Este artículo es el tercero de una serie conjunta con nuestros amigos de Piedras de Papel sobre el 20D. La idea es aportar distintos enfoques y debatir en las redes (#20DPolitikonPdP) sobre cuestiones que nos parecen claves para entender estas elecciones. Hoy nos ocupamos del tema del sistema electoral y su posible reforma.
Es bien conocido que el sistema electoral español es una obra maestra de la manipulación gracias a sus tres sesgos; el mayoritario, el de pro-rateo y el conservador. Ello no ha impedido, sin embargo, que mantenga cierto equilibrio entre la proporcionalidad y la gobernabilidad. Si se quiere rastrear en sus orígenes, pese a que ahora haya relatos que reinterpretan el pasado diciendo que tenía una vocación bipartidista, lo que sus arquitectos tenían en mente era lo propio de cualquier dictadura saliente; apuntalar a sus sucesores. Es decir, intentar que la UCD ganase las mayorías de la manera más barata posible. Distinto es que los que los partidos que hayan venido después no hayan visto inconveniente en mantener las reglas iniciales que tanto bien les ha hecho. Basta con ver la tabla siguiente sobre las desviaciones en proporcionalidad para entender ambas cuestiones.
Pese a que uno podría pensar que esto pone en alerta a los nuevos partidos, parece que en esta elección las cosas van a ser un poco diferentes. Como explicaba muy bien Alberto Penadès, nuestro sistema electoral empuja a que los nuevos partidos deban nacer medianos o resignarse a la irrelevancia. Si irrumpen con la fuerza necesaria para estar en la banda 15-17% la penalización puede ser escasa y visto que Ciudadanos supera estas marcas en los distritos pequeños (véase el CIS) y Podemos va en coaliciones territoriales, pareciera que misión cumplida. Por supuesto, eso no quita a que la geografía vaya a tener una importancia clave. Es duro decirlo, pero la centralidad política se decide más en Ávila que en Madrid y de eso habla Alberto aquí. Pero viajemos un momento al 21D.
La inevitable discusión de la reforma
Cuando la elección ya se haya consumado y tengamos un gobierno, es muy difícil que no se aborde en serio la reforma de nuestro sistema. Las reformas electorales son atípicas en perspectiva comparada y es lógico que así sea. Los sistemas electorales manufacturan las mayorías políticas con capacidad de cambiarlas y, dado que la statu quo suele beneficiarlas, no tienen incentivos para reformar. Sin embargo, está claro que esto ya no va a ser igual por al menos por dos razones.
Por un lado, porque cuando un partido mayoritario depende de uno minoritario perjudicado por el sistema electoral, puede presionar para el cambio como parte del acuerdo. Esto es semejante a lo que pasó en Alemania en 1987 cuando la CDU-CSU modificó el sistema por presión de los liberales. Como en España hasta la fecha los acuerdos preferentes eran con partidos catalanes o vascos – a los que esta ley ya les va bien – la reforma no entró jamás en la agenda. Sin embargo, eso cambia ahora con la necesidad de tener a Ciudadanos y/o Podemos apoyando al partido gobernante (o siendo él mismo). Es lógico que en un contexto de incertidumbre electoral y volatilidad creciente se quiera presionar para la mayor proporcionalidad del sistema. De ello puede depender la supervivencia de esos partidos en las próximas elecciones.
Por otro lado, porque un descontento generalizado con el rendimiento del sistema político (y de calidad en la representación) facilita un clima de opinión proclive a las reformas. Esto es algo semejante a los casos de Italia o Japón, con corrupción rampante, o Nueva Zelanda, con el incumplimiento de programas electorales de los dos grandes partidos. Es decir, que no sólo es importante la reforma por sus efectos distributivos – tanto entre partidos como entre los miembros de los partidos – sino también por ser una política pública que vender a tus votantes. Es decir, que Podemos y Ciudadanos tienen un interés genuino en ponerse la medalla de haber espoleado la reforma en tanto que elemento de su programa. Algo que en general suena bien a sus clientelas e, incluso, al conjunto de la opinión pública.
Ambos elementos parece que los veremos en la próxima legislatura y, si van en la línea de más proporcionalidad y personalización, también es parecido a los países de nuestro entorno. De entrada, parece que las reformas que se han hecho en la OCDE hasta la primera década de los 2000 tienden a ir hacia más proporcionalidad. Esto es especialmente así en las “viejas democracias” consolidadas y en los contextos de transición, aunque en muchas democracias nuevas no sea el caso – especialmente por la regresión que hay en Europa del Este hacia sistemas que atomicen la representación tras sus transiciones.
