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El gráfico que muestra en qué es rarita la actividad laboral española e italiana

6 Abr, 2016 - - @MartinOlalla_JM

Hace ya algún tiempo analicé las curvas de actividad diaria y su relación con el día invernal. El estudio está resumido en este tuit. Este tipo de gráfica es interesante para analizar la jornada laboral en relación con la actividad solar pero es muy difícil trazar ahí el ritmo al que se desarrolla la actividad, lo que puede observarse en este otro tipo de gráfica.

En ella se aprecia que los ritmos de actividad laboral diaria en España e Italia son diferentes a los de Reino Unido y Estados Unidos en un sentido: las primeras dos distribuciones parece trabaja más por la mañana y menos por la tarde. En las otras dos parece que es al revés.

El propósito de esta entrada es cuantificar esa diferencia y de lo que trata es de si una actividad se desarrolla simétricamente o asimétricamente a lo largo del día. Y si lo hace asimétricamente hacia dónde es el desplazamiento: ¿hacia la mañana o hacia la tarde?

Una forma de describir este problema es comparar el mediodía de la actividad (que es el instante cuando se ha consumido la mitad de la actividad y resta la otra mitad) con el punto medio de la actividad, definido como el instante de tiempo que equidista del inicio y fin de la jornada.

Si la actividad se desarrolla simétricamente el mediodía y el punto medio coincide. Un ejemplo de este tipo es la actividad solar: la energía irradiada por el Sol sobre un punto del planeta.

Si el mediodía de una actividad antecede al punto medio estamos ante una actividad cuyo mediodía es más cercano al inicio de la jornada. Diríamos que se desarrolla primordialmente en la mañana ya que cuando se alcanza el punto medio se ha consumido más del 50% de la actividad. Como veremos, la actividad laboral en España e Italia es así.

Si el mediodía de una actividad sucede al punto medio tenemos el caso contrario: el mediodía está más cerca del final de la actividad y cuando se alcanza el punto medio aún no se ha consumido la mitad de la actividad. La actividad laboral de Estados Unidos y Reino Unido es así.

Para hacer esta entrada he variado ligeramente la definición de inicio y final de jornada laboral. Hasta ahora usaba como criterio para marcar el inicio y fin que el nivel de ocupación de una actividad alcanzara el 50% (la mitad del máximo posible). La ventaja es que es un criterio fijo para todas las encuestas de tiempo. Su inconveniente es precisamente ese: ser un criterio fijo para todas las encuestas. Entrando en detalle, la actividad de las regiones más meridionales (esto quiere decir España, el Mezzogiorno italiano y las regiones tropicales) nunca retoma el 50% de actividad después de la pausa para almorzar. Esto dificultaba el cálculo del fin de jornada, que requería de otro análisis

En esta entrada he usado como criterio el 50% del máximo diario de la actividad. La ventaja es que este criterio se adapta a cada encuesta de uso de tiempo de forma que evitaba el problema que aparecía en las regiones que he señalado antes. El inconveniente es que es un criterio variable, según la encuesta; pero al menos responde a la misma lógica en todas ellas: la mitad del máximo observado.

La diferencia del nuevo criterio respecto del anterior es significativa para la actividad laboral porque a cualquier hora del día hay un número apreciable de trabajadores que no están trabajando y el máximo de actividad laboral es sensible diferente del máximo posible que sería el 100%. Sin embargo es prácticamente irrelevante para la actividad vigil ya que la gran mayoría de trabajadores está despierto a las horas centrales del día.

Como el nuevo criterio relaja la definición de inicio y fin de jornada las gráficas de la jornada laboral adelantarían ligeramente el inicio de jornada y retrasarían ligeramente el final de la jornada.

No es posible hacer este tipo de razonamientos con la actividad comer pero alternativamente puede hacerse un análisis similar si se identifica la hora del alumerzo con el mediodía de la actividad, la del el desayuno con el inicio y la de la cena con el final. Así la comparación determinaría si el almuerzo es más cercano a la cena o al desayuno.

