Unión Europea

Grecia, o el referéndum con el que nadie gana

1 Jul, 2015 - - @jorgegalindo

Como decía Luis Abenza, los referéndums están de moda como forma de revitalizar la democracia. Sin ir más lejos, el sábado pasado Tsipras y Varoufakis llegaron a la conclusión de que es una buena idea someter al voto popular su relación con las instituciones europeas y con el resto de la eurozona. Mientras escribo esto, ni siquiera sabemos si el referéndum en cuestión tendrá lugar o cómo. En cualquier caso, se trata de un ejemplo perfecto de cómo algo tan hipotéticamente democrático como un referéndum, si no se hace bien, puede provocar el efecto contrario al deseado: liar una decisión en lugar de aclararla. Abenza nos ha dado las claves teóricas sobre cómo esto puede llegar a suceder, siendo esta nota un intento de ofrecer un enfoque más centrado en el caso griego con el que lidiamos ahora mismo. De hecho, mientras escribo estas líneas parece que Tsipras estaría reconsiderando su postura, así que la vigencia del presente texto podría ser efímera en su ejemplo (si bien no, espero, en las enseñanzas que se pueden extraer del mismo). Pero tal es el riesgo de escribir sobre cuestiones de actualidad.

Los griegos solo son los últimos en llegar a esta fiesta de la democracia directa. Hace pocas semanas Irlanda pedía a su población opinión vinculante sobre el matrimonio de personas del mismo sexo. Escocia votó “No” por la independencia, y Catalunya se metió en un proceso que al final no quedó claro si pertenecía al Govern, a la sociedad civil, a todos, a nadie o a un señor que mira, pasaba por allá. Además, Suiza, que lleva siglos empleando la democracia directa, votó en febrero del año pasado a favor de limitar la entrada de inmigrantes como yo (y contra el criterio de sus socios en el Espacio Schengen). Y tanto Podemos como muchas de las plataformas locales surgidas en las elecciones del pasado mayo se han referido a varios puntos programáticos con alguna variante del “se hará lo que quiera la gente”.

El “no nos representan” que se cantó en España a grito herido entre mayo y octubre de 2011 traía consigo un “quizás mejor si nos representamos a nosotros mismos”. Es decir, algunos pensaron que los referéndums podían ser el futuro de la democracia. Incluso nació un partido del que ya casi nadie se acuerda porque nadie le hizo demasiado caso: el Partido X quería que los ciudadanos lo votásemos casi todo. La idea, seguramente por exagerada, no ganó adeptos. Pero el poso permaneció. Ahora Grecia pone algo de épica a esta idea de tomar la democracia por la mano. Así se hace, claman muchos. Al fin se pone la democracia ante todo.

Pero la verdad es que el griego me parece el mejor ejemplo de referéndum que daña a la toma de decisiones antes que beneficiarla. En realidad, todos los ejemplos que he citado con la excepción de Escocia tienen algún rasgo que los hace más o menos imperfectos. Pero el griego, creo, se lleva la palma por su magnitud.

Antes que nada cabe reconocer que Tsipras y compañía parecen estar respetando toda una serie de garantías mínimas que cualquier voto de estas características debe tener. Y de las que carecieron otros de los citados al principio. El censo, por ejemplo, está claro y delimitado, a diferencia de lo que sucedió en la candidatura de unidad popular de Gijón. Las garantías de imparcialidad de la organización son desde luego mayores que en Catalunya, aunque disten de ser totales. Y trata sobre un asunto considerado por una abrumadora mayoría como central para el futuro del país, con lo que la llamada a voto popular está más que justificada, a diferencia de lo que sucede a veces en Suiza, donde minorías organizadas pueden poner en la agenda temas que en el fondo solo les interesan a ellos. Pero me temo que la iniciativa de Syriza falla en todo lo demás.

Un referéndum es solo una pregunta y, normalmente, dos respuestas posibles: sí o no. Se trata de una reducción enorme de un debate, cualquiera que éste sea. Dime, ya, “sí” o “no” a esto. Vale, gracias. Ya está. Es incluso más reducido que una elección parlamentaria con listas cerradas y bloqueadas. En ésta al menos escoges a un partido con un conjunto de ideas complejas y relacionadas entre sí. Este partido está integrado por personas con las que después puede existir algún tipo de diálogo, así sea indirecto, a través de medios, sindicatos u otras organizaciones. Pero un referéndum es una elección binaria, ultra-simplificada. Para que funcione, los votantes deben comprender a la perfección qué se les pregunta. Minimizar los malentendidos es fundamental. Ahora mismo, la pregunta del referéndum griego viene a ser algo como lo siguiente:

“¿Debe aceptarse el plan de acuerdo que fue propuesto por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI en el Eurogrupo del 25 de junio de 2015 y se comprende de dos partes, que constituyen su propuesta final?