Del mismo modo, en el caso del incremento de la personalización del sistema, de alguna fórmula que permita discriminar candidatos dentro de las papeletas, la tendencia es muy reciente pero en general va en el mismo sentido. Hay que pensar que durante los 80s y 90s algunas reformas fueron en sentido contrario justamente porque el cambio a sistemas mixtos suprimió algunos formatos que incluían listas abiertas o desbloqueadas – como en el caso de Italia – y ello es más gravoso para los candidatos individuales.
Por lo tanto, es complicado que no se aborde la reforma en la próxima legislatura tanto en materia de proporcionalidad como de personalización, y en general en sentidos parecidos a los de otras democracias del entorno. Que se culmine es otra cuestión, pero doy fe que a excepción de la provincia y que sea un sistema proporcional; la fórmula d´Hondt, el tipo de listas, el mínimo de diputados provinciales (y creo que hasta distritos correctores o colegios de restos) sólo requerirían de 176 diputados y voluntad política.
¿Qué proponen los partidos?
A continuación presento las propuestas de reformas que llevan los principales partidos españoles. Me baso exclusivamente en lo que se incluye en sus programas electorales, dejando de lado las declaraciones y equívocos que a veces cometen los candidatos o los medios. El Partido Popular incluye referencias a prima de mayoría y segundas vueltas, pero todo se refiere a una reforma electoral en el ámbito municipal (p 141). Dado que en este artículo me centro exclusivamente en las reformas del sistema electoral del Congreso de los Diputados, el PP no incluye una medida específica más allá de la «costumbre constitucional de que gobierne la lista más votada».
Las propuestas van en la siguiente tabla:
Quizá lo más sencillo sea detallar los puntos en común:
Primero: Tanto PSOE, Podemos, Ciudadanos, Unidad Popular como UPyD proponen la mejora de la proporcionalidad del sistema electoral. Con diferencia el más abierto es el PSOE, que en el punto VI lo lleva de manera muy general como “mejorar la proporcionalidad”, seguido de UPyD que lleva “reformar la LOREG para equilibrar el peso territorial del voto”. En el punto 2.3.2 Unidad Popular habla de «adecuar el tamaño de las circunscripciones de forma que permitan una representatividad real y un valor igual del voto». Además, se habla de reducir la barrera electoral (hoy es un 3% provincial).
Las dos propuestas más detalladas son las de Ciudadanos y Podemos
Ciudadanos en la Propuesta 7 propone básicamente un sistema mixto compensatorio inspirado en el modelo alemán (175 distritos uninominales, 175 en listas desbloqueadas de partidos). A efectos prácticos esto implica la creación de un distrito único a nivel nacional porque los 175 uninominales ocupan los escaños asignados por la lista proporcional. Eso sí, lo que también incluye es una barrera estatal del 3% para el reparto proporcional (de los no estatales, sólo CiU habría cumplido en 2011). El Congreso podría ampliarse hasta los 400 diputados si los uninominales superan a los proporcionales por partido – los mandatos excedentes – lo que podría empeorar algo la proporcionalidad.
Podemos, en su punto 228 se moja por establecer la circunscripción autonómica como única base territorial para la asignación de diputados, y utilizar fórmulas de la media mayor (supongo que se refiere a cambiar d´Hondt) que garanticen la igualdad del peso del voto de todos los ciudadanos. De nuevo, le prestan atención al tema del peso demográfico para intentar equilibrar la representación entre los territorios.
Segundo: Para mejorar la personalización el PSOE y UPyD (apartado 2. 29) llevan listas desbloqueadas como su propuesta estrella. Para los primeros la idea es “que permita a los electores una mayor in fluencia sobre la elección finalmente de sus representantes e incentive una rendición de cuentas más personalizada entre la ciudadanía y sus representantes parlamentarios”. Los segundos dicen que sería una “medida intermedia hasta que pueda introducirse de forma sencilla el sistema de listas abiertas”(¿?).
Ciudadanos mejora la personalización del sistema mediante los 175 escaños unipersonales – para ver sus efectos más aquí – si bien también incorpora el desbloqueo de las listas en la proporcional. Ni Podemos ni Unidad Popular señalan nada sobre la mejora en la personalización y el cambio de las listas, aunque los demás partidos tampoco son muy concretos sobre el tipo de desbloqueo.
