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Primary Colors (VII): tengo un amigo mejicano

20 Ago, 2015 - - @egocrata

Una de las leyes no escritas sobre cualquier discusión sobre temas raciales en Estados Unidos entre gente que obviamente no debería hablar sobre estas cosas en público es que tarde o temprano alguien, en algún momento, dirá eso de «yo no soy racista, es más, uno de mis mejores amigos es mejicano/negro/musulmán«. Es, digamos, la fase terminal de cualquier intento de negar tener prejuicios, recurriendo a la anécdota personal para justificar burradas. Es también la confirmación para cualquier mejicano/negro/musulmán que estuviera escuchando que quizás el tipo sea buena persona, pero sí, es un poco racista.

El debate republicano en estas primarias va camino de tener a los candidatos entonando el «tengo un amigo mejicano» muchas, muchas veces antes de que acabe el año. El motivo, como casi todo en esta cada vez más extraña campaña electoral, es Donald Trump y su prodigiosa capacidad para decir cosas absolutamente horribles sin perder apoyo en las encuestas. Tras un fin de semana post-debate en que toda la conversación giró alrededor de si Trump había acusado a Megyn Kelly, la moderadora de Fox, de lanzarle preguntas agresivas porque tenía la regla (no es broma*), esta semana ha tocado inmigración. Más concretamente, Trump ha presentado su plan sobre inmigración, que además de ser sorprendentemente detallado, es tan draconiano como os podéis imaginar. Para los curiosos, aquí tenéis los detalles.

El plan incluye un montón de propuestas como mínimo salvajes; básicamente es un catálogo de métodos para deportar a 11 millones de indocumentados del país. Lo que ha concentrado el debate, sin embargo, es una propuesta específica de reforma constitucional con unas connotaciones bastante desagradables, la decimocuarta enmienda, sección primera:

«All persons born or naturalized in the United States, and subject to the jurisdiction thereof, are citizens of the United States and of the State wherein they reside. No State shall make or enforce any law which shall abridge the privileges or immunities of citizens of the United States; nor shall any State deprive any person of life, liberty, or property, without due process of law; nor deny to any person within its jurisdiction the equal protection of the laws»

Esta enmienda fue adoptada en 1868, parte de la reforma constitucional tras la guerra civil. Es el artículo que da la ciudadanía americana de forma automática a toda persona que haya nacido en el territorio de Estados Unidos, además de prohibir a los estados vulnerar sus derechos. Este apartado se incluye en la constitución para garantizar que los hijos de esclavos, ahora liberados, fueran ciudadanos americanos de pleno derecho, reforzando la ley de derechos civiles de 1866.

Trump quiere cambiar la interpretación de este artículo para excluir a los hijos de inmigrantes indocumentados. No importa que el pobre chaval no tenga absolutamente ninguna culpa que sus padres cruzaran la frontera sin papeles, o que la reinterpretación sea completamente imposible y exija una enmienda constitucional.  Dejando de lado  que la recurrente teoría de los «bebés ancla» (madres cruzando la frontera para tener un hijo y quedarse) es absurda, es una forma bastante directa, obvia y visceral de decirle a todo inmigrante o hijo de inmigrante que no te caen bien. También retiraría la ciudadanía a cuatro candidatos presidenciales (Jindal, Cruz, Rubio y Santorum), que tampoco estaría tan mal.

La cuestión es, no sólo es una reforma que va radicalmente en contra de toda una tradición americana de ser un país de inmigrantes, sino que además tiene al candidato que va líder en las encuesta diciendo que es contra los inmigrantes hispanos. Muchos de ellos, no hace falta decirlo, con hijos en edad de votar – sobre un 11% del electorado el 2016, según estimaciones conservadoras.

Esto para el partido republicano es un problema enorme. El partido necesita esos votos desesperadamente; como he dicho en otras ocasiones, Estados Unidos es demográficamente cada vez más «marrón», y el GOP parece ser cada vez más dependiente del voto blanco. La campaña está siendo monopolizada por un tipo que está diciendo abiertamente que ya vale de tanto cambio demográfico y que es hora de hacerle la vida imposible a los recién llegados. Las primarias no está recibiendo demasiada cobertura mediática en los medios generalistas en inglés ahora mismo, siendo más cosa de CNN, MSNBC, Fox e internet. En los medios hispanos, sin embargo, Trump y sus peculiares ideas migratorias están recibiendo muchísima atención, empeorando más si cabe la maltrecha imagen del GOP entre los votantes latinos.