El primer documento se titula “Reformas para completar el Programa actual e ir más allá” y el segundo “Análisis preliminar de sostenibilidad de la deuda.”

Efectivamente, es una pregunta más bien compleja. Para empezar, hace referencia a dos documentos relativamente técnicos y no precisamente fáciles de localizar. Que además fueron elaborados menos de dos semanas antes de la fecha del referéndum. Un voto tan específico debería estar precedido de un debate profundo y enfocado, analizando pros y contras. De acuerdo, es cierto que los griegos llevan años discutiendo sobre su relación con el resto de Europa. Pero se supone que lo que se pregunta es su aceptación de dos documentos tremendamente concretos que muy pocos van a tener tiempo de leer. Además, al menos cuando escribo estas líneas los textos ni siquiera están traducidos al griego.

Desde luego, no estamos ante una pregunta clara ni aséptica, mucho menos ante un proceso ordenado o transparente. Pero es que ni siquiera la disposición de las respuestas en el actual diseño de la papeleta es el más equitativo posible. El “no” está situado encima del “sí”, algo relativamente poco habitual. Esto es solo un detalle menor, pero le resta, digamos, elegancia procesual al asunto. El hecho de que, al parecer, el “no” vaya a tener un 70% del tiempo de anuncios en la TV tampoco ayuda. Más grave si cabe es que las consecuencias de cualquiera de las dos alternativas no estén claras para la mayoría de los votantes.

Tsipras ha sugerido que es un voto a favor o en contra de la austeridad. Así, en general. Esto ya deja espacio para bastante ambigüedad. ¿Qué es austeridad? ¿Subir impuestos o bajar pensiones y cargarse el estado del bienestar? ¿Ambas cosas acaso? ¿O tal vez recortar los salarios de los políticos y deshacerse de los coches oficiales? Se trata de un término del que llevamos hablando media década en todo un continente sin que hayamos concretado una definición única. Poner un referéndum en este marco resulta un tanto osado.

Más aún: resulta que la otra parte implicada en el voto, las “instituciones” citadas en la pregunta, no está de acuerdo con dicho marco de referencia. Según Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, los griegos van a decidir si están implicados con o le dan la espalda al proyecto europeo. El “sí” es a Europa como el “no” también lo es, algo muy distinto de la austeridad. ¿Quién de entre los griegos lo hará votando con un marco en la cabeza, y quién con el otro? ¿Cómo interpretar entonces los resultados?

Tsipras, como casi cualquier otro líder de gobierno que convoca un referéndum desde arriba, está llevando adelante una consulta que espera ganar, con un “no” en este caso. Pongamos que sale “no”. Tsipras piensa y argumenta que esto simplemente mejora su posición negociadora con los acreedores contra la citada austeridad, que ahora verán dónde está la barrera: en negarse a aceptar la propuesta del 25 de junio. Pero en realidad sitúa a los acreedores en la disyuntiva entre asumir los costes de confiar en una Grecia liderada por Tsipras o no hacerlo. Y da la impresión de que a juicio de aquéllos el Gobierno heleno está dejando ambas cuentas bastante apretadas.

Por si todo esto fuera poco, resulta que los documentos específicos que se someten a votación ya no son una propuesta de las instituciones, quienes las retiraron de la mesa al conocer la iniciativa del referéndum. A algunos les parece que esto es una demostración de que Europa tiene miedo de la democracia. Pero pensémoslo por un segundo: imagina que estás negociando con una persona que actúa en nombre de un grupo de gente que te ha dado plena legitimidad para llegar a acuerdos determinados. Tú tienes ese mismo mandato, pero de otras personas. Haces una propuesta, la persona que tienes enfrente la coge y dice “vale, ahora vamos a discutirla así deprisa y corriendo y ya venimos: voy a tener que hacer lo que me digan ahora porque mira, resulta que la legitimidad que te dije que tenía, pues que creo que no. Ah, tú no puedes entrar en esta discusión, por cierto”. Me parece razonable que tu respuesta sea que si las condiciones de la negociación cambian, lo hagan para todos y desde el principio, o si no las propuestas no sirven.

