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Siete hipótesis para la ausencia de sorpasso

28 Jun, 2016 - - @jorgegalindo

Fue la gran sorpresa de la noche para muchos, si no para todos: el PSOE mantuvo claramente la segunda posición, y ahora todos los politólogos y sociólogos del lugar nos planteamos por qué. Pero la pregunta no es tanto si las encuestas fallaron o dejaron de fallar (está claro que lo hicieron), sino más bien cuáles son los argumentos teóricos para construir hipótesis que, pre-20D, nos tendrían que haber hecho pensar que, finalmente, no habría sorpasso. Lo que me preocupa aquí no es por qué los sondeos estaban mal sino por qué nos los creímos, y qué deberíamos haber pensado para cuestionarlos.

Esta es una nota exploratoria. De aquí no saldrán respuestas, sino interrogantes que quedarán por cerrar a la espera de conseguir datos para poder contrastarlos. Las hipótesis, por cierto, no son para nada excluyentes, sino todo lo contrario. Tampoco pretende ser una lista completa, aunque sí extensa. Provienen de lo escuchado, comentado y pensado por la (digamos) profesión

1. Brexit. Quizás el factor más citado fuera de España como posible explicación, también ante el cual nos hemos mostrado más escépticos. El mecanismo sería el siguiente: un evento inesperado de consecuencias incalculables muestra el coste potencial de «votar distinto», y favorece la vuelta de votos al PSOE o la abstención de personas que antes pensaban votar a Podemos. Para validar esta hipótesis necesitaríamos observar un considerable efecto de reducción del voto a UP en todos los trackings realizados el viernes y el sábado, por no hablar de la encuesta a pie de urna. No fue ése el caso. Además, la teoría adolece de ciertos problemas: ningún partido empleó un gran esfuerzo en sacar partido del evento, sencillamente porque Europa no es un cleavage en España ni fue un tema central de la campaña. Además, cabe suponer que la base de votantes de Unidos Podemos tiene una mayor tolerancia a la incertidumbre. Todo esto no descarta que surja una prueba en un futuro cercano que apunte en otra dirección. Pero, por el momento, no parece haber sido un factor fundamental.

2. Alejamiento del centro. Cuando Podemos se unió a IU, lo hacía con un partido que estaba ligeramente a su izquierda. Para sus votantes podría no tener demasiada importancia porque al fin y al cabo ya eran ideológicamente similares, ¿pero acaso la coalición no añadía información, por así decirlo, al votante potencial moderado? Mi intuición, o la hipótesis que realizaría, es la siguiente: los votantes ya ponían en lugares de la escala muy similares a ambos partidos, pero Podemos era una formación nueva de futuro incierto. De hecho, su eventual movimiento hacia el centro era uno de los temas transversales al debate público sobre Iglesias y compañía. Quizás el votante moderado interpretó la alianza con IU, un partido con mucho pasado y al que ya conocía bien, como una señal más o menos inequívoca que confirmaba la posición que ya conocía, reduciendo significativamente su capacidad de moverse de manera más libre en el eje.

Con otras palabras y marcos epistemológicos, la tesis errejonista (a falta de una mejor palabra) estaría sobre esta línea. Personalmente, pienso que tiene sentido, sobre todo porque creo firmemente que la ideología sigue siendo la variable principal para explicar nuestro comportamiento electoral. Pero la falta de un efecto en la intención directa de voto en las encuestas que señala Pepe Fernández-Albertos nos debería indicar cautela: desde luego, no desalentó a votantes entonces. Aunque mi hipótesis parte de un evento difícilmente observable: no tenemos una España 2 en la cual no hubo coalición, y no sabemos qué habrían pensado los moderados. Como nota al pie, es importante reseñar que el voto de las confluencias autonómicas apenas ha caído, y que las pérdidas están en Podemos central+IU, apuntando al eje ideológico.

3. Baja lealtad de votantes de IU. Es algo que se comentó mucho cuando se confirmó la coalición: el escepticismo de cierto votante clásico, digamos llamazarista, que podría sentirse no muy cómodo en la cuasi-absorción de Pablo Iglesias. Y aunque la evolución de la intención de voto no dejaba espacio para sostener esta hipótesis, sí que lo hacía la menor fidelidad que observábamos en varias encuestas del votante de IU del 20D. No puede, por cuestiones meramente cuantitativas, explicar una gran parte de nuestro fallo de estimación. Pero sí alguna.