De forma más preocupante, la actitud de Trump y sus propuestas están resultando contagiosas. Varios candidatos han dicho abiertamente que apoyan su propuesta de eliminar la 14º enmienda (incluyendo, por cierto, Jindal y Cruz. Sí, la ironía es profunda en ambos casos); otros andan buscando formas creativas de parecer más cafres que Trump sobre el tema, con Ben Carson pidiendo usar drones para bombardear la frontera. No importa quién acabe siendo el candidato en noviembre del año que viene, es muy probable que de aquí a las generales acabe soltando alguna barbaridad sobre inmigración que será repetida, una y otra vez, en los anuncios demócratas en Univisión y Telemundo. En inmigración, igual que en otros temas que Trump ha «tratado», las primarias republicanas siguen alejándose de la imagen incluyente que las élites del partido querían transmitir para recuperar el terreno perdido.

Aunque sigo pensando que Donald Trump no será el candidato republicano a la presidencia (es Donald Trump, vamos), tengo la sensación que la hipótesis más sencilla para explicar su popularidad es probablemente la correcta. Muchos comentaristas se han extrañado que alguien como Trump, con un programa plagado de desviaciones de la ortodoxia conservadora, vaya tan bien en los sondeos. Trump rechaza de plano recortar la seguridad social, no es alérgico al gasto público, ha hablado en contra del libre comercio, se mofa abiertamente de poder donar cantidades ilimitadas de dinero a candidatos, es relativamente blando en aborto y matrimonio gay. La realidad, como señalaba Ezra Klein hace un par de días, es que la ortodoxia de las élites del partido en el Congreso está a menudo a la derecha de las bases del partido en estos temas. La mayoría de votantes del GOP no quiere reducir las pensiones, no tiene prisa para reducir el déficit y es escéptica sobre temas de libre comercio. También es virulentamente anti-inmigración, algo que el sector pro-empresa del partido no comparte en absoluto. Incluso en temas sociales (matrimonio gay y aborto) la mayoría del partido no parece compartir el extremismo del sector evangélico que tradicionalmente monopoliza el debate.

La realidad es que es posible que un candidato tan horriblemente chapucero como Trump sea el que más cerca está de las bases del GOP: anti-élites, bravucón, populista y ligeramente (siendo generoso) xenófobo. En condiciones normales, un candidato así nunca superaría la «primaria invisible» y tendría problemas para atraer recursos y apoyos dentro de la élite del partido (léase: Chris Christie). Trump, sin embargo, tiene dinero a espuertas y puede hacer lo que le plazca, y aquí vemos el resultado.

Sigo sin creerme que pueda ganar unas primarias, por el mero hecho que en unas generales perdería por veinte puntos incluso si los demócratas presentaran a Iósif Stalin como candidato. El GOP, sin embargo, va a sudar de lo lindo para sacárselo de encima, y probablemente acabe por dañar horriblemente al candidato nominado durante el proceso. Estarán contentos.

*»En serio» es el paréntesis más repetido en los artículos sobre las primarias republicanas desde el 2007.


26 comentarios

  1. David Osorio dice:

    ¿Qué tiene que ver ser musulmán con temas raciales?

    Hay musulmanes blancos. De hecho, uno se puede convertir al islam; nadie se puede convertir a otra ‘raza’/etnia/color de piel*.

    *Con las claras excepciones de Michael Jackson y Rachel Dolezal.

    • Sarpullido dice:

      Exactamente. Y ya me diràs qué tiene que ver ser hispano entonces. Si hay hispanos de todos los colores.

      Es bastante arbitrario todo el tema de la raza.

  2. Korth dice:

    Trump no tiene muchas posibilidades y si ganara probablemente sería un desastre y un bochorno constante nivel Berlusconi, ¿pero en serio vamos a escandalizarnos precisamente porque promete hacer cumplir las leyes de inmigración existentes?