Que nadie malinterprete mis palabras. No pretendo subrayar aquí que exista nada intrínsecamente negativo en someter determinados acuerdos entre países a referéndums. Al fin y al cabo, así sucedió en muchos países con la llamada Constitución Europea. Tampoco me parece demasiado cuestionable el hecho de que todos los miembros de la Eurozona y la práctica totalidad de las instituciones europeas (con la salvedad del BCE de Draghi) se han comportado de una manera cobarde, electoralista y cortoplacista con respecto a la crisis del euro, y en particular en todo lo que rodea a Grecia. Por ejemplo: la manera en que Merkel y su partido han empleado al país como chivo expiatorio del que extraer miedo que transformar en votos me parece bastante discutible porque resulta perjudicial para el proyecto europeo. La incapacidad para llegar a un punto de entendimiento que combinase un mayor apoyo fiscal y monetario desde el exterior a los países deudores a cambio de reformas estructurales más profundas es decepcionante, y los acreedores tienen tanto de culpa en ello como los deudores.

Tal vez los ciudadanos de toda Europa demostrarían una madurez superior a la de sus líderes si se diese un proceso de votos directos ordenado, informado, claro y transparente. Quizás incluso Grecia no es un mal punto por el que empezar. Ahora bien: un referéndum desordenado, desinformado, poco claro y sobre cuestiones indeterminadas tendrá, probablemente, el efecto contrario. Es un disparo en el pie, una petición de apoyo a una política eminentemente fallida, un referéndum en el que el día después nadie habrá ganado.


20 comentarios

  1. Jan Delors dice:

    Pues coincido contigo, sobre todo porque como bien señalas la pregunta no es fácil de plantear, porque la decisión es completamente técnica. El problema es que a los votantes griegos les va a dar igual la pregunta. Para ellos va a ser «¿rompemos con Europa mientras no nos den lo que pedimos, o tragamos?» y claro la respuesta es fácil de adivinar.
    Y en realidad creo que eso es lo que quiere Tsipras, hacer una simple demostración de fuerza a mitad del proceso de negociación. ¿Irresponsable? Tal vez ¿Poulista? Sin duda alguna.

  2. Mr. X dice:

    La situación de los griegos es poco envidiable.
    El ajuste griego es el mayor ajuste fiscal de la historia. Y realizado en tiempo de crisis.
    Así que sí: decir, como dicen algunos, que los griegos no han hecho un esfuerzo es una falsedad enorme.
    El problema es que lo han hecho para nada: la deuda ha pasado del 108% al 180%.
    ¿Por qué? Porque los nuevos préstamos y rescates no han ido a reformar la economía griega, ni siquiera a pensiones y salarios de funcionarios. Qué va. Han ido en un 89% a pagar los créditos anteriores. Y con ese viaje del sur al norte, la deuda aumentando con los intereses.
    Los griegos están en un círculo infernal, porque por mucha austeridad que les impongan, no van a poder pagar las deudas, de hecho ni siquiera pueden evitar que suba.
    La UE y el FMI, lo podemos decir, así de claro, se prestan dinero para devolvérselos a sí mismos.
    Y el problema es que nadie dice -excepto como vagas promesas-: vamos a coger el toro por los cuernos y reestructurar definitivamente la deuda. O mejor aún: vamos a vincular el pago al crecimiento económico del país. Nada de eso.
    Así pues, las únicas opciones serían: seguir soportando esta tortura indefinidamente o bien el suicidio económico de salir del euro, soportar unas consecuencias durísimas durante un tiempo, con la esperanza de emerger y estabilizarte después (y pagar a tus acreedores en dracmas, que bien les va a joder).

    • Habernio Calidonio dice:

      Quien se jodería bastante si los griegos tuvieran que pagar sus deudas en dracmas serían, antes que nadie, los propios griegos. Los sueldos y las pensiones también se pagarían en dracmas y no parece muy seguro que a la gente le guste comer polvo, ratas o lagartijas. Qué fácil es tomar decisiones por los demás. Para entonces, además, ocurriría que los deudores se habrían hecho cargo de que no van a cobrar. El FMI no cobró ayer. El FMI lo componen 188 países, todos los del mundo mundial menos Cuba, Corea del Norte, Liechtenstein, Nauru y Mónaco, esto es, lo poco que va quedando del comunismo fetén y algunos países diminutos que prefieren ir a su aire porque son propiedad de una familia y su actividad económica principal es la «limpieza» de capitales. ¿A quién le va a pedir prestado Grecia para seguir viviendo? Seguro que la tortura es cosa chunga, pero la muerte no es solución, excepto desde la distancia.

