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¿Compromete la democracia la predecibilidad de las elecciones?

27 May, 2016 - - @politikon_es

Publica hoy mi compañero Kiko Llaneras un artículo similar al del  año pasado con el título sugerente de «Estos 200 diputados ya han sido elegidos». El argumento que plantea el artículo es que dado que se puede afirmar con bastante confianza que muchos diputados van a sacar escaño con seguridad, los partidos pueden colocar ahí a quien quieran y no haría falta ni votar, lo cuál disminuiría la capacidad de elección de los electores debido a la existencia de listas cerradas y bloqueadas.

Aunque el artículo muestra unos datos muy interesantes, la narrativa que los hila no termina de convencerme. Por eso, voy a intentar apuntar algunas líneas de tensión que me servirán como excusa para introducir ideas -como al relación entre la ciencia y el libre albedrío o el papel de los partidos políticos- que me parecen interesantes.

Compatibilismo democrático

Mientras escribo estas líneas, las leyes de la física ya han decidido a quién yo, así como todos los demás electores, van a votar en las próximas elecciones. Y también han ‘decidido’ todo lo que ocurrirá desde ahora hasta que el fin del universo. A la luz de esto, no se trata de dos tercios de los escaños, sino del cien por cien, para esta y todas las demás elecciones. Incluso si uno se toma pintorescamente en serio la idea de que Dios juega a los dados como fundamento de la libertad humana, parece que la idea democracia como proceso en el que la voluntad libre de los votantes juega algún papel está condenada cuando reposa en procesos que ocurren a nivel subatómico.

Si el lector siente que el párrafo anterior es totalmente absurdo, tal vez encuentre de su agrado el compatibilismo. El razonamiento de arriba suena estúpido porque el hecho de que la voluntad y las decisiones de los votantes (o los individuos) sea el producto de factores sociales y naturales externos a ella -y por tanto predecibles- no significa que ésta no exista- igual que es absurdo negar que Beethoven sea el autor de la sinfonía Eroica y atribuírsela a Napoleón. No me extenderé más sobre este tema tan bonito.

Libertad de elección y probabilidad

El mundo social está lleno de regularidades. Gracias a estas regularidades, es posible acotar algunas predicciones que tienden a acertar mejor que tirar una moneda al aire. No hace falta que hablemos de voto: la rutina de la mayoría de la gente es bastante predecible la mayoría de los días (por eso lo llamamos «rutina»).

Pero lo que es importante entender es el binomio regularidad/incertidumbre no es algo que estructure el mundo sino el conocimiento que tenemos de él. La incertidumbre que le demos a las predicciones sacadas de unos datos dependerá del tamaño de la muestra, de la fiabilidad que le demos a la medición (¿cuanto miente la gente?), la incertidumbre que le demos al fenómeno, o la confianza que tengamos en el método. Todos estos adjetivos -fiabilidad, incertidumbre, confianza- hacen referencia a elementos subjetivos porque lo que mide la probabilidad es el conocimiento/ignorancia que tenemos de un fenómeno, no una propiedad de éste. Si uno se tomara en serio la idea de la (ausencia de) incertidumbre de las elecciones afecta a lo democrático que es el sistema, uno podría llegar a la original conclusión de que si tuviéramos peores instrumentos de medición, o dónde los votantes decidieran su voto el segundo antes de coger la papeleta, tendríamos un sistema más democrático.

La estabilidad del voto como resultado de la competencia política

Siento que tomarse en serio la idea de que hay un vínculo entre la predecibilidad de los escaños y el carácter democrático de las elecciones lleva a otras conclusiones no demasiado convincentes. Un principio relativamente aceptado es que una de las funciones de las elecciones es castigar o premiar a los partidos (la ‘accountability’) en función de su labor. Sin embargo, esto presupone que hay algún vínculo entre lo que los partidos perciben que les va a beneficiar en las urnas y el comportamiento de los votantes. Si ser reelegido fuera un evento impredecible independientemente de la gestión ¿qué tipo de responsabilidad política tendrían los partidos?

En la lógica de la competencia política, los partidos eligen beneficiar a unos grupos frente a otros, a unos territorios frente a otros, y a cultivar estas relaciones con estrategias a medio o largo plazo de construcción de identidades partidistas e imagen de marca. En ocasiones los partidos optan por concentrarse en movilizar sus votantes leales en detrimento de competir por el voto de los ‘promiscuos’. En un sistema con muchas circunscripciones, esto resulta, en el tipo de patrón de estabilidad territorial que vemos en España -y en muchos otros países.