Con esta idea he construido el siguiente gráfico donde se muestra el mediodía de la actividad (en el eje Y) frente al punto medio de la actividad (eje X). Las líneas oblícuas representan la asimetría de la actividad (expresada como la diferencia entre el mediodía y el punto medio). Observe que si usara horas civiles en vez de horas solares los datos de desplazarían por estas líneas oblícuas hacia arriba o hacia abajo: en ningún caso cambiaría la posición respecto de estas rectas oblicuas. La asimetría de un ritmo diario de actividad no depende de en qué midamos el tiempo, depende de cómo se desarrolla la actividad. La ventaja de usar horas solares en la gráfica es, simplemente, que todos los datos relativos a la actividad laboral se sitúan en una parte de la gráfica y todos los datos relativos a la actividad vigil en otra. Si usara horas civiles los datos de la actividad de un país podrían mezclarse con los datos de la actividad vigil de otro y dificultaría la lectura de la gráfica.

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Una medida de la asimetría de las actividades relacionando el punto medio de la actividad (eje X) con el mediodía de la actividad (eje Y) para la actividad vigil y laboral. Las líneas oblicuas expresan la asimetría como la diferencia entre el mediodía de la actividad y el punto medio de la actividad. Las líneas verticales muestran el mediodía solar. La elipse marca los valores hispanoitalianos de la actividad laboral, que se desmarcan del resto de valores. La subfigura (a) muestra una gráfico con la definición de punto medio, mediodía de la actividad y asimetría δ usadas para contruir la gráfica principal. En la subfigura el valor de δ ya que la asimetría se define como la distancia del mediodia al punto medio y en la subfigura el mediodía antecede al punto medio. La subfigura (b) muestra la asimetría de la actividad comer señalada como la diferencia entre la hora del almuerzo (mediodía) y la semisuma (punto medio) de las horas del desyauno (inicio) y cena (fin).

 

En la figura las líneas oblicuas muestran la distancia del mediodía de la actividad al punto medio de la actividad; la más gruesa muestra la coincidencia de ambas horas. Las líneas verticales y horizontales marcan el mediodía solar.

La actividad vigil es casi simétrica en todas las regiones analizadas y se desplaza ligeramente hacia la tarde: menos de media hora de diferencia entre el mediodía y el punto medio en una actividad que supone algo menos de dieciséis horas por trabajador y día.

La comida (b) está desplazada hacia la mañana: el almuerzo es generalmente más cercano al desayuno que a la cena; particularmente en Francia. Como he señalado otras veces una interpretación correcta de esta actividad necesita de conocer cuánta energía se ingiere en cada comida. En lo que respecta a España se observa que sus horarios de comida son casi simétricos: el almuerzo de los trabajadores prácticamente equidista del desayuno y la cena, característica que comparten con los británicos. Desconozco qué puede haber de malo o de bueno en esta característica.

Finalmente la actividad laboral es ligeramente más asimétrica que la actividad vigil y tiende, generalmente, hacia la tarde. Hay dos contribuciones asimétrica en el ritmo de actividad laboral: de una parte suele haber más gente trabajando por la mañana que por la tarde, lo que desplazaría la distribución hacia la mañana. De otra parte la cola de decaimiento de la actividad laboral vespertina es más prolongada que el ascendo matinal; lo que desplazaría la actividad hacia la tarde. Se trata de que, generalmente, el segundo efecto vence al primero.

Pero no siempre es así, como se observa en la figura y se destaca con una elipse los ritmos de actividad de España, y también de Italia, son asimétricos en el sentido contrario. Y así la actividad laboral de las regiones de estos países se desplaza marcadamente hacia la mañana. La diferencia con la mayoría del resto de regiones es aproximadamente una hora para una actividad que dura algo menos de ocho horas por trabajador y día. Sin duda es un efecto más significativo que la asimetría del ritmo de actividad vigil. De esta gráfica y del dato de la asimetría parece deducirse que la reducción de trabajadores hispanoitalianos por la tarde (más importante que en el resto de países) traslada el peso de la distrubición hacia la mañana con más intensidad que la lenta cola de decaimiento de la actividad laboral vespertina lo hace hacia la tarde. Puede decirse que los españoles e italianos queman horas de trabajo en la primera mitad de la jornada.

