Economía

El retorno del management

11 Abr, 2016 - - @octavio_medina

La relación entre el management y la economía siempre ha sido un tanto complicada. Por un lado tenemos los miles de bestsellers sobre gestión y la proliferación de escuelas de negocios y MBAs. Por el otro, una disciplina que hasta hace poco nos ha proporcionado pocas respuestas empíricas sobre el tema más allá de casos de estudio y anécdotas. Uno de los problemas es que las prácticas de gestión son difíciles de medir. Todos podemos conjurar la imagen de un prototipo de mal jefe (y casi todo el mundo los ha experimentado), pero resulta mucho más difícil triangular las variables que determinan si una organización está bien o mal gestionada.

Y sin embargo, hay buenos motivos para creer que sí que importa. En todos los países se observa una brecha persistente de productividad incluso entre empresas del mismo sector que resultan difíciles de explicar sin recurrir a la gestión. Syverson, por ejemplo, se encuentra con que si ordenamos todas las manufactureras estadounidenses por nivel de productividad por trabajador, las del percentil 90 son cuatro (!) veces más productivas que las del percentil 10, una diferencia sustancial. Son diferencias que no se pueden explicar solo por inputs (como el capital) ni tampoco por la difusión de tecnologías “duras” (como máquinas más eficientes), lo cual sugiere que podría haber otros factores en juego.

Por suerte en los últimos años hemos avanzado bastante, en gran parte gracias a los esfuerzos de Bloom y Van Reenen, dos de los pioneros de la nueva economía del management. Lo que hicieron fue elaborar una lista de buenas prácticas de gestión, que después convirtieron en cuestionario y administraron a cientos de empresas en varios países. La nota de cada empresa se establece a través de varias entrevistas de asistentes de investigación con el equipo directivo. Cada práctica se puntúa del 1 al 5, y después se saca la media general.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de buenas prácticas? Bloom y Van Reenen apuntan a tres grandes áreas: monitoreo, objetivos, e incentivos. La parte de monitoreo se refiere a si el equipo de dirección observa lo que ocurre en la compañía, recopila datos y los usa para mejorar procesos, mientras que en objetivos se incluyen prácticas como establecer metas y medir resultados. Finalmente, incentivos se refiere a si procesos como los ascensos y contrataciones están ligados a resultados.

¿Qué se encuentran? Primero, hay diferencias abismales en calidad de gestión tanto entre países como dentro cada país. Segundo, la calidad de gestión es un buen predictor del rendimiento de la empresa –medido a través de variables como la productividad , los beneficios, las ventas, o la tasa de supervivencia–. Para toda la muestra, las prácticas empresariales explican el 25% de las diferencias de productividad entre países.

En términos del ranking, los líderes son Estados Unidos, Alemania, Suecia y Japón. Más abajo nos encontramos con unos cuantos países europeos (Francia, Italia, y Reino Unido), y a la cola Grecia, Portugal, España y los países en vías de desarrollo encuestados (Brasil, India y China). La puntuación de nuestro país deja bastante que desear y se sitúa debajo de lo que nos correspondería por renta per cápita (el gráfico está disponible en este enlace). Además, el efecto de la mala gestión empresarial es especialmente importante en el sur de Europa. Mientras que en países como Suecia y Japón la gestión solo explica el 10% de las diferencias, en países como Italia es el 50%.

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Gran parte de estas diferencias se deben a una larga cola de compañías que están muy mal gestionadas y que se encuentran a la izquierda de la distribución, como podéis ver a continuación.
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¿Qué factores explican estas brechas? Bloom y Van Reenen apuntan a varios, entre ellos la competitividad del sector, el tipo de empresa (y método de selección de equipo directivo), y las barreras de información.

El primer factor es más o menos evidente. La competencia en un sector tiene dos efectos: i) la desaparición de la cola de empresas menos productivas, y ii) la mejora de prácticas de gestión del resto de empresas que ven amenazadas su supervivencia. Esto es consistente con estudios como el de Syverson, que analiza el mercado del cemento (un bien homogéneo y sustituible), y encuentra que la cola de empresas poco productivas es sustancialmente menor que en otros sectores.

Otro factor importante es la estructura de propiedad, que además difiere mucho entre países. El resultado más curioso es el de las empresas familiares. Bloom y Van Reenen se encuentran que hay dos patrones. Si la empresa es familiar y el equipo de dirección también pertenece a la familia, suelen estar peor gestionadas. Sin embargo, si el CEO es externo, los resultados son similares a la media. Las otras dos categorías menos productivas son las empresas públicas y las empresas lideradas por el propio fundador (!). La hipótesis de los autores es que quizá el perfil requerido para fundar una compañía (preferencias sobre riesgos, ser sobre-optimista) es diferente del perfil para liderarla.