Tercero: Tanto el PSOE como Podemos señalan la necesidad de cambiar el sistema de voto del exterior. Los socialistas apuntan (p 42. III) la desaparición del voto rogado para cambiar el sistema de voto en el exterior. Podemos es bastante más detallado en este aspecto en el punto 231 cuando, además de suprimir el voto rogado, señala la ampliación del dos a cuatro semanas del procedimiento, la creación de una circunscripción para el exterior (como Portugal), regular las campañas e información en el exterior y modificar los trámites consulares.
Cuarto: Otros elementos curiosos. El PSOE propone estudiar bajar la edad de voto a los 16 años, debates regulados por ley o voto electrónico; UPyD las dos vueltas para la elección del alcalde y acabar con el requisito del 0.1% de firmas para presentarse, además del mailing conjunto de propaganda electoral y Podemos propone el referéndum revocatorio ante incumplimiento del programa electoral. Unidad Popular lleva en el programa tanto el revocatorio como reducir la edad para votar.
Un consenso emergente
Con estos mimbres, y al margen de qué partido encabece el ejecutivo, parece muy factible que se estudie la reforma electoral. De momento hay un acuerdo general sobre los principios de PSOE, Podemos y Ciudadanos – incrementar la proporcionalidad y, hasta cierto punto, incrementar la personalización – si bien no siempre hay acuerdo sobre el modelo de sistema para hacerlo. Los partidos nuevos, como es natural, llevan propuestas más detalladas porque necesitan diferenciarse. El PSOE lo supedita a una reforma de Constitución y LOREG “desde el consenso” porque el sistema electoral al fin y al cabo no le ha ido mal (hasta ahora).
En la próxima legislatura, dada la correlación de fuerzas que se apuntan en los sondeos, se abre una ventana de oportunidad para la reforma electoral como nunca antes en nuestro país. Eso sí, que nuestros representantes la aprovechen para hacer una reforma factible y sensata está por ver.
Página 16 del programa electoral de Unidad Popular (http://unidadpopular.es/programa/). El programa del PP está aquí (http://www.participarenserio.es/programa/). Soy un lector habitual del blog; os felicito por el trabajo (aprovecho porque es la primera vez que comento), pero aquí os habéis lucido.
Un saludo.
Pablo, el programa de UP en su punto 2.3.2 dice lo siguiente:
«Reforma del sistema electoral, de la Ley Electoral y de la Constitución para garantizar el principio de proporcionalidad. Se adecuará el tamaño de las circunscripciones de forma que permitan una representatividad real y un valor igual del voto. Igualmente se reducirá la barrera electoral para permitir la representación de todas las opciones.»
Pero para tener en cuenta su programa hay que suponer que el 21D seguirá habiendo UP, y eso es mucho suponer
En el mundo hay cientos de sistemas electorales diferentes y no existe una definición objetiva de «buen sistema electoral».
Los profesionales de estas cosas dicen que los «cambios» los carga el diablo y que estos sistemas han de tener muy en cuanta las especificidades culturales e históricas de las sociedades en las cuales se despliegan.
Un buen sistema en USA puede ser un desastroso sistema en México. De hecho la Constitución de México es copia de la Norteamericana y está claro el resultado.
Para unos lo importante es la Proporcionalidad aritmética más o menos perfecta en relación a alguna de las variables, para otros el Equilibrio territorial y la protección de algún «status quo» considerado como idóneo o deseable y para otros consistirá en lo que su propio nombre indica: Una Forma de elección de Gobiernos y Asambleas Legislativas.
Ninguno de los Partidos que hoy nos dan la vara con «su problema» Electoral ha dado muestras de tener la menor preocupación porque el resultado de Su Sistema Electoral…………Produzca el Mejor Gobierno Posible: Buenos Candidatos, Buenas Mayorías, Buena capacidad de Decisión, de Legislación y de Gestión. De hecho cada vez van a peor hasta tal punto que lo que sí está claro es que el sistema de Listas, en España, hoy, Produce rendimientos de Calidad y Rendimientos decrecientes
Por otra parte………..¿Desde cuándo ha sido para los Gobernados un Objetivo que gobiernen muchos partidos y se pasen el puñetero día negociando entre ellos?
¿Por qué los Sistemas Democráticos de Mayor Solera y Calidad buscan exactamente lo Contrario: Definiciones Claras, Mayorías Nítidas con capacidad decisoria. Circunscripciones Uninominales, Segundas Vueltas?