4. Castigo anterior. Sea por el fracaso esperado de las negociaciones o por otra razón, a principios de 2016 observamos un estancamiento o empeoramiento de Podemos en las encuestas (lo recordaba de nuevo Fernández-Albertos). Eran los tiempos de las divisiones internas y de las negociaciones duras, con errores reconocidos por sus propios protagonistas. La posibilidad primero y certeza después de una coalición con IU borró esa impresión. Pero la media de encuestas de marzo (sumando Podemos e IU) es la que más se parece al resultado final del 26J, y también refleja el punto más bajo del partido de Iglesias. Lamentablemente, no hay manera de comprobar esta idea (no se me ocurre ahora mismo, al menos) sin disponer de datos de panel, con seguimiento del mismo individuo y su intención de voto mes a mes. Pero es sin duda una gran candidata a hipótesis explicativa.

5. Insuficiente movilización de la base. Tanto este como el siguiente factor están íntimamente relacionados con el punto anterior. UP dependía en gran medida de una base de votantes con un perfil bastante determinado: más bien jóvenes, más bien urbanos, más bien movilizados e interesados en política, más bien informados, y de izquierdas. Si la pre-campaña y la campaña ha fallado en mantener al máximo el compromiso de estos individuos, siendo al mismo tiempo incapaz de llegar al centro del espectro, ahí tenemos una parte de la caída (probablemente hacia la abstención). Por descontado, una de las causas de la falta de convencimiento podría ser por castigo anterior, o tal vez estos votantes esperaban de Podemos una cosa distinta a la que recibieron: más centrada, más posibilista, o sencillamente diferente (más en el punto 7). De esto, en cualquier caso, sabremos más con las encuestas post-electorales.

6. Mala valoración de Pablo Iglesias. Probablemente no ha habido un líder que pierda valoración tan velozmente entre el electorado español. Se trata de una consecuencia lógica de la sobre-exposición mediática a la que él mismo admite haberse sometido en aras de dar a conocer el partido, pero ¿ha podido llegar a ser contraproducente? La hipótesis, aunque interesante, no cuenta con demasiada base. En España, el voto a candidatos es en general poco habitual. Según nos indican los datos, Ciudadanos es una excepción a esta regla, pero Podemos no lo es tanto. Otra cuestión es si el tipo de liderazgo y de discurso de Iglesias hace más fácil al votante clasificar a Podemos como una opción demasiado a su izquierda. Pero esto, en realidad, es indisociable del punto 2.

7. Fracaso en la consolidación de un espacio diferenciado. En una tribuna que parte de la misma pregunta que este texto, la politóloga Máriam Martínez-Bascuñán apunta a que Podemos no supo consolidar un nuevo espacio y se ciñó a apuntalar, a hacerse hueco, en el que el PSOE había dejado a su izquierda. Otra socióloga me apuntaba ayer agudamente que sólo pensamos «en términos de agregación de votos del 20D y no en términos de cómo construir un discurso para vender esa alianza». Quizás esta, y no la 2, sería la auténtica tesis errejonista. La búsqueda de significantes existentes para apropíarselos y rellenarlos con ideas propias se circunscribía casi siempre a ejes que ya estaban ahí («socialdemocracia», «patria»), y en los que Podemos estaba claramente identificado por el elector, más aún tras el pacto. Pero el juego en otras dimensiones, como el generacional, el de los valores postmaterialistas, el del feminismo, el medioambiental… la estrategia tipo Trudeau (¡o incluso tipo ZP 2004!), quedó un tanto apartada. Sea por esto, sea por la imposibilidad o incapacidad de crear un frente amplio estilo Laclau en el parlamentarismo de un país plurinacional y multipartidista, UP habría quedado encajada en un espacio muy determinado.

Se me antoja necesario explorar estas, y otras, hipótesis en las próximas semanas. Normalmente, un no-evento no es algo fácil ni interesante de estudiar. Pero, para mí, la ausencia de sorpasso es una excepción. Entre otras cosas, porque es en cierta medida una manera de entonar el mea culpa, ya que dimos por sentado que el evento tendría lugar, o que estaba teniendo lugar a medida que mirábamos el avance en las encuestas. Y, sobre todo, de mejorar. Es probable que fallásemos porque nos olvidamos de cuestionar y revisar nuestras asunciones de base. De hecho, tal vez nos olvidamos de tenerlas, y por eso nos dejamos llevar por el consenso demoscópico.


