Política

División partidista y negociaciones

15 Mar, 2016 - - @egocrata

Continuando la tradición de escribir artículos que me sirven para pensar en voz alta, permitidme hoy un pequeño divertimiento sobre las estrategias de los partidos para llegar a acuerdos.  Sigo pensando que Podemos acabará pactando, pero ya sabéis que soy mucho mejor prediciendo el pasado que el futuro; aunque llevo unos días dándole vueltas sobre el efecto de las divisiones internas en PSOE y Podemos al intentar alcanzar acuerdos, espero equivocarme.

Punto de partida: notables y líderes

Mi idea básica es tan simple como obvia: la capacidad de maniobra del líder de cualquier partido político está limitada por las opiniones de los notables / barones del partido, incluso cuando estos son minoría y no pueden echarle.

Los notables de un partido pueden condicionar al líder de dos formas distintas. La más obvia es dando un «golpe de estado» para substituirlo; si el secretario general se porta mal y hace algo que no nos gusta, forzamos un congreso e intentamos echarlo. Esto no sucede a menudo, y no tiene demasiado secreto: rey muerto, rey puesto, y una brillante (hasta ahora) carrera política que se extingue para siempre.

Una forma más sutil de influir al líder es haciendo algo mucho más sencillo y menos políticamente violento: protestar. Unos cuantos barones y líderes regionales desafectos hablan off the record con los medios sobre lo mal que lo está haciendo el jefe. Un diputado o miembro de la ejecutiva contradice al jefe en público más o menos accidentalmente. Un notable del partido airado convoca una rueda de prensa y dice que el secretario general es un tipo horrible que está llevando los valores de la izquierda a la ruina y pide cambios. Un pelotón de dirigentes dimiten con un sonoro portazo diciendo que ellos no se apuntaron en este chiringuito para ser lacayos del capital. La idea es dar una señal clara a los votantes que el partido está dividido y el líder es cuestionado, y que un sector de la militancia (casi nunca es la militancia – siempre son notables con malas pulgas) está muy, muy decepcionado.

Esta clase de maniobras condicionan las acciones del líder porque a los votantes, así en general, les gusta bien poco que los partidos políticos tengan divisiones internas. Más que una muestra de «democracia interna» lo ven como una señal de incompetencia futura, anticipando un gobierno inestable y dubitativo. Esto hace que la mayoría de líderes de un partido político sean en general bastante proclives a intentar evitar conflictos internos, ya que les hace daño electoralmente y en el fondo lo que quieren es mandar. Los descontentos de cualquier partido son conscientes de esta tendencia, así que utilizarán la amenaza del conflicto interno (off the record, claro) para conseguir algunas concesiones.

Pragmáticos e ideólogos

Ahora supongamos que hay dos tipos de político. Por un lado tenemos los pragmáticos, gente que antepone ganar elecciones a tener unas convicciones inamovibles. Ellos tienen unos principios, pero si no os gustan tienen otros; siempre actuarán intentando maximizar las posibilidades de victoria. En el lado contrario tenemos los ideólogos, la gente de ideas claras y valores profundos, que prefieren perder unas elecciones defendiendo sus ideas antes que gobernar. Son los guardianes de las esencias, no necesariamente extremistas (en el PSOE son moderados radicales), pero poco proclives a ceder en nada.

Ahora supongamos un partido hipotético de izquierdas llamado Molemos que tiene un líder pragmático y unas bases divididas entre un sector realista y otro ideológico. Al líder le hace ilusión un ministerio, así que prefiere pactar con el otro partido de izquierdas. El sector ideológico sólo está dispuesto a pactar si el acuerdo incluye un 90% de su programa de gobierno, y prefiere repetir elecciones si ese no fuera el caso. ¿Cuál es la estrategia racional del líder?