      • Mr. X dice:

        Bueno, Argentina lo hizo. Y lo pasó mal. Y sigue teniendo secuelas económicas por hacerlo. Pero sigue estando en los mapas, no hay un cráter que indique «aquí estuvo Argentina». Y hasta cierto punto ha salido a flote (hasta cierto punto). No digo que ninguna de las dos opciones sean buenas porque no lo son.
        De hecho, afirmaría que lo que necesita Grecia es una tercera opción. Pero no se la dan.

        • Fenix dice:

          En realidad salio totalmente a flote, y luego se volvió a hundir. Argentina se hunde, se medio recupera, creen lo que les paso la última vez fue mala suerte o culpa de los Estados Unidos, y el ciclo empieza de nuevo (con una frecuencia de 15 años, más menos cinco).

          Llevan así desde el final de la Segunda Guerra Mundial, perdiendo posiciones en el ranking de países por renta per capita de forma mas sostenida que ningún otro país del mundo, y con la economía más cíclica del mundo, y permanentemente asombrados de sus desgracias.

          Además, la cosa no entiende de ideologías, ni de formas de Estado, ni de las condiciones geopolíticas.

        • Tenpao dice:

          Argentina, que debe tener una inflación por encima del 30%, no está saliendo a flote ni va a salir en un futuro próximo.

          • Mr. X dice:

            Depende de lo que llame salir a flote: que la inflación está disparada, es verdad; que los indicadores que miden la pobreza, objetivamente han mejorado bastante durante los últimos años, pues también es cierto.

            En todo caso, como ya decía ninguna de las dos opciones me parece buena: ni la tortura y el país desangrándose infinitamente ni la ejecución del reo y luego ya veremos si tal. Pero tampoco le han ofrecido a los griegos nadie una tercera opción.

            • jetkom dice:

              Los indicadores de pobresa han mejorado bastante en rodó el subcontinente no?

              La mejora argentina puede merito del camino que tomaron o producto de la evolucion regional (incluso la mejora podria ser menor por el camino tomado).

              Supongo que es miy complicado/imposible saber cual de las opciones es cierga.

            • heathcliff dice:

              La comparación con Argentina me parece inadecuada: ¿de qué recursos dispone Grecia comparables a los de Argentina? Cuando la modernidad falla, queda la tierra. ¿Y cuando no hay tierra?

              No me parece serio…

              • Sgt. Kabukiman dice:

                Queda el sol, las playas, el olimpo…
                Parece que Grecia tiene alguna industria puntera, como la farmacéutica.
                Y que llevan unos años de reformas…

        • Estilpón dice:

          No hay un cráter por el chute de soja que se dieron. Tal cuál.

      • Sgt. Kabukiman dice:

        Si no recuerdo mal grecia obtuvo superavit primario en el 2014 así que parece que ya no necesita dinero para pagar pensiones y funcionarios; necesita dinero para pagar sus deudas.

        Que van a hacer sus acreedores: ¿embargar el partenon como embargaron a argentina un barco 20 años?

        Y a convertirse en destino turístico: depreciar con cabeza, un poco de cabeza en recaudar y en pensiones y a recibir a rusos y chinos ricos. Se acabaron los mercedes (y los leopard), pero les llegara para dacias y para vivir tranquilitos en plan andaluz.

      • Pescador dice:

        Haberno Calidonio, si hubieras leido como va el tema de la deuda, te hubieras enterado de que a Grecia no le estan prestando dinero para vivir, sinó para pagar los intereses y, de paso, aumentar el capital, aumento que a su vez incrementa la cantidad de intereses a pagar, que a su vez…
        Así que menos lobos, la reforma que necesita Grecia es una reforma fiscal y administrativa que se aplique realmente, la reforma que necesita es reducir su gasto militar a una cantidad más acorde con un pais en paz y la reforma que necesita Grecia es una reforma europea que le permita pillar – si entran en una dinámica seria- a sus miles de defraudadores con cuentas en la Europa responsable.
        Lo del Eurogrupo no es un rescate, es Cofidis dandote cuerda para ahorcarte, pero sin poder quedarse – o quizá si, visto el empueje privatizadro vendedor- con el piso…

    • Tenpao dice:

      ¿Qué reformas son esas que necesitan miles de millones de euros? En general las reformas son muy poco populares, y por eso difíciles de hacer, pero no necesariamente muy costosas.