En este sentido, es posible entender la aparente predecibilidad de los distintos sistemas de partidos como mecanismos como condición de llegada de la carrera política.

Con listas abiertas o desbloqueadas los partidos aún cuentan mucho

Los partidos políticos en España son sin duda bastante fuertes, pero también lo son en otros países dónde las listas son abiertas o desbloqueadas. Presentarse a las elecciones sin el apoyo de un partido es en una gran mayoría de democracias un propósito un tanto Quijotesco.

Al final del día, los votantes deben coordinarse alrededor de un candidato que, sin ser su favorito, sea el menos malo de los que tienen posibilidades. Los votantes suelen tener pocas ganas o tiempo de fijarse en lo que ha hecho su representante individual.

La importancia del espíritu de equipo

¿Es la falta de contacto directo entre el diputado de la lista y el votante necesariamente mala? En muchos países, tal vez por influencia de los Estados Unidos, percibimos la política de una forma cada vez más personalista. Es algo conveniente en un mundo lleno de expertos en comunicación política.

No obstante, en los sistemas parlamentarios la relación más importante es entre el votante y el partido. Mientras que en Estados Unidos los partidos funcionan como ‘carteles legislativos’, la estructura interna de los partidos parlamentarios está mucho más cohesionada: hay reparto del trabajo entre los miembros, una especialización muy fuerte, una explotación de las economías de escala, y un cultivo de la imagen de marca. Los partidos controlan los recursos, la marca (el caladero de votantes leales), y permiten ser parte del equipo legislativo. Es, al fin y al cabo, en el Reino Unido dónde nacen los partidos modernos .

Esta cohesión interna no es necesariamente mala: la falta de cohesión de los partidos se puede traducir en parálisis legislativa o en caos. Tener cierta seguridad de ser reelegido en el futuro permite a los legisladores hacer inversiones a medio o largo plazo (formarse, adquirir conocimientos). Y sobre todo, los partidos generan predecibilidad en el comportamiento de los diputados, actuando como intermediarios vigilando a los representantes.

La existencia de ‘escaños seguros’ no implica falta de competitividad en las elecciones

Es suficiente con que haya competencia real en algunos escaños. Esto es una consecuencia de que la unidad de análisis relevante sean los partidos. En Estados Unidos, dónde el poder legislativo y el ejecutivo son independientes y los partidos son solo legisladores coaligados para actuar en el congreso de vez en cuando, el interés de un legislador es fundamentalmente conservar su escaño; una vez que sabe que lo va a conservar con mucha seguridad, sus incentivos para ayudar a su vecino son relativamente pequeños. En España, en la medida en que los puestos en las listas están hechos por los partidos estos tienen la capacidad para hacer que el dueño de un escaño seguro colabore en hacer ganar las elecciones.

¿Un tirano llamado Amancio Ortega?

Probablemente Zara sabe antes de que nadie los haya comprado que todos sus stocks de esta temporada estarán vacíos dentro de un año. ¿Pone esta predicción límites a nuestras elecciones? Probablemente, tiene sentido decir que Zara tiene alguna influencia sobre nuestros gustos y lo que se va a llevar esta temporada. Si Zara decide fabricar el modelo de una prenda en un solo color, estaría ‘coartando’ de alguna forma la libertad de comprar esa misma prenda en otro color porque ese modelo no está disponible en la tienda de al lado. Esto -la restricción del menú de opciones en paquetes de características/diputados- es una lista cerrada y bloqueada. Sin embargo, argumentar que Amancio Ortega convierte es el dueño de nuestras voluntades como consumidores es una conclusión un tanto libre.

El sistema de partidos en España no es ideal. Hay muchos territorios en los que el grado de estabilidad es hasta patológico. Sin embargo, en mi opinión esa estabilidad es mucho más sintomática de alguna forma de voto cautivo, lealtades arraigadas, y factores estructurales, que de algo que pueda ser resuelto con el desbloqueo de las listas.


9 comentarios

  1. EB dice:

    Este post es un poco más interesante que este otro colgado hoy en NeG

    http://nadaesgratis.es/admin/como-votar-a-la-derecha-cuando-en-realidad-querias-votar-a-la-izquierda

    que se puede decir que es una pieza para coleccionistas de minucias. El post de Luis no trata directamente el tema de las listas cerradas y bloqueadas (me quedo con la impresión de que los artículos de KLl tampoco), cuyo análisis requeriría ir mucho más allá de lo que paso el 20D y lo que podría pasar el 26J.