    La opinión pública americana se acerca mucho más a la postura de Trump en este tema que a la de los partidarios de la amnistía.

    http://www.washingtonexaminer.com/are-trumps-immigration-views-out-of-the-mainstream/article/2570298

    Casi el 40% apoyan hipotéticos planes de inmigración que contemplen la deportación de ilegales. Está diciendo a los americanos lo que quieren oir, ni más ni menos. ¿Que eso es populismo? Totalmente, pero todos los candidatos dicen lo que tengan que decir con tal de ganar, y Romney hubiera ganado en 2012 si hubiera cautivado a un 4% más del voto blanco.

    • bloodykefka dice:

      Eso es lo guay, que si lo que piensa la mayoria de la población es eso, que gane Trump. A ver si se dan cuenta de las gilipolleces que han apoyado. Tener que llegar a eso…

  3. Miguel dice:

    ¿Iosif Stalin es peor candidato demócrata que Elena Valenciano? ¿Cuál crees que ganaría la nominación?

  4. Crul dice:

    El post de Acapulco70 puede ser un buen ejemplo de las reacciones que provoca Trump con su propuesta:
    http://acapulco70.com/la-propuesta-de-inmigracion-de-donald-trump/

    No sé si voy a tener palomitas suficientes para lo que queda… maemía.

  5. Cucus dice:

    Unas elecciones Trump vs Sanders serian gloriosas.

    Creo que ambos dicen lo que piensan, incluso si, supuestamente no les da votos, y no tienen este estigma de «gente de Washington» que tanto aburre a los electores.

    Veremos.

  6. PaulJBis dice:

    Esa frase del «yo no soy racista, tengo muchos amigos […]» no es única de los Estados Unidos. Sin ir más lejos, aquí en España también hay quien la ha dicho a cuenta de la reciente polémica sobre el veto a un artista judío:

    https://twitter.com/itxasdo/status/633642173435654148

    • navarta dice:

      Ya salió a relucir lo del artista judío, esta serpiente de verano que ya aburre, joder que cansinos son los servicios de agitación y propaganda de las embajadas de Israel por todo el mundo.

      Y que cansinos los medios de comunicación españoles realizando grandes loas de la libertad de expresión por el veto a un cantante en un festival, en el que la mayoría de gente que asiste tienen un planteamiento ideológico totalmente contrario al de este cantante.

      Pero es que en España el tema es de traca, nos rasgamos las vestiduras, los primeros los miembros del gobierno del PP, como si no supiéramos lo que significa vetar a artistas por sus ideas políticas, baste recordar el caso de Fermín Muguruza en Málaga allá por el año 2003, vetado por el consistorio gobernado con mayoría absoluta por el PP.

      Y la verdad, creo que es mejor el autoveto que el veto para ciertos artistas y en ciertos lugares, mejor prevenir que curar, y sino que le pregunten a Ramoncín y su «apoteósica» actuación en el el Viña Rock.
      http://www.elmundo.es/elmundo/2009/11/13/rockandblog/1258077328.html

      • Miguel dice:

        Pues serán cansinos, pero a tí, por lo visto, el tema no te cansa. Más me cansa a mí el tema de tanto «propalestino» que no ha visto un palestino en su vida, ni tienen idea de las complejas raíces de este drama. Los organizadores del festival se han cubierto de gloria. Si no querían un cantante judío (que de eso se trata, porque ni siquiera es israelí) pues no haberle invitado y santas pascuas, nadie se hubiera enterado. Invitarle y exigirle luego, presionados por una panda de borregos feroces, una declaración que mezcla la autocrítica estalinista con la pureza de sangre inquisitorial, es de traca. Creer que en la era de twitter no se iban a enterar fuera, es de mascletá. Si el festival no tuviera subvención pública allá ellos, pero es que resulta que sí la tiene. Y mire, con mis dineros, pogromos no. Ah, por cierto, al tema de este hilo, tuve un amigo médico jordano-palestino, nieto, según él, del gran muftí de Galilea. Aunque odiaba a los israelíes, y por extensión a los judíos, comía jamón, bebía vino, y decía riendo que «a los moros, ni agua». No creo que sea muy representativo de nada, pero ahí queda.

        • bloodykefka dice:

          ¿El Gran Mutfi no fue básicamente el hombre de Hitler en Palestina?