El perfil de la empresa es relevante también. Las empresas exportadoras (que por lo tanto están más expuestas a la competencia) sacan mejor puntuación, y lo mismo ocurre (más aún) con las multinacionales. Es más, las multinacionales suelen estar más o menos bien gestionadas estén en el país que estén, como se puede ver en el gráfico.
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Finalmente, las barreras de información están ligadas a si el equipo de dirección i) es consciente de sus puntos flacos y qué podrían mejorar, y ii) si es así, sabe a dónde ir o a quién recurrir para que les ayuden a implementar esas mejoras. De esto hablaremos a continuación.

Todo esto está muy bien, pero cabe preguntarse si lo que estamos observando es una relación causal o si es pura correlación. Quizá haya un tercer factor que explique tanto el management como la productividad. Afortunadamente Bloom et al hicieron un experimento para comprobar su hipótesis.

Lo que hicieron fue tomar una muestra aleatoria de empresas manufactureras indias y ofrecerles un programa gratuito de consultoría sobre cómo mejorar sus prácticas de gestión (el típico caso de management consulting). Todas ellas eran empresas de mediano tamaño (de 100 a 1000 empleados), producían telas de algodón, y estaban localizadas alrededor de Mumbai. La empresa encargada de proveer los servicios de consultoría era la sucursal india de una gran multinacional del sector.

La consultoría se enfocó en cinco elementos distintos, que vienen resumidos a continuación:

Factory Operations: Regular maintenance of machines and recording the reasons for breakdowns to learn from failures. Keeping the factory floor tidy to reduce accidents and ease the movement of materials.

– Quality control: Recording quality defects by type, analyzing these records daily, and formalizing procedures to address defects to prevent them recurring.

Inventory: Recording yarn stocks on a daily basis, with optimal inventory levels defined and stock monitored against these. Yarn sorted, labeled and stored in the warehouse by type and color, and this information logged onto a computer.

Human-resource management: Performance-based incentive system for workers and managers. Job descriptions defined for all workers and managers.

Sales and order management: Tracking production on an order-wise basis to prioritize customer orders by delivery deadline. Using design-wise efficiency analysis so pricing can be based on design (rather than average) production costs.

El programa se dividió en tres partes. Primero hubo un mes de diagnóstico, durante el cual los consultores visitaban las fábricas y creaban una base de datos con puntuaciones en estas cinco áreas –midiendo cosas como calidad, uso de energía, inventarios–. Durante la fase de intervención –que duró cuatro meses y evidentemente sólo se realizó en las fábricas del grupo de tratamiento– el consultor asignado a cada planta se dedicó a trabajar con el equipo directivo para implementar el menú de prácticas mejoradas, adaptarlas a las condiciones de la fábrica y asegurarse de que los operarios y directivos las aplicaban correctamente. Finalmente durante la fase de medición se siguió a todas las fábricas para ver cómo evolucionaban los indicadores.

Los resultados son bastante interesantes. Como podéis ver en la imagen, las fábricas en el grupo de tratamiento adoptaron una buena parte de las “mejores prácticas” que aconsejaban los consultores. A raíz de esto la productividad aumentó un 20% con respecto a las empresas que no recibieron el tratamiento y los errores de calidad bajaron a la mitad. Los efectos se mantuvieron por lo menos durante el tiempo que duró la fase de medición.

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Aunque conviene ser prudentes a la hora de extrapolar (otras intervenciones no han sido tan exitosas, quizá por tratarse de microempresas), son resultados prometedores para el resto de países que quieren mejorar la calidad de gestión de sus empresas. En el caso de España, está claro que queda mucho por hacer, como apuntaba Emilio Ontiveros el otro día. No solo se trata de que las empresas adopten mejores prácticas para aumentar su productividad, sino también de aumentar la competencia para facilitar la salida de la cola izquierda de empresas menos competitivas a la vez que facilitamos que entren nuevas y sobre todo que crezcan.

Por cierto, otra pregunta interesante es si todo esto es válido para la gestión en el sector público. La respuesta es sí y no. Pero eso lo dejamos para otra entrada.


6 comentarios

  1. EB dice:

    El punto de partida de todo análisis de la conducta humana es el reconocimiento de que no hay dos personas iguales, y peor que hay grandes diferencias entre todas las personas. Este reconocimiento implica que no hay dos familias iguales, que no hay dos grupos u organizaciones iguales, que no hay sociedades iguales, y que en el mundo las diferencias siempre persistirán y serán objeto de estudio por siempre. Por lo tanto, no debe sorprender que a nivel personal la gestión de cualquier negocio o asunto difiera, y además que debido a los muchos factores humanos relacionados con el negocio o asunto que el gestor no controla, los resultados del negocio o asunto difieran mucho entre negocios o asuntos aparentemente similares, en particular si evaluamos estos resultados a través del tiempo. Por eso, las ciencias sociales todavía tienen mucho camino por recorrer.