    Simplificaría el intento de Luis diciendo que el futuro tiende a parecerse al pasado, pero le agregaría no en su totalidad y la gracia está en las diferencias. Mi simplificación parece válida para cualquier hecho pasado que en el futuro puede repetirse como es el caso de una elección general sujeta a las reglas que definen la estructura del sistema electoral, parte a su vez de un sistema mayor como es el sistema de gestión del Estado-nación conocido como democracia constitucional. Sí, con el paso del tiempo, los actores ajustan su actuación a las reglas y se producen regularidades que los científicos sociales intentan identificar y analizar como efectos probables del sistema electoral. Si bien mucho se ha investigado sobre sistemas electorales alternativos (siempre suponiendo una democracia constitucional) parece que poco se ha concluido y agradeceré a Luis alguna referencia reciente que evalúe el estado actual de esa investigación (en el sitio de CSES no he podido encontrar esa referencia).

  2. Josep dice:

    Muy bueno! Me ha encantado

  3. EB dice:

    Mientras los politólogos se entretienen en minucias, El País se lamenta de que los políticos «líderes» se pierdan en un mar de palabras y no hagan nada
    http://elpais.com/elpais/2016/05/27/opinion/1464373614_916334.html

    Sí, muchas palabras y ninguna propuesta sobre cómo resolver problemas «urgentes». Pero me pregunto si uno debe lamentarse de esa situación. Viendo la foto que acompaña el artículo de El País, no me lamento, al contrario me alegro de que los payasos no hayan acordado hacer algo concreto sobre problemas que escapan a sus habilidades y sus ambiciones personales. Sí, ni quieren ni pueden. No quieren porque el poder que cada uno puede gozar está condicionado a la política de su país y no a las presiones de intelectuales corruptos como los que se manifiestan en El País y otros medios «globales», o dicho de otra manera, a la opinión pública de su país y no a la opinión pública del Planeta Tierra. Por suerte, ya no hay «líderes» con pretensiones imperiales, algo que queda probado por los fracasos de la UE a nivel regional y por las NUs a nivel global (los postulantes a secretario general de las NUs son burócratas de baja categoría como lo es el secretario actual). Y no pueden porque ninguno de los gobiernos representados en el G7 puede hacer algo bueno para todo el mundo (peor, ni siquiera como persona alguno de ellos puede servir de ejemplo a futuros líderes de otros países) y no pueden hacerlo porque en cualquier acción «global» habrá ganadores y perdedores, algo que los politólogos y otros intelectuales pro-gobierno global lamentan pero no tienen forma alguna de superar. Sí, mejor seguir mareando la perdiz con las palabras de Obama, símbolo máximo de la mentira y la hipocresía de los políticos (los otros por suerte hablan poco o sus palabras sólo las reproducen sus medios oficiales).

  4. Mr.Turdy dice:

    Creo que esto de meter juntas churras y merinas es muy productivo, pero no sé para qué.

    Los sistemas físicos por supuesto tienen varios comportamientos. Cuando un sistema es muy estable, prácticamente puedes echarle de todo en el input que el output sale a piñón fijo, llámale metabolismo sano. Cuando un sistema entra en caos, olvídate porque las tablas de probabilidades son perdigonadas a lo Roscharch o como es escriba.

    Quizá entonces es si un sistema socioeconómico estable compromete la democracia, o si compromete más la democracia vivir tiempos interesantes, como dicen los chinos.

    A nadie se le escapa que nuestro sistema está entrando en caos -en realidad ha entrado ya y bien dentro-, y avanza hacia su muerte (o transformación si prefieren), bifurcaciones en toda regla. Es como todo lo caótico, totalmente impredecible, desde las mecánicas orbitales a largo plazo (con o sin resonancias) o los sistemas meteorológicos, que son muy del gusto de los matemáticos porque teniendo tablas de predicción del 99,99% de acierto a 24 horas son completamente caóticas a la larga, y «a la larga» no implica un lapso de tiempo para nada estrepitoso.

    En fin, que la pregunta como siempre es: ¿compromete a la democracia la manipulación? La respuesta es naturalmente.