      Grecia por ejemplo no tiene un registro de propiedad. En el año 94 la UE les dio 100 millones de euros para hacerlo. No se completó. Posteriormente les concedieron otros 41 millones. En el 2011, cuando un diputado europeo preguntó sobre el tema, tenían registrado el 6% de la tierra y el 17% de los títulos de propiedad. Syriza dice que puede estar listo para el 2020. No parece un problema de dinero ni tampoco de tiempo.

      http://openeurope.org.uk/blog/reforming-greece-easier-said-done-never-ending-case-land-registry/

      Grecia dedica el 2,5% de su PIB al gasto militar, creo que es el más alto de la UE, Alemania el 1,3% y nosotros el 0,9%. Sólo tiene que sacar una ley modificando el presupuesto, ¿qué dinero necesitan para eso?, ¿por qué no lo hacen?

      Grecia tiene un sistema fiscal muy deficiente. Se puede reformar implantando otro, que sea más justo y equitativo y con mayor capacidad recaudatoria. De nuevo no se necesita mucho dinero para eso. Se puede argumentar que convendría aumentar la plantilla de inspectores de Hacienda: al parecer para tener el nivel de Alemania sería necesario contratar unos 5000 más, no parece que se necesiten miles de millones para eso.

      ¿El sistema de pensiones? Lo mismo, se puede reformar cambiando la fórmula de cálculo, o los años necesarios de cotización, o la edad de jubilación, sin necesidad de enormes gastos. No parece un problema de dinero sino de voluntad.

  3. pandando dice:

    El tema del referéndum griego radica, precisamente, en la falta de información. No es lo mismo preguntar a la gente por cuestiones que puedan dominar que pedirles tomar decisiones técnicas y complejas.

    Y los acuerdos europeos, la operación de corazón del vecino, el tamaño de los pilares del nuevo edificio de oficinas, el ancho de la vía de los nuevos AVE o la sentencia de Farruquito son cuestiones técnicas, y no confiaría en la sabiduría popular para ninguna de ellas.

  4. Tenpao dice:

    Mr. X:
    El problema es que lo han hecho para nada: la deuda ha pasado del 108% al 180%.
    ¿Por qué? Porque los nuevos préstamos y rescates no han ido a reformar la economía griega, ni siquiera a pensiones y salarios de funcionarios.
    ——————————————————————-
    ¿Qué reformas son esas que necesitan miles de millones de euros? En general las reformas son muy poco populares, y por eso difíciles de hacer, pero no necesariamente muy costosas.

    Grecia por ejemplo no tiene un registro de propiedad. En el año 94 la UE les dio 100 millones de euros para hacerlo. No se completó. Posteriormente les concedieron otros 41 millones. En el 2011, cuando un diputado europeo preguntó sobre el tema, tenían registrado el 6% de la tierra y el 17% de los títulos de propiedad. Syriza dice que puede estar listo para el 2020. No parece un problema de dinero ni tampoco de tiempo.

    http://openeurope.org.uk/blog/reforming-greece-easier-said-done-never-ending-case-land-registry/

    Grecia dedica el 2,5% de su PIB al gasto militar, creo que es el más alto de la UE, Alemania el 1,3% y nosotros el 0,9%. Sólo tiene que sacar una ley modificando el presupuesto, ¿qué dinero necesitan para eso?, ¿por qué no lo hacen?

    Grecia tiene un sistema fiscal muy deficiente. Se puede reformar implantando otro, que sea más justo y equitativo y con mayor capacidad recaudatoria. De nuevo no se necesita mucho dinero para eso, se puede argumentar que convendría aumentar la plantilla de inspectores de Hacienda: para tener el nivel de Alemania sería necesario contratar unos 5000 más, no parece que se necesiten miles de millones para eso.

    ¿El sistema de pensiones? Lo mismo, se puede reformar cambiando la fórmula de cálculo, o los años necesarios de cotización, o la edad de jubilación, sin necesidad de enormes gastos. No parece un problema de dinero sino de voluntad.

  5. Piedad rasilla dice:

    Que pena que este maravilloso articulo de Miguel no se publique a toda plana en Grecia.

  6. Pensatruz dice:

    En el mismo círculo infernal han estado metidos, durante décadas, muchísimos países del tercer mundo, sin que a la mayoría nos importase un pito.

    http://cadtm.org/La-deuda-del-Tercer-Mundo

    Precisamente alguno de esos países han reclamado al FMI que a Grecia le hayan dado unas facilidades que a ellos nunca les dieron.

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