Los datos españoles e italianos coinciden en el valor y sentido de la asimetría pero difieren en la hora a la que ocurren el punto medio y el mediodía. La diferencia radica en cómo se disponen el inicio y fin de jornada. En España el inicio y fin de jornada están casi simétricamente dispuestos respecto del amanecer y anochecer invernales: ocurren un poco antes y un poco después, y el punto medio es casi exactamente el mediodía solar. Lo mismo ocurre en Francia, Canadá y Estados Unidos aunque en este útlimo conjunto los datos de inicio está más cerca del amanacer invernal y los de final más cerca del anochecer invernal. Por contra en Italia (y en Reino Unido) el inicio de jornada ocurre ligeramente después del amanecer y el final de jornada apreciablemente después del anochecer; de esta forma el punto medio es algo más posterior al mediodía solar.

Es difícil de evaluar la importancia de la anomalía (y uso esta palabra sólo en su primera acepción: desviación) de la actividad laboral hispanoitaliana pero si alguien con mejor conocimiento dedujera que la anomalía es por sí misma un defecto (segunda acepción de la palabra) y pretendiera corregirla entonces entonces sí diría que no sería una cuestión de cambiar el huso, de adelantar o retrasar los horarios. Este tipo de cambios supondría un desplazamiento como un todo del ritmo laboral y, por tanto, no modificaría la asimetría de la actividad. En la figura hay múltiples evidencias de la irrelevante influencia del desfase del huso en el valor de la asimetría. Primero, la coincidencia de España e Italia a pesar de que la primera tiene husos adelantados y la última, no. Segundo, la diferencia entre los valores de España y Francia aunque ambos países estén adelantados respecto de su huso geográfico. Tercero, la coincidencia de los datos franceses (huso adelantado) con los datos de países que no tienen huso adelantado. Cuarto, la discrepancia entre los valores de Italia (huso no adelantado) y los otros países que tampoco tienen el huso adelantado. Y, finalmente, los datos provinciales canadienses que coinciden independientemente de si el huso está adelantado (Saskatchewan, SK) o no (resto de provincias).

Es por tanto necesario analizar el problema desde otro punto de vista. Intuyo dos causas posibles a la anomalía. La primera es que la longitud del almuerzo en España e Italia sea más larga que la del resto de países. La ARHOE sugiere que es así y que hay que corregirlo, es decir, reducir la pausa para el almuerzo. Haciéndolo así, el inicio de la jornada vespertina se adelanta, también su final y, por tanto, disminuiría la asimetría. Es evidente que para reducir el tiempo de descanso para almorzar no hace falta cambiar el huso.

La segunda razón es que la fracción de trabajadores vespertinos en Italia y España es notablemente inferior la fracción matinal. En otros países esta diferencia no es tan notable como muestra esta gráfica. Corregir esta diferencia implica cambiar traslado matinal por trabajo vespertino. Es decir, justo lo contrario de lo que se está prometiendo.

Contemporáneo a estos hechos hay otras dos características singulares y comunes en Italia y España: una cantidad apreciable trabajadores españoles, italianos y, también, franceses regresan al hogar a la hora del almuerzo, mientras que en otros países, no. No he analizado si los trabajadores que regresan a casa a la hora del almuerzo vuelven de nuevo al trabajo en una cantidad apreciable. Finalmente la siesta que es una característica de los trabajadores españoles e italianos, especialmente los del Mezzogiorno, es decir, los que comparten latitud con la Península Ibérica.

Mi empeño en destacar aquí las coincidencias entre las costumbres españolas e italianas (especialmente las del Mezzogiorno) se debe a dos razones: una, mostrar que el huso y su desfase no es el problema, ni la solución a nada; dos, el circunloquio obvio: sólo se puede predicar la oración flagelante de que los horarios españoles son diferentes de los europeos si definimos como horarios europeos aquellos que son diferentes a los españoles, olvidando que al menos Italia tiene una distribución de la jornada laboral parecida a la nuestra. Es decir, que cuando decimos Europa queremos decir el norte de Europa.