42 comentarios

  1. vi23 dice:

    Apunto un octavo. En las elecciones anteriores no estaba tan claro que el referéndum fuese línea roja. Ahora está claro. En las Castillas y Madrid eso ha tenido su peso

  2. barto dice:

    Cada votante tendrá sus propias líneas rojas. Yo apunto dos de los mías: el apartamiento de Jiménez Villarejo y el obsceno exhibicionismo junto a Arnaldo Otegui.

    • Ferrim dice:

      Yo lo de Otegi lo he escuchado bastante, sí. Creo que es un personaje que asquea mucho, y su entrevista en Salvados fue unánimemente criticada.

  3. Jmartinezrei dice:

    He leído y oído, entre la gente inteligente de Podemos, dos hipótesis contrapuestas sobre la razón del batacazo:

    1) El partido ha perdido la «transversalidad» al juntarse con un partido comunista, pasear a Otegi, Anguita, Cañamero, llamar a Bódalo preso político, etc.

    2) El partido ha renunciado a sus ideales de izquierda, olvidando la III República, la salida del euro, los ataques al PSOE, renegando de Venezuela, etc.

    En mi opinión, el problema es precisamente la mezcla de ambas cosas, es decir: no se puede abarcar al electorado de Bildu, IU o la CUP y a la vez al de Susana Díaz o Fernández Vara. Podemos no puede sumar a todas las fuerzas a su izquierda y a la vez llegar hasta el centro. Debe elegir.

    Y en España nunca ningún partido ha logrado gobernar sin el centro.

  4. […] qué nos los creímos, y qué deberíamos haber pensado para cuestionarlos”. A partir de ahí, su disección de sus siete hipótesis en este análisis del […]

  5. […] Siete hipótesis para la ausencia del "sorpasso" […]

  6. FE dice:

    Podemos ha dado miedo. Muchos votantes les han visto como capaces de decir y hacer cualquier cosa con tal de alcanzar el poder. Esto no ha sido un error sino parte de una estrategia: la gran novedad de los dirigentes de Podemos ha sido convencer a la extrema izquierda de que, si quieren alcanzar el poder, deben estar dispuestos a dejar de lado de aburrida ideología (excepto algún dog whistle de vez en cuando, como cuando citan a Lenin hablando de «aquel calvo»), y decir y hacer lo que haga falta.

    Dentro de ese «decir lo que haga falta», su principal inspiración ha sido el populismo latinoamericano más rancio. Su comunicación pública era una contradicción constante: falsa inocencia en los debates, mítines peronistas de Pueblo! Patria! Podemos!, agresivos trolls en las redes sociales, infantilismo inexplicable (cromos, memes de Disney y demás chorradas), etc.

    Pero el intento populista de dividir a la sociedad entre buenos y malos falla en el momento en que Podemos deja a mucha más gente fuera que dentro. Los ciudadanos que se ha visto fuera del «nuevo país» que Podemos quiere «crear» se ha acojonado (con razón) y han acudido a votar para impedirlo.

    Al mismo tiempo, dentro del «hacer lo que haga falta» hay que incluir las acciones que llevaron a la repetición de elecciones . Resulta innegable que votar en contra de un candidato socialista es un inmenso error si luego pretendes convencer a los votantes de que vas a ser capaz de gobernar con ese mismo partido al que acabas de rechazar.

    Los ataques constantes entre PSOE y Podemos antes y durante la campaña visualizaron la imposibilidad de formar una coalición de izquierdas entre dos fuerzas que se detestan: mientras el voto de derechas se movilizaba, el voto de izquierdas se convirtió en inútil.

    • Alatriste dice:

      En general, coincido con FE. Demasiadas contradicciones. No solo es que el relato que pretendía vender Podemos a los votantes era que Pablo Iglesias, después de negarse a apoyar un presidente de gobierno socialista, sería apoyado por el PSOE, así sin más. Luego y más en general, en ningún momento ha sido capaz de decidirse entre el discurso de «la casta» y la cal viva por un lado, y el de que en la izquierda tomos somos hermanos por otro (que es parte de un problema más general de querer serlo todo para todos y al mismo tiempo, transversal, socialdemócrata y comunista; separaratista, autonomista y patriota; revolucionario, reformista y moderado…) y por si fuera poco, después de las elecciones parecen camino de reincidir en la más vieja tradición del PCE e Izquierda Unida, la de «los españoles no han votado a nuestros candidatos, necesitamos elegir otros españoles».

      • FE dice:

        Su respuesta a los resultados electorales ha sido un buen ejemplo de los problemas que mencionamos.