    Y por descontado que en plena jornada electoral, por decir algo, se hace público que la plana mayor del partido A son caníbales y se pone un vídeo de sus fechorías, ni predecibilidad ni pollas. Aquí lo más predecible aunque parezca lo contrario, es la estupidez humana.

  5. Mr.Turdy dice:

    Por cierto que no me resisto a comentar algo que me ha hecho reír a saco, como el listillo oficial de la hoja parroquial seudo-RISA eldiario.es, no vamos a dar nombres, con su conocimiento exhuberante del folklore estadounidense se ha cansado de pronosticar el batacazo del amigo Trump, cuando para cualquiera sin prejuicios estaba claro desde el principio que un tío que tenía como asesor a Michael Flynn (el del pesebre más boyante Meyssan News, deja caer que hasta podría ser su vice) no era ningun Gil y Gil, como Sanders no es ningún outsider. Personalmente aún sigo pensando que es probable que se saquen a la Clinton del medio con alguna escandalera mediática (pues eso: que es caníbal), dado que en las encuestas está cada día más claro que Trump se la come con patatas.

    La predecibilidad es lo de siempre. Las cosas son lo que parecen, siempre lo son, y si no las vemos es porque nuestros prejuicios nos levantan una barrera para verlas. La propaganda oficial del régimen existe para eso, para fomentar prejuicios. Nada nuevo desde Orwell o hasta desde Huxley.

    Lo que es curioso es que este país va al revés, y no es por decirlo. Mientras las elecciones en todo Occidente han bajado el pistón una burrada (p.ej. Italia que tenía fiestas continuas antaño), precisamente porque ya nadie puede guiar al rebaño en condiciones como antes, y ya no digamos predecir resultados, aquí vamos de elección en elección lo que pone de manifiesto la absoluta incompetencia del personal.

    Discrepo del sr. Sánchez, al que le estoy cogiendo sin querer un cierto aprecio. Sí que creo que es perfectamente posible que haya terceras elecciones, además es una forma de escaquearse de Bruselas. Lo que sí creo que antes de esas terceras se van a cocinar una reforma electoral, «justificada por las circunstancias» que se van a cagar algunos iluminados.

  6. EB dice:

    ¿Por qué en este blog de politólogos se habla de minucias pero no de lo que está ocurriendo en Francia? Según El País

    http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/28/actualidad/1464457608_765156.html

    en Francia, se está jugando el futuro de la izquierda «socialdemócrata» europea. Esa izquierda que desistió de la izquierda radical hace tiempo porque quedó claro que su radicalismo implicaba el comunismo genocida y entonces se fue conformando con entregar el control de la economía a órganos y empresas estatales y a grupos mafiosos de empresarios y empleados. Esa entrega incluyó muchos beneficios para los nuevos súbditos, esa masa informe de gente que pasa por la vida pidiendo un mínimo de protección, beneficios que fueron una forma de soborno para que los socialdemócratas consiguieran sus votos.

    Pero el Gran Shock Global y otros cambios han acabado con el paraíso parasitario de los socialdemócratas franceses. La desgracia de Francia es que desde la SGM jamás aceptó ser pequeña como los países europeos pequeños que pronto aprendieron los límites de la farsa socialdemócrata y se adaptaron a los cambios de la economía global, y entonces juega como si Napoleón estuviera por resucitar pero no pasa de una ilusión tan falsa como la socialdemocracia. El invento de la UE fue un intento de superar su pequeñez pero falló porque si bien muchos europeos no quieren repetir el pasado tampoco quieren el liderazgo francés, ese ejercido por una burocracia absurda ya a fines del siglo 20 y mucho más hoy día. La «tercera vía» francesa ha sido una broma que está terminando mal. Sí, mejor esconderla bajo la alfombra para no hablar de ella y dejar en evidencia que el estado de bienestar de España –una versión tardía y grotesca de la experiencia francesa– no tiene futuro alguno.

  7. Gerion dice:

    Me ha gustado el tono del artículo. Yo iría más lejos, y diría que los partidos no necesitan a nadie más que a sus militantes/asociados, y sus campañas se centran en evitar que los que no estamos afiliados votemos a la competencia, sea cual sea.
    La regulación electoral no da valor alguno al voto en blanco o la abstención – sencillamente, se reparten proporcionalmente entre los partidos -, y además parece que los escaños obtenidos son proporcionales al número relativo de militantes – habrá alguna estadística -.
    Por eso yo abogo por políticos por oposición.

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