En este modelo, su decisión dependería de tres factores. Primero, el daño electoral que una rebelión abierta del sector ideológico haría al partido si decidiera aceptar el pacto. Segundo, la distancia del programa del sector ideológico del votante mediano, para saber si su programa de máximos puede hacerle daño en las generales. Tercero, la estructura de preferencias del partido con el que quiere pactar, incluyendo la probabilidad que sus ideólogos rompan en protestas si hubiera acuerdo. Lo que piensen los pragmáticos del partido no importa demasiado; en este escenario no protestarán nunca  ya que eso reduce su probabilidad de ser ministros.

En el primer punto, la pregunta que se hace el líder es si el sector montañés puede declarar la jihad al líder y montar una escisión lo bastante grande como para bloquear una investidura, llevando al partido a una desastrosa repetición electoral en guerra civil abierta. En el segundo, es el coste político de evitar esta guerra acudiendo a las elecciones como ese partido inflexible que insistía en colectivizar los medios de producción para formar gobierno. El tercero le sirve para calcular cuánto puede tensar la cuerda con el otro partido.

Podemos y PSOE

Mi sensación ahora mismo, subjetiva, alejada de los mentideros de Madrid y con un conocimiento parcial de las personalidades de los dirigentes de los partidos es que la estructura interna de los partidos les empuja hacia el pacto.

En el lado de Podemos, el sector más ideológico del partido (los maximalistas de los que habla Sánchez-Cuenca) es ruidoso pero relativamente minoritario, y no tiene los números suficientes para volar por los aires una investidura. Mi intuición se deriva del hecho que el segundo de a bordo del partido es Errejón, un tipo esencialmente pragmático, los cambios de opinión constantes de Iglesias en los últimos meses y el hecho Compromís, Mareas y demás van completamente por libre y quieren hablar con el PSOE desesperadamente, que por algo a ellos les importan las autonómicas. La tozudez de Iglesias es más una estrategia negociadora con la gente dentro de su propio partido que una oposición real al acuerdo.

Esto no es porque sea un vendido al capital, sino porque cree que la repetición electoral les hará más daño que bien. Siendo puramente pragmático, es mejor para Podemos poder condicionar a un gobierno del PSOE (sea desde dentro o desde fuera, mediante abstención) que potencialmente sacrificar el partido en pos de la pureza ideológica.

En el lado del PSOE, el sector «ideológico» (por llamarles de algún modo) son los centristas radicales del partido; los barones que temen un giro a la izquierda y cualquier cosa que suene como acabar con la unidad de España. Pedro Sánchez ha aplacado sus iras con el acuerdo con Ciudadanos, que actuarían como guardianes de la moderación y españolidad de cualquier otro acuerdo. Dado que Sánchez no ofrecerá nada a Podemos que no pueda vender a su otro socio, no creo que deba temer una rebelión interna o un intento de golpe de estado que dé con sus huesos fuera de la secretaria general o lleve al partido a unas elecciones excesivamente dividido.  Los socialistas quieren pactar, y sus líderes han minimizado la probabilidad de rebelión interna de forma efectiva, al menos por ahora.

Resumiendo

Creo que los incentivos de todos los implicados apuntan hacia acuerdo. El único factor que empuja en dirección contraria es que quizás Ciudadanos tenga la tentación, viendo las encuestas, de bloquear un acuerdo con Podemos e intentar echarle la culpa a Pablo Iglesias, pero me parece demasiado arriesgado.

Advertencia final

 

Toda esta reflexión, por supuesto, depende de que Pablo Iglesias sea más pragmático que ideólogo. Si ese no fuera el caso, el escenario es distinto: no hay acuerdo y tenemos una potencial repetición electoral.

Si dentro de Podemos hay una mayoría de Errejonistas pragmáticos, su cálculo a medio plazo también interesante: ¿qué es peor para el partido, ir a elecciones con un programa ideológico o forzar la salida de Iglesias y comerse la ira de los votantes por la división interna?

 


21 comentarios

  1. Mr. X dice:

    Otro artículo escrito con un desconocimiento absoluto de las dinámicas internas de Podemos.

    Hay tantas posibilidades de que Podemos se abstenga y elija a Sánchez con el programa pactado entre Ciudadanos y el PSOE como que a Sánchez le crezcan un par de alas a la espalda y eche a volar.