        Inmediatamente después de una campaña electoral en la que se presentaron como mansos socialdemócratas, realizan un acto repleto de himnos del comunismo más rancio y apelaciones semifascistas a «leonas defendiendo la camada» y «construimos la España nueva que ya viene», rematado con un muy sueco «¡hasta la victoria siempre!». A continuación, la hasta entonces dicharachera cúpula desaparece de los medios de comunicación, mientras los fans del partido se enredan en teorías conspiranoicas sobre fraude electoral.

        Ante ese panorama, la mayoría de ciudadanos se habrá quedado pensando «de la que nos hemos librado».

  7. Mr Brown dice:

    La transversalidad no es para todos y es una zona muy pantanosa por la que moverse, bien lo sabe el PSOE.
    El problema es precisamente el citado en último lugar; si quieres evitar estar en ese espacio, crea uno propio (y a no ser que tenga potencialidad de crecimiento, limita mucho. Más aún cuando muchos ya están cubiertos)

  8. Anastasia dice:

    Yo les voté el 20-D, no porque me convencieran demasiado, sino para que se unieran o apoyaran al PSOE, les exigieran limpieza y forzara hacer política social de verdad, en plan voto útil… pero, cuando salió Pablo Iglesias en rueda de prensa de que la línea roja era el referéndum de Cataluña ya me decepcionó bastante. No nos engañemos, aquí no hubo gobierno el 20D por el temita ese de Cataluña tanto por parte del PSOE como de Podemos. Fuera de Cataluña y el País Vasco, los referéndum de autodeterminación que ellos defienden a capa y espada, sinceramente, no les importa a nadie (al CIS me remito) y es bastante probable que el simpatizante moderado del 20D, si estaba dudando en votarles, el Brexit sí que podría haber influido. Últimamente, en ninguna comida se podía, ni siquiera, mencionar a Podemos y mucho menos defenderles entre gente que se considera de izquierdas. Puede ser que por otra parte, la sola idea de que el sorpasso que pronosticaban las encuestas haya jugado en su contra. Me explico: las encuestas dibujaban un escenario en la que existía la posibilidad de que Pablo Iglesias llegara a ser Presidente. Pablo Iglesias a muchos del centro izquierda lo tolerarían en la oposición, pero todavía no genera suficiente confianza y credibilidad suficiente como para llevar las riendas del país en contraste con otras cabezas visibles de Podemos que gozan de mejor imagen (Mónica Oltra, Errejón, Echenique… ). Sé también que muchos votantes de IU no perdonaron que Alberto Garzón fuera de número 5 en la lista por Madrid (dice mucho de la ambición de la gente del partido) Y como dice FE, no se aclaraban en el proyecto de país, demasiadas contradicciones y, sinceramente, las malas formas de Pablo Iglesias.

  9. Alatriste dice:

    Recién acabo de ver una noticia en «El Diario» con el porcentaje de votos perdido o ganado por Podemos-IU en cada provincia entre diciembre y junio, que me parece sumamente revelador. En resumen, solo ha mantenido sus porcentajes en Cataluña, Baleares, País Vasco, Rioja y Navarra, y también llama la atención lo poco que ha bajado en Galicia.

    En cambio, las pérdidas han sido muy elevadas en las provincias más urbanas y pobladas con la excepción de Barcelona, y también en Castilla-León, Asturias y Canarias (donde pierde nada menos que un 6,9%). Aunque esto no aparece en el gráfico de «El Diario», es solo una elucubración personal, sospecho que las pérdidas son mayores en caladeros de votos tradicionales de IU, provincias como Madrid, Cádiz, Málaga y Asturias.

    Un punto muy curioso es que allí donde pierde votos, pierde un porcentaje mayor cuanto mejores fueron sus resultados en diciembre (por ejemplo, en Canarias cae de un 29,4% a un 22,5%) mientras se mantiene mucho mejor donde obtuvo malos resultados (en Cuenca, donde creo que obtuvo su peor resultado en diciembre, un 14,6%, solo pierde un punto y medio).

    Quiero ser aséptico pero provisionalmente yo diría que se puede proponer una teoría doble: apoyar las consultas separatistas no ha caído precisamente bien fuera de Cataluña y el País Vasco (¿pérdidas agravadas por el Brexit?) y un elevado porcentaje de votantes de IU se ha negado a trasladar su voto a Podemos.

    • Ferrim dice:

      Es inversamente proporcional al PSOE, que mejora más donde más flojo era.

