Brexit

La carta de Cameron: ¿suficiente para empezar a ganar?

12 Nov, 2015 - y - @polmorillas, @bpberta,

Después de muchos meses de filtraciones, presiones y mensajes ambiguos, David Cameron presentó el pasado martes su carta con las demandas para renegociación de las condiciones de la pertenencia del Reino Unido en la Unión Europea. Las reacciones no se han hecho esperar: mientras Angela Merkel vio con buenos ojos buena parte de las demandas de Cameron (sobre todo las destinadas a aumentar la competitividad de la Unión después de la crisis), el portavoz de la Comisión Europea llamó la atención sobre aquellas medidas que puedan atentar contra elementos básicos de la regulación europea (como por ejemplo la discriminación de la población europea residente en el Reino Unido y su acceso a beneficios sociales).

Las propuestas presentadas se dividen en los cuatro grandes bloques que ya se venían anticipando: proteger el mercado común y los intereses de los países europeos fuera de la zona euro, reducir las regulaciones de la UE y aumentar la competitividad de sus políticas, renunciar a la aplicación del principio de “una Unión cada vez más estrecha” (“ever closer Union”) y potenciar la capacidad de veto de los parlamentos nacionales en la legislación europea y restringir las posibilidades de libre movimiento y el acceso a los beneficios sociales de los emigrantes europeos al Reino Unido.

En el mejor de los mundos, el proceso formal de negociaciones que empezó el martes servirá para que el Reino Unido permanezca como miembro de una UE reformada y más eficiente. En cuanto a su contenido, las reformas para disminuir los derechos asociados a la movilidad encontrarán los mayores escollos en el este de Europa, mientras que países europeístas como España o Bélgica intentarán limitar la voluntad de Londres de vetar propuestas de legislación europea a través de los parlamentos nacionales. Sin embargo, la forma y el proceso de negociación pueden ser los elementos que impidan una marcha rápida tanto en las negociaciones como en la fecha del referéndum, ya que se necesitarán adaptaciones importantes de la legislación europea y algunos estados aprovecharán para incluir sus propias prioridades en el proceso de renegociación.

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Fuente: http://openeurope.org.uk/intelligence/britain-and-the-eu/open-europes-eu-reform-heat-map-where-do-eu-countries-stand-on-the-uks-eu-reform-demands/

Por su parte, los sectores más euroescépticos del Reino Unido no han tardado en expresar su decepción por la “poca ambición” de las demandas presentadas por Cameron. Esta reacción crítica es poco sorprendente. Como comentamos en su momento, Cameron tenía el difícil reto de encontrar el equilibrio entre unas propuestas que se adaptaran a las preferencias de los ciudadanos británicos sin que esto supusiera enfrentarse con el resto de los líderes europeos. ¿Lo conseguirá? ¿Serán suficientes estas demandas para convencer a sus conciudadanos de permanecer en la Unión? ¿Ha ido Cameron suficientemente lejos en sus peticiones?

Como muestran los datos de la última encuesta de IPSOS-MORI, estas demandas tocan de cerca algunas de las mayores preocupaciones de los británicos, como la limitación al acceso a los beneficios sociales, el mayor peso a los parlamentos nacionales o proteger a la economía británica de las inferencias de la legislación europea.  

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Unas propuestas que, bien negociadas, pueden convencer a buena parte de los ciudadanos que actualmente están a favor de abandonar la Unión de quedarse. Como la misma IPSOS-MORI recordaba, un 28% de los partidarios de abandonar la Unión ahora sería más partidario de quedarse si Cameron consigue que se restrinjan los beneficios que reciben los inmigrantes de la UE, y un 32% de ellos podría cambiar de opinión si se retornaran algunos poderes a Westminster. Incluso las propuestas de ser excluidos de la “ever closer union” (16%) o de proteger la economía británica de las normas de la eurozona (19%) podrían influir en la opinión de un porcentaje importante de los ciudadanos partidarios de abandonar la Unión.

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No obstante, a pesar de que Cameron intentó ligar la reducción de los beneficios a una disminución de la inmigración, las demandas de Cameron no incluyen ninguna medida dirigida a recortar y restringir la inmigración y la libertad de movimiento dentro de la Unión. Un tema que un 48% de los británicos consideraba importante y que podía haber cambiado la opinión de hasta un 31% de los actuales euroescépticos. De igual modo, la carta no incluye ninguna propuesta para poder expulsar del país a los inmigrantes que no hayan conseguido trabajo después de 6 meses en el país, una propuesta que contaba con el apoyo del 81% de los ciudadanos.

Esto es relevante porque si los británicos tienen la sensación de que Cameron ha fracasado en las negociaciones para controlar la libertad de movimientos dentro de la Unión, hasta un 43% de los encuestados se muestra partidario a día de hoy de votar para irse. Una percepción de fracaso de las negociaciones, o de no haberlo ni intentando, podría ser ampliamente movilizadora  de los sectores partidarios del Brexit, algo que queda demostrado por sus reacciones a la carta.

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Además, a pesar de que se incluyen en la carta, las demandas para recuperar poderes para Westminster y se quedan relativamente cortas. La propuesta presentada por Cameron propone que el parlamento británico se tenga que coordinar con otros parlamentos para bloquear propuestas de la Comisión Europea, algo que sólo convencería a un 18% de los británicos (frente a una mayoría que preferiría que Westminster pudiera actuar unilateralmente para parar la propuesta de legislación).