    • Kartoffel dice:

      Hombre, yo creo que cuando Roger habla de acuerdo no habla de «Podemos acepta el pacto PSOE-Cs al pie de la letra y asegura que es lo único que puede traer el cambio»

      • Mr. X dice:

        A lo mejor no me he expresado muy bien, lo que veo imposible es incluso que se abstenga. El voto es no y seguirá siendo no. Por otro lado, la especie de que existen «errejonistas» me ha divertido bastante. Me recuerda aquello de los guerristas y renovadores del PSOE noventero.

        De hecho, yo creo que el PSOE ya lo asume, el no invariable de Podemos, y trata de desgastarlos antes de la campaña electoral. Lo cual era previsible. Creo que Sánchez calcula que con mantener el puesto de jefe de la oposición ya salva el cuello.

  2. Igel dice:

    Tiempo al tiempo
    Un pacto para una legislatura corta con reforma electoral y plan de emergencia social o similar es factible para los tres: Cs, PSOE y Ps.
    La abstención del PP como de factible la ves? No le convienen elecciones con tantos casos de corrupción y división interna. Pp podría abstenerse, luego Rajoy hacer oposición dura bloqueando todo lo que pueda para desgastar al gobierno de Cs y PSOE mientras buscan recambio a Rajoy con calma.

  3. durruti77 dice:

    Pues yo tengo otra teoría: Ciudadanos y el PSOE no pactarían con Podemos aunque Iglesias firmara con su sangre el acuerdo previo de Rivera y Sánchez. Ciudadanos tiene como única misión parar a Podemos, ése fue el encargo que le hicieron cuando le soltaron la pasta para la campaña.
    Y al PSOE, los que tienen el parné, ya le han dejado muy clarito con quién se puede jugar y con quién no. Así que esto solamente tiene un arreglo…
    El PSOE estaría encantado, incluso, si en las próximas elecciones pierde los suficientes diputados como para que PP+C’s tengan la mayoría absoluta. Trabajarán para ello. Así podrán salvar la cara progresista del partido y echarle en cara la oportunidad perdida a Podemos.

    • Minded dice:

      Resulta siempre divertido ver a los podemitas gritar que Ciudadanos (y el PSOE, y el PP, y cualquiera que no comulgue con ellos) está a sueldo del Ibex, del Club Bilderberg y de los Reptilianos, mientras que Podemos no está a sueldo de nadie, sino que son los voluntarios desinteresados por el Cambio, la Revolución y la Felicidad Humana y Transhumana.

      Podríamos formular la Ley de Iglesias, o de Godwin 2:

      «A medida que la intervención de un podemita se alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación en la que se mencione al IBEX o a los ricos tiende a uno»

      • durruti77 dice:

        Pues sí, como marxista me parece bastante normal mencionar la lucha de clases. Y es innegable que el aumento de la desigualdad es un hecho. Tampoco es menos cierto que la oligarquía ha capturado al Estado y pervertido la competencia justa entre empresas.
        No entiendo por qué está mal decir lo obvio: a mí me parece legítimo que la gran empresa busque un partido que defienda sus intereses, y me parece igualmente comprensible que Rivera acepte su ayuda económica. Pero, por favor, que no digan que van a hacer grandes reformas y que son un partido nuevo.
        Y tengo curiosidad por averiguar qué mamporrero del capital acuñó lo de podemita… estuvo sembrao el puñetero.

        • Juan dice:

          El problema es pensar que lo obvio, en un tema como este, es lo que uno piensa que es obvio. Así nos ha ido, nos va y nos irá por los siglos de los siglos.

          Un saludo

      • Sgt. Kabukiman dice:

        Que va.
        Si le gusta leer la prensa seria, verá que Pablemos está a sueldo del Komandante, de Jomeini, de la eta, de la ota, de la tuna, de spectra o del coco que toca ese dia.

  4. Netligano dice:

    Roger, te recomiendo que empieces a leer a Enric Juliana

    • Mr. X dice:

      Prefiero a Antoni Puigverd (dentro de La Vanguardia); lo de compararlo todo con la política italiana ya se hace un poco coñazo.