    • Eldar dice:

      ¿Baleares? En 2015 fueron: Podemos 23%, MES 7%, UP-UPeC 2%. En 2016 ha sido un 25%. Pierden 7 puntos (el PSOE sube 2 puntos y el PP 7). ¿No se habrán olvidado de contar a MES?

      (Igual me columpio, es lo que veo en la app del ministerio).

  10. Le Progressier dice:

    En Galicia, donde ya hubo confluencia en diciembre (y donde por tanto tal circunstancia no ha podido restar votos) la bajada ha sido idéntica a la del resto del país, de un 3 %. La estabilidad de los resultados catalanes y vascos (donde Podemos se presentaba en diferentes formatos) apunta a que los mismos obedecen a patrones distintos debido a la presencia de fuerzas nacionalistas. En Valencia, la bajada conjunta ha sido incluso mayor que la media. Por tanto, no, no es que las confluencias periféricas hayan funcionado bien y la confluencia con IU no. Por otro lado, el análisis a nivel municipal a lo que apunta es a que la abstención provino del PSOE, no de Podemos, pero fue compensada por una transferencia idéntica de este último. Lo explico aquí: http://cort.as/i8J1

  11. Wut dice:

    Pienso que los 6 últimos puntos adolecen del primero: No explican por qué falló la encuesta, y por lo tanto si pueden ser considerados, el primer punto también debería de serlo.

  12. Adri Moore dice:

    Podemos ha causado mucha aversión en la sociedad. Sus dirigentes han insultado a los votantes socialistas. Ciudadanos moderados que podía haber votado PSOE se ha ido al PP ante la pequeña posibilidad de que el PSOE pactara con Podemos

  13. na dice:

    Lo ideológico creo que ha pesado mucho. Que si prioridad fuera lo territorial y no lo social; que insultaran al PSOE de manera gratuita; que Pablo vaya teniendo peores valoraciones ciudadanas; el homenaje a Otegi…

    y que se rían de los votantes hablando de patria y de España y que son socialdemócratas.

    vamos, yo he pasado d votarles a no quererles ni ver, pues no veo en ellos ya opción de castigo.

  14. Minded dice:

    La hipótesis de que el asco que produce Pablo Iglesias sea una de las causas de su tortazo, tiene bastante base, por más que Galindo no lo vea.

    Si Ciudadanos nació como el partido de Rivera, Podemos ha acabado siendo el partido de Iglesias. Todo el mundo ha podido ver en directo cómo él nombra y destituye a quien quiere, cambia cada semana de ideología oficial y nadie se atreve a rebatirle, los que protestan tímidamente acaban defenestrados o reeducados… Y todos sus fans aplaudiendo en manada la dictadura del Profeta Piruleta.

    Eso no es un partido. Es una puñetera religión. Ya sólo falta que comiencen las sesiones de sus círculos rezando el Pablo Nuestro:

    Pablo nuestro,
    que asaltas los cielos,
    hágase tu voluntad
    así en Moncloa como en Podemos

  15. Bko dice:

    ¿Dónde estás, MisterX?

  16. Guy Blancrocher dice:

    Creo que el problema con las encuestas estaba en la estimación fuera del voto decidido y esto por varias circunstancias (el orden es irrelevante)
    1. Una parte importante del votante de IU es sociológicamente distinta del votante medio de Podemos. Esta franja que J. Galindo llama llamazarista está más representada en los votantes que en los militantes más activos, aquellos que validaron la coalición. Un dato no muy valorado en estas elecciones era la escasa popularidad que entre estos votantes tiene Pablo Iglesias.
    2. El brexit pudo influir de manera indirecta. Muchos votantes que quizás podrían haber votado por Podemos como rechazo al establishment no tragan que en el combo vengan tres, cuatro o ni se sabe cuantos referendums de autodeterminación.
    3. El votante decidido de Podemos está hipermovilizado pero no representa el perfil mas bien moderado del votante medio español. A los groupies, como les llamo, les da igual que ayer fuesen laclausianos, antes de ayer comunistas, transversales por la mañana, de izquierdas por la tarde y socialdemócratas en el aperitivo. Al otro votante eso le tiene que haber mareado.