        • jetkom dice:

          «Si no querían un cantante judío». Creo que el problema no es que fuese judío, sino que apoyase unas posiciones políticas muy contrarias al publico del festival y que son perfectamente discutibles. La diferencia es enorme.

          Que me corrijan si me equivoco, pero lo que he leído eso.

  7. heathcliff dice:

    Sí, bueno, ya sabéis que hay una nueva definición de antisemita, y todo eso…

    http://www.nofunciona.es/la-nueva-definicion-de-antisemita/

    Por lo demás, que un político diga lo que dice Trump significa, como poco, que sabe que hay MUCHA gente que lo piensa. A lo mejor, más aún que políticamente correctos. Y a eso apuesta…

    • Miguel dice:

      Es cierto que el gobierno israelí y sus palmeros gritan «¡Antisemita!» ante cualquier crítica, pero no es menos cierto que una gran parte si no toda la «verdadera izquierda» es antisemita en el sentido clásico. A mí se me cayó la venda de los ojos en el primer curso de la facultad, cuando una compañera con camiseta de Ché Guevara me dijo que ella jamás leería a Isaac Asimov por ser judío y además estadounidense. Se produjo entonces una animada conversación entre los perroflautas que llenaban el bar sobre si los judíos eran o no neandertales, y unos cuantos chistes en la línea del tal Zapata, sobre judíos ahumados o así. Cuando les hice ver que decían las mismas cosas que los nazis, me dijeron que no tenía nada que ver, porque su odio no era por motivos racistas sino políticos y por tanto irreprochables, esto es, que para ellos Hitler hizo lo correcto al «ahumar» judíos, pero lo hizo por motivos equivocados. Lo peor fue que le dio por «ahumar» también izquierdistas como si fueran judíos, y ahí es donde la fastidió. Desde entonces que no me vengan con milongas: sé cómo piensan porque sé cómo hablan cuando levantan la guardia y se creen entre amigos.

      • navarta dice:

        Premio para el caballero¡¡¡¡ ya sacó a pasear a Hitler y los nazis sin venir a cuento de nada.

        La ley de Godwin sigue cumpliéndose de manera irrefutable.

        • Miguel dice:

          Pues si en esta ocasión no venía a cuento, ya me diréis cuándo viene.

          • navarta dice:

            Ché Guevara, Zapata, Hitler, perroflautas, Isaac Asimov y judíos.

            Felicidades, es difícil meter todos estos términos en un comentario y no estar loco, me reitero, felicidades por el batiburrillo.

      • Tim dice:

        ¿Alguna vez ha oído vd. hablar de la evidencia anecdótica y por donde se la pasa la gente con un mínimo de criterio?

        Porque, francamente, considerar a un chaval de 18 años como buen representante ideológico de nada… Tela marinera. No voy a seguir con Godwin, pero debería buscarse una nueva anécdota para vilipendiar a la izquierda, hay una alta probabilidad de que alguna vez mientras la contaba alguien estaba formándose una pobre opinión sobre vd.

        • Miguel dice:

          Pondré como representante ideológico del típico pensamiento verdaderoizquierdista a alguien de cuarenta años cuando conozca a algún verdaderoizquierdista que haya alcanzado esa edad mental.

    • Maese Alcofribas dice:

      jajaja, muy buena la nueva definición de antisemitismo, es triste que me haya hecho descojonarme pero es que es totalmente cierta.

      también me hace mucha gracia eso de «yo tengo un amigo…» que señala Roger, es muy cierto para racistas, homófobos, etc. En una viñeta genial que vi sobre Arias Cañete tras haber dicho alguna chorrada sobre las mujeres, venía a decir algo como: «pero por qué se ponen así, si yo tengo muchos amigOs que son mujeres», jajaja

  8. Pau dice:

    Me parece una interpretación muy razonable de las primarias del GOP, pero… toca madera, Roger.

  9. Javier dice:

    El problema del «yo tengo un amigo que…» es que no hay una forma de defenderse de la acusación de ser racista que no suene ridícula. Toda autoexculpación inculpa retóricamente. Unos horribles racistas como el autor del artículo y todos los comentaristas deberían saberlo. ;-D

    A muchos sólo les queda la salida de entonar un «yo pecador» y reconocer que se hace lo que se puede para alcanzar la gracia siendo conscientes del pecado original que nos mancha. Polculpadelasociedad.

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