de imagen no incluye el resto del comentario ni los otros comentarios en ese foro, así que tenemos que creerles. Ojo, es seguro que en 8chan habrá comentarios neo-nazis, como los hay de TODO tipo, ya que lo único que está oficialmente prohibido en ese foro es la pedofilia. Pero ni siquiera sabemos con exactitud que comentarios había en ese hilo.

          http://edition.cnn.com/2016/07/02/politics/donald-trump-tweet-graphic-star-hillary-clinton/index.html

          Y de 8chan como «foro neo-nazi» pasamos a «lleva tiempo circulando por círculos neonazis».

          Y todo en base a que una persona posteó esa imagen en un comentario de 8chan, y cuando ni siquiera sabemos que más dijo en ese comentario.

          • jetkom dice:

            Haber empezado por ahí, hombre, eso ya me parece una crítica relevante. 😉

            Aún así, sigue pareciendome criticable que a nadie en la campaña le haya llamado la atención el parecido (pero esto sí puede ser mi alemanidad).

            • Argos dice:

              Hombre, es cierto que hay un parecido. Y supongo que precisamente por eso habrá posteado el segundo twett donde hay otro sticker en forma de estrella de seis puntas roja (el de Frozen) planteando «¿y aquí no llama la atención el parecido?»

              Quizá la gente ve lo que quiere ver. Quizá el tema es que si repites un mensaje de forma machacona («¡Trump nazi fascista racista!») al final la gente termina haciendo asociaciones, y viendo una estrella de David en un simple sticker igual al de libro de Frozen.

              Y la respuesta es seguir gritando ¡antisemita, fascista! a quien se atreva a hacerse esas preguntas. Gritar ¡antisemita, fascista! quien se atreva a tuitear la portada de Frozen y decir «¿entonces esto no debiera ser antisemita también?».

              Y tiene coña que llamen antisemita a Trump cuando su yerno y su hija son judíos y cuando hace solo unos días salió públicamente en defensa de Israel, lo que muchos se atreven a hacer hoy en día en Estados Unidos.

              No tiene ningún sentido. Ya no es una cuestión de ideología política. Es que no tiene ningún puñetero sentido.

              Y ese es el problema con la izquierda actual. Desde los 90 a aquí está perdiendo el norte por completo. Cada vez se parece más a una religión y menos a una ideología política.

              • Argos dice:

                ERRATA. Debiera decir «y cuando hace solo unos días salió públicamente en defensa de Israel, lo que NO muchos se atreven a hacer hoy en día en Estados Unidos»

              • jetkom dice:

                “¿y aquí no llama la atención el parecido?”

                Pues claro que no llama la atención, porque la portada de Frozen no es un asunto político ni hay detallitos como los billetes de fondo. Esto es una reacción bastante infantiloide a mi parecer.

                Y el hecho de que su yerno sea judío y su hija se haya convertido para casarse con él no tiene nada que ver con que Trump sea o no sea antisemita o tenga o no tenga prejuicios racistas contra los judíos (con esto no digo que esto sea el caso, yo imagino que lo primero no, lo segundo ya lo veo más probable viendo la catadura del colega).

                Y sí, a mi me parece que mucha gente emplea términos «fascista», «nazi», «genocidio» o «totalitario» con una facilidad que a mi me lleva a pensar que deben ser negacionistas o algo. (Lo de totalitario lo usa mucho la derecha también, ojo.)

                • Argos dice:

                  Lo de los billetes de fondo no tiene nada de raro: es una imagen denunciando la corrupción de Hillary Clinton.

                  Pero es que Hillary Clinton ni siquiera es judía. Ni siquiera tiene familia judía, mientras que Trump si la tiene. Incluso si aceptaramos que Trump tuviese prejuicios antijudíos, sería absurdo. Sería como si Manuel Valls se dedicara a acusar a Francois Hollande de ser medio español.

                  Es lo que decía antes, que toda esta historia no tiene puñetero sentido.