  17. Minded dice:

    «Pero el juego en otras dimensiones, como el generacional, el de los valores postmaterialistas, el del feminismo, el medioambiental… la estrategia tipo Trudeau (¡o incluso tipo ZP 2004!), quedó un tanto apartada»

    De esas cosas no hace falta que hable el Gran Profeta. Para eso tiene a su socio, el Monaguillo Garzón, que en vez de ir al Desfile del 1 de Mayo a decir a los obreros que la culpa de sus males es la opresión del capitalismo, ahora solo va al Desfile del Orgullo Gay a decir que la culpa es la opresión del heteropatriarcado. Y que la solución a las barriadas pobres es que les entren inmigrantes a espuertas para repartir las escasas ayudas, el escaso trabajo y el aún más escaso salario. Y que el malvado ricacho de ayer es el egoísta abuelo de hoy; incluidos los que siempre votaron comunista; incluidos los que se gastan la pensión en ayudar a sus nietos en paro.

    Cuando se desconoce de tal modo la realidad de tus propios votantes, las hostias no son nunca suficientes. Porque, eso sí, en Twitter lo petamos, man…

  18. Antonio Lidón dice:

    Una última hipótesis podría ser la siguiente: parte de los votantes que optaron por Podemos en diciembre pretendían que esta fuerza quedase en tercer lugar, como apoyo indispensable al PSOE en la formación de un gobierno y como contrapeso. Al anunciarse el sorpasso, estos votantes podrían haber perdido el interés en votar Podemos ya que no querían un gobierno presidido por Iglesias sino uno dirigido por los socialistas.

  19. M. Oquendo dice:

    Si fuéramos gente normal, con más sentido común, menos emotividad y un poco de atención a lo que se nos viene encima desde el Entorno Europeo y Global estaríamos haciendo lo de los Alemanes. Coalición con Pacto para aguantar lo que viene.

    Los nuevos chiquilicuatres (eso es lo que son porque no han dado un palo al agua en su vida, no saben lo que es un trabajo serio y encima andan con pretensiones) están preocupados por sí mismos y todo lo que se les ocurre es: «Por favor, quítenme a Rajoy que se notan mucho mis limitaciones a su lado»
    El resto es falsa retórica.

    Tenemos un problema del copón porque no vemos ni por donde nos van a llover los chuzos que vienen de punta.
    Y mientras tanto estos niñatos preocupados por su imagen televisiva.

    De auténtico terror.

  20. Belén dice:

    Pues a mi el que me da terror eres tú, francamente.

  21. Patxi dice:

    En definitiva, el 20D podiamos haber tenido un gobierno reformista de PSOE y C’s con la abstencion de P’s para haber puesto una renta basica, una menor dualidad laboral, mas transparencia e independencia de instituciones y judicatura, etc. Pero Pablo Iglesias queria el Ministerio de Interior y Monedero el CNI, asi que se rompio la baraja.
    Tras el 26J, NADA DE NADA. Grandes estrategas. La nueva politica ¿asumira responsabilidades o echara balones fuera?