  5. Andres dice:

    Roger, es «off the record»!!!

  6. LiMA dice:

    si Podemos fuese racional, vendería su abstención a cambio de un refuerzo del contenido social del acuerdo (subida de impuestos, ley mordaza y alguna cosa más). Luego sería la oposición de izquierdas al gobierno, aprovechando para recomponerse internamente mientras la coyuntura económica (que empeorará) y la necesidad de más recortes (inevitables) desgasta al gobierno. Aprovechando su número de escaños, que es probablemente el máximo que un partido de ese perfil sacará nunca en España.

    la alternativa es llegar a unas nuevas elecciones dividido, perder apoyo electoral, debilitar las alianzas con las confluencias (a las que ya no se podría ofrecer el caramelo del grupo parlamentario propio); y llegar a un escenario a) muy similar al actual pero con menos poder relativo frente al PSOE, o b) que vía mejora de Cs permita un gobierno PP-Cs, del que Podemos sería (justamente) culpabilizado desde el PSOE por el resto de los tiempos.

    así las cosas, la idea de que el «no» de Podemos es inmutable porque la militancia de a pie lo apoya es muy cuestionable. Su hardcore de votantes-militantes es importante, pero si Podemos tiene un futuro como partido de masas en España, es claramente sobre la base de atraer a votantes de izquierda «de toda la vida»; de los que quieren un partido de gobierno (o que influya constructivamente sobre él) y no pataleos, maniobras florentinas o fuegos artificiales de cara a la galería mediática. Este grupo de «nuevos votantes» de Ps tiene una perspectiva más realista de lo que realmente se puede conseguir en un programa de gobierno, y aprecio por las medidas de regeneración pactadas por PSOE y Cs; por tanto su visión del acuerdo es mucho más favorable que la de los militantes de Podemos. Y sin ellos el futuro de Ps viene a ser el del anguitismo: inefectividad absoluta, pureza intelectual en la soledad, y nostalgia del sorpasso que nunca fue.

    con todo ello, claramente se avecina un «day of reckoning» para Podemos. Aunque ninguna alternativa es ideal para el partido, si descontamos factores personales, costes hundidos y apego visceral a las estrategias de protesta, la estrategia dominante para Podemos es claramente abstenerse y evitar males mayores. El tema es si serán racionales. Veremos.

    • vi23 dice:

      Bastante de acuerdo. Pero te dejas fuera el caramelo del millón de votos de iu. Sin el, es imposible entender la estrategia

    • Lester dice:

      > si Podemos fuese racional
      Ese es el problema, que no lo es.
      Podemos es un partido mesiánico y personalista. Los líderes han llegado en esa ola y no cambiaran. La duda es si Podemos podrá cambiar de líderes sin deshacerse, como le pasó a UPyD.

      Yo apuesto a que Iglesias pasará a un segundo plano, como figura histórica, como le ha pasado a Monedero, y Errejón tomará las riendas del partido y aprenderá a llevarlo como un partido, no como un cortijo personal. Pero nada de esto pasará antes del 26 de junio.

      Es decir, en mi opinión Podemos no pactará, sufrirá un cierto descalabro en las elecciones. A partir de ese momento, pasará una crisis, en la que se decidirá si se convierte en un partido con sus correspondientes estructuras, liderado por alguien distinto de Iglesias, ej. Errejón, o se hundirá.

  7. EB dice:

    Roger,

    Esperemos que Roger tenga mucho tiempo para pensar, pero eso sí, si sigue por el camino equivocado sólo terminará expresando sus deseos.

    Su punta partida es que

    «Mi idea básica es tan simple como obvia: la capacidad de maniobra del líder de cualquier partido político está limitada por las opiniones de los notables / barones del partido, incluso cuando estos son minoría y no pueden echarle.»

    pero es una idea equivocada que con suerte se aplicaba sólo a Sánchez el día que los barones lo nombraron y eso fue tiempo atrás (julio 2014). Cuando un comité (aunque sea de hecho) delega autoridad en una persona, por mala que sea, sabe que corre el riesgo de que esa persona abuse su mandato, y en particular que pretenda conseguir apoyos propios para independizarse del comité. Difícil saber cómo hoy es la relación entre Sánchez y el «comité» (cuya composición ha variado), pero yo apostaría que Sánchez sigue sujeto al veto de unos pocos miembros del comité y son estos miembros los que uno debe identificar para poder iniciar el análisis de las estrategias alternativas que enfrenta Sánchez para negociar con los otros partidos.