      • Gerion dice:

        Ilustrado porque todo lo que se habla en este foro – y mucho más – ya lo sabían él y su equipo cuando decidió hacer circular esto, pero ha conseguido que sus detractores más feroces asuman que es un ignorante y que está ahí de chiripa, cosa que no me cabe duda que forma parte de su campaña de imagen – parecer simple y gañán da ventaja en esta época, y si no lo crees mira a nuestros políticos -. Pero va uno o varios pasos por delante de las consecuencias de sus desbarres; eso no es casual.
        Y déspota porque me da la impresión de que, una vez llegue, encontrará los medios para hacer su voluntad, pese a quien pese.
        Lo que importa a alguien metido a político es la obtención del poder, y mantenerse en él. Con su experiencia, se va a meter en el bolsillo a las grandes empresas de EEUU, y conseguirá que los esclavos incluso se lo agradezcan tras votarle.

  3. Carlos3 dice:

    Hombre, «seguramente no es antisemita»… Sería más correcto decir «seguro que no es antisemita, y toda la polémica por la estrella de seis puntas es absurda», más que nada porque su yerno y ahora su hija son judíos.

    Hillary es una candidata horrible. Tiene una tremenda cantidad de muertos en el armario, no sabe por dónde sopla el viento (que la actual situación de Iraq y Siria en buena medida existe por su brillante gestión como Secretaria de Estado, no lo olvidemos) y ahora esto, que resulta que mintió y lo de los correos fue una chapuza monumental. Tiene mucha suerte del candidato que le ha tocado enfrente, pero veremos de aquí a noviembre cómo evoluciona todo, porque yo no tengo claro que los electores, entre una candidata malvada (y mucho menos inteligente de lo que se las da) y uno excéntrico, vayan a votar necesariamente por la primera.

  4. Lester dice:

    A los medios les encanta airear cuando una persona publica dice algo políticamente incorrecto y promover el linchamiento.

    Me temo que estos linchamiento en los medios de comunicación sobre gente que ha dicho algo políticamente incorrecto no son apoyados por la opinión pública, al menos de una manera tan exagerada. A nadie le apetece que los medios de comunicación le marquen qué es políticamente incorrecto y políticamente correcto.

    Trump está desafiando a los medios de comunicación, para regocijo de mucha gente.

    «Los medios airaréis lo que he dicho. Me crucificaréis por lo que he dicho. Pero, mala suerte, resulta que vuestra indignación y mojigatería no es compartida por vuestras audiencias. Gracias por la publicidad.»

    En mi opinión, Trump está jugando la baza de ser siempre políticamente incorrecto. Soltar lo que le viene a la cabeza. Expresar lo que mucha gente cree pero no se atreve a decir públicamente. Y mucho menos ningún político.

    Todos esos sectores se siente satisfechos por oír su propia voz expresada claramente en un político. Y da igual que muchas veces sea contradictorio. Y, para colmo, la persecución infantil de los medios (lo de que la estrella roja de seis puntas es una estrella de David, ni lo había pensado, es un bobada) aún suma más adeptos.

    Lo más triste es que todas estas polémicas tapan algunos hechos bastante preocupantes. Que Donald Trump es un hombre de negocios sin escrúpulos, marrullero, con montones de juicios, escándalos y gente arruinada a su alrededor.

    Esperemos que al final, después de primarias etc, la gente sensata supere a la que vota con las tripas. Ese tipo dirigiendo el país más poderoso del mundo da terror.

  5. Pablo dice:

    ¿Por qué iba Trump a abandonar una estrategia que le ha llevado hasta donde está? No hay ninguna razón para que cambie sus modales. Sea o no sea premeditado (me inclino a pensar que es tan animal como parece y que no hay más misterio), le ha ido de maravilla y nada parece indicar que se esté equivocando.

    Quien tiene que empezar a moverse pronto es la mujer gris que tiene por oponente, porque a este paso se la merienda en noviembre.

  6. […] semana que acabarían con la carrera de cualquier político aumentando sin cesar. Es poco menos que imposible escribir un artículo sobre cada burrada que […]

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