  22. Alejandro Hermida dice:

    Respecto de los efectos del Brexit como condicionante del voto, apuntabas que podría no existir una incidencia significativa en la desmovilización o trasfuguismo del voto de Podemos. No obstante, sí que pudiera ser factor de movilización del voto más moderado hacia el PP que se había ido a la abstencion el 20-D, además de un efecto retorno desde Ciudadanos en clave de refugio ante un valor seguro (mayor certidumbre).
    En cuanto al caída del voto de las confluencias, sostienes en tu segundo argumento que a penas ha caído. Discrepamos, puesto que a la luz de los datos se puede apreciar una significativa caída de los apoyos a Podemos+IU/Confluencias en las grandes ciudadades donde han tenido experiencia de gobierno a partir de las victorias en las municipales, respecto de los resultados del 20-D. Los «alcaldes del cambio» podrían ser parte de la explicación de la pérdida del -5,88% de los votos en Zaragoza, Cádiz -5,05%, Madrid -5,04% (107.000 votos) o Valencia -4,43%. La única que se salvaría, a base de (casi) mantenerse es Barcelona, dónde la confluencia obtiene -0,87% respecto del 20-D.
    Por otro lado, se obvian los posibles efectos negativos de la efectividad de la campaña electoral de sus contricantes. Especialmente la realizada por el Partido Popular, que ha sabido polarizar el tablero político para a través de una sobreexposición de Podemos y sus líderes, agitar la «estrategia del miedo» que termina por movilizar a una parte importante del electorado más a la derecha, y me atrevería a decir, generacionalmente más arriba. Esto además de que la sobreexposición auspiciada por los populares provoca que los errores cometidos en Podemos, por pequeños que sean, se magnifiquen.Lo que implica una mayor reticencia a que ese electorado menos cautivo y más indeciso termine por darles su voto y prefiera, bien irse a la abstención, bien apostar por el PSOE u otros partidos. Además, debería entrar a formar parte del análisis el voto oculto que sufren más marcadamente los partidos tradicionales (PP y PSOE), aspecto que tal vez las encuestas no hayan sabido medir con precisión (habida cuenta de la ocultación de información por parte de los encuestados) frente al más que probable «voto hinchado» a las formaciones emergentes, culturalmente menos tabú.
    En último lugar, cabría plantearse la siguiente pregunta: ¿Las encuestas minusvaloraron la edad como parámetro condicionante del voto en el 26J? El propio CIS nos dejaba ver cómo eran las franjas de mayor edad las más movilizadas y las que en mayor medida tenían decidido antes su voto. Algo similar a lo ocurrido en el Brexit, con una escasa movilización de los estratos más jóvenes frente a los más «viejos». Teniendo en cuenta lo anterior, conviene analizar la relación entre la variable intención de voto y la variable edad. Se apreciará como son las personas mayores, sobre todo los pensionistas, quienes mayoritariamente apoyan al Partido Popular. Justo el comportamiento inverso se produce en los sectores más jóvenes, que apoyan mayoritariamente a los emergentes (primeros Podemos, después Ciudadanos). Por lo tanto, si el electorado mayor estaba más movilizado y menos indeciso, ahí podemos ver una parte de la explicación del fracaso de Podemos y del triunfo del PP. Parece que a las empresas demoscópicas se les olvido incluir la edad, o al menos darle la relevancia que en verdad tiene, a la hora de preparar la cocina. Y es que parece que puede llegar a ser un condicionante del voto tan importante como el recuerdo del mismo en pasados comicios.

  23. PauRibes dice:

    Para mi es más simple. Falta de cuadros formados que motiven al votante(El pesado que te conoce i viene a preguntarte que quieres votar). En las anteriores elecciones el PP motivava el voto a podemos y en estas no tanto. No me parece un mal resultado. Tiene un millon de posibles votantes.

  24. Emilio dice:

    No debiera podernos la ansiedad del porqué no ha habido sorpasso. Por encargo de Podemos Carolina Bescansa va a realizar una encuesta para conocer los verdaderos motivos. Las suyas creo que son de las que aciertan.

    • Minded dice:

      Va a realizar una encuesta para saber por qué fallaron las encuestas.

      La parte contratante de la primera parte será igual a la parte contratante de la primera parte…

  25. Jose dice:

    Sólo voy a hacer un comentario sobre una cuestión concreta. Creo que la famosa coletilla de que el votante de UP está «más bien informado», básicamente porque suele ser muy activo en redes sociales y el partido-movimiento tiene bastante apoyo en el ambiente universitario (al que se le supone un nivel intelectual superior), es una falacia. El votante de UP está muy movilizado, que no es lo mismo: retuitea y comparte en las redes sociales lo que le llega de su propio entorno (desde las fuentes «oficiales» del partido hasta las conexiones más o menos cercanas, llámese Évole, la Sexta, eldiario.es y demás), lo cual le da la sensación de que sí está informado. No digo que sólo le pase a UP, hablo de lo que observo en las redes y en mi propio entorno cercano. Y si me remito a los que conozco personalmente, que no son pocos, no son gente que lea periódicos; es más, algunos se jactan de ello. Lo único que tienen claro es que el PP es el demonio.

    En definitiva, están más informados mis padres con más de 70 años (pero que son gente culta, que lee y que además lleva ya mucho visto) que mi sobrina universitaria, que está todo el día compartiendo memes y sandeces en el Facebook en estado de perpetua indignación.

    No digo que todos sean así, ni mucho menos, pero a lo que voy es que no creo que su perfil de votante esté más informado comparativamente que otros. Más bien al contrario. Está sobre-desinformado de propaganda.

  26. Jakobo dice:

    A veces se nos olvida que una gran parte de la gente vota a la contra, no a favor.

    Lo que cuenta Jose en el mensaje anterior es muy representativo. En las redes sociales, en nuestros círculos más o menos cercanos (los grupos de whatsapp ensanchan bastante estos círculos, donde hay gente que apenas conocemos pero se han vuelto casi cotidianos), y en las relaciones virtuales despersonalizadas, como lo que hacemos aquí comentando en internet, hemos comprobado esas actitudes, y a muchos les ha hechado para atrás.