    Por supuesto, Roger está más preocupado por sus deseos que por predecir lo que podría ocurrir y por lo tanto no debe extrañar que persista en el camino equivocado.

  8. MG dice:

    Mr. X lo ha dicho muy claro. Es más fácil que Pedro Sánchez se convierta en Birdman y eche a volar por la Gran Vía madrileña que ver a Podemos votando sí o absteniéndose para darle a Sánchez la Presidencia. No way…

    En cuanto al PP, todo depende del Todopoderoso. Veremos si ahora, en Semana Santa, Mariano Rajoy se empapa bien empapaó de las particulares enseñanzas del Viernes de Dolores, que versan acerca del sacrificio y la renuncia, de la aceptación del inevitable fin en aras de la salvación común, de la grandeza de perdonar al adversario (milite éste en tu propio partido o en cualquier otro…), en fin, esas cositas.

    O no.

    • MG dice:

      Y en este momento, con sus cuestiones internas por ordenar (círculos que no se cuadran por aquí y por allá, confluencias que quieren más de esto y de aquello, «debates enriquecedores» entre los líderes de la formación…), la mejor opción real para Podemos es que «otro» se encargue de asegurar que no haya nuevas elecciones (que no les convienen) para convertirse «de facto» en la verdadera oposición de izquierdas en el Congreso (donde Pablo Iglesias se siente verdaderamente cómodo) mientras el PSOE se desgasta en el gobierno con C’s y se «derechiza» ante la opinión pública. Podemos necesita algo más de tiempo y coherencia interna para acceder al Gobierno, y creo que son perfectamente conscientes. Que el PP se abstenga les garantiza varias cosas:
      a) conservar sus escaños intactos (confluencias incluídas)
      b) erigirse en la verdadera voz de la izquierda en el Parlamento
      c) tiempo y poder para arreglar las cosas de casa con calma
      d) una excusa excelente para su voto negativo, ya que la abstención del PP «revelaría» claramente la verdadera naturaleza derechista del acuerdo, signifique esto lo que signifique…

      • Mr. X dice:

        Ese sería, por supuesto, el escenario soñado por Podemos. Pero no veo a Mariano por la labor de apartarse del escenario, ni a nadie en el PP capaz de darle el empujón.

        Por otro lado, tampoco hay que olvidar que tras las municipales, Podemos también tuvo bajón de las encuestas, líos internos, acusaciones varipintas de las que luego se quedan en nada, etc, etc, ¡hasta Metroscopia publicaba encuestas muy serias que decían que Ciudadanos estaba muy, muy por encima! Quizás por su propia configuración interna, Ps funciona mejor «al ataque», como maquinaria electoral que gestionando unos resultados, por la sencilla razón de que los que lo forman están de acuerdo sobre cuál es el «enemigo»-el PP y el PSOE, para resumirlo-, pero en desacuerdo sobre muchas otras cosas.

        • MG dice:

          Pues nada, a ver si Rajoy se cae del caballo de una buena vez… Que la cosa se está poniendo un poco pesada de más, con tantos mimbres y manos tendidas por todos lados.

          Y el 26 de Junio es un día muy malo para votar. La gente se quiere ir de vacaciones, o al menos fantasear con ello…

  9. Manuel dice:

    Das por hecho que los votantes de podemos vamos a estar de acuerdo con un pacto PSOE-C´s que no nos gusta un pelo. Y tenemos que aprobar un posible acuerdo….
    Y va a salir que no si no es un pacto PSOE-PODEMOS, dejando fuera a C´s

    Por tanto, creo que todo este batiburrillo que has soltado, te salta por los aires.

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