Nuestros partidos emergentes lo que realmente buscan es…………..Optimizar sus Rendimientos. Nada más.
Es más, cada día que pasa y conocemos nuevos partidos y nuevos candidatos más patética y remota resulta la posibilidad de Mejorar la Calidad y efectividad de nuestros Legisladores y Gobernantes.
Desde luego ninguna de las propuestas sobre la mesa aporta mejoría alguna en el sentido anterior.
Para mí que con este Rollo de las «Reformas Light» de la Constitución vigente ninguno de los emergentes está capacitado para ello ni tan siquiera entiende de lo que habla.
Por eso no hacen propuestas concretas y, más bien, se preparan para pasar 4 años sabáticos para negociar «sus problemillas». No los nuestros.
En fin, que tenemos muchos problemas y el «nivelazo» de quienes se van a dedicar a la política es tan preocupante que no se sabe muy bien si salir corriendo o buscar cobijo bajo tierra.
Saludos
En mi humilde opinión veo algo de confusión y algunas opiniones algo aventuradas en tu exposición.
No soy quién para afirmar si los partidos se preocupan o no por la calidad de sus candidatos. Pero, ¿ésto qué tiene que ver realmente con el sistema electoral? En el caso de elecciones uninominales como en el Reino Unido, pues más o menos. En el resto de sistemas, pues yo no veo ninguno que per se garantice «buenos candidatos» ( y por cierto, ¿podríamos definir en qué consiste ser buen candidato? No lo veo fácil).
Por otro lado, afirmas que las democracias mejor asentadas buscan «mayorías nítidas, con capacidad decisoria», porque «¿Desde cuando ha sido para los gobernados un objetivo que gobiernen muchos partidos (…)?» Pues mira, no sé qué es lo que piensan los «gobernados» puesto que no se lo he preguntado a todos ellos, pero sí puedo afirmar que en el parlamento sueco hay 8 partidos representados, 8 también en el finlandés, 9 en el holandés,6 en el danés y el austríaco…y paro para no cansar. Alemania con «sólo» 4 partidos casi parece rara. Todos estos países utilizan sistemas muy proporcionales, y hasta donde sé, no tienen ganas de cambiar a sistemas uninominales ni segundas vueltas. Es sólo un suponer, pero quizás tengan buenas razones para ello, tanto a nivel de argumentación teórica como por que no les impide llevar en su día a día una actividad política estable y «de calidad».
Hola, Hejo:
Usando tu propio ejemplo podemos hacer un análisis rápido de la estructura vertical de Occidente siguiendo la recomendación de F. Braudel. Desde el omnipresente ángulo Imperial que, curiosamente, siempre olvidamos al analizar estas cosas.
Como si todos los Estados fueran iguales y no hubiese relación de dependencia jerárquica (formal o informal) entre ellos.
Los Habsburgo gobernaron muchos estados chiquitines porque, cuanto más fragmentados estuvieran mejor era para la casa de Habsburgo, la casa de los Harkonen, el Imperio Español, el Inglés o el USA actual.
Los países nórdicos, todos pequeñitos y de cultura cooperativa, son satélites industriales de Alemania –y de USA para el resto de cuestiones– por no hablar de su dependencia estricta de ese ente de no electos que es la Comisión Europea.
Como ves, a medida que vas subiendo en la jerarquía REAL de GOBIERNO menos división partidaria te encuentras en las cúpulas.
Desde luego los liderazgos globales de raíz Anglo optan por como mucho dos y Francia con su segunda vuelta trata de hacer lo mismo.
Mi comentario anterior resume la opinión de dos o tres amigos expertos en el tema y la ofrezco porque viene de tres profesionales, uno de ellos emérito reconocido internacionalmente y los otros dos conocidos especialistas docentes con opinión publicada.
Sin el menor ánimo polémico no es difícil ver que, a nivel País, se eligen Directores de Delegación, branch managers, con dependencia directa de las Oficinas Regionales en Bruselas y de HQ en Washington.
Un saludo
En mi opinión, como justificación, no tienen mucho sentido estos ejemplos.
Para mi, antes de proponer un sistema electoral es entender las circunstancias de un pais. En un Estado tan heterogéneo como el nuestro un sistema tipo anglosajón no tendría mucho sentido. Lo lógico es combinar proporcionalidad con representación territorial. Para eso tenemos dos cámaras
La cuestión de si los nuevos partidos se han parado a pensar en condiciones sobre el sistema electoral. Lo dudo. Ciudadanos se ha dedicado a copiar el alemán porque tiene buena fama, y Podemos no quiere molestar a sus aliados nacional-regionalistas.