    Por otra parte, yo creo que las encuestas no son fiables, no porque la gente mienta de lo que va a votar. Tal vez lo hagan de lo que votaron en el pasado. Pero sí creo que hay mucha gente que sencillamente rechaza que le hagan una encuesta, y entre este tipo de gente abunda: gente muy centrada en su profesión y no en la política (donde el porcentaje de votantes de Podemos creo que debe ser bajísimo), voatntes vergonzantes del PP (cuando un partido gobierna hay más voto oculto, no ocultándolo directamente sino no dejándose preguntar), gente joven cohibida por el activismo del grupo que se mueve, ancianos que les revienta que un chaval les tutee, etc.

    Como hipótesis, o sea que seguro que fallo, puede que haya pasado lo siguiente:
    – Con más abstención al PP le han votado más gente. Creo que debe ser de las pocas veces que ocurre esto. Para mí que han recuperado más votos que la simple bajada de C’s. Mucha gente se ha tapado la nariz para votar al PP, y eso es mérito exclusivo de Podemos, y sobre todo de sus fans.
    – C’s ha perdido más votos hacia el PP que lo que reflejan sus resultados. Por dos motivos: pragmatismo y pinza en la nariz ante las perspectivas de Podemos. Y el pacto PSOE-C’s también habrá hecho lo suyo. A cambio puede que le hayan dado un bocado al PSOE de su potencial electorado de centro-izquierda.
    – El PSOE igual ha perdido votantes hacia C’s y hacia la abstención por falta de expectativas, pero habrá ganado más de los previstos de Podemos. Votantes de izquierdas, pero que les repatea eso de referéndums independentistas, banderas tricolores (la I República tenía una bandera rojigualda), estética altermundista, y discursos cursis.
    – Entre eso, la mayor abstención, y que hay mucho votante de IU (y sobre todo del PCE) que ni de coña vota a alguien que se proclame «socialdemócrata» me sale el millón y pico de votos de menos, y me parecen pocos.

    En resumen, el 20D se abstuvo más gente de derechas por el asco que les daba Rajoy, que se han activado el 26J por el susto que les da Iglesias. Y al revés, el 26J se ha abstenido más gente de izquierdasn (no radical) porque entre el asco y el susto, pasan de elegir.

    Sólo hay que mirar que los índices de rechazo de Rajoy (hasta en sus propios votantes) e Iglesias (solo en los que no son sus votantes) son similares.

    Votar en contra es lo que moviliza más, no lo olvidemos.

  27. Galapago dice:

    Este post es muy interesante y abre vias para la reflexion, los comentarios que he leido completos son buenisimos y demuestran que los lectores de esta web tienen una gran capacidad de analisis y estan bien informados.
    Mi aportacion va a ser totalmente subjetiva, no aporto datos ni analisis estadisticos, solo explico mi experiencia personal que tengo claro no tiene ninguna significacion en el resultado electoral.
    Yo voté a Podemos el 20-D buscando cambio, creyendo en que no importaba el eje derecha-izquierda y que todos juntos podiamos renovar este sistema corrupto.
    Mi ilusion se rompió con el asunto Otegui, pertenezco a una familia de dos generaciones en la Guardia Civil, nunca olvidare el tweet de Pablo Iglesias el dia de la «buena noticia».

    Reconozco que no se puede extrapolar mi caso particular pero creo que en Podemos dieron por hecho que los votos del 20D los tenian ya asegurados y sumaron aritmeticamente los de IU, eso fue un error.

    • Iván dice:

      Te puede caer mal Otegi y no pensar como él, pero es de justicia reconocer que la última vez que estuvo en la cárcel no tuvo sentido. Y Pablo Iglesias no fue el primero que lo dijo, fueron Egiguren y Madina del PSOE, el segundo víctima de ETA, por cierto. Encarcelaron a Otegi por formar un partido que hoy es totalmente legal, con representación en el congreso, buscando desligarse de la violencia. Que eso no quiere decir que sea un demócrata convencido. Que se empezó a mover en ese sentido a partir de la ley de partidos, de acuerdo, pero no había razones para encarcelarlo, ni fue algo beneficioso para el proceso de paz. La razón es que la justicia en España está politizada, si buscamos información sobre el caso Bateragune veremos que la condena no fue por unanimidad, los jueces progresistas votaron en contra.

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  29. […] el efecto Brexit, la fragmentación y la abstención de la izquierda o la mala valoración de Pablo Iglesias. Factores muy diversos que han posibilitado la conformación de “la mayor minoría” del […]

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