    Y sin duda la política y el gobierno como actividades humanas hoy nos preocupan más porque pareciera que atraen a lo peor de la humanidad, es decir, a personas que parecen tener una especial inclinación por la mentira y la hipocresía como antes atraía a los inclinados a la guerra y la violencia. Ayer empecé a leer el nuevo libro de J. Alvarez Junco (Dioses Utiles: Naciones y Nacionalismo) y pronto confirmé que no hay «dos naciones iguales» y que en el análisis de la historia de la humanidad, la política y el gobierno son parte esenciales pero todavía poco entendidas y lo lejos que estamos de integrarlas en cualquier análisis de cualquier sociedad.

    Y sin duda la medición no es el problema para avanzar en el estudio de la conducta humana porque ya ha quedado bien probado que jamás las dimensiones relevantes –todavía «en discusión»– y los grados de intensidad de cada dimensión se podrán reducir a cosas medibles. Aunque sin duda la medición de muchas cosas que hoy se prefiere no medir de manera relevante y fiable –por ejemplo, todo lo relacionado con las finanzas públicas– sería un avance, nuestras explicaciones de las conductas en distintos contextos seguirían siendo un gran desafío. Muchos han trabajado seriamente en los últimos 50 años para avanzar mediciones y explicaciones y sus trabajos son prueba de lo difícil que es siquiera elegir el camino correcto para seguir avanzando (causa risa que hoy día uno de los problemas para seguir avanzando es la conducta de quienes realizan este tipo de trabajo académico porque se ha ido perdiendo la confianza en ellos, pérdida que sería bueno discutir).

  2. EB dice:

    Minutos después de escribir el comentario anterior, leo el párrafo final

    «Por desgracia, muchas de las ideas de Hinkie no son suyas, sino que forman parte de un acerbo ideológico que está triunfando en la gestión empresarial. La gente prefiere invertir en apuestas grandiosas que sólo en un 0,001% llegarán a triunfar que hacerlo en compañías de ingresos razonables y que perduren en el tiempo. Y eso forma parte de los problemas en que nuestras sociedades están sufriendo.»

    de este post
    http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-04-11/la-atrevida-carta-de-dimision-que-revela-hacia-donde-nos-lleva-la-disrupcion_1180958/

    El post y en particular su párrafo final me recuerdan dos puntos importantes que no hice en el primer comentario. Primero, si uno quiere entender un negocio o asunto humano se debe partir con un ejemplo concreto que pueda analizarse en detalle y permita distinguir entre lo que uno como analista considera de interés general o de interés especial. Cuando no se tiene la capacidad para analizar ejemplos concretos es difícil, casi imposible, sacar conclusiones de interés general. Por eso, mi sugerencia siempre es partir con lo aprendido en el análisis de un caso (a la HBS, pero con la intención de ir más allá del caso particular).

    Segundo, en el futuro próximo y quizás también en el lejano, la influencia de los académicos seguirá siendo mínima porque la brecha cognitiva entre el académico-predicador y el individuo-agente seguirá siendo grande. Sólo si el académico-predicador tiene la suerte de ser buen vendedor de humo, su influencia será importante. Si no la tiene, su influencia podrá notarse sólo en los casos excepcionales en que esa brecha es pequeña. Por supuesto, el problema difícil para los académicos-predicadores (también conocidos como «expertos») es que los ambiciosos de poder y riqueza los usen como idiotas útiles para sus propósitos.

    • Lole dice:

      En ese caso «acervo», no «acerbo».

      • EB dice:

        Sí, Lole, usted está en lo correcto. Parece que el editor de El Confidencial no hace su trabajo. El autor del artículo quizás fue traicionado por el corrector automático. Al copiarlo en mi comentario el corrector ignora el error porque ambas palabras están en el diccionario.

  3. EB dice:

    Hoy la gestión de los asuntos públicos en los países ricos está en crisis y se manifiesta en la agitación de la política, en particular en aquellos países que pronto tendrán elecciones generales.

    Recién leo esta corta línea

    And that is how Kim Kardashian gets elected president.

    como conclusión de este post sobre EEUU

    http://kunstler.com/clusterfuck-nation/the-mystery-revealed/

    El autor en unos pocos párrafos nos explica el por qué de su conclusión.

  4. Aloe dice:

    Gentes que se presentan a sí mismas como consultores financieros.
    Que no comprenden la ley de regresión a la media.
    Y que no le dan importancia a la toma de datos y la calidad de las medidas.

    …La sección de comentarios es a veces un espectáculo maravilloso.

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