Referencias


6 comentarios

  1. Moisés dice:

    1. De acuerdo en que el problema no es el huso y su desfase sino la distribución del tiempo que no se arregalaría cambiando el huso.
    2. Perdón pero cuando dice que «sólo se puede predicar la oración flagelante de que los horarios españoles son diferentes de los europeos si definimos como horarios europeos aquellos que son diferentes a los españoles, olvidando que al menos Italia tiene una distribución de la jornada laboral parecida a la nuestra. Es decir, que cuando decimos Europa queremos decir el norte de Europa.» peca usted de lo que critica. Italia no es el «sur de Europa» sino un país del Sur de Europa. Y el Mezzogiorno no es Italia. Yo en Roma he visto los restaurantes llenos para almorzar a la 1 y más bien vacíos a las 3. En Madrid es al revés. Si tiene usted datos de Rumanía, Bulgaria, Portugal, Grecia y Malta entonces le compro la conclusión. Aunque después de vivir por años en Portugal le digo de antemano que los datos no confirman su teoría en ese caso.

    • JM Martin-Olalla dice:

      2. Ya me gustaría tener más datos y mostrarlos.

      Creo que no entiende la naturaleza del análisis. Que en Roma los restaurantes estén llenos a la 1 y vacíos a las 3 es perfectamente comparable y analógico con el hecho de que en Madrid estén llenos a las 2 y vacíos a las 4.

      • Moisés dice:

        2. Pues sin tener todos los datos pon¡ia usted en negro sobre blanco una conclusión bastante vertical, perdone usted.
        En Roma y en Sicilia, según usted, no tienen los mismos horarios para comer. En Barcelona y en Vigo – sí. O sea, no es la luz sino una convención social lo que define los horarios. O sea, los horarios españoles (y del Mezzogiorno, de nuevo según usted) son poco comunes comparados con todo el resto de Europa.
        En realidad la gran diferencia viene dada simplemente por la cantidad de tiempo que se le da formalmente a la comida. En los comentarios del post anterior ya surgía un debate sobre si comer en una hora es una barbaridad o no. Para mucha gente, tambi¡en en Portugal, es tiempo de sobra. Y con eso, el hecho de que los comercios cierren porque todo el mundo tiene que ir a comer. O el departamento de reservas de una agencia multinacional de reservas hoteleras (10 personas). En mucho otro sitio, la gente se turna para ir a comer. Y no compro que a esa hora no viene nadie. Yo he penado por una aspirina de vacaciones en la Costa Dorada porque hasta las 5 no abrían de nuevo las farmacias. La hubiera pagado al doble de su valor con gusto si hubiera encontrado una farmacia abierta.

  2. Fernando Esteban Pages dice:

    Creo que hay un detalle que no se ha incluido en el análisis a la hora de afirmar que en España el trabajo se concentra más por la mañana que en países del norte de Europa:

    En España está mucho más extendida la jornada partida con amplio descanso para comer. Una gran parte de los trabajadores tienen una jornada que empieza pronto en la mañana y acaba a lo largo de la tarde, en una franja de más o menos 11 o 12 horas. En cambio en otros países están más extendidos los turnos de mañana y tarde Siendo como es, en España y en cualquier país, que la mayor parte del trabajo se desarrolla por la mañana, bien porque por la tarde va anocheciendo o por convención social, nos encontramos con que un trabajador medio en España tiene más porcentaje de su jornada en la mañana que uno del norte de Europa, que tiene mucha probabilidad de tener una jornada de trabajo que se desarrolla mayormente por la tarde.

    Respecto a las causas, sospecho que el mayor porcentaje de pequeñas empresas en España, que no pueden permitirse tener dos trabajadores para cubrir las 12 o 14 horas de apertura diaria, tiene mucho que ver. También puede tener algo que ver que antiguamente, ahora ya no tanto, el trabajo en las horas más fuertes de sol era duro de soportar y se prefería pausar, y se ha mantenido la costumbre aunque ahora trabajemos más en oficinas.

    • JM Martin-Olalla dice:

      No he analizado las causas, el por qué. Es una observación obtenida a partir de los datos de las encuesta de uso de tiempo.

      • JM Martin-Olalla dice:

        Perdón, sí he analizado las causas en un sentido: cuestionando que el cambio de huso de 1942 lo haya provocado.

        Lo cuestiono por analogía con Italia, que nunca ha cambiado de huso y presenta la misma característica.

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