Cameron ha optado por unas propuestas no excesivamente ambiciosas para evitar quedar en la incómoda situación de enfrentarse al referéndum como perdedor de la negociación. Esta estrategia, que puede tener sentido a la hora de enfocar la argumentación de la campaña, tiene sus riesgos en la situación actual. Con un movimiento euroescéptico tan estructurado y movilizado va a ser difícil que Cameron consiga escapar de las críticas por su falta de ambición. Unas críticas que pueden limitar el impacto de las negociaciones a la hora de convencer a los sectores más indecisos (los llamados euroescépticos soft) de que ha conseguido un buen trato por parte de Bruselas y que justifica la permanencia en la UE.


5 comentarios

  1. M. Oquendo dice:

    Muchas gracias por abrir este asunto. Es importante y lo seguiré con interés.
    Quisiera añadir dos o tres comentarios de contexto.

    1. La UE y el Euro también son mecanismos de sometimiento imperial en un espacio geográfico muy fraccionado, con estados cada vez más pequeños y problemáticos y sin que la Polis, la Ciudadanía, pueda realmente comunicarse entre sí. Es como un gran rebaño recogido en diminutos corrales y donde los más grandes sufren presiones internas y poca ayuda externa para no seguir subdividiéndose.

    2. Según Eurostat la Ciudadanía de 28 países Europeos SUSPENDE a Su Sistema Político (3.5 sobre 10) y a su Sistema Judicial (4.6 sobre 10).
    El país con mejor nota es Suiza (un aprobado) y no pertenece a la UE.

    A lo mejor, en vez de hacer el «Papanatas» con la UE, debemos todos hacer lo que hace UK y replantearnos la cosa.

    No digo salir, digo Replantearla.

    Así como va, va fatal. Reducidos estructuralmente al estado geopolítico de Cipayos disfrazados de Coroneles.

    Nosotros no hemos entrado en mejores condiciones que UK así que debemos plantearnos si esta «Autosatisfacción» que manifiestan algunos está justificada.

    Saludos

  2. Bentolin dice:

    A mi entender y como en el caso catalan es una cuestión de mayorias y minorias localizadas. En un punto geografico hay una proporción que es mayoria en ese punto geografico con respecto a una preferencia política. Si estan integrados en una zona más grande. Es opción que en ese punto era mayoritaría se convierte en minoritaria pero sigue siendo la preferida. Ante esto lo que se pretende es disminuir lo suficiente la zona para poder llevar a cabo sus decisiones preferenciales. Es no saber perder democraticamente y buscar la opción que permita poder argumentar que son mayoría. Sí los catalanes digeran sin más, nuestras preferencias en el congreso español no son las mayoritarias. O conseguimos convencer a la otra parte o aceptamos que somos minoria en un ente superior y aceptamos los consensos. No habria problemas. Pero en vez de eso deciden disminuir el ambito de decisión hasta que sus opciones son mayoritarias. Inglaterra hace lo mismo tiene una visión de politica que no logra que compartan el resto de miembros europeos ante lo cual decide separarse. La unica diferencia entre estas dos es que inglaterra no ha estado el tiempo suficiente en europa para que un Frances se considere parte de Inglaterra y quiera participar de sus decisiones y Cataluña lleva ya tanto tiempo integrada en España que un midrileño cree tener derecho en algunas de las decisiones Catalanas.

  3. Pescador dice:

    Viendocomo estará siempre el tema con UK, lo mejor es que se pidan un respiro, suspendemos el Tratado del uno de Enero de 2016 al uno de Enero de 2020, en todos los aspectos, y en Diciembre de 2019 se lo van pensando.
    Si pidieran reformar la UE, modo Oquendo empoderar a la people y tal, vale, pero pedir reformas para dejarme a la City como está, ser el portaviones de Hong Kong y USA en Europa y dar gusto a una ciudadanía incapaz de cubrir ciertos puestos con «competitividad»- por eso llegan del Este- o siquiera con formación- llevamos lustros exportando médicos y enfermeras a UK- pues debería ser que no.
    Y , por cierto, cuando viajen al sol y la sangría, que se lleven puesto un buen seguro médico…

  4. jetkom dice:

    Cuan catastrófico sería para Europa el Brexit? Y para Inglaterra?

    Porque según como, yo me inclinaría por mandarlos a pastar fango. Y en cinco años que vean si les conviene la UE o no.

    Todo esto asumiendo que el mayor perjuicio sea el suyo.

    Pero vamos. No soy objetivo con este tema. No puedo entender y respetar el euroescepticismo. Me parece una idea tan sumamente cortoplacista y sin altura de miras que simplemente me genera rechazo.

    (Me refiero al euroescepticismo derechoso-navionalista. No

    .

  5. M. Oquendo dice:

    El caso del RU merece ser analizado por todo el Continente y muy especialmente por España. Somos «La Otra» Nación europea con larga Historia si no hemos perdido la memoria.

    Puede ser que en su actitud haya cosas que no nos interesan o que no compartimos. Pero también es posible que no sea así.

    De entrada no es muy lógico que, sin escuchar sus argumentos, los rechacemos como si…………………..
    1. A nosotros nos fuese de cine dentro en las condiciones en las que hemos entrado
    2. El horizonte nos mostrase señales de ir a mejor en vez de lo contrario.

    UK y el Continente son muy distintos. Por historia, por tradición democrática (ninguna democracia continental se les acerca en duración y autenticidad) y por capacidad de pensar globalmente.

    Nuestros sistemas Jurídicos (Rule of Law vs Estado de Derecho Positivo Postilustración) también son muy diferentes y desde luego el del Continente no es mejor.

    Yo sugeriría escucharles con atención, no precipitarnos, pensar despacio y actuar racionalmente.
    Estaría bien hacerlo de vez en cuando. «For a change», como dicen ellos.

    Aunque solo sea por entender al «Cliente». Nunca sobran.

    Saludos

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