Ya veremos lo que pasa. Un saludo
Pues yo tiendo a pensar que aun tenemos mucho que aprender del sistema estadounidense. Con el sistema bipartidista, presidencialista con elecciones alternas, con límite de mandatos…
Blog Pajas y obviedades – «América. La lección del maestro.»
http://pajobvios.blogspot.fr/2015/11/america-la-leccion-del-maestro.html
Más allá del error metodológico de ignorar la inserción del régimen electoral en la institucionalidad de la política y del gobierno (y por extensión las fuertes diferencias en la institucionalidad de las democracias constitucionales por razones varias), me da risa que el post hable de consenso para una reforma electoral e ignore la posición del PP, esto es, el partido mayoritario, que aparentemente defiende el estatus quo.
El problema de todo es cuando alcanzan la barrera que les hacen ser fuertes y olvidan las propuestas que hacen cuando estan por debajo. Los nacionalistas beneficiados con la actual ley, los partidos tipicos beneficiados por la ley D,hont mientras miles de votos van a la basura y hace pensar a muchos votantes que si opcion no es valida para cambiar nada y deciden votar a la contra pervirtiendo todo el sistema.No soy un especialista en la ley pero si diria a esos partidos que propugnan la identidad española que no olviden esta cuestion y hagan valer que un voto es tan válido en Avila como en Giron y debian valer lo mismo. Pero cuando estan en situacion franca olvidan todo asi que habria qie penalizar el incumplimiento de promesas.
Me encanta leerte Pablo y te sigo en otros espacios. Gracias por hacernoslo mas facil
Un voto en Ávila vale mucho más que en Gerona. Un 50 % más, aproximadamente.
Pero a un voto de Ávila, a un votante de Ávila y a un representante por Ávila les hacen mucho menos caso que a los correspondientes de Girona. Un 200% menos, aproximadamente.
El caso es que ninguno de los muchos problemas que tenemos los ciudadanos puede resolverse con una modificación del sistema electoral.
Mucho menos si el sistema de listas se mantiene como es el caso. De hecho ningún partido propone un sistema de circunscripciones unipersonales ni segundas vueltas porque estos sistemas incrementan la relación del candidato con los votantes y debilitan la relación con las cúpulas de los partidos que pasan a ser bastante irrelevantes. Además reducen sus fuentes de ingresos y de poder.
Mi conclusión es que están mareando la perdiz para, de paso, evitar meterse en harina con los problemas de verdad:
-Paro,
-Educación,
-Pérdida de la unidad de mercado,
-la pavorosa pérdida de capacidad industrial como porcentaje del PIB,
-la necesidad estructural de tener que recurrir a Burbujas financieras para generar la ilusión de actividad económica,
-la Fragmentación del Estado,
la escandalosa cifra de Suicidios diarios (unas 10 personas cada día)
–etc., etc., etc.
De lo que antecede ninguno de los Partidos se atreve a hablar.
Les entra pavor y a los emergentes más porque por no saber no saben ni por dónde les da el aire.
Y los que ya están o han estado en el Poder, han creado todos los problemas y presumen de ello o hacen como si fueran debidos a nuestro ADN y no a su labor de desgobierno.
Por lo tanto buscan distraernos con estas «cositas» y nosotros entramos al trapo.
Saludos
Respecto a lo de «obra maestra de la manipulación» debo decir que dudo bastante que los diseñadores del sistema lo pensaran todo tan detenidamente, con tanto detalle, y con tanto maquiavelismo como se les atribuye (y en algún caso se atribuye él mismo a toro pasado). Y también que si su sistema estuviera pensado para eso, se pueda llamar éxito a que solo 5 años después su partido se desintegrara y los «rojos» ganaran por mayoría absoluta. Y lo dudo todavía más cuando contemplo su «magistral» diseño del senado, la más inútil cámara que vieron los tiempos pasados ni esperan ver los venideros…
En otras palabras, no cuadra que las mismas personas fueran tan inteligentes y friamente eficaces en unos puntos (como el diseño del congreso) y al mismo tiempo fueran tan chapuceras y de brocha gorda en otros (como el diseño del senado).
Es evidente que, de nuevo, la Agenda de los Partidos no es la de la Ciudadanía. Van a lo suyo y «lo suyo» nunca es «lo nuestro».